junio 17, 2024

Ellas hablan: 12 mujeres explican quién es Claudia Sheinbaum, primera presidenta de México

La nueva presidenta de México es exjefa de gobierno, física, ingeniera, investigadora, integrante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU y exdocente. Sin embargo, ¿quién es Claudia Sheinbaum para las mujeres de México? A través de 12 testimonios, Volcánicas reconstruye la imagen y trayectoria política de la primera presidenta en el país.

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Portada: Isabella Londoño

Pasada la medianoche del 2 de junio, Guadalupe Taddei Zavala, presidenta del INE, declaró a Claudia Sheinbaum Pardo ganadora virtual [1] de las elecciones presidenciales de 2024. Militantes de Morena, partido que logró la amplia mayoría en el Congreso, celebraban con máscaras de látex o diademas de coletas sintéticas, un guiño al habitual peinado de la nueva presidenta. “Ganamos los morenacos” y “Victoria para el pueblo”, fueron algunas de las consignas con las que simpatizantes morenistas restregaron una victoria de más de 30 puntos porcentuales a la oposición que durante meses expuso el raciclasismo que permea en México. 

Después de una larga espera y de una jornada electoral entorpecida por la violencia criminal, Claudia Sheinbaum saludó a las más de 30.000 personas que desde la tarde abarrotaron las calles aledañas al Zócalo para aplaudir al proyecto de nación por el que votaron: la primera científica que llega a la presidencia; la exalumna de una preparatoria y universidad pública que se involucró en los activismos estudiantiles de finales de los 80; la funcionaria pública que desde principios de los 2000 trabajó con el futuro expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO); la exbailarina de ballet y expracticante de remo.

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Foto: Perfil de Instagram de Claudia Sheinbaum

Mientras el destello de los fuegos artificiales se dispersaba entre las melodías de la canción Huapango (Moncayo), camarógrafos de distintos medios enfocaban a quienes acompañaron a Claudia en el templete: Clara Brugada, que también celebraba su triunfo en la jefatura de gobierno, Citlalli Hernández, exsenadora de CDMX y secretaria general de Morena, Mario Delgado, presidente nacional de Morena y representantes del Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), facciones políticas que integraron la coalición Sigamos Haciendo Historia

Los encuadres siempre son parciales. Entre las y los vendedores ambulantes que sostienen su economía con peluches de AMLO y Claudia también se encontraban 200 policías. El templete en el que se llevó a cabo la celebración estuvo frente a Palacio Nacional y a unos metros de la Avenida Francisco I. Madero. Ambos lugares recuerdan que el Centro Histórico también ha sido donde policías  han reprimido y criminalizado a feministas, madres buscadoras, docentes, familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa y sobrevivientes de violencia sexual perpetrada por hombres como Félix Salgado Macedonio, con quien, por cierto, se ha visto a Claudia. 

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Foto: Perfil de X y Facebook de Claudia Sheinbaum

Entre las filas de quienes consagran que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) no regresaron a la silla presidencial se encuentran mujeres que atestiguan con suspicacia el discurso de Claudia Sheinbaum. La primera presidenta de la historia de México asegura que su triunfo fue, es y será por todas y para todas. Pero muchas —incluso las que la apoyaron con gran entusiasmo en 2018 y consideraron votarla en 2024— mantienen sus sospechas, sospechas que son legítimas en un país en el que la gran deuda histórica ha sido escucharnos a todas

***

“Una piensa que este tipo de cambios primero van a suceder en países ricos y del Norte Global. Creía que antes tendría que ganar una presidenta en Estados Unidos y ya, 20 años después, en nuestro país”, dice Gala, socióloga e investigadora, al momento de recordar el entusiasmo que sintió cuando medios internacionales como Le Monde, The New York Times, The Guardian, The Washington Post, Japan Times, The Wall Street Journal, Financial Times, El País, Los Angeles Times, ALJAZEERA, The New Arab, El Mercurio, La Nación y The Times of Israel dedicaron su primera plana a los resultados electorales de la candidata de Sigamos Haciendo Historia: 58.3%-60.7% del electorado según el conteo rápido del INE. 

“México juega un papel muy importante en el sistema-mundo. Vi las reseñas que se escribieron en otros países sobre el triunfo de Claudia Sheinbaum y me conmovió. Me dio mucha alegría que el mundo sepa que México es un país grandote y con tanta gente. La disposición de que la gente no tenga empacho en votar por una mujer me parece un dato contundente en sí mismo. Habla de un cambio cultural profundo”, menciona Gala.

