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Mario Marín Torres, “el gober precioso”, acusado de ser el responsable de la tortura contra la periodista Lydia Cacho, salió del penal del Altiplano del Estado de México y llegó a su casa en la Residencial San Ángel en Puebla, la madrugada de este 14 de agosto. El exgobernador de Puebla fue liberado bajo órdenes de Angélica del Carmen Ortuño, jueza de distrito con sede en Quintana Roo. El 10 de agosto ella cambió la medida cautelar contra el político, de prisión preventiva a libertad condicional.
En 2005, como gobernador de Puebla, Marín ordenó la detención ilegal de Lydia Cacho, después de que ella publicara su libro “Los demonios del Edén”. En él, la periodista expuso cómo operaba una red de explotación sexual infantil en Cancún, Quintana Roo. Aunque estaban implicados políticos de distintos rangos, señaló a los empresarios Jean Succar Kuri (fallecido) y Kamel Nacif de ser las cabezas de esta organización criminal. El 16 de diciembre de 2005, agentes de la Fiscalía de Puebla detuvieron a Cacho en Cancún y justificaron la privación de su libertad diciendo que era en seguimiento a una denuncia de difamación, precisamente interpuesta por Nacif.
Audios difundidos por el periódico La Jornada en 2006 evidenciaron la complicidad entre Marín y el empresario. En una llamada, Kamel Nacif le agradeció haber detenido a Cacho, incluso ofreciéndole dos botellas de coñac en retribución por el encubrimiento. Además, el empresario se refirió a Mario Marín como “el héroe de esta película” y “mi gober precioso”, de ahí el apodo. Marín respondió que acababa “de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona”. Advirtió: “que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras”.
Lydia Cacho fue encerrada en un vehículo en el que fue trasladada de Cancún a Puebla, en un trayecto que duró 20 horas. La periodista denunció que en el camino, elementos de la fiscalía la torturaron psicológicamente: amenazaron con abusarla sexualmente y asesinarla. Además, le tomaron fotografías desnuda frente a policías judiciales. La liberaron el 17 de diciembre después de que pagó una fianza de 70,000 pesos.
A pesar de la evidencia, Mario Marín fue detenido hasta 16 años después. El 13 de marzo de 2006, la periodista presentó su denuncia ante la Fiscalía Especial para Delitos Cometidos Contra Periodistas. Aunque el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo tribunal lo desechó el 29 de noviembre de 2007. Con una mayoría de 6 votos concluyó que “no quedó demostrada la violación grave de garantías individuales de la periodista Lydia Cacho Ribeira”. Quienes consideraron que la tortura psicológica contra ella no representaba una violación de gravedad a sus derechos humanos fueron: los ministros Aguirre Anguiano, Azuela Güitron, Valls Hernández, las ministras Luna Ramos, Sánchez Cordero y el entonces ministro presidente Ortiz Mayagoitia.
Fue después de dos llamamientos de la Organización de las Naciones Unidas, uno el 3 de agosto de 2018, y otro más el 29 de julio de 2021, que finalmente Mario Marín Torres fue detenido. La Fiscalía General de la República confirmó la aprehensión el 3 de febrero de 2021. Ahora, sólo 3 años después, el presunto encubridor de abuso sexual infantil y responsable de la tortura de Lydia Cacho, ya está en su casa tras el pago de una fianza de 100,000 pesos.
Como medida cautelar, Marín no podrá salir de Puebla ni del país, y tendrá que presentarse periódicamente a un juzgado. Además, por la presión de Araceli Andrade Tolama, abogada de Cacho, el exgobernador tendrá que utilizar un brazalete electrónico de monitoreo las 24 horas del día. Tras el cambio de la medida cautelar contra Marín, la periodista responsabilizó a la jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez “de cualquier cosa que pueda sucederle” al liberar a “un preso peligroso” para ella, sus testigos y familia.
Artículo 19, organización defensora de los derechos de lxs periodistas se pronunció al respecto. Reconoció que “aunque la prisión preventiva oficiosa, como política punitiva de Estado en cientos de casos puede ser violatoria a los derechos humanos en este país (México), existen situaciones particulares como la presente, donde se amerita esta medida”. Destacan que la libertad condicional de Marín es un riesgo a la seguridad de Lydia Cacho, una mujer periodista víctima de tortura.
En Volcánicas nos sumamos a la exigencia de justicia en el caso de tortura contra la periodista Lydia Cacho y rechazamos la impunidad en un caso que pone en riesgo la libertad de expresión, que involucra abuso sexual infantil, y vulnera los derechos de las mujeres periodistas a ejercer su profesión de forma segura.
