May 8, 2023

¿Qué está pasando con la huelga de guionistas en Hollywood y por qué debería importarnos?

La huelga de guionistas empezó en Hollywood el 2 de mayo. Guionistas piden el reconocimiento y garantía de sus derechos laborales. La huelga pone en riesgo varias de las series favortias en las plataformas de Streaming. En este artículo Juliana Abaúnza nos cuenta los detalles.

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Vivimos en una época en la que hay más series para ver que nunca. Si ustedes son fanáticas de la televisión, quizás también hayan tenido la experiencia de pasar horas frente al TV o el computador navegando en una plataforma de streaming, intentando decidir y sintiendo que cualquier cosa que elijan podría ser la decisión incorrecta porque por ver esa serie podrían estar dejando de ver otra de las cientos de miles que existen. 

En 2015, un ejecutivo de FX, John Landgraf, acuñó el término “Peak TV”, justo para referirse a esta época de sobresaturación televisiva en la que estamos; pero el futuro que nos habían prometido los dueños de las cadenas de entretenimiento no es como lo pintaban. Si era cierto que la televisión había llegado a un “peak” o una “cima”, lo más lógico era que lo siguiente  fuera una caída. Resulta que las plataformas de streaming no pueden crecer infinitamente: las series están desapareciendo no solo porque las cancelan sino porque literalmente las borran de las plataformas y las corporaciones están recortando presupuesto en todos los frentes. 

Uno de los grupos más afectados por estos cambios es el de las personas encargadas de escribir esas series y películas que consumimos desaforadamente en nuestras pantallas. Precisamente porque se cansaron de trabajar en condiciones injustas y porque conocen los patrones de comportamiento de quienes manejan los hilos en Hollywood, el martes 2 de mayo el sindicato de guionistas de Hollywood entró en huelga para exigir por sus derechos. 

Los motivos de la huelga

Si están como la mamá de Armando en Betty la fea, preguntándose qué es lo que pasa, voy a intentar explicarles lo que entiendo. La última vez que hubo una huelga de guionistas en Hollywood fue hace 15 años (2007–2008); ahora el 97.85% de los miembros del Writers Guild of America (el sindicato de escritores responsables de las series y películas que vemos) votaron a favor de volver a hacerlo. La huelga es para renegociar las condiciones del contrato que tiene el sindicato con la AMPTP, Alliance of Motion Picture and Television Producers (una organización que representa a más de 350 compañías de producción, incluyendo a Paramount, Sony, Universal, Disney, Warner, ABC, CBS, Fox, NBC, Netflix, Apple, Amazon, por ejemplo).

¿Qué es lo que quiere negociar el sindicato? Muchas cosas. Entre esas, quieren revisar las fórmulas para los pagos de derechos residuales –que en cadenas de televisión tradicionales son pagos que les llegan a los guionistas cada vez que se retransmite una serie en la que escribieron– para las plataformas de streaming. También quieren revisar los sueldos porque dicen que el pago promedio de un escritor ha bajado un 4% en la última década, y que si eso se ajusta a la inflación, sería un 23%. Quieren que no existan más las minirooms, un modelo de sala de escritores que deja muy poco espacio para el crecimiento y aprendizaje de les guionistas. Y, además de eso, quieren desde ya negociar el uso de inteligencia artificial en las salas de escritores, antes de que los jefes de Hollywood decidan encomendar toda una temporada a una AI.

Antes de hablar de estas peticiones y las condiciones de trabajo que evolucionaron hasta el punto en que el sindicato decidió ir a huelga, creo que hay que hacer un contexto de por qué es importante hablar al respecto. Quizás haya algunas de ustedes que estén pensando: “Bueno, ¿pero qué pendejada es esta? Seguro alguien que escriba guiones de una serie debe tener suficiente plata como para vivir en Los Ángeles. Hay personas en peores condiciones laborales en el mundo. ¿Por qué debería preocuparme porque le están pagando mal a una pelada que escribe series que perpetúan el imperialismo yanqui?”. O no sé, quizás ninguna de ustedes está pensando eso, pero una parte de mi cerebro a veces sí me susurra esas ideas. Como una versión de “conseguite un problema honesto”. 

Mi argumento es que este sí es un problema importante. No solo porque estas personas son las encargadas de muchas de mis series favoritas (y yo quiero que mis series favoritas sigan existiendo y sigan teniendo la calidad que tienen), sino porque creo que el problema que está ocurriendo con el sindicato de guionistas en Hollywood es muy parecido al problema que está ocurriendo con muchas industrias en el mundo: tenemos empresas que sí ganan plata, suficiente como para pagarles salarios cada vez más altos a sus CEOs, pero que prometen a sus inversionistas en Wall Street un crecimiento exagerado que no logran cumplir y que, cuando las cuentas llegan y no son tan altas como esperaban (pero de todas formas sí siguen siendo lo suficientemente altas para seguirles pagando a los CEOs y altos ejecutivos sus megasalarios) quienes sufren son las personas empleadas en los niveles menos altos en las compañías. Es el clásico caso de las ganancias para los de arriba y las pérdidas para los de abajo.

