** El siguiente texto fue escrito y publicado a título personal únicamente para informar al electorado sobre el tercer debate presidencial en México. Las opiniones presentadas a continuación no representan al medio.
El 19 de mayo, las candidatas Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl Gálvez Ruiz y el candidato Jorge Álvarez Máynez se reunieron en el Centro Cultural Tlatelolco (CDMX) para dar a conocer sus últimas propuestas de gobierno.
Del lado de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez comenzó agradeciendo por las marchas de la Marea Rosa que se realizaron horas previas al debate en diferentes ciudades de la República Mexicana. La convocatoria fue ‘en defensa de la democracia’, pero dichas movilizaciones no estuvieron exentas de participantes con comentarios racistas, clasistas, anticomunistas y gordofóbicos.
Después de que Gálvez presumió del apoyo de simpatizantes del PRI-PAN-PRD, Claudia Sheinbaum inauguró su participación hablando sobre lo que significa Tlatelolco para la memoria histórica y señaló la responsabilidad del PRI en la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968…todo bien con la contendiente por la 4T hasta que recordamos sus planes de incorporar a Omar García Harfuch —exsecretario de seguridad ciudadana y nieto de Marcelino García Barragán, exsecretario de defensa que comandó a los militares en la Matanza Tlatelolco del 2 de octubre de 1968— o que ella misma fue denunciada por reprimir marchas feministas y de la población trans en CDMX.
Mientras tanto, Jorge Álvarez Máynez recurrió a la estrategia que ocupó en los debates anteriores: se presentó como un candidato alejado de la “vieja política”, esa frase que lo compadrea con el gobernador de Nuevo León Samuel García.
Para el primer segmento, correspondiente a política social, Máynez reiteró sus propuestas de considerar a las infancias un grupo poblacional prioritario, aumentar el salario mínimo a $10.000 (sigue sin aclarar cómo) y reducir la jornada laboral.
Xóchitl Gálvez dijo que, de ser electa, su gobierno creará 5 millones de viviendas, 20.000 estancias infantiles y 100.000 escuelas de tiempo completo. Según la candidata del PRI-PAN-PRD, estos proyectos serán financiados con el dinero que se obtenga de la eliminación del huachicol (importación ilegal de combustibles).
Claudia Sheinbaum aseguró que mantendrá programas como el del Bienestar, brindará apoyo a mujeres de entre 60 y 64 años y construirá más casas a través del Infonavit. Una vez más, quedó a deber la explicación de cubrirá estas propuestas.
Medidas de combate a la violencia y la actividad delincuencial: una de las grandes deudas que nos seguimos llevando después del tercer debate presidencial
La inseguridad y actividad del crimen organizado son de las mayores preocupaciones de la población mexicana. Mientras que en su agenda Xóchitl Gálvez pretende el fortalecimiento de la policía municipal, Claudia Sheinbaum —pese a todos los señalamientos que ha recibido este sexenio por la política de militarización— insiste en el fortalecimiento e incremento de elementos de la Guardia Nacional y asegura que extenderá el programa Jóvenes Unen al Barrio por el Bienestar a todo el país y que buscará la tipificación de la extorsión como un delito grave.
La candidata de la coalición de Sigamos Haciendo Historia también dijo que su gobierno se caracterizará por ‘la 0 impunidad’. Por supuesto que esta promesa nos causa bastante desconfianza, pues en CDMX, entidad de la que fue jefa de gobierno, sólo 1 de cada 100 delitos son resueltos, según la organización México Evalúa. Otro de los puntos que nos dejó en el limbo fue que, aunque se presenta como una militante de ‘izquierda’, apoya la prisión preventiva oficiosa.
En representación de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez —una vez más omitiendo los temas de financiamiento— habló sobre un Plan Nacional de Pacificación en el que se contempla el aumento del personal de los ministerios públicos, la profesionalización de la policía y el fortalecimiento de la Comisión Nacional de Búsqueda.
En este tercer debate presidencial el candidato, aunque fue el único que habló de derechos sexuales y reproductivos, brilló por su cautela a no pronunciar la palabra aborto. También en este rubro, Álvarez Máynez quedó a deber los detalles de en qué consistirá su política ‘antipunitiva’ respecto a las drogas, específicamente del cannabis.
Derechos de las poblaciones migrantes y diplomacia
En el bloque de política exterior, Claudia Sheinbaum afirmó que defenderá la soberanía nacional y a les mexicanes que viven en Estados Unidos. También se comprometió con fortalecer las relaciones diplomáticas con América del Sur y Centroamérica para evitar que las personas migren por necesidad.
En un intento de convencer a la ciudadanía de los beneficios del Tren Maya —megaproyecto que durante TODO el sexenio ha sido señalado por el impacto ambiental y el despojo territorial— la candidata de la 4T dijo que este podría representar una fuente de trabajo para las comunidades migrantes. Además aseguró que el Instituto Nacional de Migración (INMI) y la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar) necesitan reformarse.
En cuanto a su plan de gobierno, Xóchitl Gálvez mostró una postura muy ambigua sobre la defensa de los derechos migrantes, pues no dio ni una sola medida concreta. Durante su participación, la candidata reiteró sus intenciones de una alianza más profunda con Estados Unidos y el sector privado. Respecto a la frontera norte, se limitó a decir que mejorará las condiciones de seguridad para las empresas.
Por su parte, Jorge Álvarez Máynez discutió sobre la importancia de incorporar la perspectiva de infancias en las políticas migratorias y entablar más relaciones diplomáticas con mandatarios de Sudamérica, especialmente con Lula. Y habríamos esperado que al expresar su admiración por el presidente brasileño, Jorge Álvarez Máynez, que presumió de ser “el único candidato que se ha pronunciado sobre los tres conflictos armados”, llamara como lo que es a lo que está haciendo Israel contra Palestina: UN GENOCIDIO.
Finalmente, el bloque de democracia y división de poderes —que apostamos, casi nadie entendió por tanta palabrería y tecnicismo— se resumió en las denuncias al exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, por presuntos favorecimientos al Ejecutivo.
En resumen: el tercer debate presidencial mantuvo las constantes de los dos encuentros anteriores (7 y 28 de abril). El ‘intercambio’ entre las candidatas y el candidato al Poder Ejecutivo se caracterizó por no brindar detalles claros sobre cómo México será, según Máynez, «una de las 10 potencias económicas del mundo» o sobre cuáles serán medidas concretas para garantizar el derecho a una vida libre de violencia. En su lugar, hablamos de las evidentes negativas a pronunciarse sobre el aborto y las políticas de seguridad que apuntan a mantener y robustecer el militarismo de norte a sur. Qué difícil hacernos a la idea de que viene otro sexenio lleno de incertidumbre.