Netflix estrenó la tercera temporada de Heartstopper, serie inspirada en los webcómics y novelas gráficas de Alice Oseman. Si bien la historia protagonizada por Joe Locke (Charlie) y Kit Connor (Nick) tiene cierta narrativa puritana y la mención de marcas es excesiva, esta teen flick aborda temas que SIEMPRE serán importantes para las juventudes, sobre todo para las cuir.
Uno de los ejes conductores del volumen 3 y 4 de la novela gráfica y de esta temporada es el diagnóstico de Charlie: anorexia nerviosa.
Por mucho tiempo los casos de hombres que sufren de trastornos alimenticios fueron invisibilizados. Actualmente, se calcula que de cada 9 mujeres diagnosticadas con anorexia, hay un hombre con el mismo problema, pero especialistas han alertado que la cifra puede ser mayor.
Heartstopper explica detalladamente algunos de los síntomas que caracterizan a la anorexia nerviosa, pero el abordaje no se agota en un enfoque medicalista.
A lo largo de la temporada se hace énfasis en la importancia de las redes de apoyo, el acceso a servicios de salud respetuosos y en que los procesos de recuperación no son lineales. La producción de Heartstopper contó con la asesoría de Beat, una organización que desde 1989 ha apoyado a juventudes que viven con algún trastorno alimenticio.
La denuncia de la transfobia ha sido una constante en Heartstopper.
En esta temporada vimos a Elle (Yasmin Finney) como invitada a una estación de radio para hablar sobre su arte. Sin embargo, cuando la entrevistadora hizo referencia al discurso de una feminista transexcluyente (TERF) Elle abandonó la cabina y dijo: “Las personas trans no somos un debate; somos seres humanos”.
Tara (Corinna Brown) e Imogen (Rhea Norwood) muestran cuánto pesan y estorban los mandatos.
En diferentes momentos Tara intenta expresar lo mucho que afectan a su salud física y mental las exigencias de siempre ser una alumna excelente y de elegir una carrera universitaria ‘exitosa’, sin tomar en cuenta sus verdaderas pasiones, como el ballet. Por el lado de Imogen vemos cómo el estereotipo de it girl-popular chic dificultó que explorara su sexualidad y se conociera a sí misma.
Representación de la bisexualidad.
En las primeras dos temporadas, Nick representó la bisexualidad. En esta tercera entrega fue Sahar (Leila Khan) quien nos recordó cómo algunas de nosotras descubrimos que no sólo nos atraen los hombres y cómo lidiamos con nuestra primera ruptura de cora siendo sáficas. Sahar también se ganó nuestro cariño cuando afirmó que las personas bisexuales no somos un experimento ni un entretenimiento ¿Ella? Una reina.
Amamos el desarrollo de personaje de Darcy (Kizzy Edgell)
Además de representar la importancia de la familia elegida (por supuesta que somos fans de su abuela), en esta temporada fue muy hermoso ver cómo Darcy ha ido explorando su identidad de género y cómo su novia, Tara, y sus amigues le han hecho sentir queride y valiose en el proceso <3.
Representación de la asexualidad.
Si entraste al Osemanverse antes de que Netflix interviniera, es muy probable que lo que más te haya gustado es que esta temporada dio más espacio a Tori Spring (Jenny Walser), quien además de tener frases icónicas ha ayudado a abrir conversaciones sobre la asexualidad.
Lo mismo sucede con Isaac (Tobie Donovan), que en una plática con Charlie en la playa le dice que es asexual y aromántico. Tori e Isaac son lxs personajes con lxs que Alice Oseman comparte sus propias experiencias.
Un abrazo a diferentes generaciones cuir:
Desde que Heartstopper llegó al catálogo de Netflix (abril de 2022), adultxs LGBT+ compartieron las emociones que les provocó la teen flick. Esta temporada, Alice Oseman alegró el cora de quienes nos alejamos del target de esta historia coming-of-age con la relación de Mr. Ajayi (Fisayo Akinade) y Mr. Farouk (Nima Taleghani), quien recordó lo mucho que le hubiera ayudado tener a un chico como Charlie como consejero estudiantil cuando él era niño.