
El jueves 10 de julio, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a favor de la atleta sudafricana Caster Semenya, al determinar que la Corte Suprema de Suiza vulneró su derecho a un juicio justo al rechazar su apelación. Con 15 votos a favor y 2 en contra, el Tribunal Europeo determinó que Suiza no ofreció a Semenya una revisión judicial rigurosa de su apelación contra las reglas de World Athletics que exigen a mujeres con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) reducir sus niveles de testosterona para competir en categorías femeninas. El Estado suizo deberá pagarle 80 mil euros por los gastos legales en los que ella tuvo que incurrir.
Aunque el fallo no se pronuncia sobre la discriminación ni anula las normas que impiden competir a mujeres con hiperandrogenismo sin medicación, sí abre una puerta para revisar la legalidad de políticas que regulan, patologizan y castigan ciertos cuerpos en el deporte de élite, al devolver el caso a la Corte Federal de Suiza, lo que podría desencadenar una revisión más amplia sobre la legitimidad de las políticas de elegibilidad que regulan ciertos cuerpos.
El caso de Caster Semenya
La campeona olímpica y mundial en los 800 metros planos, Caster Semenya, produce niveles naturalmente más altos de testosterona que el promedio, bajo los estándares blancos, cis y occidentales. Esto se conoce como diferencias del desarrollo sexual (DSD).
Desde 2018, World Athletics (la federación internacional de atletismo) impuso reglas que obligan a mujeres con DSD a reducir sus niveles hormonales mediante medicación o cirugía si desean competir en pruebas femeninas entre 400 metros y una milla. Tras negarse a someterse a esos tratamientos, Semenya fue excluida de competiciones internacionales.
La atleta llevó su caso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y luego al Tribunal Supremo de Suiza; ambos rechazaron sus apelaciones. Finalmente, Semenya acudió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que este 10 de julio falló parcialmente a su favor, reconociendo que Suiza vulneró su derecho a un juicio justo al no revisar debidamente su apelación.
Normas discriminatorias
Las normativas de World Athletics han sido señaladas por organizaciones de derechos humanos como científicamente cuestionables y éticamente discriminatorias. Son normas que exigen a las atletas como Semenya (mujeres racializadas) medicarse sin importar la afectación de esta medida a su salud ni tomar en cuenta su autonomía. El caso de Semenya evidencia cómo los sistemas deportivos internacionales siguen replicando formas coloniales de control sobre los cuerpos de las mujeres, especialmente cuando son cuerpos racializados. La clasificación binaria en el deporte —y las pruebas para determinar quién es “suficientemente mujer”— ha servido históricamente para excluir a corporalidades que no encajan en una feminidad normativa bajo los estándares blancos, cis y occidentales del deporte. Estas políticas se entrecruzan peligrosamente con discursos transfóbicos y biologicistas que pretenden regular el acceso a categorías femeninas con base en niveles hormonales y otras medidas arbitrarias.
Si bien la resolución sobre el caso de Semenya es parcial, sienta un precedente clave: las normas deportivas no son incuestionables. Y es que lo que está en disputa no es solo un reglamento, sino el derecho de mujeres con corporalidades no normativas a competir libremente.