En esta semana y en general en los periodos de descanso y/o vacaciones, nos exponemos a encuentros y espacios que pueden ser difíciles para las personas que padecen un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), bien sea con familiares que no conocen de su condición en mesas llenas de alimentos o en espacios con amistades que posiblemente opinen de sus cuerpos o no. El simple hecho de imaginar ese escenario crea un conflicto interno.
Como nutricionista creo que es una gran oportunidad para profundizar en el tema y compartir información certera de lo qué es y qué NO un trastorno alimentario teniendo en cuenta, además, que constantemente circula información errónea sobre el tratamiento de estos trastornos –sí, como el video de Pautips que clasificaba estas conductas como demonios–, acá les comparto cómo se lleva a cabo el tratamiento de estas enfermedades y qué podemos hacer como sociedad para ayudar.
¿Qué son los TCA?
Son un grupo de trastornos mentales caracterizados por una conducta alterada ante la ingesta alimentaria y/o la aparición de comportamientos encaminados a controlar el peso. Esta alteración ocasiona problemas físicos y del funcionamiento psicosocial.
Así podemos entender que cualquier TCA es una enfermedad psicológica. Tiene como características principales un comportamiento distorsionado de la alimentación y una preocupación extrema por la autoimagen y el peso corporal. Pero, no es solo un tema con la comida o la imagen corporal, esa es la punta del iceberg, en la base lo que encontramos es un gran malestar emocional.
La causa de los TCA es MULTIFACTORIAL. Eso quiere decir que existen diferentes factores que pueden predisponer, desencadenar o perpetuar estos trastornos como:
- Socioculturales: la presión social por ser delgado, ideas equívocas sobre el sobrepeso, la obesidad y las dietas, las redes sociales y la exposición de los cuerpos, el consumo excesivo de artistas referentes con ciertas características físicas que el entorno busca imitar, etc.
- Familiares: la sobreprotección de parte de los padres, la escasa comunicación entre los miembros de la familia, incapacidad de resolución sobre los conflictos que se presentan, ausencia de límites generacionales, expectativas demasiado altas de los padres respecto a los hijos, historias familiares que incluyan depresión y alcoholismo, existencia en el seno familiar de abuso sexual o físico, entre otros.
- Individuales: baja autoestima, tendencia al perfeccionismo, autocontrol y autoexigencia, dificultad para adaptarse a los cambios, necesidad de tener el control, extrema sensibilidad a la crítica, baja tolerancia a la frustración, impulsividad e historial del peso.
- Biológicos.
Los factores desencadenantes son los hechos que despiertan el trastorno. Por ejemplo, las crisis vitales propias de la edad, conflictos irresueltos, situación de abuso, nacimiento de algún hermano, bullying, duelos no resueltos, pérdida parental/divorcio, dietas extremas, entre otros.
Y, finalmente, los factores perpetuantes son aquellos que permiten al paciente mantenerse dentro del trastorno a lo largo del tiempo. Situaciones como el aislamiento social, irritabilidad e intolerancia, abandono de actividades que antes disfrutaba, el paciente que toma el rol de nutricionista y se auto receta dietas y suplementos, dificultad para construir proyectos porque todo gira en torno a la comida, intensos miedos a comer, intensa disconformidad con la imagen corporal, rigidez cognitiva, entre otras.
Así, los TCA no tienen siquiera una mínima relación con una maldición o algo proveniente de un ser maligno. Son enfermedades mentales que por diferentes circunstancias biológicas, familiares y socioculturales provocan que los pacientes caigan en ellas y tienen una base científica muy sólida y estudiada.
Para el tratamiento “ideal” se necesita un equipo MULTIDISCIPLINARIO, compuesto por psicólogo, psiquiatra, nutricionista y médico clínico.
Estos trastornos se pueden determinar según la sintomatología citada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5). Pero, por más que todos los profesionales conozcamos el manual y lo podamos interpretar correctamente, este diagnóstico está a cargo única y exclusivamente del psicólogo o el psiquiatra.
¿Cómo clasificamos los TCA?
En los 2000, cuando la delgadez extrema se instaló como sinónimo de belleza, era muy común hablar de la anorexia y la bulimia. Por lo que muchas personas pensaban que ahí acababa el tema. Lo cierto es que su clasificación es infinitamente más amplia:
- Anorexia Nerviosa: es un trastorno de la alimentación caracterizado por un temor intenso al aumento de peso, un rechazo a mantener un peso normal y una imagen del cuerpo distorsionada.
