Cada 21 de mayo se conmemora la abolición de la esclavización en Colombia. Han pasado 173 años de ese hito, que lejos de ser un borrón y cuenta nueva para la población afrocolombiana, fue el comienzo de un proceso histórico que aún no ha logrado reparar el daño en términos simbólicos ni materiales. La abolición fue el resultado del trabajo incansable de los pueblos negros que, a través de procesos de cimarronaje, carcomieron los cimientos del sistema esclavista para lograr su libertad, y la de nosotras sus descendientes. Sin embargo, esta fecha también exacerba el racismo de la sociedad colombiana.
La abolición fue un hito trascendental en nuestra historia, pero de dejar de pertenecer al esclavista como ganado a convertirnos en ciudadanos en pleno derecho, hay un largo camino que seguimos batallando y recorriendo, porque al contrario de lo que dice mucha gente privilegiada, un estado “paternalista” para los pueblos afrocolombianos nunca ha habido. Cada proceso, cada ley y cada derecho ha sido luchado y negado una y otra vez por las instituciones, tal como pasó con los procesos abolicionistas, cosa que a señoras de élite como Piedad Bonnett les cuesta reconocer y respetar. A pesar de tener plena conciencia de las desigualdades el privilegio les sobrepasa.
Y es que, en su última columna, muy desafortunada debo decir, arremete contra líderes y procesos afrocolombianos porque, por primera vez en la vida, no es el público objetivo en una convocatoria. Suena un poco a “la gente blanca está sufriendo por el racismo inverso”. Entre las miles de convocatorias posibles nacionales e internacionales de escritura, a las que solo con sus privilegios se puede acceder, Bonnett ha decidido no soportar que una convocatoria no esté diseñada para su perfil. No deja de sorprendernos, ese victimismo que aflora en las personas blancas cuando sienten que han perdido algo porque el universo no les pertenece al 100% como imaginan, porque algo no ha sido pensado o diseñado para complacer sus deseos. Fragilidad blanca es cuando una señora de la élite descubre que no cumple con los requisitos para una convocatoria de literatura afro.
Hay que desconocer mucho la historia, o subestimar mucho la inteligencia de la gente que ha dado su vida en procesos comunitarios, como para creer que solo abriendo muchas oportunidades en todos lados, sin importar el origen, la etnia, el color, etc, como propone doña Piedad, vamos a tener orgánicamente un resultado diferente al que ya conocemos: ferias del libro repletas de gente blanca, premios de periodismo llenos de gente blanca, festivales de cine con mucha diversidad… de gente blanca y muy poca difusión de producción intelectual de personas negras e indígenas. Es supremamente racista y revictimizante que una señora blanca como usted, use precisamente la palabra “gueto” para estigmatizar las luchas y procesos comunitarios de las poblaciones históricamente marginalizadas por las élites a las que usted pertenece.
Deslumbrantes se leen sus aspiraciones a una “verdadera igualdad” mientras ignora por completo cómo opera el racismo estructural, pues mientras las señoras blancas como usted siguen inamovibles en sus privilegios, esa verdadera igualdad se nos escurre de las manos. Para hablar de una verdadera igualdad necesitamos redistribución de la riqueza, y si no soporta no entrar en el perfil de una convocatoria de literatura, no me quiero imaginar lo que sería para usted que le toquen sus demás privilegios. También se necesita la creación espacios afrocentrados, que tanto la mortifican, donde podamos pensar cómo derribar las estructuras, sin tener que lidiar con el whitesplaining, que por si no lo sabe -aunque lo practique muy bien-, se refiere a la actitud soberbia que toman personas blancas o con privilegio blanco, que nunca han sufrido el racismo para desacreditar, corregir y explicar a personas racializadas sus propias experiencia de discriminación racial y su visión de las estructuras racistas. Eso que en su última columna decidió hacer y que nosotras no estamos tolerando.
La lógica blanca de la inclusión parte de que las personas blancas como usted tengan el poder de decidir a quiénes y en qué términos y condiciones se les incluye en los espacios. Es un “te invito a mi fiesta”, y no queremos ser invitadas a la fiesta de los racistas, por eso nosotras creamos nuestras propias fiestas, tratando de evadir las violencias que tanto ha naturalizado ejercer la blanquitud sobre nuestra cuerpas, y claro que no están invitadas a esta fiesta hasta que no resuelvan su racismo y respeten los espacios de creación y formación política de nuestras comunidades.
Y no, no estamos en una “burbuja imaginada por mentes paternalistas”. Más bien el hecho de que hable con tanta ignorancia sobre los procesos políticos de las comunidades negras e indígenas, dice mucho de cómo la gente blanca como usted está encerrada en burbujas imaginadas por mentes supremacistas, los verdaderos racistas de buena fé. La colonialidad nos ha querido imponer Las mil y una noches, pero nosotros resistimos desde los alabaos y para ello no necesitamos su validación o permiso. De hecho, lo que parece que realmente le incomoda es que tengamos agencia y criterio para crear en nuestros propios términos, y por eso precisamente combatimos y cuestionamos férreamente el complejo de salvador blanco y la apropiación cultural que usted tanto quiere justificar.
La segregación racial esta lejoooosss de ser que usted no sea el público objetivo de una convocatoria para escritores afro. La segregación racial es ese lugar donde usted se siente segura y cómoda porque casi toda la gente se ve como usted y los que no, están a su servicio. Espacios que han demostrado ser inseguros para nosotras, las personas racializadas, como por ejemplo las calles de su barrio, los restaurantes que frecuenta, esa feria del libro a la que la invitan cada año, o ese conversatorio en el “que no ven colores sino personas” pero el aforo es 99% blanco.
