
Las protestas de les pensionades en Argentina han sido una constante en la lucha por derechos sociales, pero su intensidad ha crecido exponencialmente bajo el gobierno de Javier Milei.
Es cierto que antes de su llegada al poder, les jubilades ya enfrentaban dificultades económicas debido a la inflación y el deterioro del sistema previsional (es decir, sistema estatal que administra los fondos generados con los aportes jubilatorios realizados por los trabajadores públicos y privados del país), pero al menos existían mecanismos de ajuste automático de las jubilaciones y una política estatal que, con limitaciones, intentaba garantizar una mínima protección social. También existieron períodos de recortes y ajustes en gobiernos anteriores, la presencia de los sindicatos y la presión de organizaciones sociales permitieron mantener ciertos beneficios, como bonos extraordinarios y asistencia sanitaria a través del PAMI (o el Programa de Asistencia Médica Integral).
Con la elección de Milei, la situación de les pensionades se ha agravado drásticamente. Su política de ajuste fiscal ha llevado a la eliminación de bonos complementarios, la suspensión de medicamentos gratuitos y la desactualización de las jubilaciones en un contexto de inflación acelerada.
Además, la desregulación de la economía y la falta de intervención estatal han hecho que el costo de vida para les jubilades se vuelva insostenible. Mientras el gobierno defiende estas medidas como necesarias para reducir el gasto público, les pensionades han salido a las calles en marchas masivas denunciando el abandono estatal y exigiendo el restablecimiento de sus derechos básicos.
Las manifestaciones actuales no solo reflejan el descontento con la reducción de sus ingresos, sino también con la precarización de su calidad de vida. La imagen de jubilados y jubiladas protestando en las plazas, muchas de ellas con bastones o en sillas de ruedas, se ha convertido en un símbolo de la crisis social, económica y política que atraviesa Argentina.
A diferencia de años anteriores, donde las negociaciones con el gobierno eran posibles, la postura intransigente de la administración Milei ha generado un clima de tensión y represión. En varias protestas, las fuerzas de seguridad han respondido con violencia, lo que ha provocado una mayor indignación en la sociedad y ha reforzado la solidaridad con el sector de les pensionades. Y, como respuesta, sólo queda un Gobierno que culpa a mandatarios anteriores y asegura que no hay motivos para marchar.
Y entonces, en la manifestación más violenta, atacaron al fotoperiodista Pablo Grillo.
El futuro de las jubilaciones en Argentina sigue siendo incierto bajo la gestión de Milei. Mientras el gobierno insiste en que el ajuste es necesario para sanear la economía, les jubilades y sus organizaciones continúan exigiendo medidas urgentes para garantizar su subsistencia. En este momento la elección es comer o conseguir medicinas.
Las protestas no solo buscan recuperar los beneficios perdidos, sino también evidenciar un modelo de gestión que prioriza la reducción del gasto público sin considerar el impacto humano de esas decisiones. Es decir: libertarios en su máxima expresión. Así, la lucha de les pensionades se ha convertido en un termómetro de la crisis social y política que atraviesa Argentina.
En el episodio más reciente de La Semanaria hablamos con Charly y Adela, dos líderes de les pensionades en Argentina. También con Fabián Grillo, padre de Pablo Grillo, el fotoperiodista atacado por la represión de Milei.
