Édgar Andrés Vargas y Manuel Vázquez Arellano

Cómo las autoridades violentaron a los sobrevivientes

Era un joven de 19 años y cursaba el segundo año de la licenciatura en Educación Primaria de la Normal Rural de Ayotzinapa cuando Édgar Andrés Vargas vio cómo uno de sus compañeros cayó al pavimento después de recibir un impacto de bala. Él estaba en uno de los grupos al que los estudiantes pidió ayuda tras ser atacados por la policía municipal de Iguala

Él y otros 20 muchachos llegaron a la calle Juan N. Álvarez. Eran las 23:00 hrs. La madrugada del 27 de septiembre uno de los disparos le destruyó el paladar y la parte baja de la nariz. Al darse cuenta de la grave lesión, sus compañeros pararon un taxi que los llevó a la Clínica Santa Cristina, que les negó la atención. Luego llegó un vehículo del 27 Batallón del Ejército. Los militares, en lugar de brindarle ayuda, lo agredieron verbalmente y culparon de la muerte de sus compañeros.  

Dos años después de los hechos de Iguala, Édgar había pasado por seis cirugías para reparar su rostro y recuperar las funciones vitales de comer y hablar. Su proceso de recuperación fue muy largo y doloroso; su familia lo alimentaba a través de una sonda y la única forma en la que podía comunicarse era con un cuaderno y un lápiz.

En una columna para El Sur, medio guerrerense, Édgar escribió que los hechos no sólo habían afectado su salud; su situación familiar comenzó a ser mucho más complicada. “Desde los sucesos de Iguala, ha habido problemas con mis hermanos y con mis papás […] Mi mamá se enferma cada día más. Mi papá también. Yo creo que es parte del suceso. La familia se desintegra cada día más”, compartió. Édgar egresó de la Normal Rural de Ayotzinapa en 2016 y tres años después, en 2019, comenzó a trabajar como profesor de primaria en el Estado de México y cursaba el quinto semestre de su carrera en Derecho.  

Manuel Vázquez Arellano, integrante del comité estudiantil de Ayotzinapa, fue uno de los jóvenes que acompañó a Édgar a la clínica y confirmó que “el Ejército sí participó” en la noche-madrugada de Iguala.

Además de los señalamientos al poder militar, en octubre de 2023, Vázquez Arellano, ahora diputado federal, aseguró que Omar García Harfuch, nombrado secretario de seguridad en el gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo sí sabía de lo ocurrido en Iguala y fue parte de la ‘verdad histórica’.