Estas elecciones territoriales de 2023 eran definitivas para la consolidación del proyecto político del gobierno en Colombia, sin embargo, la falta de liderazgos fuertes con perfiles técnicos y políticos que permitieran ganar más terreno en las administraciones locales, dejó un panorama retador para los proyectos sociales que eligió el país hace un año. Los proyectos que protagonizaron esta jornada electoral son la prolongación patriarcal de los proyectos políticos de vieja data en el país.
De acuerdo con el informe ‘Del closet a la política’, se presentaron a estas elecciones 201 candidaturas de personas LGBT+, en su mayoría hombres gay y mujeres lesbianas. Pese a que aumentó la participación de esta población, a comparación de las elecciones de 2019, también enfrentaron más violencia política.
Por su parte, aunque las mujeres representan el 51,4% de votantes habilitados en Colombia, solo ocuparon el 39% del total de candidaturas. El aumento fue del 1,7% en comparación con el 2019; sin embargo, primó la ausencia de candidaturas femeninas en alcaldías de ciudades capitales como Bogotá, Barranquilla, Neiva y Sincelejo. También en las gobernaciones, pues no hubo candidatas mujeres para Amazonas, Antioquia, Caldas, Caquetá, Guaviare, Santander, Norte de Santander y Putumayo. Además, de las 304 listas que se presentaron para las Asambleas Departamentales, solo 64 estuvieron encabezadas por mujeres.
Ganaron las maquinarias, los clanes y el patriarcado
La esperanza que ganamos en las elecciones presidenciales de 2022 quedó golpeada con los resultados de estas elecciones territoriales. Desde las campañas electorales advertimos que no teníamos muchas opciones para elegir liderazgos que respaldaran la visión progresista del gobierno del cambio de Gustavo Petro, Francia Márquez y la agenda feminista. Si bien los resultados no causan sorpresa, sí señalan el camino empinado que tienen las políticas sociales del gobierno actual para consolidarse y la fractura al interior de la izquierda con sectores feministas que no dan su voto a candidatos progres, pero que perpetúan y avalan violencias basadas en género como Gustavo Bolívar.
Lo cierto es que en el próximo periodo (2024-2027) no tendremos ninguna alcaldesa en las ciudades principales y solo 6 de las 32 gobernaciones estarán a cargo de mujeres, tenemos muy claro que una lectura solo desde el género resulta esencialista y NO garantiza políticas con enfoques sociales progresistas e incluyentes; sin embargo, queda abierta la pregunta por la participación política de las mujeres y las personas LGBT+, el respaldo a sus liderazgos y la garantía para el ejercicio de sus derechos políticos.
Los grandes ganadores de esta jornada electoral fueron los clanes, las maquinarias y el patriarcado, al menos en las grandes ciudades. Fueron elegidos como alcaldes Carlos Fernando Galán (con el 49% de los votos), candidato del Nuevo Liberalismo en Bogotá; Federico Gutiérrez (con el 73% de los votos de Creemos, en Medellín; Alejandro Éder (con el 40% de los votos) de Revivamos Cali, en Cali; Alejandro Char (con el 73% de los votos) de Cambio Radical, en Barranquilla; y Jaime Beltrán (con el 34% de los votos) pastor cristiano del Movimiento evangelístico camino a la libertad, en Bucaramanga. Todos ellos tienen un factor en común (además de ser hombres blancos cis con privilegios de clase): un fuerte discurso alrededor de la seguridad y de “recuperar las ciudades”, discurso que preocupa teniendo en cuenta los antecedentes de gobiernos como el de Álvaro Uribe en Colombia y de Nayib Bukele en El Salvador; por un lado, la bandera de la seguridad abre la puerta a políticas discriminatorias y a violaciones de derechos humanos y por otro, fortalece la imagen mesiánica de los políticos que se adjudican la capacidad de salvar a la ciudadanía. Ninguno de estos candidatos tiene un discurso sólido en términos de política social, todos ellos abordan el progreso en los términos del neoliberalismo y de los gobiernos de centroderecha (que han resultado de derecha).
