Por Alejandra Omaña / Amaranta Hank *
Las nuevas políticas de Only Fans no son más que machismo y censura. Cada nueva red social viene con políticas más absurdas que las anteriores, buscando que a las trabajadoras sexuales se nos anule el derecho de expresarnos públicamente con nuestro lenguaje, y nuestro cuerpo, y que nos limitemos a aparecer en páginas pornográficas en donde otros han robado nuestro contenido y lo han subido ahí.
En redes sociales como Instagram y Tiktok, no podemos mencionar palabras tan naturales como “sexo”, “pene” o “vagina”, ni siquiera si nuestro contenido está enfocado en educar, -porque a nosotras acuden desde jovencitos desesperados sin saber qué hacer en su primer encuentro sexual, hasta mujeres casadas que nunca han experimentado un orgasmo-. Y, si no podemos hacer contenido educativo, mucho menos podemos promocionar los enlaces de venta de nuestro contenido porque las redes sociales quieren abolirnos.
Only Fans se sumó a esas políticas de repente, sin permitir que las creadoras de contenido estuviéramos preparadas para ello, y un par de días después de anunciar que prohibirían el trabajo sexual en su plataforma, se retractaron. No es la primera vez que lo hacen, ya antes se había hablado de prohibir el trabajo sexual en la plataforma para abrirse a nuevos mercados. Hicieron miles de millones de dólares con los porcentajes del trabajo de nuestra sexualidad y luego decidieron que no les servimos, que quitamos prestigio a su red social, en un acto completamente hipócrita porque Only Fans promociona cuentas de modelos influenciadoras que en público comparten rutinas de maquillaje, ejercicios y recetas saludables, pero en mensajes internos venden videos de sus masturbaciones y squirts. No les servimos las que de entrada damos la cara como trabajadoras sexuales, porque el problema no es el intercambio de servicios sexuales por un bien, sino hacerlo público y sentirnos orgullosas de ello.
Es claro que, ante una red social caída, llega otra en reemplazo. Será cuestión de un mes o un poco más para observar hacia dónde migramos las modelos, y obviamente los usuarios, pero no debería ser así. Posicionarse en una plataforma y fidelizar a los usuarios puede tomar mucho tiempo y, ante la persecución, es muy difícil crecer. Es como estar en una esquina con un carrito de perros y tener que moverlo todos los días porque si no viene la Policía a perseguir. Una persecución a un trabajo que no es ilegal, sino que obedece al ambiente que nos tocó vivir.
Flora es una modelo webcam profesional y pensó que a través de Only Fans podría vivir de hacer contenidos, y quizás dejar de lado las transmisiones en las que lleva más de 12 años, pero en su ascenso llegó la inestabilidad: “Estar en este mundo es batallar con dualidades. Ganamos de a poco libertades y a la vez hay que seguir luchando para mantenerlas. Los bancos no reciben nuestro dinero, debemos pelear por el derecho a la salud y además enfrentar el estigma de trabajar en una industria que para nada es dinero fácil”. Para Lila Jordan, no es la primera vez que algo así pasa. lleva 5 años en la industria, y venía de reponerse de las políticas de Master Card que desplomaron a Pornhub, y ahora se encuentra con la decepción de Only Fans, justo al mismo tiempo que le cerraron su quinta cuenta de instagram en donde unos videos de su boca fueron catalogados como “contenido inadecuado”. Lila sabe que, pese a que estemos siendo perseguidas, “quienes más perderán son ellos, pues la mayoría de sus ingresos y su gran fama vino de creadores de contenido para adultos”. Y sí, quizás esto es cierto y por eso ahora OnlyFans quiere retractarse.
Parte de nuestra reivindicación como trabajadoras sexuales es no tener que explicar cada día que lo que nosotras hacemos es trabajo y que no es fácil, como ligeramente lo catalogan, pero aún en este siglo es casi obligatorio ser activista cuando se es trabajadora sexual. No podríamos simplemente mostrar nuestro cuerpo, sino que hay que explicar por qué nos desnudamos y defender nuestro discurso mientras nos quitamos el brasier. Las y los abolicionistas nos relacionan directamente como victimarias de la pornografía infantil y la trata de personas o como víctimas de un sistema que nos usa y “vende nuestro cuerpo”. Y lo hacen porque necesitan un enemigo a quien culpar y el único inofensivo que pueden encontrar somos nosotras, porque temen enfrentarse –o incluso a veces están aliados- a las reales mafias que manejan esos delitos. Dicen que nuestro trabajo sexual perpetúa el machismo, pero no hay nada más machista que decirnos que no podemos trabajar.
