
En este artículo quiero celebrar la posesión de la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez Mina, como un homenaje para las luchas de la Diáspora Africana. Quiero destacar la belleza, la dignidad y el poder de nuestra maravillosa vicepresidenta y la de sus invitadas e invitados de honor a la ceremonia.
Para empezar, recordemos que Francia Márquez Mina es la primera mujer negra en ocupar un cargo vicepresidencial en Colombia y es la primera vez en la historia reciente del país que podemos ver los rostros negros pasando de la resistencia al poder, confrontado con sus estéticas la colonialidad del ser. Los nadies y las nadies se subieron al poder y lo hicieron con estilo propio.
Francia eligió, una vez más, un diseño de Esteban Sinisterra, el diseñador que la vistió a lo largo de su campaña. Para esta ocasión escogieron un traje azul en tela Nigeriana estampada con detalles en tonos ocre y dorado. El diseñador compartió un poco de la inspiración de este vestido en sus redes sociales: “A través de su vestuario quisimos homenajear a la mujer cantadora tradicional del Pacífico, dándole vida a su vestidos con majestuosos boleros, como lo hacían nuestras abuelas con sus enaguas, además de resaltar sus caderas, como esa muestra de un ser creador de vida. Escogimos el color blanco como símbolo de la paz que tanto anhelamos en todo el país”. Francia complementó el traje con sus ya icónicos aretes dorados con el mapa de Colombia, del mismo diseñador, y llevó su cabello trenzado en forma de corona. Recordemos que los trenzados son peinados de enorme significación histórica para los pueblos de la diáspora africana y que, sistemáticamente, han sido motivo de discriminación hacia las mujeres negras que los usamos.
El señor Sigifredo, padre de Francia, fue su acompañante más cercano y entró al escenario de los invitados de honor con rostro solemne y la frente muy en alto en todo momento; una digna presencia de los ancestros y ancestras que hicieron parte del juramento Francia Márquez. Del otro lado de Francia iba su hijo Kevin, de traje rojo y solapas negras, encendiendo a su paso las redes sociales con comentarios que no bajaban a Francia de “suegra”. Sin duda uno de los hombres más atractivos de la ceremonia.
La hermana de Francia también llevaba el cabello trenzado en formas de líneas de cultivo que terminaban en un moño alto, dejando al descubierto su rostro lindo y tranquilo, con el orgullo de quien ha sembrado en tierra fértil. Carlos Adrián, el otro hijo de Francia, vistió un traje blanco sobre azul celeste, e iba acompañado de tres niñxs: dos de ellos de blanco con algunos estampados africanos, y el tercero, que llevaba el cabello largo suelto y un traje de corte inglés. Este tipo de eventos suelen ser extremadamente aburridos y agotadores para lxs niñxs, pero se veían felices y tranquilos.
Todo el mundo le dice “El compañero de Francia” pero se llama Yerney. La vice, aunque es muy reservada, ha dicho que está enamorada de él. En el sistema patriarcal el matrimonio hace parte de una estructura de poder social conservadora y estar casada es casi que un requisito para ocupar estos cargos públicos. Y Francia, una vez más, rompe con estos mandatos patriarcales. Lejos de los conservadurismos, Francia llega al poder sin estar casada.
En suma, la familia vicepresidencial es la familia que se parece a nuestras familias. La familia que rompe con la normativa blanca. La familia extensa, que está compuesta por las tías, los abuelos, lxs hijxs de distintos padres, y por una madre que tiene un novio en vez de un esposo.
Además de la familia de Francia Marquez, vale la pena destacar a otras personalidades afrodescendientes que engalanaron la ceremonia.
Mientras se resolvía el bololó de la espada de Bolívar, durante el receso ordenado por el presidente, escuchamos a Teresita Gómez, la mejor pianista de Colombia y una de las mujeres negras más importantes de la música colombiana. Su presencia también era una reivindicación frente al racismo estructural y la persecución política en contra de los artistas progresistas. Teresita también fue la encargada de acompañar a la cantante de música clásica Betty Garcés, mientras interpretaba el himno nacional al inicio de la ceremonia. Su voz estremeció como siempre nuestros corazones y su majestuoso atuendo azul celeste, firmado por la diseñadora afrocolombiana Lia Samantha, la hacía ver como un ser fuera de este mundo. Una de las mujeres más elegantes de la ceremonia.
El diseñador Esteban Sinisterra que, con tan solo 23 años se ha convertido en todo un ícono de la moda afrocolombiana por sus diseños para Francia Márquez, asistió a la ceremonia luciendo un traje completo en rojo, llevándose miradas y elogios de medios de comunicación y distintas personalidades de la política nacional e internacional.
El otro que se robó las miradas de todxs fue el Presidente de la Cámara de Representantes, David Racero. Intentamos contactarlo, sin éxito, para entender un poco mejor cómo ha construido su identidad étnica, pero en sus redes sociales se pronunció respecto a su traje: “Durante muchos años nos han hecho sentir avergonzados de nuestras raíces y de lo que somos. Por eso ayer, lejos de optar por un vestido de corte inglés, opté por un traje étnico diseñado por la joven diseñadora Nia Murillo, chocoana y nieta de pescadores ✊🏾🇨🇴 “. ¿Reivindicación identitaria o posicionamiento estratégico dado el momento histórico? No lo sabemos, pero sin duda fue uno de los hombres mejor vestidos de la ceremonia.
Querida Francia, familia e invitadxs: gracias por hacernos el honor de estar ahí, por dignificar nuestras estéticas y representar nuestra negritud en lugares de poder. Repetimos con ustedes: ¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!