
Tras la protesta en el Poder Judicial de CDMX por la impunidad en la tentativa de transfeminicidio contra Natalia Lane, medios nacionales volvieron a hablar sobre el Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes, “grupo de choque antigénero”, según La Izquierda Diario.
Su historia
Las primeras publicaciones del Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes son de septiembre de 2023. Entre abril y noviembre de 2024, sus integrantes dieron el salto a X, Instagram y TikTok; es en esta última plataforma donde cuentan con más seguidores e impacto.
En 2024, el colectivo también se hizo espacio en la discusión y agenda pública por la marcha que encabezaron frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y Palacio Nacional. Además de CDMX, la fortaleza de este grupo se encuentra en Morelos y Oaxaca.
¿Qué es lo que les ha hecho ganar más 7 mil seguidores en TikTok y apoyo en movilizaciones?
Este “colectivo sin fines de lucro” se dedica a, supuestamente, visibilizar un discurso antipunitivo y contra la corrupción en las instancias procuradoras de justicia. No obstante, lo que llama la atención es que en más de una ocasión ha revictimizado y criminalizado a mujeres que han denunciado algún tipo de violencia, tildándolas de ‘fabricadoras de falsos culpables’.
Igualmente, en sus redes sociales destacan posts con narrativas antifeministas, transfóbicas, putofóbicas, que caen en el doxeo o escudan en notas sensacionalistas que, de fondo, replican el tono de “la violencia de género no existe”. El argumento que guía el actuar de este colectivo es que los hombres “son blanco perfecto para las denuncias falsas”, pues “no hay igualdad ni equidad” para ellos.
El Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes no sólo ha puesto en duda las denuncias de Natalia Lane
También ha arremetido contra la saxofonista María Elena Ríos, víctima de violencia ácida y sobreviviente de tentativa de feminicidio y ha insistido en que Montserrat Mejía Rangel, “murió de muerte natural”, a pesar de que a inicios de enero de 2024 el juez de Control del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México aseguró que se contaban con las pruebas para sentenciar a Saúl Iram Nava Moreno por el feminicidio de Montserrat, quien tenía cinco meses de embarazo.
También en diciembre del año pasado, este grupo se reunió a las afueras del Reclusorio Oriente, en CDMX, en defensa de Diego “N”, exalumno del Instituto Politécnico Nacional (IPN) acusado de alterar con inteligencia artificial fotos de estudiantes con fines de explotación sexual. Según Animal Político, durante la audiencia el colectivo amedrentó a las integrantes de la Asamblea de Justicia Digital del IPN.
¿Se sabe quién o quiénes están detrás del Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes?
Karina Escandon Camargo se presenta como “licenciada” y dirigente del colectivo que ha declarado textualmente que el “feminismo radical” es un “negocio” y “la base de muchas denuncias falsas en contra de los hombres”.
Pese a dichas declaraciones y al apoyo público a sujetos señalados por graves actos de violencia de género, en su cuenta personal de TikTok, Karina, que supera los 26 mil seguidores, ha dicho que el Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes no se asume como “un grupo antifeminista” y que, al contrario, el grupo siempre ha tenido respeto por “otros movimientos”.
Reflexionemos y no abandonemos la conversación
La visibilidad y acción política del Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes no sólo debe tenernos al pedo de las estrategias a las que está recurriendo el movimiento antigénero en el mundo y la región. También debería prender las alertas de los temas que los feminismos no estamos discutiendo suficiente, ni con la debida urgencia.
Si hay algo en lo que podemos estar de acuerdo con este grupo es que es cierto, las instancias procuradoras de justicia incurren en innumerables irregularidades y negligencias que mantienen a mucha gente inocente en las cárceles.
Como bien escribió Ninde MolRe, abogada especialista en derechos sexuales y reproductivos, los feminismos necesitamos tener al centro las conversaciones sobre los impactos que está dejando un sistema tan violento como el penal.
Sin embargo, en un país en el que al menos el 88.3% de los casos de violencia contra las mujeres permanece en impunidad y en el que familias enteras son acechadas por los agresores de sus hijas, madres, abuelas y hermanas y temen por su seguridad al momento de exigir justicia y reparación del daño, la presencia e incidencia de un colectivo que considera a la perspectiva de género “un sesgo” y al feminismo como “un cáncer social” es algo preocupante.