Algo similar piensan Metzli, bióloga, y su mamá, la profesora Ángeles, quienes cuentan que “casi todas las mujeres de la familia votaron por Claudia. Históricamente, a la mujer se le ha minimizado en muchos aspectos”, dice Ángeles que, a sus 57 años, sintió emoción y orgullo cuando se confirmó la candidatura presidencial de la excoordinadora del Proyecto de Nación 2018-2024 de AMLO. 

¿Una esperanza para la izquierda?

Las elecciones en México se realizaron en un momento muy particular de las realidades latinoamericanas: el fortalecimiento de la derecha y la ultraderecha. México se ha presumido como un país en el que “la derecha todavía no despega”, pero negar el avance de posturas antiderechos, discursos de odio y políticxs ligados al conservadurismo sería un error, mucho más cuando se toma en cuenta que, de acuerdo con el Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática en América Latina, ha habido una disminución del apoyo a la democracia entre la población mexicana. 

Para Valeria, activista antirracista, “la democracia ha caído en un juego muy desesperanzador y mediocre en el que la participación consiste en votar por la opción menos peor”. Aún así, consideró que votar en contra de la coalición entre el Partido Revolucionario Institucional (que fue el partido hegemónico) y Partido de Acción Nacional (recordado por el gobierno genocida de Felipe Calderón) fue una cuestión estratégica.

Aunque en México cada vez se habla más de una “izquierda rota”medios argentinos, brasileños, chilenos y colombianos no evitaron dar por sentado que la tierra azteca alzó la bandera progresista de la región. A sus ojos, el país logró que la ostentación del Poder Ejecutivo quedara a cargo de una mujer que continuará con la ‘transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador’. Para Camila, militante de Morena y colaboradora de la plataforma Estamos Listas con Claudia, el vínculo de la presidenta electa no tiene que ver precisamente con “una cuestión sexista”, sino de “historia de vida y procesos cotidianos que forjaron su postura e identidad política”. Camila creció “en una familia en la que los temas del país siempre se hablaban en la sobremesa”. 

Su padre, “que estuvo a punto de irse a la guerrilla con el Partido Comunista”, la llevó a “los primeros mítines y a las marchas en el Zócalo para apoyar a AMLO”. Desde muy pequeña, Camila tuvo claro quién era Claudia Sheinbaum: sabía que su primer encuentro con AMLO, el “Peje”, por su acento tabasqueño, fue a finales de los 2000, en el extinto Sanborns de San Ángel, cuando el entonces jefe de gobierno de CDMX buscaba a alguien que pudiera ayudarle con  “los problemas de las contingencias ambientales y la contaminación”. A Claudia y AMLO los unió el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el hecho de que la mamá de Claudia conociera a José ‘Pepe’ Barberán, exacadémico de la UNAM y exresponsable del Comité General del Servicio Electoral (CGSE) del PRD

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Foto: Perfil de X y Facebook de Claudia Sheinbaum

Cuatro años de trabajo con Morena le han enseñado a Camila que la diversidad ideológica de las militantes de la 4T “es tan amplia como la del propio movimiento feminista” y que el éxito de Claudia en las urnas también se explica por el electorado de mujeres que ven en la científica una continuidad al obradorismo. “Creo que el nivel de votación que tuvo Claudia tiene que ver con dos cosas: ella como líder del partido (del que también es cofundadora) y la carga histórica que representa AMLO para la Cuarta Transformación en el país”, profundiza Camilia. 

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Foto: Perfil de X y Facebook de Claudia Sheinbaum

“Me parece que los programas sociales [del Bienestar] La Escuela Es Nuestra, Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo El Futuro, por mencionar algunos— y esa mirada hacia el pueblo es algo que compensó en estas elecciones.  Yo creo que ella [Claudia] muy a su modo seguirá con esa agenda de la 4T porque cree en la 4T”, secunda Ninde a manera de reflexión.   

Por su parte, Ángeles espera que se mantenga “el proyecto de nación del presidente AMLO”, pues para ella es algo muy importante la pensión para las mujeres mayores de 60 años. “Nunca antes se había contemplado a las mujeres de esa edad. Además, por primera vez en la historia se reconoce el trabajo doméstico”, asegura. 

