Un triple lesbicidio en Barracas indignó a Argentina. Pasadas las 23:30 hrs del domingo 5 de mayo, Justo Fernando Barrientos, que vivía en el mismo hotel que las víctimas (Pamela Cobas, Roxana Figueroa, Andrea Amarante y Sofía Castro Riglos), arrojó un explosivo casero a la habitación en la que se encontraban dos parejas lésbicas. Las mujeres intentaron salir, pero su agresor bloqueó la puerta.
A causa de las quemaduras, Pamela falleció horas después del ataque. El 8 de mayo, Roxana perdió la vida, y cuatro días después de estar en terapia intensiva, Andrea falleció.
Hasta el 17 de mayo, Sofía Castro seguía internada en el hospital, recuperándose de las heridas que le afectaron las manos y la cara. El Hospital del Quemado y el Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte” trabajarán de manera conjunta para brindarle la atención necesaria en el tema de salud mental, pues desde el ataque Sofía ha estado en shock.
Aunque en algunos medios de comunicación el caso fue abordado como un incendio, desde un principio, organizaciones feministas y sexodisidentes denunciaron que se trataba de un crimen de odio.
Días posteriores al ataque, medios como Agencia Presentes se acercaron a testigos que dieron a conocer que el lesbicida ya había amenazado a las mujeres. Página 12 también reportó que vecinos ya habían presenciado discusiones en las que Justo Fernando Barrientos las atacaba verbalmente con insultos lesbofóbicos y que, incluso en Navidad, amenazó de muerte a Pamela y Roxana. La pareja denunció ante la policía local.
En conversación con Página 12, la activista Jesi Hernández (Autoconvocades de Lesbianes por Barracas) contó que, hasta el 12 de mayo, no se habían presentado familiares de las víctimas. “Es muy triste como ciertas identidades quedan al margen y ni sus cuerpos los reclaman los familiares. Es doloroso, pero es real”, dijo.
Respuesta institucional
Así como destacó Agencia Presentes, el triple lesbicidio de Barracas, que toma como contexto la crisis habitacional, la precariedad laboral y el impulso de una economía neoliberal, expone la grave situación de riesgo y violencia en la que se encuentran las poblaciones LGBT+ en Argentina.
Desde antes de entrar a la presidencia, el gobierno de Javier Milei fue muy claro respecto a su desdén por las sexodiversidades. A través del discurso oficial se ha mostrado una fuerte resistencia a respetar las identidades y a combatir la violencia en razón de orientación sexual, identidad y/o expresión de género.
Durante la conferencia matutina del 13 de mayo, el vocero de la presidencia, Manuel Adorni, dijo que el ataque de Barracas fue la expresión de una violencia “generalizada” y “abarcativa” (que le puede pasar a cualquier persona, en pocas palabras).
Cuando la diputada nacional por la provincia de Buenos Aires Romina Del Plá expresó su indignación por las declaraciones de Adorni y subrayó que el triple lesbicidio se había tratado de “un crimen de odio contra la comunidad LGBT (…) agravado por el recorte en presupuesto de género”, el funcionario continuó con una postura negacionista argumentando que la palabra lesbicidio no estaba en el diccionario de la Real Academia Española (RAE).
En X, Fundación Huésped denunció que la narrativa negacionista del gobierno “habilitan y promueven la impunidad” en la violencia contra las personas LGBT+. Sobre el tipo de declaraciones como la de Manuel Adorni, la integrante de la organización feminista Socorristas en Red, Juliana Montoya, agregó que además de negar la orientación sexual de las víctimas y que “Barrientos las quiso matar por ser lesbianas”, mandó “condolencias a las familias sin saber que ellas habían sido rechazadas y expulsadas por su orientación sexual”.
Pero Manuel Adorni no ha sido el único representante del gobierno que ha negado los crímenes de odio como una realidad en Argentina. Hasta el 17 de mayo seguía sin haber pronunciamientos por parte de las autoridades locales ni de la nación.
Según Agencia Presentes, desde las instancias ‘procuradoras’ de justicia’ el acceso de la información ha sido más que limitado. Hasta el momento sólo se sabe que el sistema judicial ingresó el triple lesbicidio de Barracas bajo la figura de homicidio. Otro de los datos que se tenían hasta el 17 de mayo es que para entonces, no se había tomado la declaración de Justo Fernando Barrientos.
Desde el ataque a las dos parejas lésbicas también se ha problematizado que, con la presidencia de Javier Milei, organismos como el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) han visto entorpecida y hasta criminalizada su labor.
“La heterocisnorma mata. Negarlo es complicidad”: una de las consignas de las movilizaciones que condenaron el triple lesbicidio en Barracas, Argentina.
Frente a los hechos y a la respuesta institucional, el 11 de mayo, más de 60 colectivas y activistas feministas y de la diversidad sexual tomaron las calles de Barracas para justicia para Pamela, Roxana y Andrea y reparación para Sofía Castro. Organizaciones como Autoconvocades Lesbianes por Barracas y la Red de Autoconvocades y Organizaciones Lesbianes hicieron un llamado al “fortalecimiento de la comunidad y al acompañamiento como forma de resistencia contra la violencia política y simbólica”.
La indignación por el lesbicidio triple —y por todo el contexto que lo rodea— se extendió más allá de Argentina. El 13 de mayo, en Bogotá, Colombia, se realizó un velatón en la Plaza de Bolívar. Los colectivos participantes leyeron un pronunciamiento en el que recordó:
“Este crimen de odio fue agravado por las condiciones precarias de vivienda en la que se encontraban las chicas, Pamela, Andrea, Roxana y Sofi. La ausencia de políticas públicas frente a la crisis habitaciones y la promoción y reproducción de discursos de odio por parte del gobierno resaltan la responsabilidad del Estado. Esos discursos no son gratuitos ni son inofensivos, se llevan nuestras vidas”.
Cinco días después, el 18 de mayo, en CDMX, mujeres y personas LGTBT+ marcharon por la Avenida Paseo de la Reforma y con destino a la Embajada de Argentina en México. Durante la jornada también se leyó poesía.
Mientras tanto, en Madrid, el 17 de mayo, un grupo de al menos 100 personas marchó por la calle Fernando el Santo. Les participantes gritaron consignas como “Las quemaron por lesbianas” y “Ni Una Menos”.
También en el ámbito internacional, el 15 de mayo de 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció sobre este caso. A través de redes sociales, el órgano condenó los hechos e hizo un llamado a que el estado estado argentino investigue el caso con perspectiva de diversidad sexual.
JUSTICIA PARA PAMELA, MERCEDES ROXANA, ANDREA Y REPARACIÓN PARA SOFÍA. QUE EL TRIPLE LESBICIDIO EN BARRACAS NO QUEDE IMPUNE.