diciembre 14, 2023

¿Dónde queda el matriarcado?

¿Qué es lo que significa realmente el matriarcado y por qué Carlos Vives se equivoca tanto? Acá les contamos.

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En una entrevista con la emisora radial colombiana Tropicana, de la que podemos cuestionar y debatir muchas cosas en relación al colonialismo, el racismo y la apropiación cultural de Carlos Vives, las preguntas retóricas y afirmaciones de Carlos que cuestiona la existencia del PATRIARCADO desde su experiencia personal han dado mucho de qué hablar en las redes sociales. Y no es para menos, pues en el país de la tierra del olvido este año, hasta el mes de octubre, la Red Feminista Antimilitarista registró 443 feminicidios en Colombia y solo en el primer semestre del año se presentaron 60.469 denuncias de violencia intrafamiliar contra las mujeres, 203 casos por día, según el último informe de Caribe Afirmativo sobre la situación de derechos humanos de la población  LGBTQ+ en Colombia entre el 01 de enero y el 31 de diciembre de 2022, fueron asesinadas 145 personas LGBTIQ+ en todo el país. Las cifras son la punta de iceberg, pues claramente en el sistema patriarcal no todas las víctimas quieren, o pueden, denunciar. 

Por si no lo recuerdan, Carlos Vives es un cantante samario, blancoburgués, icónico en Colombia por su inmersión al Vallenato desde su actuación protagónica en la novela Escalona a principio de los 90 ‘s. Viene de una familia blanca y elitista del Caribe que históricamente se hizo a los monopolios de los gobiernos y de la tierra, acumulando gran riqueza. Gracias a sus privilegios, pudo hacer carrera en la música haciendo mucha apropiación cultural, y posando de salvador blanco con los y las artistas negros e indigenas que hicieron legado musical, pero que por el racismo estructural no pueden o lograron tener una vida digna. Vives es un tipo que seguramente mira con fascinación el legado de Vasconcelos, y alimenta el discurso hegemónico de la Nación desde el multiculturalismo racista que romantiza el mestizaje y la colonización porque le beneficia. Todo un ídolo de colombiano. 

Los comentarios y gestos del artista durante la entrevista radial expresan una deslegitimación de las luchas de las mujeres feministas y antipatriarcales, como si estuviéramos luchando contra un problema inexistente, y rayando en el ridículo, o más bien la revictimización. “El Patrón” se remite a su experiencia personal pa’ decir que “en su casa” las mujeres son las que mandan, y de ahí se agarraron muchos y muchas de sus fans en redes sociales para decir que las afirmaciones de Carlos no solamente son válidas por ser su experiencia personal, sino que son ciertas porque ellos y ellas “en sus casas” también viven en un matriarcado. Y yo me pregunto, ¿dónde queda el matriarcado? Pienso en una casa en el aire. 

Me llama la atención que durante la entrevista el artista samario, luego de mencionar a las feministas, no lograra recordar en contra de qué lo que se lucha, y llegara a la palabra “patriarcado” con la ayuda de la mesa de periodistas, porque no podía ni recordar una palabra, supuestamente tan ajena a su existencia. Me cuesta creer que un hombre tan “erudito” no le rime su propio apodo, “El Patrón”, con la palabra patriarcado. Pero claro, es muy conveniente este olvido, entre muchos otros.

Pero la insistencia en querer reducir el patriarcado a una experiencia personal, y a creer que uno puede aislarse de los sistemas de dominación en su casa, como si el patriarcado fuera una experiencia individual, voluntaria, o una percepción, me hace pensar que la gente no sabe ni qué es el patriarcado, ni cómo funciona, y mucho menos dónde está. Es como si lo confundieran con el sexismo, o incluso con el machismo. Por eso creo importante aclarar definiciones para exponer cómo funciona el patriarcado en la familia Vives y en esas otras casas donde dicen que las mujeres son las que mandan, pa’ ver si finalmente descubrimos dónde queda el matriarcado. 

¿Qué es el patriarcado?

