January 30, 2025

Ozempic: adelgazar ¿a qué costo?

Los múltiples efectos secundarios de Ozempic siguen saliendo a la luz. Aún así, la libertad en su venta permite que en pocos minutos el medicamento esté disponible para cualquier persona que pueda pagarlo.

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Advertencia: Este reportaje aborda contenido relacionado a Trastornos de la conducta alimentaria, ideaciones suicidas y autolesiones. Recomendamos su lectura con responsabilidad. 

“Este medicamento ha venido a causar una amplificación en extremo tóxica para la cultura de la dieta”, señala Gabriela Delgado, directora del consultorio especializado en tratamiento de trastornos de la conducta alimentaria Hablando Solas. Para ella, la promesa de delgadez extrema y casi inmediata que otorga Ozempic: “sólo agudizan los daños que estas nociones nos han traído, que no tienen ningún control, y que además por estas fechas de inicios de año y resoluciones, terminan empeorando las cosas”

Ozempic ha hecho presencia constante en redes sociales y en los medios de comunicación durante los últimos años por ser, en algunos casos, el principal sospechoso tras las extremas pérdidas de peso de diversas celebridades e influencers. En otros, el responsable confirmado, como es el caso del dueño de X, Elon Musk, quien abiertamente afirmó que la usaba y ha promovido la reducción de su precio para que más personas puedan usarlo y así, según él, “combatir la obesidad en Estados Unidos”. 

A pesar de todas las advertencias y riesgos para la salud, existen droguerías y laboratorios que venden el medicamento sin receta, incluso en plataformas de domicilios como Rappi.

Además, distintos expertos en salud, centros de estudios médicos y laboratorios a nivel global, han advertido sobre sus múltiples efectos secundarios. Desde ideaciones suicidas, hasta un aumento en el riesgo de desarrollo de tumores en la glándula tiroides, los riesgos por usar Ozempic sin dirección médica siguen sin ser controlados.

Un medicamento sin control

“Estaba viendo televisión y de repente una voz en mi cabeza dijo ‘¿y si nos matamos?’”, asegura Diana*. Llevaba cerca de un mes aplicándose la inyección de semaglutida, o como es más reconocida, Ozempic, porque su endocrinóloga, a la que había acudido con confianza durante varios años, le había regalado las dosis para adelantar el tratamiento de pérdida de peso. 

Los primeros efectos fueron los que hicieron que el medicamento se popularizara en los últimos años. Primero llega la pérdida total del apetito y, en consecuencia, una acelerada pérdida de peso. Tras varios años acudiendo a diversos métodos de pérdida de peso, Diana sintió que finalmente estaba consiguiendo la ayuda que necesitaba. 

“Hasta que apareció esa voz de la nada. Eso nunca antes en mi vida me había pasado. Yo siempre he sido muy consciente de mi salud mental porque en mi familia existe un historial asociado a estos temas y por eso mismo desde muy joven siempre me he cuidado”, asegura en entrevista con Volcánicas, “pero, de repente, empezaron estas ideaciones suicidas que, si yo no me conociera tan bien como me conozco, seguro habrían tenido consecuencias mucho más graves”

Alarmada, pero aún con la esperanza de haber dado con el método que le ayudara a combatir una vida de discriminaciones y rechazos sufridos a raíz de su peso, Diana intentó continuar con el tratamiento. Sin embargo, los síntomas sólo se agudizaron. Dos meses después cortó las dosis porque las ideaciones suicidas no se detenían. En ese momento decidió volver a preguntarle a su doctora por los efectos secundarios. Ella sólo le respondió que sí, que era posible que estuvieran asociados: “Me pareció increíble que me lo dijera con tanta naturalidad y que en ningún momento antes de eso me hubiera advertido que podía pasar. Obviamente ya no es mi doctora”, asegura. 

Con el crecimiento en el uso de este medicamento, que debería ser utilizado únicamente por pacientes con diabetes tipo 2 y luego de haber descartado otros medicamentos menos nocivos, además de ser aplicado bajo una estricta vigilancia médica, las consecuencias tanto físicas como emocionales aún no son plenamente conocidas. Aún así, la falta de control en su venta y la cultura de la dieta, hacen que su consumo sea cada día más cotidiano, al punto en que, en la actualidad y desde hace meses, el medicamento escasea en varias regiones del mundo. 

¿Cuáles son los riesgos de Ozempic? 

Este medicamento es utilizado para controlar los niveles de azúcar en la sangre. La Federación de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos aprobó su uso para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en 2017. Ya para 2021, la misma FDA aprobó el mismo medicamento, aunque con mayor concentración del componente activo y bajo el nombre Wegovy, para el tratamiento de la obesidad clínica1.  