Su hija, Metzli, tiene una postura similar, sólo que para ella, como asistente de investigación en programas del cambio climático, espera que Claudia, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, “brinde mayor atención al desarrollo sostenible” y apoye a las jóvenes investigadoras. “Si no lo hace me voy a sentir muy traicionada”, dice tras expresar preocupación por el recorte en las becas del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) en este sexenio y por haber bajado la asignación presupuestal del Gasto en Investigación Científica y Desarrollo Experimental (GIDE) a cifras de 2011 (69 mil millones de pesos, según Animal Político). “Realmente espero que [Claudia] se tome en serio su papel como científica”, resume. 

En el ámbito educativo, Adriana, especialista en psicología infantil, tiene presente que Claudia se comprometió a otorgar becas a estudiantes de educación básica y programas de apoyo a la primera infancia. Sobre estos últimos, tiene expectativas en que las políticas públicas en materia de educación para niñas y niños incluyan también a quienes viven fuera de CDMX y Edomex. Además de “descentralizar los planes y programas de las escuelas, tiene esperanza en que [ahora sí] se haga énfasis en que los centros de estudio sean lugares de resguardo y cariño”. 

Claudia Sheinbaum, la “hija de Tlatelolco”, que no respetó ni garantizó el derecho a la protesta

El 16 agosto de 2019 mujeres de la capital se organizaron para protestar en la Glorieta de los Insurgentes y frente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tras la criminalización institucional y mediática contra “las compas” que se movilizaron en el Búnker de la Fiscalía para mostrar apoyo a la menor de 17 años que fue agredida sexualmente por cuatro policías en la alcaldía Azcapotzalco. Horas después, el Gobierno de la Ciudad de México, bajo la titularidad de la ahora presidenta, comunicó que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) investigaría a quienes causaron “graves afectaciones a los edificios públicos”. Anexo a la amenaza contra las colectivas y activistas, Claudia Sheinbaum dijo que las demandas de las mujeres habían sido “una provocación a la que su gobierno no iba a responder”.  

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Marcha feminista del 16 de agosto de 2019./ Foto: An Flores (@kanahtbat)

Un año antes “del desmadre de Glorieta de los Insurgentes”, en julio de 2018, Lorena, que apenas iniciaba en el periodismo, votó por primera vez. Aunque mantenía sus reservas respecto a Claudia por su presunta responsabilidad en el derrumbe del Colegio Rébsamen en el sismo del 19 de septiembre de 2017, ella y sus compañeras de la universidad siguieron de cerca la campaña por la jefatura de gobierno, “primero como parte de una tarea del semestre y luego por intereses personales”. 

A Lorena le atrajo la postura de Sheinbaum en contra de la privatización de los espacios deportivos y sintió afinidad con propuestas como la de elevar el rango de la Secretaría y el Instituto de la Mujer y la ampliación de las líneas del Metrobús.  A la joven reportera también le parecía “rifada” la idea de “vivir en una ciudad gobernada por una morra conocida como la hija de Tlatelolco, por sus vínculos familiares con el Movimiento Estudiantil de 1968”. Claudia Sheinbaum estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue alumna del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y la Facultad de Ciencias. Mientras cursaba la carrera de Física, se sumó al Consejo Estudiantil Universitario (CEU) y entre 1986-1987 denunció públicamente que la Rectoría de la UNAM gastaba millones de pesos en desprestigiar al movimiento. 

De su etapa como estudiante en California se recuerda su particular habilidad para las matemáticas, pero también su foto en una portada para The Stanford Daily en octubre de 1991. “Se me hacía muy chingón que mientras estaba en Gringolandia se pronunció contra la rata de Salinas de Gortari. Creía que si ella sabía la importancia de la apropiación del espacio público, el derecho a la protesta nos sería respetado y garantizado”, comenta Lorena en un tono de decepción. 

Claudia Sheinbaum The Standford Daily
Imagen: The Standford Daily

Desde la apreciación de Leslie, abogada que trabaja con la sociedad civil, la represión a la protesta fue “el punto de quiebre” entre los feminismos y Claudia Sheinbaum. En 2019, Leslie se desempeñaba como servidora pública. Según recuerda, al menos en tres marchas le “pidieron ir a resguardar edificios y monumentos” para evitar intervenciones como la iconoclasia. “Me parecía algo lamentable”, condena.  

En el historial del “quiebre feminista” también se recuerda cuando el 28 de septiembre de 2020 Claudia Sheinbaum criminalizó la toma de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el Centro Histórico de CDMX y a las pocas horas, la policía capitalina encapsuló y atacó con extintores, gas lacrimógeno y petardos a manifestantes durante la marcha conmemorativa por el Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y el Caribe  (#28S), hechos que fueron negados por Claudia Sheinbaum a la mañana siguiente.

