Este miércoles 10 de abril, organizaciones piqueteras protestaron en la avenida 9 de julio, en Buenos Aires, para reclamar asistencia alimentaria en los comedores y el cese de los recortes presupuestales a los programas sociales y de trabajo, cuando la policía reprimió la movilización.
Desde Avenida Rivadavia, se impidió el paso a los colectivos y se les empezó a rociar con agua y a cercar con efectivos motorizados. A la altura del exministerio de Desarrollo Social, policías de la capital y fuerzas federales encapsularon, golpearon y atacaron con gas lacrimógeno y balas de goma a les manifestantes. Se reportaron 8 personas detenidas y 12 heridas, entre ellas, trabajadores de la prensa: Diego Ricciardi de Crónica, Mariano Cabrera de La Nación+ y el fotoperiodista Antú Divito Trejo fueron lesionados con piedras.
A cuatro meses de la entrada de Javier Milei a la presidencia—quien desde el principio amenazo con que “si se tomaban las calles, habría consecuencias”—, organizaciones, activistas y periodistas han documentado abusos policiales y, con ello, atropellos al derecho a la protesta y la libertad de expresión. Apenas en febrero, fuerzas de seguridad, Gendarmería, Policía Federal y Prefectura reprimieron las protestas contra la Ley Ómnibus frente al Congreso. También se denunciaron ataques con balas de goma y gas pimienta.
Con todo y las amenazas, activistas, colectivos y organizaciones no tienen intenciones de renunciar a las calles. Ante el horror neoliberal que propone el gobierno de Javier Milei, la resistencia feminista, antipatriarcal y plurinacional de Argentina se muestra decidida a defender los derechos que conquistó. Les invitamos a leer la columna de Ayelén Correa: la lucha feminista y la primera línea de defensa ante Milei.