La diferencia que hay entre la industria del entretenimiento y muchas otras industrias que están pasando por precarizaciones laborales similares es que esa es una industria sumamente organizada en sindicatos. Sí, quienes se hacen la plata son los dueños de los estudios y las corporaciones, pero sí o sí tienen que lidiar con varias organizaciones sindicales que llevan décadas de trabajo para asegurar, precisamente, que ante los cambios la fuerza laboral sufra lo menos posible. En Hollywood existe sindicato de guionistas (WGA), sindicato de actores (SAG–AFTRA), sindicato de directores (DGA), y muchos más. Solo hay unos pocos sectores, más o menos recientes en la industria, que no se han sindicalizado, como los artistas de VFX. Son precisamente estas uniones sindicales quienes han logrado obtener y mantener ciertos derechos para quienes trabajan en la industria del entretenimiento a través de cambios históricos como la llegada de la televisión por cable, la aparición de los DVDs o la expansión del internet. 

Inestabilidad y escritura rápida

No voy a decir que antes de la llegada de las plataformas de streaming todo era arcoíris y felicidad en Hollywood. Los dueños de los estudios y de las cadenas de broadcasting siempre han querido pagar menos a quienes escriben las historias que enriquecen a las compañías; pero justo es la existencia de los sindicatos lo que había hecho que durante muchas décadas, quienes se querían dedicar a escribir cine o televisión, soñaran con llegar a Los Ángeles o Nueva York, para tener una vida medianamente acomodada. Pero, con todo lo positivo que tiene (por ejemplo, es hermoso poder darle play cuando quiera a cualquier episodio de Gilmore Girls y saber que está a pocos clics de distancia), la aparición de las plataformas de streaming cambió por completo la forma en la que se compensa la labor de escribir en Hollywood. 

Plataformas como Netflix, Prime Video, AppleTV+ y demás, no siguen calendarios estrictos de estreno como los de las cadenas de televisión gringas, que estrenan sus series importantes en dos momentos del año: en primavera o en otoño. En streaming todo el tiempo, todo el año, se están estrenando series. Y ya no hay que seguir reglas como que deben ser 22 episodios por temporada (precisamente para que el calendario se cumpla) o que los episodios deben tener duraciones de 25 o 45 minutos para poder meterles comerciales en el medio. En streaming una temporada puede tener la cantidad de episodios que sea (4,8, 12 o 22, si quieres) y pueden durar lo que se te antoje. Esto, por supuesto, tiene un lado creativo muy positivo porque abre  un nuevo mundo de posibilidades. No voy a decir que todo es malo ni que debemos quedarnos estancados en los modelos de producción de televisión de 1993. 

Pero precisamente por esta disrupción en el calendario y en la duración de las series, la forma en la que se contrata a les guionistas se parece cada vez más al modelo de gig economy de plataformas como Uber y Rappi, que a un modelo de trabajo estable y duradero. Si antes te contrataban para una temporada de 22 episodios de 45 minutos, sabías exactamente durante cuántos meses ibas a tener ese trabajo y cuánta plata ibas a recibir. Ahora, todo puede variar constantemente. Quizás en una plataforma el salario mínimo que pagan es distinto que en otra, quizás lo que antes eran meses de trabajo ahora es un par de semanas en una sala de escritores que no volverás a ver nunca más. La forma en la que alguien ganaba experiencia escribiendo que era participando en salas de escritores, aprendiendo de otros escritores más senior, acompañando el proceso de producción y grabación, es cada vez más rara

Mujeres, personas racializadas y disidencias de género: las más afectadas

¿Y a quiénes les afecta más esto? Por supuesto a las mujeres, a las personas racializadas, a las disidencias de género, a las guionistas con discapacidades, y en general a cualquier persona que se dedique a escribir que no sea un hombre blanco heterosexual. Esto no significa que los manes escritores no estén sufriendo ahorita con estas condiciones de trabajo. Por supuesto que sí. Pero si en condiciones antiguas ya era difícil para una mujer racializada llegar a una posición alta como escritora en Hollywood, ahora que los salarios son cada vez más bajos, que es cada vez menos probable que recibas pagos residuales por una serie exitosa que escribiste, que el tiempo que se pasa en una sala de escritores sea cada vez menos, que las oportunidades de aprender de personas con más experiencia son cada vez más escasas y que los estudios te ven básicamente como una trabajadora temporal que desaparecerá en un par de semanas, pues imagínense cómo está la cosa. 