Galán ganó con las banderas de la movilidad y la seguridad, bajo el lema Bogotá camina segura, que contempla la instalación de cámaras de reconocimiento facial para fortalecer la vigilancia y la creación de un cuerpo élite para atender delitos en el sistema de transporte público.
Federico Gutiérrez también tuvo la seguridad como uno de los ejes de su propuesta de gobierno. No olvidamos que, en su primer periodo como alcalde (2016-2019), aunque tenía un fuerte discurso sobre la seguridad, que hizo visible con la captura de cabecillas de crimen organizado, su secretario de Seguridad fue capturado por nexos con la Oficina de Envigado.
De igual forma, Alejandro Éder, el nuevo alcalde de Cali, ganó con un discurso sobre la seguridad y con la promesa de recuperar la ciudad. En campaña, Éder y su esposa, la actriz, presentadora, modelo y exreina Taliana Vargas (reconocida opositora del derecho al aborto), fueron criticados por instrumentalizar el feminismo y ocupar espacios como el Petronio Álvarez para hacer campaña.
Por su parte, Alejandro Char, cuestionado por los escándalos de corrupción que rodean su familia por el cobro de coimas, no se presentó a ningún debate y aun así ganó con el 70 por ciento de los votos, confirmando el poder de su clan político.
Finalmente, en Bucaramanga, el pastor Jaime Beltrán también ganó con una propuesta de seguridad bajo el nombre de “Plan candado”.
Seis gobernadoras y ninguna alcaldesa en las capitales: uno de los resultados de las elecciones territoriales de Colombia en 2023
Elvia Malena Sanjuan en el Cesar, Nubia Carolina Córdoba en el Chocó, Rafaela Cortés en el Meta, Lucy Inés García en Sucre, Adriana Matiz en el Tolima y Dilian Francisca Toro en el Valle del Cauca, son las mujeres que gobernarán en el próximo periodo. Todas son candidatas de partidos conservadores y de derecha. ¿Quiénes son ellas?
Sanjuan era la candidata del clan Gnecco, cuya matriarca, Cielo Gnecco, tiene una orden de captura por el secuestro agravado y homicidio de dos excontratistas de la gobernación del Cesar, que se habrían negado a pagar un soborno (esta orden de captura acaba de ser revocada por un recurso que presentó la defensa).
Rafaela Cortés reemplazó la candidatura de su esposo, Felipe Carreño, después de que falleciera en un accidente. Su plan de gobierno se llama Seguridad total y con él busca implementar consejos de seguridad permanentes y más estaciones de Policía e instalar alta tecnología para vigilar y controlar el territorio del Meta.
Lucy Inés García, la primera mujer elegida por voto popular en Sucre para el cargo de gobernadora, tiene una investigación por responsabilidad fiscal ejecutada por la Unidad de Investigaciones Esenciales contra la Corrupción, por presuntas irregularidades en la ejecución de un contrato.
Adriana Matiz, también es la primera mujer del Tolima en ser elegida por voto popular para este cargo. Los ejes de su plan de gobierno son la seguridad, la innovación agropecuaria y el desarrollo del sector turístico.
Nubia Córdoba, además de ser la primera mujer en ser elegida por voto popular para asumir el cargo en la historia del Chocó, derrotó en las urnas a Patrocinio Sánchez Montes, jefe de un clan político.
Dilian Francisca Toro, conocida como la “dama fuerte de la U”, fue elegida por segunda vez como gobernadora del Valle del Cauca, después de haberse visto envuelta en escándalos de parapolítica (fue absuelta por Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia), y de ser cuestionada por sus vínculos con figuras y familias del valle del Cauca señaladas por corrupción.
Entre las agendas de las gobernadoras no se destacan políticas sociales con enfoques de género ni de diversidad sexual.
No es un secreto que los resultados de las elecciones territoriales son la antesala de las próximas elecciones presidenciales y que son claves para el gobierno de turno. Las tendencias y orientaciones políticas de derecha de gran parte de los ganadores de esta jornada electoral, indican que los movimientos sociales deben retomar los escenarios de discusión y oposición en los espacios públicos, pues de eso depende que esta no sea la gran escalada que los movimientos antiderechos y conservadores están esperando para retomar el poder.