May 25, 2023

Ser antiespecista no te quita lo racista

El antiespecismo expone que todos los seres sintientes tenemos valor y, por lo tanto, debemos ser sujetos de derechos derechos sin importar nuestra especie. Así mismo, busca descentralizar que solo las vidas humanas tienen valor y que no hay una vida más importante que otra. Pero, ¿qué pasa cuando quien se enuncia como antiespecista termina siendo racista?

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Goyo, La Reina del Combo, es una artista negra, cantante y productora del pacífico colombiano que empezó su carrera como vocalista de Chocquibtown y recientemente, como solista. El pasado 17 de mayo recibió el reconocimiento “Mujer raíz de Nuestra Tierra” en la gala de los premios Nuestra Tierra. En el evento, Goyo hizo una presentación en donde se destacó, sentada en una silla como la reina que es, con un vestido negro y su voz imponente, cantando “En letra de otro”, de su álbum más reciente. 

Lo que más llamó la atención del show fue el hecho de que un gato estuviera en el escenario atado a una correa que ella sostenía con fuerza, mientras se mostraba molesto, aturdido e incómodo y aunque, la producción del show había acordado que el animal haría parte del acto, el hecho de que Goyo le agarrara de esa manera causó molestia entre la audiencia que señaló el show por maltrato animal. Sin embargo, al reclamo le siguieron una serie de ataques racistas hacia la cantante, que involucraron amenazas de muerte y comparaciones del acto con la esclavización que reclamaban que quien merecía estar encadenada era la artista.

La acción no fue la indicada, definitivamente, no hay justificación para el maltrato animal, en eso coincidimos. Pero de ninguna manera se justifican los ataques racistas que recibió la cantante, ni que el hecho, por más indignante que sea, se le compare con la esclavización cuando este fue un proceso de explotación, deshumanización y despojo que duró más de 500 años y aunque digan que ya se acabó, las consecuencias de ese proceso aún siguen presentes de muchas maneras en las vidas de las personas negras y se manifiesta en el racismo, el mismo con el que se refieren a Goyo para señalarla. Y es que, los señalamientos hacia las personas negras siempre tiene como base el racismo. 

Cuando revisamos la historia, encontramos que los perros eran utilizados para cazar a la gente negra que escapaba del destino cruel de la esclavización e incluso, que durante esa época los animales tenían mejores condiciones de vida que las personas esclavizadas. Ahora no me vengan a decir que una cosa no tiene que ver con la otra porque no estoy diciendo que los animales merezcan ser maltratados, lo que intento expresar es que históricamente con la gente negra también se ha sido especista.

Una de las formas en que los esclavistas decidieron deshumanizar a la gente negra fue atribuirles el rasgo del salvajismo, argumentando que por ser salvajes, debíamos ser domesticados y cazados con el fin de explotarnos. Esa concepción de salvajismo de la gente negra sigue presente e impide que nos vean como sujetos de derechos cuyas vidas importan y deben ser respetadas. 

Sin embargo, al parecer, para algunas personas que están en defensa de los animales, no se debe considerar que la negritud también debe ser humanizada, que el antiespecismo también debe de ir de la mano del antirracismo como lo manifiesta Brenda Zambrano(@psicoterapiabrenda) , psicóloga, queer, antirracista, antiespecista: 

“Aunque sea algo difícil de hacer evidente, los sistemas de opresión están apelmazados y se interconectan, las formas de opresión son derivadas de un sistema que es colonial, blanco y patriarcal. Por ejemplo, compartimos la animalidad con otras especies y, sin embargo, a las personas negras para negarles derechos y vulnerar su autonomía se les puso en la categoría de animales simiescos o salvajes, como una forma de degradación, por supuesto esto es completamente injusto (todos los seres humanos compartimos la misma animalidad).
La lucha antiespecista puede ser idealmente también la lucha antirracista, para realmente confrontar este mismo sistema de opresión. Los cuerpos negros así como los cuerpos animales y otros cuerpos de la naturaleza son víctimas de opresión diariamente.” Lo que nos dice Brenda es necesario para entender cómo las dinámicas de opresión están profundamente ligadas. Comprenderlo puede contribuir a que ninguna lucha termine transgrediendo otras. 

