octubre 20, 2023

Trabajadorxs sexuales en Colombia radican proyecto de ley para dignificar su oficio y exigir garantías

Este 17 de octubre se radicó ante el Congreso el proyecto de ley 186 de 2023  que busca dignificar el trabajo sexual en Colombia, de autoría de la senadora Sandra Ramírez, del Partido Comunes, la Asociación Sindical de Trabajo Sexual ASTRASEX, la organización Putamente Poderosas, Corporación Social Vida Sin Fronteras, Corporación Calle 7 y el Sindicato de trabajadorxs sexuales de Antioquia SINTRASEXA. Hablamos con algunas de las representantes y voceras al respecto.

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ley trabajadorxs sexuales Colombia

La radicación de este proyecto de ley sienta un precedente, pues es la primera iniciativa legislativa en el Colombia desarrollada de manera conjunta con lxs trabajadorxs sexuales y teniendo en cuenta sus necesidades. “Es histórico que se estén escuchando y que se estén teniendo en cuenta a las trabajadoras sexuales para hacer esta ley”, dijo Melissa Toro, fundadora de Putamente Poderosas, a Volcánicas

Aunque el ejercicio del trabajo sexual está reconocido como un trabajo en Colombia (sentencia T-629 de 2010 de la Corte Constitucional), el proyecto tiene en cuenta, por primera vez, a  lxs trabajadorxs sexuales en todas las diferentes modalidades: trabajo sexual en espacios públicos, modelaje webcam, creación de contenido, pornografía, baile erótico, escort o persona de compañía e intercambio de servicios sexuales dentro de un establecimiento comercial. Su objetivo principal es pedir garantías laborales y que se respeten sus derechos como cualquier otrx trabajadorx en el país. 

“Nosotras siempre hemos sido la clase obrera olvidada. Por años hemos estado exigiendo derechos y lo que ha pasado es que al no ser todes visibles, entonces pasan por encima de nosotres. Merecemos un marco laboral digno para el trabajo sexual y ser escuchadas”, aseguró Carolina Calle, trabajadora sexual y líder en Astrasex, en el acto de radicación del proyecto. Por su parte, la senadora Sandra Ramírez alertó que entre los retos de lxs trabajadorxs sexuales está el subregistro en las mediciones estatales: “Este sector ha sido tan ignorado y tan discriminado que las instituciones no tienen una estadística de cuánta población ejerce el trabajo sexual”. 

Otro de los retos que motiva la iniciativa legislativa son los vacíos jurídicos que persisten, desde la sentencia de 2010 y otros pronunciamientos de la Corte Constitucional sobre el trabajo sexual, que no han sido garantes de los derechos laborales para esta población. A esto se suman los constantes señalamientos y estigmas que viven a diario lxs trabajadorxs sexuales. “Ser trabajador o trabajadora sexual no nos puede seguir costando la vida. También creo que el desconocimiento de lo que es nuestro trabajo. Y también la confusión que hay porque no diferencian trabajo sexual, explotación y trata con fines sexuales, que son delitos de los cuales es el gobierno que debe ser garante de restablecer los derechos de las víctimas”, añade Carolina en conversación con Volcánicas.

Las garantías que piden lxs trabajadorxs sexuales se incluyan en la ley de Colombia 

En principio, la normativa busca reconocer el derecho de las personas a ejercer el trabajo sexual dignamente, entendiendo trabajo sexual como “cualquier actividad sexual que se realiza entre dos o más personas mayores de 18 años, de forma voluntaria, libre y sin coerción y en plena facultad de sus capacidades”. También busca que toda persona que ejerza el trabajo sexual tenga derecho a un contrato a término indefinido con todas las prestaciones y obligaciones de ley, es decir, acceso a seguridad social, pensión, licencia de maternidad o paternidad, vacaciones, prima, cesantías y demás.

Lxs trabajadorxs sexuales piden que se tipifique en la ARL las diferentes modalidades de trabajo sexual y prohibe los contratos de prestación de servicios, contratos civiles o contratos mercantiles. El proyecto de ley estipula que ningunx trabajadorx sexual podrá recibir menos de un salario mínimo legal vigente y establece responsabilidades para lxs “clientes”, como realizarse controles periódicos de infecciones de transmisión sexual, usar siempre condón, pagar los valores pactados y no realizar o permitir ningún acto de violencia o maltrato.

Frente a las expectativas del proyecto, Carolina Calle nos dijo: “Esperemos que por lo menos disminuya la explotación laboral en el contexto de trabajo sexual porque creo que es muy difícil acabarla. No hay una ley que garantice nuestros derechos y por eso siguen ocurriendo esas violencias”. Para ello, se contemplan dentro de la iniciativa legislativa campañas de sensibilización a jóvenes en el país para concientizar sobre los riesgos y consecuencias  de las violaciones a los derechos asociados al trabajo sexual. 

Uno de los desafíos de este proyecto está en la informalidad en que todavía se ejerce el trabajo sexual. Georgia Otero, trabajadora sexual trans e integrante de la fundación Santa María, mostró su respaldo durnate el acto de radicación y enfatizó en que aún hay vacíos para quienes ejercen el trabajo sexual sin una mediación formal: “No aparecemos en los registros, ni en lo laboral, ni las personas trans como personas, pues desconocen nuestro género”. 

Aunque las garantías laborales para quienes ejercen el trabajo sexual de manera informal todavía no están del todo resueltas, pues dependen de una política pública encargada al Gobierno, Melissa Toro le expresó a Volcánicas que el proyecto es un precedente para la dignificación de todxs lxs trabajadorxs. “Es la primera conquista para que entren lxs trabajadorxs sexuales informales”, afirmó la fundadora de Putamente Poderosas.

“Con la radicación del proyecto nos enfrentamos a un pueblo, a una Colombia, no toda, que es goda, doble moralista, que no quiere que las mujeres, hombres, o personas que ejercemos trabajo sexual tengamos derechos”, nos dijo en entrevista Carolina Calle. 

A la iniciativa aún le restan los ocho debates rutinarios en el Congreso de la República y enfrentará los moralismos de una sociedad goda y los ataques de antiderechos del trabajo sexual, que insisten en criminalizar con código penal en mano a las trabajadoras sexuales, en lugar de ayudarlas a obtener las garantías laborales que exigen quienes quieren seguir ejerciendo el trabajo sexual. Celebramos que el trabajo sexual llegue a estos escenarios con un llamado a la dignificación y exigiendo las garantías que les han negado aun siendo reconocido por la ley. 

¡SIEMPRE CON LAS PUTAS!

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