
El 14 de noviembre, Stephora Anne, una niña haitiana de 11 años, murió en circunstancias aún desconocidas, en la piscina de la Hacienda Los Caballos, en Gurabo, Santiago, República Dominicana, donde se encontraba junto a compañeros de clase, en una excursión escolar organizada por el colegio Leonardo Da Vinci, como parte de la premiación a sus estudiantes destacados. Stephora sufría bullying por su color de piel y por ser haitiana.
Ese día, sobre las 11 de la mañana, Lovelie Joseph Raphael, la madre de Stephora, recibió una llamada del colegio, en la que le informaban que la niña “no se encontraba bien” y “estaba vomitando”. “Nuestra hija fue confiada a su cuidado. Fue su rendimiento escolar lo que la llevó a esa actividad en horario del colegio. Lo que recibimos fue una tragedia y un silencio doloroso, injustificable e inhumano”, dice Lovelie.
Al llegar a la hacienda, Lovelie pidió ver a su hija, pero le negaron la entrada por cerca de tres horas. El área ya estaba acordonada y vigilada por policías. Cuando finalmente le permitieron ingresar, las autoridades le informaron que la niña había fallecido. Según el Certificado Médico Preliminar de Defunción, la causa de muerte habría sido asfixia mecánica por ahogamiento e insuficiencia respiratoria en una piscina.
Medios locales han informado que la niña habría salido ahogada de la piscina. “En un video se ve a una de las maestras verificando los signos vitales de Stephora, mientras una adolescente graba de cerca con su celular la acción. En la piscina, otro de los adolescentes dice: “Loco, a mí me van a botar del colegio”, mientras ven el cuerpo de la niña”, reporta Listín Diario.
Una serie de negligencias
El día previo a la excursión, el colegio envió a la madre de Stephora una comunicación, al igual que a las familias de los otros estudiantes, solicitando que llevara temprano a la niña e incluyera un bañador en su mochila. Sin embargo, el colegio no contaba con permisos del Ministerio de Educación para realizar esta actividad. La madre señaló que la niña no sabía nadar y pide justicia ante la falta de verificación de la escuela para permitir su ingreso a la piscina. Había 86 personas, incluidos 3 maestros, en el lugar.
También denuncia irregularidades en el Ministerio Público, pues no han tenido acceso a los resultados forenses completos ni a los videos de seguridad de la hacienda; la justificación de esta entidad para la falta de información es que aún están en proceso indagatorio. “Hemos pedido que simplemente se nos muestren los videos de la villa, pero no hemos tenido respuestas. Sentimos opacidad en las actuaciones del órgano investigador, intentando dejar de lado la responsabilidad de quienes tenían la obligación de cuidar de mi hija y negándose a recibir denuncia del hecho”, dice Lovelie.
Tras varios días de silencio institucional, la madre de Stephora fue escuchada en la sede del Ministerio Público. La hacienda fue clausurada por violar varias medidas de seguridad, de acuerdo con la Ley 257.
Una alumna destacada, víctima de bullying y racismo antihaitiano
La menor había sido reconocida por sus méritos académicos e incluida en el cuadro de honor del colegio Da Vinci. El director ejecutivo de la Fundación Zile, Edwin Paraison, informó que Stephora “sufría bullying en su escuela”. Era víctima de acoso escolar por su color de piel y origen, algo que la madre ya había reportado a las autoridades del colegio Leonardo Da Vinci, en varias ocasiones. Sobre estas palabras, Wendy Osirus, del Movimiento por los Derechos Humanos, la Paz y la Justicia Global (MONDHA), ha manifestado que “nos obligan a mirarnos de frente y a replantearnos los relatos que transmitimos a nuestras niñas y niños, los cuentos que tejemos sobre ‘los otros’ y las sombras históricas que aún habitan en nuestra región caribeña”.
Según Paraison, las denuncias solo dieron lugar a una llamada de atención a uno de los estudiantes señalados, sin mayores acciones. “Yo puse a mi hija en modelaje para que ella tuviera confianza, porque ella decía que se quería cambiar el color de piel porque los niños le decían: ‘Tú eres una maldita negra, maldita haitiana’. Yo le dije: ‘No, tú eres bella con tu color de piel’”.
Tras la noticia de su muerte ha circulado un video en el que Stephora hablaba de igualdad: “Cada niña es diferente, pero cada diferencia es un amor propio. Somos diferentes a todas las niñas… somos igualitas como somos, somos bellas como somos y somos divas. No necesitamos compararnos con otras personas porque, tal como somos, somos preciosas, bellas y hermosas porque Dios nos creó así. Espero que ese día sea el más feliz y el más hermoso de ustedes, porque se merecen alegría en toda su vida”.
El Movimiento por los Derechos Humanos, la Paz y la Justicia Global (MONDHA) hizo un llamado a detener los discursos de odio antihaitianos en República Dominicana. “Su partida ha estremecido la conciencia colectiva de nuestros pueblos y ha despertado un clamor legítimo de verdad y justicia. A este clamor nos unimos, junto a artistas, comunicadores, organizaciones sociales y ciudadanos dominicanos y haitianos que hoy comparten el mismo dolor”, dijo Wendy Osirus sobre la muerte de Stephora.
Exigimos justicia para Stephora. Se debe establecer la cadena de responsabilidades en su muerte y tomar medidas contra el racismo antihaitiano.