No es posible enunciarse desde una lucha y ser opresor en otras, se entiende la defensa hacia los animales y la lucha porque se reconozcan sus derechos, pero, ¿tienes que ser racista para defender tu causa?, muchos de los comentarios hacia Goyo perdieron el rumbo del respeto por cualquier vida, cuando decidieron que la vida de la cantante era menos importante que la de Matías, el gato y es que la incoherencia nos hace humanos, así como los errores. Lo anterior me lleva a recordar los momentos en que los artistas blancos han hecho uso de su privilegio racial y siendo cobijados por este, cometen actos similares e incluso hasta más reprochables, pero no generan tanto ruido. Por ejemplo, Rosalía en el 2019, usó piel animal y salió a decir que se trataba de arte y aunque recibió críticas al respecto, esto no causó tanto señalamiento, ni las críticas llegaron hasta tal punto de querer atentar contra su vida o que sus orígenes fueran utilizados para insultarla, solo se le hizo un llamado de atención. Y es que el privilegio blanco hace que los reproches sean llamados de atención para la blanquitud y castigos para la gente negra.

Tampoco podemos olvidar cuando J Balvin en su vídeo “Perra” (2021) apareció sosteniendo a dos mujeres negras encadenadas mientras estas caminaban en cuatro patas, una acción que desde cualquier punto de vista debería ser reprochable,puesto que deja ver el racismo y la misoginia, la negra misoginia (Misogynoir) de este tipo de demostraciones. A pesar de que salió a disculparse, no lo hizo por la indignación general, sino que fueron las mismas personas negras quienes salieron a denunciar, sí, porque desde la óptica blanca es normal asumir a la gente negra encadenada. La cuestión es que su indignación es selectiva y lo único que no les parece meritorio de escándalo es el racismo. Porque cuando, por ejemplo, una maestra denuncia que sus hijos y ella están viviendo racismo hasta el punto de no soportar la vida, el silencio hace eco en la selección de sus luchas y desde la selección de su indignación deciden hacer caso omiso al llamado a denunciar este tipo de actos. Pero, claro, en el caso de Goyo, era una mujer negra cometiendo un error. 

Me da curiosidad cómo la gente comenzó a preguntarse si nos imaginábamos lo que sintió Matías, el gato, pero nunca he escuchado esa misma empatía cuando se trata de la gente negra y no se trata de ponerse en los zapatos del otro, se trata de que una experiencia no debe ponerse sobre otra, se trata de que el racismo y el especismo están ligados y ambos operan en pro de ejercer poder y explotación sobre otros seres. Tampoco intento comparar, pero realmente lo que falta más que la empatía es el cuestionamiento de los privilegios y el acceso a estos, las respuestas frente al racismo suelen venir desde la revictimización, la lástima y el morbo, no desde una idea de transformación sino como algo normal en la sociedad y que no debe ser cambiado.

Todo sistema de opresión plantea una superioridad con la finalidad de explotar y dominar a quienes se les cataloga desde la inferioridad. El racismo antinegro es un sistema de opresión dirigido a deshumanizar a las personas negras con el fin de explotarlas, esto también tiene matices especistas, puesto que, como ya he mencionado, a la gente negra se le llegó a considerar como animales sin sentimientos e incluso sin alma, sin derechos y que solo tenían como función trabajar y reproducirse, por lo tanto, eran inferiores. El impacto de esto fue tan fuerte que hubo zoológicos de gente negra encadenada, encerrada y tratada de formas inhumanas. A raíz de esto, se puede deducir que en algún punto estos sucesos no estuvieron tan alejados de la realidad de muchos animales, aquí la cuestión es que esto aún persiste y las experiencias de la gente negra terminan siendo reducidas a un: “eso ya pasó”, pero, si ya pasó, ¿por qué insisten en recordarnos el lugar donde nunca fuimos libres y nuestra humanidad fue desconocida? 

