Por Juliana Abaúnza Jaramillo

Promising Young Woman, de la directora, escritora, productora y actriz inglesa Emerald Fennell, es una de las mejores películas del año. No lo digo solo yo, ya ha sido nominada a premios como los Golden Globes, los BAFTA y también a los Óscar, donde este domingo competirá por cinco premios: Mejor película, mejor directora, mejor guión original, mejor actriz y mejor edición. Y aunque veo muy difícil que gane en las categorías de mejor película o dirección, (esos dos premios es casi seguro que se los llevarán Nomadland y su directora, Chloé Zhao), en las otras categorías tiene más chance, especialmente con la actuación de Carey Mulligan. Así no se lleve el premio en la esperada noche, ella será la ganadora en mi corazón.
Yo no había sido particularmente fanática de la Mulligan. No era que me cayera mal, ni que me pareciera mala actriz, (de hecho, estuvo genial en An Education), pero siempre sentí que sus papeles eran muy parecidos: chicas dulces y tímidas que sonríen dulce y tímidamente. Pero su papel de Cassandra, ‘Cassie’ Thomas, en Promising Young Woman me dejó con la boca abierta. Esta es una Mulligan como nunca la había visto, una mujer desdichada que pasa por todas las facetas de la rabia y el dolor. Y es que esta no es una película en donde la venganza sea catártica y sexy. Al contrario, la venganza consume a Cassie, le daña la vida y la convierte en una cáscara de una persona. El título de la película es una ingeniosa vuelta a esa frase que tanto han dicho abogados, jueces y miembros de la sociedad cuando reclaman por la vida de algún “joven prometedor” que cometió el “pequeño error” de violar a alguien y cuya vida “no se debería arruinar”. Entonces, acá nos preguntamos por las vidas truncadas de todas esas jóvenes prometedoras mujeres que fueron enfrentadas a la violencia sexual.
Cassie es una joven que perdió a su mejor amiga Nina, (la película da a entender que Nina se suicidó), después de que un compañero de la universidad la violara. Nina reportó la violación, pero nadie se tomó su denuncia en serio, ni sus compañeros y compañeras, ni la universidad, ni los abogados. Ahora, años después del suceso, Cassie, en venganza por lo que le pasó a Nina, va a bares y actúa como si estuviera borracha. En algún punto de la noche un hombre siempre se ofrece a “llevarla a casa” con la excusa de ayudarla y, siempre ignorando lo borracha que Cassie supuestamente está, y haciendo caso omiso a sus comentarios sobre querer irse, insisten e intentan tener sexo con ella sin que haya consentimiento. Y es en ese instante, en el que estos “hombres amables” (un casting genial: Seth Cohen de The O.C. y McLovin de Superbad) muestran su verdadera cara, justo cuando Cassie cambia su lengua enredada y su comportamiento de borracha y les revela que todo era una actuación y que está sobria, preguntándoles con una voz seria y sobria “¿qué creen que es lo que están haciendo?”. Esta confrontación los deja fríos. Todos se ponen a la defensiva: “Soy un buen tipo”, “pensé que teníamos una conexión”, “era obvio que querías”. Pero Cassie no se echa para atrás y, usando solo sus palabras, los deja aterrorizados.
Las exploitation films son películas que abordan, o bueno, explotan, temas que muchas veces son considerados tabú, escandalosos o inaceptables como la sexualidad, la violencia, el crimen o las drogas. Generalmente son de baja calidad (“series B”) pero en muchos casos logran volverse de culto e incluso llegan a ser aclamadas por la crítica. Entre los muchos subgéneros ( las biker films, las de blaxpoitation o las slasher) están las rape-revenge movies, o películas sobre venganza después de una violación, como I Spit on Your Grave, The Last House on the Left, Jennifer’s Body, Ms. 45, Thriller: A Cruel Picture, Eye for an Eye, Law Abiding Citizen, Teeth y The Virgin Spring, entre otras. Con su paleta de colores pastel, su banda sonora que incluye clasicazos como “The Stars Are Blind” de Paris Hilton y esta historia de violencia sexual, dolor y la vendetta de Cassie, Promising Young Woman es una deconstrucción, una reinterpretación y una nueva adición de este subgénero.