¿Aliada LGBT+?

En 2018, cuando Claudia Sheinbaum contendía para la jefatura de gobierno, se presentó como “defensora de la diversidad y la libertad” . Sin embargo, durante su gestión la capital registró un aumento de los crímenes de odio motivados por orientación sexual, identidad y expresión de género al grado de que a mediados de 2021, CDMX fue una de las 7 entidades de la República Mexicana con el mayor número de asesinatos de personas LGBT+. 

El gobierno local de CDMX también recibió varios llamados de atención por los obstáculos para el acceso a tratamientos de reemplazo hormonal y VIH. “Observé la falta de voluntad para seguir agendas más complejas. Hubo deficiencias] en el cumplimiento del ya aprobado protocolo de salud LGBT+, que permitiría a personas trans acceder a TRH en el IMSS, ISSSTE y Bienestar de todo el país. No hubo reconocimiento de los transfeminicidios [como una problemática de derechos humanos] y tampoco combate al desempleo de las personas trans posterior a la pandemia”, detalla Irene, socióloga trans, reportera y extrabajadora sexual. 

En 2022 diarios impresos y electrónicos presumieron a Claudia Sheinbaum como “la primera jefa de gobierno en asistir a una Marcha del Orgullo” —en la que además se le señaló por pinkwashing y por buscar protagonismo [7]—, pero la capital se perfiló como foco rojo del incremento de las agresiones contra personas LGBT+ en plazas públicas, restaurantes, estaciones del metro y comercios. 

“Me parece que no hay relación entre Claudia y las mujeres” insiste Irene en respuesta a las afectaciones a infancias, adolescencias y crianzas trans que el 20 de noviembre de 2021 participaron en una marcha que terminó en otro episodio de represión

Semanas antes, el 12 de octubre, colectivos anticolonialistas se movilizaron contra el mal llamadoDía de la Raza. Valeria, que pertenece al proyecto de Afrochingonas, y otres compañeres convocaron a una pequeña manifestación frente a la Embajada de España, en Polanco. “En esa ocasión no nos reprimieron; no nos molestaron. Estaban resguardando las instalaciones”, menciona la activista. “Pero sí nos llamó mucho la atención el hecho de que estos cuerpos policiales tuvieran muchas mujeres”. 

Valeria habla sobre las Ateneas, mujeres policías que Claudia Sheinbaum ha presentado como protectoras de las feministas y heroínas de la capital.  “Me parece un juego psicológico brutal el hecho de que quienes participamos en las movilizaciones seamos confrontadas por otras mujeres que también son racializadas y empobrecidas. Es hasta un poco macabro y perverso [el hecho] de que nos pongan frente a mujeres que pueden ser igual que nosotras, pero que tienen uniformes y armas”, aqueja. 

La primera presidenta de México se empeña en implementar una estrategia de ‘seguridad’ que hiere la memoria histórica

A seis meses de asumir la titularidad de CDMX, Claudia impulsó una estrategia de seguridad en la que el papel de la Guardia Nacional (GN), “un cuerpo bajo adscripción y mando civil”, sería protagónico, pese a datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) que revelaron que 39% de las personas aprehendidas por la GN sufrieron alguna agresión física  —golpes e intentos de asfixia, por ejemplo — después de ser detenidas.

“Me preocupa muchísimo que se militaricen las calles e incluso se llegue a situaciones extremas como el toque de queda”, pensó Anto, estudiante y activista feminista, después de escuchar que en el tercer debate presidencial la excandidata por Sigamos Haciendo Historia mantuvo como prioritaria la propuesta de fortalecer e incrementar el número de elementos de la GN. 

Desde 2022, los debates sobre la militarización se han enfocado en la pretendida reforma de AMLO para adscribir la GN a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)dedicada a la organización, administración y preparación del Ejército y la Fuerza Aéreay, de esta forma, establecer un vínculo de dependencia para el control de los recursos financieros, la distribución territorial, así como la formación, capacitación y profesionalización de la institución. “La agenda del militarismo sí ha agravado la situación de violencia de género en el país”, dice Ninde. 