Y ya que tanto le fastidia el término “apropiación cultural” lo voy a dejar explicado aquí, no para usted, que teniendo todos los privilegios para formarse ha decidido ser una ignorante en estos temas y movilizar los miedos atávicos de la blanquitud sobre las acciones afirmativas, creadas para mitigar los efectos del racismo, y los procesos políticos de los pueblos racializados, sino para tratar de combatir la desinformación que su privilegio blanco le permite difundir en los medios masivos de comunicación, que tanto daño le hacen a un país tan racista como Colombia.
Para empezar, apropiación cultural no es que un escritor blanco escriba sobre un indígena. Dependiendo de sus intenciones y metodologías, quizás eso podría ser extractivismo cultural, sin embargo, en lo que respecta a mi entorno académico valoramos y respetamos el trabajo ético, y riguroso de muchas y muchos autores blancas y blancos, todas y todos ellos conscientes de los privilegios que les atraviesan, y de cómo la producción de otras autoras y autores negros no tienen la misma visibilidad. Aun así, por más que quisieremos, no podríamos evitar que las personas blancas nos narren o hablen sobre nosotros; aquí nadie les tiene las manos atadas y no están oprimidos por su delirante e imaginario “racismo inverso”. Eso sí, no cuenten con la comodidad de nuestro silencio, porque lo vamos a cuestionar todo.
Volviendo a la apropiación cultural que tanto señora Piedad ha simplificado. Para tranquilidad todxs, hay que hacer más que haikús, ponerse rastas o usar una mochila Wayúu para incurrir en apropiación cultural. La apropiación cultural se refiere al proceder de personas blancas, pertenecientes a culturas privilegiadas, de tomar saberes, prácticas, elementos o rasgos culturales de otras comunidades sin su consentimiento, con el propósito de despojarlos de su significado original y obtener beneficios económicos, políticos o sociales. Esta práctica niega a las comunidades de origen su participación, reconocimiento y beneficios económicos derivados de las manifestaciones culturales que han sido apropiadas, ya sea por acción directa u omisión. Es claro doña Piedad, que NO nos va a enseñar a luchar quien nunca ha luchado en comunidad y que tanto en un día como hoy como todos los días del año, la gente negra va a seguir luchando y defendiendo lo que a nuestros ancestros y ancestras les ha costado tanto construir, soporte usted o no.
No es raro ese tipo de comentarios de la señora Piedad Bonnett , ya hace años esta señora escribió en El Espectador una columna es donde hacía comentarios, en ese momento, sobre la Feria del Libro recién realizada y para ella lo peor fue la gran asistencia de niños y jóvenes que los profesores preocupados por acercar a los estudiantes a la literatura, hacíamos por llevarlos a la Feria. Lo que escribió en la columna que refieren no es raro en ella.
De acuerdo con Cher. El supremacismo blanco que impregna a los intelectuales de elite es una manifestación mas del mundo q estamos viviendo con la colonizacion europea de Palestina y la justificación del genocidio. Porqué piedad bonnet se siente con derecho a escribir sobretodo? Le duele no poder estar en todas las convocatorias para mover sus padrinazgos y obtener premios y aullidos. Sra bonnet, sus problemas no le dan patente para despacharse contra los que no piensen como usted. Que “jarta” seria la vida a traves de su “pensamiento”.
Muy a lugar está discusión.
Necesaria para instalar otros panoramas de convivencia y comprensión del mundo más amplios.
Particular que una persona dedicada al arte, a ver el mundo desde la sensibilidad, sea el fruto de una conversación, un debate argumentativo, que evidencia no solo su posición social, sino si hacer artístico.
Cuántos más demagogos incurriendo en el desconocimiento y la ignorancia.
Con seguridad no es algo nuevo. Lo distinto hoy es que ya no tenemos miedo de expresar y construir un mundo más justo para todos.
Hay muchas Sher Herrera construyendo que alivia el existir…y otros muchos con ellas, ellos, respaldando y transformando… Me sumo!
Me resta la pregunta si acaso estás posturas indiferentes, agresivas y imitadoras como las expresadas.sibre Bonet, radican únicamente en la organización social o está teñida de asuntos profundamente personales. ¿Qué ocurre dentro de un ser para pensar, decir y hacer de determinadas maneras que niegan al otro?
Bien peinadita quedó la señora Bonnett. Gracias a Sher por ponerse en la tarea de desenredar semejante madeja de despropósitos y sinsentidos.
Sin embargo no deja de doler cómo nos exigen inclusión cuando el “incluidx” no es blancx o cisgenero heteronormativx. Duele verles con sus arengas, mientras que nunca en su vida han tenido ni tendrán una arquitecta transfemenina que diseñe sus conjuntos o edificios, un médico, abogado o ingeniero negro, una gerente de sus bancos, una CEO en sus empresas que sea indígena o negra. Ahí nunca saldrán con sus banderitas antidiscriminación. Mientras nos quedemos calladxs y tranquilitxs en el lugar de inferioridad en el que por siglos nos han mantenido, para ellxs el mundo será un lugar mejor. 🙁
Cordial saludo, les dejo mi columna escrita en Facebbok y los comentarios que allí aparecen.
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Qué buen artículo. Es tan necesario que personas como Sheer digan estas cosas y las digan con la claridad y contundencia que ella lo hace. Felicitaciones y saludos desde Lima. A las élites latinoamericanas ya nada más les falta escribir el Manual del perfecto racializado cómo ser marginado y mostrar una sonrisa.