En estas películas, después del evento que desencadena todo, la violación, a veces son las mismas mujeres violentadas quienes se dan cuenta de que la ley no las protegerá ni las vengará y que tendrán que tomar venganza con sus propias manos. Pero en otros casos (muy comunes, la verdad) la venganza la toman hombres que “pierden” a sus esposas, o a sus hijas, en una violación que, muchas veces, terminó en asesinato. En su libro “Watching Rape: Film and Television in a Post Feminist Culture”, Sarah Projansky dice que en las películas que entran dentro de esta segunda categoría, la violación motiva y justifica una versión particularmente violenta de la masculinidad, y las mujeres quedan relegadas a ser solo “utilería” en la narrativa, un “motivo” en la historia que realmente importa: la del hombre vengador.
Esa historia del hombre agraviado que va golpeando y asesinando a diestra y siniestra porque “mancharon” la reputación de su pareja o porque destruyeron la vida de su hija es un tropo narrativo. En sentido estricto, un tropo es cuando se sustituye una expresión por otra en sentido figurado. Pero ya es común usar esta palabra para describir y agrupar figuras retóricas, tópicos literarios o clichés narrativos en obras de ficción, entre esas las películas. Y en este caso ese tropo, ese cliché, tiene un nombre: “fridging”, “Stuffed into the fridge”, o “Metida en el refrigerador”, que es cuando un villano asesina, viola, maltrata o incapacita a un personaje (generalmente feminino) con el único fin de hacerle daño al protagonista, en este caso masculino, motivando al protagonista a tomar acción.
El nombre del tropo viene de una historia de Linterna verde, en la que el villano Major Force deja el cadáver de Alexandra DeWitt, la novia de Kyle Rayner, metida dentro del refrigerador para que él la encuentre. Este término se popularizó gracias a la escritora de cómics Gail Simone en su blog Women in Refrigerators, donde publicó una lista de personajes femeninos en cómics que murieron solo para que la trama del protagonista, generalmente un hombre, avanzara. Pero en Promising Young Woman vemos algo diferente. No es el padre de Nina quien la venga. Tampoco es su novio. Ni siquiera es la misma Nina, sino su mejor amiga. Esto, además de ser refrescante, es una oportunidad para reflexionar sobre la naturaleza de la amistad entre mujeres y acerca de cómo, así como nadie le creyó a Nina, nadie le cree a Cassie, quien casualmente es tocaya de la mitológica sacerdotisa y profeta a quien nadie le creía.
(Hasta acá todo lo que les he contado de la película lo pueden deducir si ven el tráiler, así que tomen esto como una advertencia de spoilers, porque voy a hablar del final).
En su misión de venganza, Cassie planea cómo desquitarse de las personas a las que culpa por la muerte de Nina. Entre esas está una examiga de la universidad (interpretada con perfección por Alison Brie, a quien siempre le sale muy bien el papel de blanquita mojigata y estresada); la decana de la universidad (que valoró más la vida del violador que la de Nina); el abogado que defendió al violador en la corte y, principalmente, el violador, Al (otro casting acertado: Bash de GLOW). A través del chico con el que está saliendo, quien después resulta siendo un cómplice más en un giro que me tomó por sorpresa y me rompió el corazón (porque yo alcancé a enamorarme también de Bo Burnham) Cassie se entera de que Al, el violador, se va a casar y que hará una despedida de soltero. Así que va disfrazada de stripper a la cabaña donde están celebrando para llevar a cabo su plan: esposar al violador y escribir, con un cuchillo, el nombre de Nina en su pecho. Una venganza muy similar a la de Lisbeth Salander en The Girl with the Dragon Tattoo, quien, después de ser violada por el funcionario del gobierno que maneja sus finanzas, lo amarra a la cama, lo viola con un palo y le tatúa “CERDO VIOLADOR” en el pecho.