En el desarrollo como trabajadoras sexuales desde la virtualidad nos enfrentamos a cargas emocionales muy intensas que van más allá de recibir morbo por desnudarnos. Tenemos que lidiar con abusadores que filtran nuestros videos y se los llevan a nuestros padres. También lidiamos con padres que rechazan lo que hacemos, hasta que ven subir nuestros ingresos y empiezan a usarnos como cajeros automáticos. Lidiamos con parejas que nos maltratan psicológicamente diciendo que debemos agradecerles por hacernos el favor de estar con nosotras, que no valemos nada. Lidiamos con bullying por la forma de nuestros cuerpos y los colores de nuestras vaginas. Lidiamos con inmobiliarias que no nos rentan casas y con bancos que no nos abren cuentas. Y lidiamos con redes sociales que día a día nos niegan el derecho a la verificación cuando nos convertimos en figuras públicas, y nos cierran nuestras cuentas oficiales permitiendo que decenas de cuentas con nuestros nombres y fotos nos suplanten y estafen a personas. ¿Trabajo fácil? Desde la terquedad de las voces de quienes no han hecho nuestro trabajo nos acusan de facilistas, cuando lo único fácil del trabajo sexual es no hacerlo. Pero aún así seguimos porque allí llegamos buscando no aguantar hambre y nos encontramos con una profesión que puede darnos una vida cómoda, el reconocimiento y aceptación de nuestro cuerpo, y la libertad sexual que nunca habríamos imaginado tener.
¿Y por qué le causa tanta gracia a la gente que perdamos dinero con la inestabilidad de Only Fans? Porque a diferencia de ellos, nosotras decidimos que pasar ocho horas en un trabajo recibiendo órdenes de jefes abusadores, sin oportunidades de una vivienda digna y por lo menos unas vacaciones al año, no es calidad de vida. ¿Podríamos ser meseras de un bar o limpiar pisos de una oficina? sí, podríamos, pero no es lo que queríamos para nuestras vidas y en lo poco que queda de libertad todavía podríamos decidir qué hacer con nuestros cuerpos. Es una verdad a gritos que, entre los hombres que públicamente nos atacan, hay usuarios anónimos que aumentan el número de reproducciones de nuestros videos y, entre las mujeres que nos llaman “inmorales”, hay intercambios sexuales con hombres que les brindan estabilidad económica a quienes llaman esposos.
Lamentablemente, ante las políticas inestables de Only Fans, no tenemos mucho más que aceptar y buscar otras opciones. Migrar a otras plataformas. Hemos aprendido a lidiar con el rechazo, la persecución, el machismo y la censura. Aunque a veces algunas nos sentimos tan presionadas que queremos renunciar, seguimos porque es mayor el bienestar que logramos cuando trabajamos, que las ganas de acabar con nosotras que tiene el mundo. Somos trabajadoras sexuales y ahí estaremos -mientras queramos-, sirviendo de compañía a los usuarios que nos aman en público y privado, y también a los empresarios, esposos, curas y políticos de derecha que crean usuarios anónimos para vernos llorar de placer e imaginar que mujeres como nosotras podríamos interesarnos en ellos.
Excelente, mejor no se habría podido expresar!!!
Gracias por esa explicación desde quienes realmente se ven afectadas por la doble moral de la sociedad.
Excelente artículo ??
Me encanta todo lo que escribes porque aprendo de ello, te amooooo y gracias por compartir tus conocimientos y tus opiniones
un articulo bien escrito que se trasluce así mismo para que el lector pueda apreciar que no es solo forma lo que leemos aquí, sino una muestra de racionalidad plena por parte de un ser humano que piensa y que tiene toda la razón, puesto que como es evidente en el caso, no se trata de una opinión subjetiva sino de una descripción objetiva fruto de un análisis actual que aqueja los males de siempre. por mi parte desfrute mucho la lectura y no me quede a medias, sino con ganas de mas.
Wow,me envanta, no hay ni la mas mínima palabra que no sea cierta, hasta ganas de llorar me dieron….gracias
Me encantó! No es necesaria la rigurosidad que otras le exigen lo que expresa es pura realidad!
Deberían pensar en montar su propia plataforma e ir de frente y sin tapujos y crear su propio sistema de pagos.