
En la misma semana que un grupo de mujeres misak tumbaron un monumento colonial que glorificaba el asesinato de miles de sus antecesores, una joven estaba siendo abusada sexualmente por agentes de la Policía Nacional. El Paro Nacional ha sido precisamente eso: una lucha por nuestras reivindicaciones abatida por innumerables casos de violencia sexual y de género, 106 denuncias de esta naturaleza presentadas ante la CIDH hasta la fecha.
Para erradicar la violencia sexista, mujeres alrededor del mundo han empezado a practicar la “defensa feminista”, una estrategia personal y colectiva que consiste en integrar las artes marciales mixtas (karate, kickboxing, boxeo, taekwondo, judo, entre otros) con el objetivo de aprender movimientos para reaccionar ante situaciones reales de peligro.
Y como no aceptamos que la vida siga en riesgo cada vez que ejercemos nuestro derecho a la protesta, conversamos con la karateca profesional Steffany Medina. Junto a ella elaboramos esta guía de autocuidado y defensa personal, como una herramienta política que nos permita seguir marchando por una vida libre de violencia.
- Salir en manada
Las mujeres siempre vamos a estar en desventaja frente a la Fuerza Pública que, además de estar protegida de pies a cabeza, está protegida por el Estado. Así que lo ideal es salir siempre acompañadas y contar con el apoyo de un grupo de personas diverso. Crea tu propio escuadrón. Evita la confrontación uno a uno.
- Una acción contundente
Forcejear es perder el tiempo. Necesitamos un solo movimiento que nos permita huir. Debemos dirigirnos directamente a las zonas vulnerables de los hombres como los genitales y las rodillas. La manera más efectiva es atacar frontalmente con el pie o de manera ascendente con una rodilla en los testículos. También empujarle la rodilla para atrás al agresor con el fin de lesionar su pierna.
- Directo a los ojos: Aplica para civiles o agentes de la policía que no cuenten con casco o protección en el rostro.
El gas pimienta es muy útil, toda mujer debería tener uno en su bolso. También puedes usar las manos metiendo tus dedos en el ojo del agresor para inhabilitarlo y poder salir corriendo.
- Kit de protección
Lo importante es proteger las partes esenciales de tu cuerpo como rostro, rodillas y piernas, sin que eso impida moverte con facilidad. Es ideal usar rodilleras de patinaje o canilleras de futbolista. También una correa es siempre una buena arma de defensa personal. Un poncho puede servir como escudo para el brazo de adelante. Otra prenda útil es una capucha, para no ser identificada ni perseguida, y para protegerte de los químicos y agentes externos que puedan afectar la nariz y boca. Y una cangurera para tener a la mano el gas pimienta.
- Vencer sin combatir
La defensa personal va desde el momento anterior a la confrontación. Como cuenta Sun Tzu en “El arte de la guerra”: gana quien sabe cuándo luchar y cuándo no luchar. Es bueno evitar el conflicto directo tanto como sea posible.
Esperamos que esta guía sirva para que las mujeres nos sigamos congregando con fervor y entusiasmo en apoyo a la Minga, en los círculos de mujeres para sanar nuestras cuerpas, en las marchas de madres y comadres para llorar a los desaparecidos, en el renombrado “Portal Resistencia” y demás rincones de nuestras calles. Que sigamos defendiendo el respeto a la vida y, ante la violencia patriarcal, defensa feminista.
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