Y aunque se ha presentado como una alternativa viable, la misma FDA ha señalado que existen posibles contraindicaciones y efectos a largo plazo que se han presentado en varios estudios. Uno de ellos es la aparición de tumores en la glándula tiroides en animales que fueron usados para testear los efectos. Estos tumores incluyen carcinomas (es decir, tumores cancerígenos). 

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha señalado que también existen otros efectos reportados, entre ellos posibles fallas renales, vómitos y diarreas incontrolables, náuseas, y lo que la misma EMA refiere como “cara de Ozempic” que se caracteriza por un rostro aceleradamente envejecido. 

Por último, aunque años atrás se había descartado su relación con las ideaciones suicidas, una investigación realizada entre el año 2000 y el 2023, y publicada en Jama Network Open, encontró que una porción de los pacientes analizados empezó a tener estos síntomas sin haberlos reportado nunca antes. Las probabilidades de reportar estos síntomas se agudizaban si el paciente ya tenía un historial previo de afectaciones a su salud mental, o si tomaba medicamentos antidepresivos o ansiolíticos. 

Sin embargo, Ozempic no es el primer medicamento utilizado para la pérdida de peso que es asociado a ideaciones suicidas, ni mucho menos a las afecciones a la salud mental. El diario médico BMC encontró que del total de medicamentos para pérdida de peso retirados de venta en Estados Unidos, un 25% estuvieron asociados al empeoramiento en la salud mental de los pacientes que los consumieron. 

“Cuando empecé a notar esto paré de aplicarme el medicamento”, dice Diana, “y obvio vino un efecto rebote casi inmediato que me hizo ganar todo el peso que había perdido y más”. Aún así, se negó rotundamente a seguir tomándolo. “No me lo vas a creer, pero dos años después me seguían llamando decenas de números distintos, todos del laboratorio que lo distribuía y me insistían que cuándo iba a volver a comprarlo”, asegura, “todas las veces les dije que yo no iba a volver a tomarlo y aún así siguieron insistiendo. Hasta hace muy poco tiempo pararon”. 

La nociva cultura de la dieta

“El sistema y la manera en que nos han vendido ser delgados se ha convertido en una imposición para todos que, además, tiene un exceso de información, con alcance para todos y que parece ser de fácil alcance”, asegura la directora de Hablando Solas, Gabriela Delgado: “pero, debajo de todo esto, existe un proceso que afecta gravemente la salud mental y puede llevar a las personas a tener una serie de efectos crónicos e irreversibles”, puntualiza. 

Delgado explica que las personas, pero principalmente las mujeres, han estado sometidas a unos estándares que priorizan la delgadez como un factor de belleza y salud. Pero, como ella lo aclara, no todos los cuerpos delgados están saludables, ni todos los cuerpos gordos están enfermos. Sin embargo, el juicio de valor social prevalece: “sin que además existan las herramientas adecuadas para que una persona pueda llevar un proceso de pérdida de peso de manera controlada en caso de que así lo desee. Porque nuestros sistemas de salud no lo permiten y entonces las mujeres terminan recurriendo a la pastilla, o al polvo, o a lo que tengan más a la mano para lograr encajar en esos estándares”. 

Para Diana, que ya había recurrido a diversos métodos para intentar alcanzar esa pérdida de peso, llegar a Ozempic vino como un recurso desesperado que en su momento se le presentó como una opción sencilla y sin consecuencias: “pero además, las personas gordas evitamos ir al médico porque entendemos que existe una gordofobia implícita en la medicina que no permite que nos vean ni nos revisen más allá de nuestros pesos. Puede que todo esté bien, pero si estás gorda, no van a contemplar nada distinto y piensan que todo funciona mal en ti y eso evita que podamos llevar procesos médicos bien dirigidos”, asegura. 

En un ensayo publicado por Jia Tolentino en el New Yorker, la autora explica que el revivir de la estética de la delgadez extrema, que ha tomado mayor fuerza los últimos dos años, puede hacer que la crisis por el uso de Ozempic se agrave mucho más. Delgado está de acuerdo con la autora y, asegura: “Esta nostalgia por los cuerpos extremadamente delgados, que ha vuelto a imponer una estética única y sólo hace famosos a ciertos tipos de figuras, puede tener efectos muy graves que seguramente apenas en algunos años podremos contemplar”. 

La falta de regulación sobre este medicamento ha llevado a que la facilidad para adquirirlo permita que las personas se estén automedicando y no exista control sobre su uso. Con los efectos secundarios aún siendo descubiertos, es urgente conseguir una regulación estricta que proteja la vida de quienes llegan a contemplar el medicamento como una opción válida para perder peso. 

Nota: Si has tomado este medicamento y deseas contarnos tu testimonio, escríbenos a info@volcanicas.com

  1. Expertxs de la comunidad médica y activistas antigordofobia han problematizado el término que, lejos de ser un término neutro, patologiza, estigmatiza y puede fomentar la gordofobia. ↩︎

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