junio 1, 2022

¡Ni un paso atrás por los derechos de las mujeres! Rechazamos la candidatura de Rodolfo Hernández

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A un par de días de la primera vuelta presidencial colombiana y con la cabeza más fría, podemos permitirnos pensar sobre los resultados. Es evidente que por primera vez en la vida de muchas, un proyecto de país progresista, que incluye las demandas de las mujeres y que preside como una de sus cabezas una mujer negra y feminista, alcanzó más del 40% de los votos totales. Eso, amigas, es un triunfo que debemos permitirnos reconocer y disfrutar. Es un resultado que debe abrazarnos y darnos la fuerza que necesitamos para las tres semanas que nos separan de la segunda vuelta, sobre todo ahora que nos enfrentamos no solo al escenario que en algún punto pareció ser improbable, sino al que representaría un retroceso grave para los derechos de las mujeres. 

Rodolfo Hernandez, muy al estilo de Trump (no solo por ser un meme) es un empresario millonario, machista y violento que no tiene una sola propuesta estructural, ni ha logrado desarrollar las que entregó al momento de inscribir la candidatura a profundidad. Si al caso, y cómo respuesta a las voces que expresaron que con el apoyo del uribismo ahora es “el candidato de Uribe”, hizo un hilo en twitter en donde escribe “las 20 diferencias que tiene con el Uribismo”, sin que esos 20 tweets sean realmente propuestas. Los trinos alcanzan a ser si acaso posturas a favor de derechos ya alcanzados (y bueno, eso es lo mínimo que esperamos, que los derechos alcanzados se nos respeten) o frases que coinciden con su discurso, siempre tan falto de contenido, sobre la corrupción. 

Con este papel de “no político”, atravesado y con un lenguaje antitécnico, juega a ser el anti establishment de las elecciones. Se presenta cómo un outsider sin serlo, un “no político” que lleva ya varios años en la política, un “viejito” que se duerme temprano y a quien no le da pena hacer el oso en tik tok. Aunque los medios tradicionales no le hayan dado mucha importancia o hasta lo hayan caricaturizado, hoy representa el mayor riesgo para los derechos de las mujeres en Colombia. En las 74 hojas de propuestas hay solo tres para las mujeres: igualdad de salarios en el sector público, flexibilidad laboral para las mujeres cabeza de familia, y creación de una política pública para la prevención de las violencias basadas en género. Tres propuestas, TRES, para quienes somos más del 50% de la población del país.

Pero no solo es en lo perezoso de las propuestas en dónde radica su peligrosidad. Siendo alcalde de Bucaramanga en 2019 dijo que uno de los candidatos a sucederlo estaba “más manoseado que prostituta de Puerto Wilches”, comentario por el que fue denunciado, y por el que la Procuraduría le inició una investigación. También durante su alcaldía, refiriéndose a  las mujeres migrantes, dijo que estas son “Las venezolanas son una fábrica de hacer chinitos pobres”, demostrando no solo su machismo sino además su xenofobia.

Si nos vamos a las tres propuestas del candidato ninguna tiene sustento ni desarrollo, pero además las manifestaciones que ha hecho ponen en duda que realmente esté comprometido con las mujeres y nuestros derechos. Uno de los retos más grandes que va a tener el próximo gobierno en materia de mujeres va a ser la disminución de las cifras de feminicidio, que según cifras del Observatorio Feminicidios Colombia de la Red Feminista Antimilitarista, a marzo de 2022 al menos 160 niñas y mujeres han sido víctimas de este delito en el país. A diferencia de lo que dice el candidato, que el feminicidio cómo delito autónomo surgió cómo una estrategía de una política “que resolvió hacer una bandera del feminicidio” para ser elegida senadora, la existencia de este delito es el reconocimiento de los feminicidios cómo el reflejo de la discriminación, la subvalorización de lo que se considera femenino, los procesos de instrumentalización de sus cuerpos y dominación sobre sus vidas. Se lee muy incoherente hablar de “disminuir las violencias basadas en género”, mientras se desconoce una de sus manifestaciones más graves. 

Por otro lado, Hernandez propone “salarios paritarios”, no a nivel general o en las empresas privadas sino únicamente en el sector público. De entrada esto dejaría por fuera a todas las mujeres que no trabajamos ahí y a quienes trabajan en la informalidad. Por esta misma línea nos queda preguntarnos si la “flexibilidad laboral para las mujeres cabeza de familia” que propone se refiere únicamente a aquellas que trabajan con el ejecutivo o si planea imponer esa medida a las empresas del sector privado. Ha sido casi que imposible, por no decir que una labor de adivinación, intentar entender cuál es el contenido de los planes del candidato ya que no los ha desarrollado durante la campaña. 

Podríamos concluir por el texto de propuestas, que el candidato no tiene un plan para aquellas mujeres que viven de la informalidad, del trabajo a diario, del servicio doméstico, ni reconoce las labores de cuidado, ni el de las madres comunitarias, ni de aquellas que no tienen acceso a una pensión. Para Rodolfo Hernandez, las necesidades de las mujeres se agotan en la igualdad salarial (pero no de todas), la flexibilidad laboral (pero no de todas) y una política de prevención de violencias basadas en género sin un contenido claro. Lo que sí ha dicho, y supone un riesgo para cada una de nosotras, es que si por él fuera sometería el derecho al aborto a una consulta popular. Ante las polémicas desatadas por reconocimiento del derecho al aborto dijo que lo mejor sería “que los colombianos decidan si quieren o no quieren el aborto”, es decir, daría una plataforma a las iniciativas antiderechos que pretenden que se someta a votación popular la libertad y la autonomía reproductiva de las mujeres en nuestro país.

Estamos ante un escenario difícil: no solo nos enfrentamos una vez más a la derecha organizada (alrededor, una vez más, de su mejor postor) sino a un candidato que encarna lo peor y más arraigado de nuestra sociedad: el machismo, el clasismo, la aporofobia y la xenofobia. Tal vez por eso ni los medios tradicionales, ni el electorado le han reprochado con suficiente vehemencia haber dicho, dos veces, que el ideal sería que las mujeres nos “quedarnos en la casa”, devolviéndonos medio siglo en avance de derechos.

Nos invito a recogernos y juntarnos. Si de algo sabemos las feministas es de los procesos de largo aliento. No todo está perdido y podremos decir que una mujer cómo Francia Marquez, fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, nos dió la esperanza de comenzar a construir un país en donde podamos vivir sabroso y en donde la dignidad es costumbre.

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Autor

  • Lina Morales Camacho

    Lina estudió derecho y es especialista en derecho médico. Feminista y lesbiana antes que abogada, actualmente, hace parte de la Red Jurídica Feminista, desde donde busca difundir con un lenguaje sencillo y de manera masiva herramientas y mecanismos de atención y reducción de violencias contra las mujeres y las diversidades de género. Ha trabajado con organizaciones defensoras de derechos de personas LGBTIQ+ y es activista permanente por el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

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Comentarios

One thought on “¡Ni un paso atrás por los derechos de las mujeres! Rechazamos la candidatura de Rodolfo Hernández

  1. Estoy muy convencida de que cada día que pasa, Dios y el Universo activa aún más nuestras mentes y las llena de Luz para reflexionar, despertar y exigir nuestro Derecho de Igualgad como SER HUMANO.

    Deseo que esta reflexión llegue, no sólo a las mujeres, sino también a los hombres conscientes y a los que aún están dormidos.

    Gracias, gracias, gracias, Lina. Bendiciones

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