
El lunes 29 de mayo se viralizó un video en el que la precandidata a la Alcaldía de Cali, Catalina Ortiz, parecía ser agredida verbalmente por un sujeto en la calle mientras realizaba actividades de volanteo como parte de su campaña. El video generó sospecha de inmediato por varias razones: quien lo graba corta el video justo cuando se va a ver la placa del carro del sujeto que le grita a Ortiz; esta misma persona, que es quien lo sube a su cuenta de Twitter, cambia de usuario cuando la duda empieza a crecer; en el video se ve a otra persona del equipo de Ortiz, grabando el incidente desde un ángulo en el que podría ver la placa del carro, pero al pedir este video para dar con el responsable, Ortiz y su equipo informan que “por los nervios”, su celular no grabó. Ortiz hizo un video con su equipo rechazando las dudas que había levantado el episodio, repitiendo que era real y anunciando que denunciaría ante las autoridades.
Este miércoles 31, finalmente se revela que el supuesto agresor es Fernando Palechor, un actor de la agencia de publicidad Mulatos. Al revelarse el montaje, Ortiz negó haber sabido que se trataba de una puesta en escena, o, como dijo la directora creativa de la agencia, un “experimento social” para concientizar sobre la violencia machista. La precandidata se disculpó en sus redes aunque reiteró que no sabía que se trataba de una puesta en escena, que nunca fue informada, ni pagó por esto.
Al revelarse el montaje, la precandidata se disculpó aunque reiteró que no sabía que se trataba de una puesta en escena, que nunca fue informada, ni pagó por esto. Pero la candidata sí había contratado a esta agencia como parte de su estrategia de campaña; en días anteriores, se veía a Isa (@LaNegraVikinga), la directora de la agencia, actuando también en un video de campaña junto a la candidata. ¿O acaso esto fue gratis?
Si bien la premisa es creerle siempre a las víctimas, la confianza en Carolina Ortiz viene minada desde las pasadas elecciones presidenciales de 2022. Cuando Sergio Fajardo, el candidato de la coalición de centro (a la que pertenecía Ortiz), no pasó a la segunda vuelta y ella decidió pactar con Rodolfo Hernández, usando como moneda de cambio la agenda de género que otras feministas habían construido con Fajardo; las mujeres que redactaron esta agenda nunca fueron consultadas por ella.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien reveló la identidad del actor, afirma que la fuente que le dio esa información confirmó que Catalina sí planeó el montaje y además ayudó a ocultar al actor.
Todo esto ocurre mientras avanza en el Congreso un proyecto de ley estatutaria que busca establecer medidas para prevenir, atender, rechazar y sancionar la violencia contra las mujeres en política a nivel nacional, algo urgente para garantizar la participación política de las mujeres. El proyecto ya fue aprobado por unanimidad en tercer debate y debe pasar en un cuarto debate para ser aprobado como ley.
En Volcánicas siempre hemos creído en las denunciantes, pero una cosa es creerle a las denunciantes por principio y otra creerle a políticas en campaña que ya antes instrumentalizaron a las mujeres. Sin embargo, es importante recalcar que una denuncia falsa de una política en campaña de ninguna manera invalida o le resta credibilidad a las denuncias de todas las víctimas de violencia género que la viven a diario y de las mujeres en la política que la enfrentan en el ejercicio de su carrera. Repudiamos la instrumentalización de la violencia de género con fines electorales.
Varias feministas ya han reaccionado en sus redes a la situación:
Este episodio nos recordó el de Enrique Peñalosa en plena campaña para las consultas interpartidistas del año pasado. Ocurrió también durante un volanteo y también fue oportunamente registrado y publicado en las redes y en algunos medios, favoreciendo la imagen del político (aunque no lo suficiente para darle los votos requeridos). La narrativa: un hombre en moto intentó sabotearlo mientras realizaba volanteo, pero el hombre chocó y Peñalosa acudió a ayudarlo como todo un ciudadano ejemplar. ¿Será que los asesoró la misma persona?