Me atrevo a decir que ser antiespecista y racista a la vez es una contradicción, no podemos hablar de salvar vidas, cuando estamos deslegitimando otras. O sea, amigues, entiendo sus luchas, también quisiera la liberación animal, pero en estos momentos no me puedo concentrar en esa lucha cuando aún tengo que luchar para que se reconozca mi propia humanidad, cuando siguen asesinando gente negra y el black lives matter solo se queda un hashtag, cuando les importa más el tipo de ropa qué utiliza una vicepresidenta y no el racismo estructural que habitan las comunidades y quienes aseguran que todas las vidas importan, terminan sepultando otras. El enfoque en toda lucha debe ser interseccional porque es imprescindible que cuestionemos todos los sistemas de opresión y cómo se interconectan para así lograr emancipaciones definitivas. Las luchas animalistas deben empezar a ser conscientes del discurso racista con el que defienden su causa, así mismo el hecho de entender que no todas las personas partimos desde un mismo punto y que ser veganos, aunque para muchos sea una elección, para otros incluso comer no es una opción. 

Como dijo Audre Lorde: “Una opresión no puede justificar otra”, así mismo, la defensa de una causa no puede basarse en ser racistas. Realmente espero que llegue el día en que todas las vidas importen, en el que las vidas negras sean tan importantes como las de cualquier ser y que cuando estas sean vulneradas sean defendidas, no minimizadas. El antiespecismo debe entender que el amor hacia los animales, también significa el amor a todas las vidas y que su defensa es una lucha colectiva. Los animales necesitan ser protegidos, y que sus derechos sean reconocidos hasta el punto de entender que también sienten y sus vidas importan y esa protección no puede verse viciada por el racismo de quienes alegan su protección. Hay que reconocer que existen vulneraciones que enfrentan las personas negras y así como lo expresa Brenda: 

Es necesario escuchar a las personas negras desde su identidad y su historicidad. En la lucha antiespecista hace falta reconocer las vulneraciones a las que se enfrentan las personas negras aún hoy, y enunciarlo: no todas las personas cuentan con sus derechos garantizados, hay personas en condiciones horribles. Y aunque en la estadística tenemos números alarmantes de animales asesinados cada año, esto no invalida la experiencia de las personas negras y marrones, hacer competir estas dos experiencias es una falacia. 

Muchas comunidades negras han estado en búsquedas continuas de convivir y proteger a todos los seres. Estos esfuerzos se ven en santuarios, guardabosques, guardianes de territorios, guardianes del agua, conservación de las plantas endémicas y reforestación, comunidades que siguen dietas a base de plantas.  La forma de comunicar, la forma en la que usamos el lenguaje es otra oportunidad: Al mostrar las horribles torturas a las que están sometidos nuestros hermanos animales, evitemos la exposición de imágenes de cuerpos negros esclavizados y flagelados.  Evitar comparaciones sobre la vida de qué ser es más importante, no sugerir que la vida de otros animales sean más dignas, o puras o merecedoras que la vida de las personas negras. — Y lo obvio, si es necesario hacer responsable a una persona negra o marrón por un acto de maltrato animal o un acto de alguna forma especista, hacerlo sin recurrir a ofensas, ni dirigidas a su fisionomía, ni a su intelecto y no usar la historia de la esclavitud como talón de Aquiles. Recordar que el especismo no es algo exclusivo de las comunidades negras y ser una persona negra no es lo que les hace especistas.

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  • arusiseña, negra, queer, fluyendo en el género como en la marea feminista negra, escritora, nieta de mi abuela y en proceso de ser abogada que apela a la ternura incomodando, resistiendo, transformando las estructuras. Miembro de la Colectiva Matamba Acción Afrodiásporica, del Colectivo Posá Sutó, Cofundadora del colectivo Afroestudiantil Chambakú UGC y actualmente delegada Nacional por mujeres negras de La Instancia Especial de Género Para la Paz. Creyente de las colectividades como espacios de transformación, amante de la marea, y de su territorio, Nuquí, Chocó. Cocinera de cocadas profesional. Ha publicado su trabajo en medios como la Revista Marea, Diáspora y Afroféminas. Creadora de contenido y crítica del sistema.

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Comentarios

One thought on “Ser antiespecista no te quita lo racista

  1. Hay una enorme diferencia entre animalistas y antiespecistas. Los primeros son simples “mascoteros”, que incluso se comen otros animales.

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