La negativa a atender las posturas críticas sobre la militarización a través de la Guardia Nacional también se traduce en deficiencias en la política migratoria. “La gestión de la migración está militarizada porque se está viendo como un problema de seguridad nacional. Esto nos parece muy complicado porque las personas que migran y transitan por México vienen, la mayoría, en condición de refugiados y huyendo de la violencia”, detalla Valeria antes de mencionar que los activismos antirracistas demandan la derogación de los artículos 97 y 98 de la Ley de Migración para “que desaparezcan las cárceles migratorias, mal llamadas ‘estaciones migratorias’” y, en su lugar, se atienda a las deficiencias de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). “Creemos que tiene que haber una estrategia más integral y humanitaria. Espero que Claudia lo entienda y que esté dispuesta a escucharnos”, finaliza. 

¿Un gobierno por y para las mujeres que incluye la prisión preventiva oficiosa y visiones sesgadas sobre la violencia de género?

“La plataforma política de Morena está muy segura con las adultas mayores que no titubearon al votar por Claudia”, expresa Camila en apreciación al análisis en el que El País confirmó que el 60% de las mujeres de 60 años en adelante votaron a la candidata de Sigamos Haciendo Historia. 

No obstante, el diario también mostró que —aunque sacó una ventaja de 35 puntos porcentuales sobre los resultados de Xóchitl Gálvez—, el grupo etario con un mayor rechazo al proyecto de Sheinbaum fue el de les jóvenes de entre 18 y 29 años. En 2024, la juventud también vio con recelo la postura de la candidata sobre la prisión preventiva oficiosa. 

Aunque organizaciones feministas enlistaron los problemas ligados a la prisión preventiva oficiosa —el solapamiento de las deficiencias de las fiscalías y la violación al debido proceso, por ejemplo—, en el tercer debate presidencial Claudia Sheinbaum se mostró a favor de esta medida punitiva argumentando, con información engañosa, que de no implementarse “más de 60.000 delincuentes podrían salir a la calle”. 

“Me preocupan los sesgos que se vienen arrastrando en esta administración”, manifiesta Leslie, especialista en Derecho Penal,  al señalar que algunas de las propuestas en materia de seguridad y acceso a la justicia no se tomaron en cuenta las condiciones por las que atraviesa México. Desde 2019, año en el que legisladores aprobaron la iniciativa de AMLO para reformar el artículo 19 constitucional para ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, se alertó que habría un impacto diferenciado en las mujeres. “Entre abril de 2019 y agosto de 2021 (…) el número de mujeres que está en la cárcel con una condena apenas ha crecido en un 2.4%. Pero el número de mujeres en prisión preventiva ha crecido en un 37% (…) La rapidez (…) con la que las mujeres en prisión preventiva han crecido ha sido de casi el doble que los hombres”, destacó Intersecta  para Animal Político.

“Son temas que indudablemente afectan a las mujeres, pero no se están abordando con la mirada feminista que se dice tener”, insiste Leslie. En perspectiva de Wendy, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR), los efectos particulares de la prisión preventiva oficiosa no son el único asunto en el que la presidenta electa mantiene una visión sesgada. “Durante todo su discurso e incluso ya en campaña no reconoció la situación crítica [en la que están] los derechos de las mujeres. No reconoció a las madres buscadoras ni a las organizaciones de la sociedad civil. Nos ha parecido gravísimo que niños y niñas en situación de orfandad por violencia feminicida no sean nombrados. Tampoco se ha dicho qué pasará con el presupuesto para los refugios. Al no hablar de una realidad, difícilmente se puede tener una política”, resalta.

Por más de un año, integrantes de la RNR hicieron pública su preocupación frente a una de las primeras propuestas de campaña de Claudia Sheinbaum: la implementación de la Ley “El agresor sale de casa” en territorio nacional. “Está bien que haya refugios, pero la mujer tiene derecho a quedarse en su casa frente a un hombre que la violenta”, aseguró la todavía candidata en el mitin de  la Plaza del Reloj, en Pachuca, Hidalgo.

“Desde que escuchamos lo que quería hacer con esa ley hemos hecho visible que en un país como México, en el que no hay justicia y donde el sistema de órdenes de protección no funciona, una medida así pondría en mayor riesgo a las mujeres”, externa Wendy, mientras recuerda que del funcionamiento de los refugios no sólo depende la prevención del feminicidio, sino también la atención a madres buscadoras y migrantes. Por ello, hace un llamado a que la nueva administración no desestime la importancia de estos espacios y se les destine una partida presupuestal justa.  “Esperaríamos que, tanto desde la presidencia como de las instituciones en los diferentes niveles de gobierno, realmente se nos convoque para desarrollar y fortalecer una agenda incluyente y diversa”. 