Entonces, por todo esto, les guionistas están en huelga. ¿Qué consecuencias podría tener? Los primeros programas afectados son los programas de variedades que se escriben muy cerca de la transmisión, como los late shows, y los de sketches como Saturday Night Live, programas que ya pausaron su calendario y que no harán nuevos shows mientras dure la huelga. Pero cómo afectaría a distintas series de distintas plataformas o canales, depende de cuánto tengan escrito ahorita y de cuándo tenga planeado volver cada serie. Seguramente ahora mismo, cada canal y cada plataforma de streaming tiene ya listas o al menos en posproducción muchas series. Así que por lo menos por un par de meses no sentiremos como que no hay nada para ver. Además, las plataformas de streaming como Netflix tienen la ventaja de que hacen muchas producciones por fuera de Estados Unidos, entonces, con series internacionales pueden llenar mucho espacio. 

Pero dependiendo de por cuánto tiempo se extienda la huelga, podríamos empezar a ver que se afecta el estreno de series que en teoría se deberían estrenar en la temporada de otoño. Por ejemplo, el equipo de guionistas de Yellowjackets ya estaba trabajando en la temporada 3, pero pausaron todo porque entraron en huelga. Lo mismo ocurrió con el equipo de guionistas de Cobra Kai, que iban a empezar a trabajar en los guiones de la última temporada. Y así ocurre con muchas series como Abbott Elementary, Hacks, Big Mouth, entre otras. Hay algunas, como House of the Dragon, que tenían los guiones listos antes de que empezara la huelga y que continuarán con el rodaje y la producción de los episodios. El problema es que si llegan a necesitar cambiar algo en algún guion, no van a poder, porque no habrá ningún guionista presente en el set para hacer el cambio. Y cualquier persona que esté familiarizada con proyectos de grabación sabe que lo más común es que durante un rodaje, se cambie una escena o se altere un diálogo. Así que ya veremos qué pasa. 

¿Y en el cine qué pasará? En este caso es distinto porque los ritmos de producción del cine son muy diferentes a los de la televisión. Son mucho más lentos, así que los productores de cine tienen más espacio de maniobra ahorita. Muchas de las películas que veremos este año ya están terminadas o en posproducción,  por ese lado no hay preocupaciones. Pero según un reporte de Deadline, los estudios calculan que el calendario de estrenos puede sostenerse por unos cuatro meses así como está ahorita antes de que necesite cambios. Si la WGA y la AMPTP no logran llegar a un acuerdo antes de cuatro meses, algunos de los estrenos de fin de año van a tener que retrasarse y eso retrasaría otros estrenos de principios del 2024. 

Pero quizás lo que podría tener un impacto más grande podría ser que a esta huelga se sumen el DGA, el sindicato de directores, o SAG–AFTRA, el sindicato de actores. Ahí sí veríamos, creo yo, algo sin precedentes. Estos dos sindicatos ya expresaron su apoyo a la huelga de la WGA, el problema es que por ahora no pueden hacer mucho. Los contratos de los directores y de los actores tienen unas cláusulas de “no–huelga” que les prohíben participar o convocar una huelga mientras estén con un contrato vigente. Pero cada uno de estos sindicatos empieza renegociaciones en junio y también tiene varios reclamos que quiere hacerle a la AMPTP. Así que si antes de junio 30, que es cuando sus contratos se vencen, los directores y actores no logran llegar a un acuerdo con la AMPTP, los contratos dejarían de ser válidos y podrían sumarse a la huelga. 

Ese es el panorama. ¿Cuánto durará la huelga? No tengo idea. No soy muy buena haciendo pronósticos en este tipo de cosas, pero la cosa pinta grave porque la AMPTP está muy inflexible y el sindicato de guionistas está muy parado en su posición de no dejar que sigan continuando las injustas condiciones de trabajo. Muchos de estos guionistas preferirían estar trabajando escribiendo sus series favoritas, y no haciendo filas frente a los estudios para reclamar sus derechos, pero sienten que ya no hay opciones. Cuando uno analiza que estas compañías sacan la excusa de “que no hay plata para aumentar los salarios” o “no los podemos contratar por más semanas porque nos arruinamos”, pero a sus CEOs sí les suben los sueldos sagradamente cada año, no queda otra opción sino apoyar a quienes están en huelga. 

Como personas que llegan en la noche a la casa a clavarse 3 horas de series en Netflix, deberíamos hacernos preguntas como: ¿quién hizo eso? ¿a quién le está entrando plata cada vez que yo veo una serie? ¿quiénes se están enriqueciendo con lo que estoy viendo y quiénes están siendo explotadas? Solo siendo críticas con nuestro consumo y apoyando la labor de quienes hacen los productos que nos gustan, podremos ver un cambio positivo en las industrias creativas. 

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Autor

  • Juliana Abaúnza es una escritora colombiana que lleva más de una década escribiendo, hablando y pensando sobre televisión. Ha escrito para diferentes medios y publicaciones de Colombia y Latinoamérica. En 2021 publicó su primer libro, “Series largas, novios cortos” con Editorial Planeta. Es, además, cofundadora del colectivo feminista “Las viejas verdes”, en el que hace activismo por el aborto y los derechos sexuales y reproductivos. Actualmente tiene su propio Patreon, llamado Juliana's World donde hace actividades como serie club, noches de películas y talleres de escritura.

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