- Bulimia Nerviosa: Es un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una gran cantidad de alimento (atracones) durante los cuales siente una pérdida de control sobre la comida. La persona utiliza luego diversas formas agresivas con su cuerpo para evitar el aumento de peso
- Trastorno por atracón: se presenta a través de episodios de ingesta compulsiva o en los que se consume gran cantidad de alimentos durante un periodo de tiempo determinado. Así, se termina ingiriendo una cantidad de comida superior a lo que comería una persona normal en circunstancias parecidas, y está acompañado por la sensación de pérdida de control.
- TCANE (Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado): Son generalmente cuadros incompletos de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa, tanto porque se encuentran en su inicio o porque están en proceso de recuperación
- PICA: (ingesta persistente y compulsiva de sustancias no comestibles como tierra, arcilla, tiza, jabón y materia fecal, o comestibles como hielo (pagofagia), almidón (amilofagia), papa, arroz y café, entre otras, de forma compulsiva y desenfrenada).
- Trastorno por Rumiación: es un trastorno alimentario caracterizado por la regurgitación de alimentos después de comer. La regurgitación puede ser voluntaria.
- Trastorno por evitación/restricción de alimentos TCA–NE (TCA especificado, pero no cumple algunos de los criterios diagnósticos): es trastorno alimentario en el que los afectados comen muy poco y/o evitan el consumo de ciertos alimentos. Las personas con trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos no tienen miedo a aumentar de peso.
Cada uno de estos trastornos cuenta con unos criterios a cumplir para que pueda ser diagnosticado de manera correcta. No me gustaría entrar a detallar cada uno de ellos, porque hay que tener cuidado con la información dada sobre estos trastornos ya que muchas veces podría utilizarse como manual desencadenante de la propia enfermedad.
¿Cómo tratar un TCA?
El modelo de tratamiento más frecuente y eficaz se llama Modelo estratégico de terapia breve. Que es un tratamiento orientado a la resolución de problemas solubles y definidos en términos de CONDUCTA, está orientado al cumplimiento de OBJETIVOS convenidos con el paciente y el grupo multidisciplinario, que sean alcanzables y medibles. Busca plantear estrategias frente a diferentes problemas con un diseño particular para cada paciente.
Cada TCA tiene un tratamiento diferencial basado en el modelo estratégico, para cada uno de ellos hay que intervenir de formas diferentes. Algunos son más estrictos como los de la Anorexia Nerviosa, otros son más flexibles como los de trastornos por atracón y también varía por la plasticidad cerebral del paciente (su capacidad adaptativa y receptiva al cambio), la predisposición de la familia, las comorbilidades, el estado de salud, que tan avanzada está la enfermedad, etc. Cada paciente es un mundo y se ve la manera de involucrarse con el paciente para que interrumpa las conductas que mantienen un TCA.
Uno de los objetivos indiscutibles es ir junto a un psicólogo que entienda de TCA, con el cual realizamos la interconsulta y otro de los objetivos es una evaluación médica.
Los vómitos, ya sean por una intoxicación gástrica o un TCA no son un culto a nada, si padeces un TCA no te habita el demonio aunque así se sienta. Esos pensamientos intrusivos, muchas veces desagradables y denigrantes son por el trastorno mental que estás viviendo y recriminarte o repetirte que estás en una especie de posesión no tendrá ningún beneficio. Es importante que sepas que lo que estás pasando tiene un tratamiento basado en estudios científicos y sobre todo en tu historia y en tu vida personal.
Y nosotros como sociedad podemos ayudar a que los TCA no se agraven. Evitando opinar sobre el cuerpo de los demás ni como cumplido, observación o crítica, porque un cuerpo no es más que eso, un cuerpo y su forma no mide la belleza, inteligencia o dignidad. Evitando opinar acerca de las elecciones o porciones de los alimentos que consumen otras personas. No asociando belleza con delgadez. Promoviendo la salud desde el amor y el respeto a nuestro cuerpo.
Los TCA sí tienen cura, así como tienen recaídas, pero se puede volver a vivir libre, con pensamientos positivos y llevando una vida equilibrada y feliz.