Donald Trump, un agresor sexual que enfrenta 88 cargos en 4 causas abiertas, se convirtió en el primer delincuente convicto elegido presidente de los Estados Unidos. Con su regreso a la Casa Blanca, la garantía del derecho al aborto podría verse en riesgo mediante restricciones parciales o totales, al tiempo que la discriminación y estigmatización hacia la población LGBTQ+ también podrían incrementarse en el país.
En la misma jornada electoral que dio a Trump como ganador, 10 estados votaron por un referendo sobre el derecho al aborto. Nevada, Colorado, Nueva York, Montana y Maryland se mostraron a favor de consolidar los derechos reproductivos. En el caso de Missouri, se votó a favor de revertir la prohibición casi total del aborto, y en Arizona se votó a favor de garantizar el derecho al aborto hasta la semana 23 o 24. Por su parte, estados como Florida, Nebraska y Dakota del Sur rechazaron el derecho al aborto en este referendo.
“A pesar de que el hombre responsable de que se revocara Roe v. Wade vuelve a la Casa Blanca, las elecciones confirmaron nuevamente que los y las estadounidenses apoyan los derechos reproductivos, con votantes aprobando iniciativas que agregaron protecciones al derecho al aborto en las constituciones de siete estados, de los 10 que incluyeron estas consultas en su proceso electoral”, dijo a Volcánicas Fernanda Vanegas, directora asociada de Incidencia del Centro de Derechos Reproductivos.
Vanegas resalta el resultado en estados como Florida. “Aunque no pasó la propuesta de reforma constitucional, un 57% de la población votó a favor de reconocer este derecho. No pasó únicamente porque no alcanzó una mayoría calificada del 60% que se necesitaba para esa protección constitucional”, aclara.
A pesar de estas garantías, siguen siendo muy preocupantes las posturas de Trump frente al aborto, que han sido claras desde su primera campaña presidencial en 2016, año en el que prometió que nombraría en la Corte Suprema a jueces que pudiesen ayudar a revocar el fallo Roe contra Wade (el histórico litigio de 1973 que dio protección constitucional al derecho al aborto) Una promesa que, como presidente, cumplió. Además, durante su primer periodo presidencial, Trump apoyó un proyecto de ley en la Cámara de Representantes que habría prohibido el aborto en todo el país después de las 20 semanas.
En una entrevista en marzo de 2024, el presidente electo expresó su apoyo a la prohibición nacional del aborto después de las 15 semanas de gestación. Más tarde, el mismo año, durante las últimas semanas de su campaña presidencialdijo que los estados eran los responsables en determinar sus propias políticas sobre el aborto. Sin embargo, el Proyecto 2025, un documento de más de 900 páginas creado por la Fundación Heritage, conformada por un grupo de conservadores con medidas radicales que desean implementar con el triunfo de Trump, busca retirar del mercado la mifepristona, uno de los medicamentos más seguros y recomendados por la OMS para el aborto y para otros procedimientos obstétricos como la inducción al trabajo de parto. Actualmente, la mifepristona cuenta con mayores condiciones para su acceso en Estados Unidos, incluyendo su envío por correo tras una teleconsulta médica.
“El Proyecto 2025 detalla lo que viene. Una administración o Congreso antiaborto intentará despojar nuestros derechos reproductivos, política por política. Desde el abuso de la Ley Comstock de 1873 y la prohibición absoluta del aborto hasta impedir que mujeres embarazadas viajen para recibir atención médica, incluido el aborto, en otros estados. No les importa el apoyo mayoritario a los derechos y acceso al aborto, solo que su agenda extremista se vuelva ley en todo el país”, explicó Fernanda Vanegas.
La Ley Comstock, conocida como la “ley antivicios”, cuenta con más de 150 años de antigüedad y prohibe la distribución, a través del sistema de correos, cualquier elemento que se use para abortos, en especial los medicamentos (misoprostol y mifepristona). Al respecto, Vanegas sostiene que “la nueva administración Trump podría ordenarle al Departamento de Justicia que aplique la Ley Comstock con sesgos, lo que abriría la posibilidad de que se investigue y enjuicie a pacientes, proveedores y personal de salud”. También aumenta el riesgo de que funcionarios estatales intimiden y enjuicien a las personas que buscan abortos y a quienes las ayudan, especialmente en los estados que prohíben y restringen el aborto pueden. Incluso es posible, como hemos visto en zonas como Texas, que se intente detener a las pacientes que están cruzando fronteras estatales o solicitando medicamentos como el misoprostol o la mifepristona por internet”.
