
En su columna dominical titulada “Nuevas Inquisiciones”, publicada en la edición impresa de El País de España en 2018, el escritor expresó: “Ahora el más resuelto enemigo de la literatura, que pretende descontaminarla de machismo, prejuicios múltiples e inmoralidades, es el feminismo”.
En 2006, en una entrevista con la gran autora y periodista Rosa Montero, aseguró: “Una mujer bonita es un milagro estético, una celebración de la vida. No entiendo cómo puede haber mujeres que no quieran ser bonitas”.
En 2020, en una conversación durante la Feria del Libro de Miami se refirió así al lenguaje inclusivo: “Desnaturalizar tan profundamente el lenguaje en nombre de un feminismo mal entendido. Yo estoy de acuerdo con las feministas en las cosas fundamentales sin ninguna duda, hay que combatir los prejuicios, hay que promover a las mujeres sin ninguna duda. Ahora, desnaturalizar el lenguaje porque se considera que el lenguaje es machista es una estupidez que de ninguna manera yo voy a aprobar”.
Porque ÉL SÍ ENTENDÍA BIEN EL FEMINISMO, claro.
En 2021 le pidió a la ciudadanía peruana que votara por Keiko Fujimori en la segunda vuelta presidencial porque era el “mal menor”. Ese año, Keiko, hija del dictador Alberto Fujimori se enfrentaba al candidato de izquierda Pedro Castillo, quien la venció en segunda vuelta.
En 2022, redactó el prólogo del libro Duque, su presidencia (2018-2022), del expresidente de Colombia, Iván Duque, en el que lo describió como un líder liberal y destacó su gestión en temas como la democracia, la legalidad y el manejo durante la pandemia.
Cómo olvidar la represión excesiva por parte del ESMAD durante el gobierno de Duque, que incluyó violencia sexual, desapariciones y asesinatos atribuidos a miembros de la fuerza pública.
En 2021, apoyó al candidato de la extrema derecha chilena, José Antonio Kast, conocido por sus discursos negacionistas, xenófobos y su rechazo a las políticas de protección a las minorías.
En 2022, apoyó a Jair Bolsonaro durante las elecciones presidenciales de Brasil considerando que Luiz Inácio Lula da Silva era un mal mayor para la democracia brasileña.