***

“Yo entiendo las críticas que se le han hecho a Claudia. Incluso, yo misma se las he hecho”, dice Camila mientras mira los dibujos y posters con los que Joaquín, su hijo, celebra que México eligió a su primera presidenta en la historia. La familia y las amistades de Camila le dicen “el niño Claudia” cada que repite las palabras de su mamá: “las mujeres rifan”. Con la hermana de su novio, una niña de 12 años, Camila ve una respuesta similar: las infancias van a crecer viendo a mujeres presidentas, senadoras, gobernadoras, militantes y que se reúnen en las plazas más grandes de su país para exigir su derecho a participar en la vida pública

Aunque Adriana no asistió al Zócalo la madrugada del 3 de junio tiene un pensamiento semejante al de Camila: “El que una mujer asuma un cargo tan importante impactará en que más niñas y niños se interesen en los movimientos políticos”

Wendy coincide con que este hecho podrá “inspirar a muchas niñas y adolescentes”. Sin embargo, subraya que, “debemos acompañar a estas poblaciones para que, juntas, identifiquemos que “ser mujer no implica necesariamente tener una agenda feminista o enfocada en los derechos de las infancias”. Desde la postura de Irene, es fundamental no caer “en un esencialismo que estorbaría para entender la realidad”. Respecto a esta observación, Ninde agrega que es necesario que la sociedad mexicana en su conjunto “evalúe a Claudia como una estadista, como presidenta, por la labor que desempeñará y no por los estereotipos de género”. 

Desde la perspectiva de Camila, más que hablar de un suceso histórico se trata de “un momento de transición política” en el que la figura de Claudia Sheinbaum se plantea, al menos para ella, como una posibilidad del diálogo y “una oportunidad para ocupar espacios que nos fueron negados” por situaciones violencia simbólica y acoso. “Yo sí creo que en seis años podemos plantear un nuevo camino”, admite. 

Para que esto suceda, dicen Ninde, Leslie, Wendy, Anto y Lorena, primero es importante que la primera presidenta de México y su gabinete den paso a la autocrítica, que es uno de los grandes reclamos que han hecho colectivos trans y transfeministas, que, como menciona Irene, a la fecha expresan preocupación por la “permisividad a la transfobia por parte de Morena y la cercanía de Claudia Sheinbaum con perfiles transodiantes”. “Creo que una de las cosas más tristes de este tema es que ni ella [Claudia] ni su equipo, ni las mujeres cercanas a su equipo han sido autocríticas”, aqueja Leslie. “Tampoco han escuchado asertivamente”, completa. 

Para Ninde y Lorena todavía es muy pronto para “hablar de un cambio trascendental en la política mexicana” y, según aprecia Leslie, “Claudia y otras mujeres en la política no son compañeras de lucha”, pero “quizá son aliadas en la gestión del poder”. Indudablemente, las mujeres encuentran afinidad con algunas de las propuestas del nuevo proyecto de nación —la reforma fiscal, el Sistema Nacional de Cuidados y los programas en pro de la educación y salud pública, por ejemplo—, pero a una semana de la celebración en el Zócalo capitalino prevalece un sabor agridulce. 

Claudia Sheinbaum insiste en que su gobierno será por y para todas: “compañeras, amigas, hermanas, hijas, madres y abuelas”.  Pero pensar en un todas sigue pareciendo una realidad de la que algunas se sienten —y declaran—distantes. Como bien dice Camila, la primera presidenta de México tiene una responsabilidad histórica: la de garantizar que el próximo triunfo presidencial de una mujer “tenga más certezas que apuestas”, como apunta Gala. 

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Autor

  • An Flores

    Comunicadorx política graduadx de la UNAM, especializadx en regulación de medios audiovisuales y usos sociopolíticos de la tecnología. Colabora de manera independiente en periodismo musical a través de su newsletter “Music for the Vampires” y ha contribuido a medios como Indie Rocks!, Radio Nopal, Sound & Vision y Vibras. Su cobertura incluye la escena musical alternativa/under/goth, así como temas de justicia reproductiva, movilización social, políticas afectivas y gestión de recursos públicos, especialmente en salud. Además, es fundadorx de ALAIT (Aborto Legal, Acompañado e Informado para Todes), un proyecto para contrarrestar la desinformación sobre el aborto.

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