El jueves 21 de marzo, el Tribunal de Bogotá modificó la sentencia que condenaba a Aída Victoria Merlano, hija de la excongresista Aída Merlano. Aída Merlano (madre) fue condenada por compra de votos en 2019, y en noviembre del mismo año se fugó de un consultorio odontológico.
Aída Victoria Merlano (hija), fue condenada en septiembre de 2022 a 7 años de cárcel por haber ayudado a su madre en la fuga, con cargos de instrumentalización de menores de edad y favorecimiento de fuga de presos. Esta pena fue apelada por su abogado Miguel Ángel del Río, pero el 21 de marzo, el Tribunal de Bogotá la modificó, aumentándola a 167 meses, es decir, casi 14 años de prisión. El Tribunal, además de dictar una sentencia absolutamente desproporcionada, le revocó la posibilidad de pagar la pena en casa por cárcel.
El juez argumentó que Aída Victoria, que para ese momento tenía 19 años, fue responsable, junto a su hermano, de 17 años, de ingresar la soga y los guantes que fueron usados por su mamá para fugarse.
Mientras tanto, el clan Char y Julio Gerlein, señalados de ser los financiadores de la compra de votos por la que Aída Merlano fue condenada, continúan libres y en la impunidad. Aunque Arturo Char fue capturado en septiembre de 2023 por su implicación en el mismo escándalo de corrupción en el que Aída estuvo involucrada, un juez de Santa Marta ordenó su libertad en enero de este año por vencimiento de términos.
Sumado a todo esto, se hace evidente la mirada misógina en el cubrimiento mediático de la noticia, usando fotos de Aída Victoria en ropa interior para dar la noticia, sin siquiera mencionar lo desproporcionada de la condena, y cómo el sistema judicial protege a los poderosos, como es el caso de la casa Char, y se desquita con las mujeres.