¿Qué pasará ahora con Rue y Jules? ¿Su relación tiene salvación? No soy una experta en adicciones, ni trabajo en salud mental para ayudar a personas con problemas de adicción, pero crecí con una mamá alcohólica y estuve enamorada de alguien que, como Rue, comenzaba su proceso de sobriedad para dejar de consumir drogas que podrían causarle la muerte.
¿Cómo se sentirá ahora Indira Cato al ver que Google arroja más de 400 mil resultados con su nombre y todos están acompañados de las palabras “secreto”, “hija” y “Gabo”? Las mujeres que no tenemos padre cargamos con el peso histórico del adjetivo “bastardas”, “nacidas de unión ilícita”, “concebidas en el granero”, consideradas antiguamente inferiores, sin derechos legales y, en el peor de los casos, encarnamos el pecado, cuando somos juzgadas por fanáticos religiosos.
La felicidad como deber y condición sine qua non de la época decembrina juega un rol en contra de sí misma pues pasa de ser un ideal a una obligación y fachada. Tenemos que reconocer que la navidad y la celebración de año nuevo no necesariamente conllevan alegría, unión y hermandad. Ésta es una época del año más en donde el ser humano sigue exhibiendo su humanidad, sus luces y sombras, su vulnerabilidad y su salud mental, a pesar del mandato de felicidad que el comercio, los medios de comunicación y la religión imponen en nuestra cultura.
El capitalismo y patriarcado imponen estereotipos e ideas “clasemedieras” que reducen la experiencia de las madres a una de dos cosas: “la superwoman o el ángel del hogar”. ¿Cuáles son las experiencias, disidencias y resistencias que no hemos tomado en cuenta desde nuestros feminismos? Las maternidades son diversas. Existen una diversidad de experiencias y los universalismos quedan cortos ante la realidad plural de la maternidad.