Pero el plan de Nina no sale como ella esperaba y la película da un giro que lleva a su divisivo final. El violador logra soltarse y asfixia a Cassie con una almohada. Esta es una escena difícil de ver, especialmente porque hasta ese momento Promising Young Woman no había mostrado nada de violencia. No hay cortes, no hay fast forward. Son dos minutos y medio de este tipo, encima de Cassie, haciendo presión con la almohada. Dos minutos de ella, desesperada, intentando quitárselo de encima con sus brazos o sus piernas. Dos minutos y medio que culminan con el feminicidio de nuestra protagonista.
Cuando el padrino de bodas, interpretado por Schmidt de New Girl, entra a la habitación al día siguiente y se da cuenta de que Cassie está muerta, le dice a Al: “¿Asesinaste a la stripper en tu despedida de soltero? ¿Qué es esto, los noventa?”. Ese intento de chiste esconde otro tropo narrativo llamado “Disposable sex worker” (la trabajadora sexual desechable): la historia de una stripper o una trabajadora sexual que muere en una despedida de soltero. ¿Cuántas veces hemos visto historias de un asesino serial que acaba con las vidas de prostitutas como en American Psycho, Perfume, Heat o Natural Born Killers? ¿Cuántas escenas de fiestas o moteles en los que, en medio de una escena de sexo con un hombre, la prostituta muere por sobredosis o porque el tipo la mata, como en Boogie Nights o The Godfather Part II? ¿Cuántos episodios de series como CSI, Criminal Minds o Law & Order empiezan con el asesinato de una trabajadora sexual que eventualmente será olvidada? Eso tienen en común las historias que usan ese tropo, la deshumanización de las mujeres. Muchas veces ni siquiera sabemos sus nombres, son solo cuerpos inertes que aparecen violentados en la cámara. No sabemos casi nada de sus personalidades y de sus vidas, más allá de su profesión, porque ellas casi nunca son el centro de la historia. Promising Young Woman, una vez más, voltea el cliché y centra la historia en la mujer asesinada, en la tragedia de esta vida perdida.
A mucha gente le molestó que Cassie muera al final, pero a mí me pareció, aunque muy triste, lo más lógico y realista. Durante toda la película, la venganza de Cassie consiste en regañar a hombres abusadores y después se levanta, se va, y ya. En la vida real, esas situaciones serían un peligro (como prueban esos casos que vemos en las redes sociales de mujeres que cuentan que le respondieron a un hombre que le dice un comentario no deseado y, a cambio del reclamo, recibieron golpes o cosas peores). La muerte de Cassie al final es la prueba de que ese tipo de venganza sí es, en realidad, un peligro. ¿Es injusta y deprimente? Sí, pero es lo que suele pasar.
El guión original terminaba ahí, con su muerte. La imagen de sus dedos quemándose a la mañana siguiente mientras el violador y su mejor amigo intentan deshacerse de su cuerpo era la última toma. Habría sido deprimente y realista: un final interesante. Pero nadie quiso financiar una película que terminaba así. Entonces la directora, Fennell, tuvo que escribir un final nuevo. Alcanzó a considerar la opción de terminar con que Cassie los asesinara a todos, pero eso tampoco sería un final triunfal, sería trágico. Cassie pasaría el resto de su vida en prisión. Otro final no feliz.
Así que Fennell optó por un tercer camino, una fantasía más acorde con el género al que pertenece su película: el thriller de violación y venganza. Resulta que, antes de ir a la cabaña, Cassie dejó evidencia con instrucciones para que el arrepentido abogado enviara todo a la policía en caso de que ella no regresara. Al final, entonces, mientras el feliz y guapo futuro novio está celebrando su matrimonio, la policía llega a la fiesta y lo arrestan a él, por violador y feminicida, junto a sus cómplices. ¿Es inverosímil? Sí. Pensar que Cassie habría podido planear todo eso tan a la perfección, y que el mensaje de texto final que recibe Ryan haya sido programado para que se enviara justo en el momento en el que llegara la policía, suena como algo imposible. Pero el género de rape-revenge no se caracteriza por su verosimilitud, sino que es una fantasía, una catarsis que termina con el triunfo, ya sea en vida o desde la tumba, de la protagonista.