Es un sistema de poder político, que en el tope de la jerarquía concentra el poder, el valor y el prestigio en manos de los hombres blancos o con privilegio de blanquitú, con el monopolio de los altos mandos institucionales coloniales, en los estados nación, el capitalismo, las religiones, el control del sexo, la imposición de la heterosexualidad y la reproducción, la propiedad de la tierra, entre otros medios de producción, dándole en todos los escenarios, aunque en menor medida, ciertas ventajas y privilegios a las personas que trabajen en función de sostener el sistema patriarcal. 

Fundamentalmente el sistema patriarcal es un sistema asesino, y no solo de mujeres, sino también de las disidencias sexuales, e incluso lo es por la manera que explota la tierra.  

Autoras como Ochy Curiel nos invitan a tener encuenta las categoría de raza y clase para analizar el patriarcado, dado que hombres negros e indígenas, aunque pueden ser machistas, es difícil considerarlos patriarcas, dadas las condiciones hitóricas que han limitado su acceso al poder en los altos mandos del sistema. 

También es importante tener en cuenta que la clase ha permitido que las mujeres blancas puedan acceder al poder siempre que protejan el sistema patriarcal. Teniendo en cuenta la dimensión institucional del patriarcado, y que este poder sobrepasa las voluntades individuales, la experiencia personal, la percepción individual, y dado que el Estado tiene poder hasta en el espectro electromagnético, ni viviendo aisladas en una casa en el aire podemos evadir o salirnos del sistema patriarcal. Incluso si en tu casa viven solo mujeres, y los hombres sean unos ceros a la izquierda. Entonces no Carlos, lamentablemente no podemos encerrarnos en una burbuja / casa y decidir o pretender que el patriarcado nunca ha tocado nuestras vidas. 

Volviendo sobre la propiedad de la tierra debemos por lo menos mencionar que no por nada Carlos Vives glorifica tanto la colonización, pues sus familiares aún alardean de títulos coloniales del Virreinato Español sobre la propiedad de la tierra y de una que otra playita… A todas estas, hablando de ¨Vives en un matriarcado¨ y también, de que todas las Vives son señoras blancas, me imagino que las propiedades de esta familia: tierras, fincas, casa, apartamentos, siempre se colocan a nombre de las mujeres. Y el día que ellas los echan se van con la tierra de los zapatos.Me imagino, solo me imagino.

Descartada la posibilidad de definir el sistema patriarcal desde la experiencia personal, y que no podemos sacudirnos del sistema patriarcal ni aisladas en una casa en el aire, qué es esto de que hay mujeres que sacan solas a sus hijas adelante, y nunca interactúan con hombres, y si lo hacen, ellas son las que mandan porque llevan las cuentas de la casa, gritan a los maridos y ellos hacen todo lo que ellas dicen… Pues no mi ciela, eso NO ES UN MATRIARCADO. Es la otra cara del patriarcado. Las mujeres que sacan solas a sus hijas adelante son madres luchonas, y la ausencia de los hombres da cuenta de la irresponsabilidad que se pueden permitir los machos en la crianza, o de la violencia del sistema patriarcal que los asesina o los arranca de sus hogares. Porque aunque no podemos definir el sistema patriarcal desde nuestras casas, el sistema patriarcal sí que permea todas las relaciones cotidianas.

Que las esposas manden a los maridos a bañar, y digan a qué hora tienen que volver a casa para comer, es la posición más cómoda pa’ muchos hombres en el sistema patriarcal. Es permitirse no ser adultos funcionales, esperar que sus esposas los maternen, y explotar a las mujeres en una doble jornada, aplaudiéndolas por ser un “animal de trabajo”, como te referiste amorosamente a tu adorable esposa. Lo dijiste claramente Carlitos: “¿Quién no quiere que su mujer le haga todo?” Eso es patriarcado puro y duro.  

Eso de que las mujeres mandan en la casa es un cuento patriarcal viejísimo, que derecho insiste en que el lugar de las mujeres está en el ámbito de lo privado y no gobernar en lo público. Entonces ellas mandan pa’ sobrevivir, proteger a sus hijos y  sostener el sistema patriarcal.

¿Qué es matrilinealidad?