Tras la revocación de Roe contra Wade y con el aborto prohibido en 17 estados, millones de mujeres y personas gestantes en EEUU deben viajar y cruzar fronteras para poder acceder a un aborto seguro. Vanegas agrega que “los obstetras están abandonando estos estados debido a las restricciones, lo que crea desiertos en salud materna. Una segunda administración de Trump empeorará la situación: por lo que sabemos, probablemente buscará restringir el acceso a los medicamentos usados para el aborto, así como silenciar a organizaciones que aboguen por reformas o brinden atención a las pacientes”.
¿Qué le espera a la población LGBT+ en Estados Unidos?
Las barreras para acceder a la atención de afirmación de género también podrían verse afectadas con la llegada de Trump a la Casa Blanca. El presidente electo planea limitar el acceso a terapias hormonales y cirugías para menores trans con la eliminación de la cobertura de Medicare y Medicaid. Además, con el nombramiento de jueces conservadores, no nos sorprende que el gobierno de Trump busque limitar protecciones legales para la comunidad LGBTQ+.
“Revocaré todas las políticas de Biden que promuevan la castración química y la mutilación sexual de nuestros jóvenes y pediré al Congreso que me envíe un proyecto de ley que prohíba la mutilación sexual infantil en los 50 estados”, advirtió Trump en marzo de 2023 durante la Conferencia de Acción Política Conservadora.
La campaña de Donald Trump también se caracterizó por los múltiples señalamientos discriminatorios a la población trans en Estados Unidos. Semanas antes de las votaciones, JD Vance, su fórmula vicepresidencial, señaló que convertirse en una persona trans era usado como una alternativa para ingresar a las universidades de la Ivy League, y que las familias de la clase media alta lo veían como una forma de mejorar las probabilidades de sus hijes para ingresar a las facultades más prestigiosas del mundo. “Pero la única forma que tienen esas personas de participar en la burocracia de DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) en este país es ser trans”, dijo JD Vance.
La reciente encuesta de NBC News demuestra que Donald Trump no ganó en Estados Unidos con el voto de les gays, lesbianas, bisexuales y personas trans. En esta contienda electoral, el Partido Republicano “captó a menos de 1 de cada 5 votantes varones LGBT, aunque esa cifra también podría incluir a hombres bisexuales y transgénero. El apoyo a Trump entre las mujeres votantes LGBT+ fue aún más tibio, con un 8%”, explica NBC News sobre su encuesta de salida.
Aunque Kamala Harris perdió las elecciones presidenciales con 226 votos electorales, frente a los 292 que logró Trump, la misma encuesta demuestra que el desempeño de la candidata con la población LGBT+ fue más fuerte que el de cualquier candidato demócrata en las últimas cinco elecciones presidenciales. La encuesta también muestra que el 8% de les votantes en Estados Unidos se identifican como población LGBT+ en 2024, un porcentaje que se duplicó desde que Barack Obama fue elegido presidente en 2008, cuando era del 4%.
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La Alianza de Gays y Lesbianas contra la difamación (GLAAD, por sus siglas en inglés) se pronunció el jueves 7 de noviembre, un día después de que se confirmaran los resultados electorales, frente a lo que significa para la población LGBT+ el triunfo de Trump. “La comunidad LGBTQ ha estado aquí antes, al igual que todas las demás comunidades marginadas, y el dolor es real hoy. Pero como vimos desde el susto de Lavender hasta el levantamiento de Stonewall, desde la epidemia de VIH, hasta la derrota y la victoria del matrimonio, cada ruptura puede conducir a un gran avance. Debemos ver este momento de crisis como otro catalizador del cambio”, dijo Sarah Kate Ellis, presidenta de Glaad, quien ratificó que “las personas LGBTQ pertenecen y son esenciales para la promesa de Estados Unidos como un faro de igualdad y aceptación”.
Aunque el periodo de Donald Trump en Estados Unidos inicia el 20 de enero de 2025, el presidente electo ya empezó a perfilar su gabinete y tendrá que cubrir alrededor de 4.000 puestos gubernamentales. Mientras tanto, defensores del derecho al aborto y derechos LGBT+ no se quedarán solo esperando y seguirán, como siempre, pensando estrategias, articulando y defendiendo lo avanzado.