El único problema que tuve realmente con el final fue el papel de la policía. ¿Resulta que una institución que perpetúa y reproduce la cultura de la violación llega al rescate al final para impartir justicia? Eso es lo más inverosímil de todo. Especialmente si tenemos en cuenta que durante toda la película nos mostraron cómo los culpables de la muerte de Nina no son solo el violador y sus cómplices, sino también la universidad, el sistema judicial, la policía y la sociedad en general. Ese detalle es lo único que me desinfla. Aunque, si volvemos a mi punto anterior, de cómo en este género priman las fantasías y las catarsis, quizás la aparición de una policía eficaz y justa al final haga parte de esa parodia que muestra lo improbable que es obtener justicia en este sistema.
En últimas, ni yo no tengo la palabra final ni mi opinión es la única válida. Me interesa mucho oír los puntos de vista de quienes odiaron el final (o de a quienes la película les cayó como una patada en el estómago) porque creo que este tipo de historias, y las discusiones que despiertan, son una de las formas en las que podemos hablar, discutir y resolver nuestros problemas con la violencia sexual. En su libro “Rape Revenge Films: A Critical Study”, Alexandra Heller-Nicholas dice que si existe una confusión amplia con respecto a cómo abordar las películas de violación y venganza, es porque las películas mismas reflejan la confusión cultural más amplia sobre la violencia sexual en general. Projansky, a quien mencioné más arriba, también habla de una parajoda feminista entre el deseo de querer acabar con la violencia sexual y la necesidad de representarla (perpetuándola discursivamente) para poder desafiarla. De esa misma forma, en el final de Promising Young Woman veo una paradoja similar: ¿qué esperamos de una venganza? ¿Queremos ver más violencia? ¿Es catártico ver que las víctimas se conviertan en perpetradoras? ¿Es necesario mostrar un feminicidio? ¿Y qué hay de mostrar una violación? ¿Mostramos el mundo como es o, mejor, nos vamos por el camino de la fantasía para, al menos en la ficción, tener justicia?
No fue un gang rape?
1. para mi esta película fue más victimhood que rape revenge y si pudo tener un mejor final, con una venganza más cínica y más sofisticada pero es también cierto que los seres humanos no somos más sofisticados y pues la historia si pone las cosas como una situación probable donde lo de la policía es lo menos probable. Un final real es que la protagonista quedara como una desaparecida más, devastador pero real.
2. Acertada la elección de contar una historia de mujeres que suelen ser drogadas y violadas, pero como decía antes, apela más al victim hood que al rape revenge pq de entrada ignora a haya mujeres que tengan la agencia suficiente para decidir tener relaciones sexuales bajo efectos de alcohol y asuman ese riesgo, desde ese temor retorcido que muchas encuentran excitante, todo lo anterior desde una resignación completa frente a las dinámicas patriarcales de esta cultura. Por esto mismo el género victimhood pudo haber sido mucho más cínico, con más humor negro y mucha más crueldad. Esa venganza fallida desinfla y la captura acelerada de los violadores es un consuelo efectista y muy tonto. Aún así no veo otro final alternativo pudiera hacerla mejor.
Cuando Cassie muere pensé “oh por Dios que final tan realista y doloroso” y me pareció perfecto. Aunque por otro lado sentí un fresquito al ver que al menos en la ficción y en las pelis se hace justicia de algún modo (me encariñé mucho con Cassie y quería que al menos todo su dolor valiera la pena). Creo que nunca había visto representado el dolor de perder a una amiga, el dolor de ver a tu amiga lastimada por un hombre al que no le pasa nada, mientras ves como tú amiga queda rota por años, la vez apagarse. Nunca caí en cuenta de lo poco que he visto representada esta situación de la amistad entre mujeres. Promise young woman se llevó mi corazón enterito.?????
Realmente acabo de ver la película… Un final inesperado…. No fue el mejor pero si… El mas lógico. Pienso en la trama ella logró cumplir su objetivo… Y de haber matado a los violadores o de tomar vengaza con sus manos… Se hubiera convertido en uno de ellos y hubiera ido a la cárcel. Su vida ya estaba deshecha y estaba preparada para ganar y encontrar su paz. Y encontró ambas cosas. Una pelicula qu merece todos los meritos y muy bien elaborada. Buena actuación y calidad.
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