Las mujeres no somos unas víctimas inocentes carentes de agencia y poder por el simple hecho de nacer con vagina. Tampoco somos buenas y cuidadoras por naturaleza como dice Carlos. De hecho, en algunas sociedades, a pesar del machismo, las mujeres tienen poder en la toma de decisiones de manera institucional, es decir por fuera de su casa, en los medios de producción y son respetadas en sus contextos sociales, y según los niveles de privilegios podemos acceder a ciertas esferas del poder. 

Por ejemplo, en el pueblo Wayuu, existe la matrilinealidad. Pero no se emocionen tanto, matrilinealidad no es matriarcado, los vínculos familiares y la tenencia de la tierra se hereda por linaje materno, porque la cultura y la pertenencia a un clan se transmite por las mujeres, por la carne, es decir por haber estado en el vientre de una mujer Wayuu. Sin embargo, a la hora de generar vínculos matrimoniales, la dote no la recibe ni la que se casa, ni la mamá, ni la abuela: la recibe un hermano de la mamá, o un hombre de la familia materna. 

Las relaciones interpersonales son bajo las lógicas machistas, porque la colonización es un poder sistemático que ha traspasado las fronteras culturales, y las Wayuu viven las opresiones del sistema patriarcal blanco. Aún así, las mujeres Wayuu, desde la matrilinealidad, tienen una organización social que coloca la tierra en manos de las mujeres y les permite a las Mayoras espacios de decisión. En las decisiones de los hombres están las palabras y los consejos de las mujeres de su familia, pero tampoco es que las mujeres tomen decisiones solas, excluyendo a los hombres, como sí ocurre históricamente con los hombres en el sistema patriarcal.

¿Qué es el matriarcado? Imaginemos uno

Según Wikipedia: ”el término matriarcado refiere a un tipo de sociedad en la cual las mujeres tienen un rol central o hegemónico de liderazgo político, autoridad moral, y control de la propiedad” . Exactamente, tampoco tiene que ver con mandar en la casa, ni con estar detrás de los hombres pa’ que saquen la basura, ni con sacarle las cuentas para controlar el dinero. Implica una estructura en la que todas las mujeres monopolizan el poder en lo público, de manera sistemática e institucional. Básicamente la misma definición de patriarcado, pero en un mundo al revés, un cambio de roles, en que la sociedad está construida para la comodidad de las mujeres en detrimento del bienestar de los hombres. 

Pa’ crear un matriarcado necesitamos que las mujeres negras e indígenas estemos ocupando el 100% de los espacios de liderazgo y poder político. Las blancas solo pueden trabajar en los trabajos más pesados, aunque sean ciudadanas y puedan votar. Las mujeres racializadas deben tener la propiedad de la tierra y los medios de producción, por lo menos cuatro siglos seguidos, pa’ eso necesitamos dejar en pausa el derecho al voto de los hombres, y el derecho a la educación de los niños. Solo las mujeres pueden ir a la universidad, sin hombres profesionales garantizamos que no puedan influir en la economía. Si una mujer es generosa, los hombres pueden mandar en la casa, pero solo en función a los intereses de las mujeres. Si eres hombre cisgénero tienes prohibido ser líder espiritual (cancelado los papas, lossacerdotes y los pastores). Si la policía de las mujeres descubren a los hombres hablando de conocimiento propio, deben ser quemados vivos en una hoguera por brujería, se debe controlar la actividad sexual y reproductiva de los hombres, se debe hacer esterilización forzada, y sacarles los espermatozoides solo cuando las mujeres quieran ser madres, sin importar que ellos no quieran ser padres. Pero, eso sí, ellos deben encargarse al 100% de las labores de cuidado de los hijos. Debemos controlar su ropa, su cuerpo, y todos los aspectos de su vida. Si no hacen caso los podemos golpear y matar, y el estado garantiza impunidad. Podemos seguir, pero no, Carlitos, agradezcan que queremos justicia y no venganza, y que al igual que la casa en el aire, por fortuna el matriarcado sólo está en nuestra imaginación. 

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Autor

  • Sher Herrera

    Sher Herrera, afrocolombiana, es comunicadora social y periodista. Maestra en Estudios Afrocolombianos, presentadora y cofundadora de la colectiva Las Viejas Verdes. Es también creadora de la marca Nuba Natural, una línea de cosméticos naturales artesanales.

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