2024 fue el año de Sabrina Carpenter. La estrella pop rompió múltiples récords con éxitos como “Taste” y “Espresso” y logró varias fechas sold out en la gira promocional de Short n’ Sweet, álbum que le valió seis nominaciones en los Premios Grammy y lloriqueos conservadores.
Entre las 21 canciones del setlist de Short n’ Sweet, la también actriz interpreta “Juno”, un guiño a la película protagonizada por Elliot Page y Michael Cera.
Más allá de la referencia a uno de los títulos más populares del cine indie estadounidense, la interpretación de Sabrina, cargada de sensualidad y erotismo, ha sido tema de discusión por el infarto que causó entre las audiencias que no toleran ver a una mujer que explora su sexualidad libremente: desde aleluyos y misóginos salidos de la alcantarilla hasta puritanos hipócritas y gente obsesionada con cómo debería ser y comportarse una exchica Disney.
Como analizó la periodista Estefanía Camacho, “Juno” también interpeló a los feminismos y reactivó uno de los debates históricos: el movimiento prosexo.
A finales de los 70 y durante los 80, los feminismos (especialmente anglosajones) expusieron su postura sobre el consumo de la pornografía, el trabajo sexual y prácticas contrahegemónicas como el bondage.
De un lado se encontraban quienes pugnaban por la abolición de estas prácticas, argumentando que todas las representaciones sexuales de las mujeres son opresivas y que, por tanto, no pueden considerarse una forma de empoderamiento. Por su parte, las feministas prosexo, que explicaban cómo el abolicionismo devolvía al Estado el poder para regular la sexualidad de las mujeres y en cómo podía volverse un atentado contra los derechos de las poblaciones sexodisidentes.
Este episodio nos ayuda a entender por qué, incluso entre las propias luchas por los derechos de las mujeres, hay quienes aseguran que Sabrina Carpenter se viste ‘provocativamente’ y hace poses sugerentes en “Juno” exclusivamente para alimentar al patriarcado.
Además de la actualidad de las llamadas guerras del sexo, la indignación por la interpretación de “Juno” puede ser leída como una expresión del puriteen
En su columna para JUNKEE, Soaliha Iqbal, periodista especializada en política y cultura pop, explica que el término puriteen se refiere a las juventudes “que se escandalizan y sienten incomodidad cuando encuentran contenido sexual en línea”, pues consideran al sexo algo vergonzoso y desgradable. La escritora Karelia Vázquez (El País) agrega que estas juventudes mantienen una conducta vigilante en las celebridades. Sumado a la expresión y el ejercicio de la sexualidad, condenan a quienes consumen alcohol y tabaco.
Si bien el puriteen ha mostrado que las nuevas generaciones no suelen guardar silencio frente a situaciones como las asimetrías de poder en relaciones con significativas diferencias de edad, también ha omitido la importancia de la autonomía corporal, sexual e identitaria. Tampoco ha logrado marcar distancia con el slut shaming.
El caso de Sabrina Carpenter con su interpretación de “Juno” es muestra de ello: no se toma en cuenta que es una mujer adulta, con decisión sobre su cuerpo y que, públicamente, ha dicho que para ella “es importante que las mujeres puedan expresar su sexualidad de manera auténtica y sin miedo a ser juzgadas”.