
El pasado 28 de mayo, un tribunal de Vannes, en Francia, condenó al excirujano gástrico Joël Le Scouarnec a 20 años de prisión por violación y agresión sexual agravada a al menos 299 personas (la mayoría menores de edad) entre 1982* y 2014. De acuerdo con la prensa francesa e internacional, la sentencia fue la pena máxima por dichos delitos en este país. Este es considerado el mayor juicio por pederastia en la historia de Francia, pues antes de dictar la condena se llevaron a cabo 57 audiencias. Los juicios comenzaron el 24 de febrero de este año en el Tribunal de Morbihan.
Pero esta no es la primera vez que Joël Le Scouarnec recibe una condena. De acuerdo conThe New York Times, en 2020 fue declarado culpable de agredir sexualmente a cuatro niñas, entre ellas, dos hijas de su hermana.
Para entender el caso
Estuvo bajo la mira del FBI, pero le permitían seguir ejerciendo
Desde 2004, la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) señaló a Joël Le Scouarnec por acceder a un sitio web ruso con imágenes de abusos contra menores. En ese entonces, el exmédico trabajaba en hospitales públicos y privados de Bretaña. Meses después, en 2005, fue arrestado y se le condenó a cuatro meses de prisión condicional por abuso sexual infantil. Según reportó The Guardian, esta situación fue notificada a los empleadores de Le Scouarnec, pero no tuvo repercusiones laborales.
Para 2006, un excolega de Le Scouarnec lo denunció ante la Orden de Médicos y esta, a su vez, dio aviso al Ministerio de Salud. Pese a ello, no se inhabilitó al exmédico y, en 2008, fue contratado por el hospital Jonzac en Charente-Maritime. La licencia para ejercer como médico solo le fue retirada hasta 2017.
Las pruebas
Los señalamientos contra Joël Le Scouarnec empezaron a ser más públicos en 2017, después de que una niña de seis años, hija de su vecino, contara que el agresor le mostró sus partes y la tocó sexualmente en el jardín.
Después de esta denuncia, la policía registró el domicilio de Le Scouarnec y halló muñecas de tamaño real, discos duros con más de 300.000 fotos y videos de abusos infantiles y libretas en las que el pederasta escribía sobre las agresiones contra sus pacientes. Según Sylvain Boissinot, policía que dirigió la investigación, en la casa del criminal también había material gráfico y audiovisual de zoofilia y de asesinatos de personas.
Entre las víctimas se encontraba Marie que, en 1996, cuando tenía 10 años, acudió con Le Scouarnec para que le extirpara el apéndice. Durante el procedimiento la violó.
El País tuvo acceso a algunos de los diarios confiscados por la policía y lxs periodistas del diario describieron el delinquir de este criminal: Le Scouarnec llevaba el registro de sus víctimas con datos muy sensibles (nombre completo, padecimiento y dirección, por ejemplo) las clasificaba por edad, escribía las sensaciones que le provocaban, especificaba los espacios en los que cometía las agresiones sexuales (la mesa de operaciones, el consultorio o la habitación), explicaba cómo lograba quedarse a solas con las víctimas, cómo se deshacía de posibles testigos y cómo aprovechaba que estaban bajo los efectos de la anestesia.
La edad promedio de las víctimas era de 11 años y la mayoría tenía diagnósticos como apendicitis y peritonitis. De los casi 300 casos de violencia sexual, 14 fueron perpetrados contra personas mayores de 20 años.
En los archivos consultados por El País el pedófilo también escribió que no sentía remordimientos, como detalló en las agresiones contra Tiphaine, una bebé de año y medio. En los juicios, Le Scouarnec dijo que, pese a haber abusado de su poder, se consideraba un buen médico.
“Realicé mi actividad profesional lo mejor que pude, pero al mismo tiempo cometí agresiones sexuales contra pacientes menores. Mi trato médico a los pacientes no borra los delitos que cometí en ese mismo período. Sé que esto puede parecer difícil: mi actividad pedófila era una cosa, mi actividad profesional era otra, y esta actividad pedófila no tuvo ningún impacto en mi actividad profesional”, dijo.
Hablan las víctimas
Stéphani, de 46 años, es una de las denunciantes públicas de Joël Le Scouarnec. Este abusó de ella entre 1985 y 1991, cuando Stéphani tenía entre seis y 12 años. En ese entonces, el padre de Stéphani había fallecido a causa de un paro cardíaco y su madre trabajaba con Le Scouarnec en una clínica privada.
Según ha contado Stéphani, el exmédico era una persona de su confianza; ofrecía ayuda a su madre y las invitaba a su casa, cerca de la comuna de Loches. Stéphani recuerda que una vez la violó en el coche, que en varias ocasiones ella se resistió y el tipo siempre le dijo “que no estaba haciendo nada malo”.
Alexandra, de 47 años, sobrina de Joël Le Scouarnec es otra de las denunciantes que ha hablado con medios de comunicación. En una entrevista con NBC News contó que su tío empezó a abusar de ella en 1982, cuando tenía 5 años y tomaba lecciones de piano. Alexandra ha dicho que Le Scouarnec solía agredirla en el baño de su casa. La denunciante también ha expresado que la violencia provocó que sufriera de ataques de pánico cuando tenía que ir a una revisión médica.
Justicia para las víctimas
El 30 de mayo de 2025, dos días después de la condena contra Joël Le Scouarnec, algunas de sus víctimas expresaron inconformidad con la decisión de las y los integrantes del Tribunal de Vannes, al considerar la sentencia insuficiente y exigieron que se añada un periodo de seguridad de dos tercios de la condena.
Esta medida, reservada para criminales de alta peligrosidad, impediría que Le Scouarnec pudiera salir a la calle en seis años. Sin embargo, el Tribunal negó esta petición, argumentando que Le Scouarnec ya “se encuentra en una edad avanzada” y tiene “la voluntad de reparar el daño”.
La cobertura internacional del caso de Joël Le Scouarnec llega meses después del juicio contra Dominique Pelicot, quien por más de una década drogó a su exesposa, Gisèle Pelicot, para violarla con otros 50 hombres. Dentro y fuera de Francia, la exigencia de justicia para Gisèle y la consigna de “la vergüenza debe cambiar de bando” volvieron a poner sobre la mesa las deudas con las denunciantes y sobrevivientes de violencia sexual.
Tanto Stéphani como Alexandra dijeron a NBC News haber encontrado fuerza en Gisèle y hablar públicamente sobre lo que durante tanto tiempo el sistema patriarcal les obligó a callar.