
El 7 de junio de 2025, durante un acto de campaña en Modelia (Fontibón, Bogotá), el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay recibió disparos en la cabeza. Tras casi dos meses en UCI, Miguel Uribe falleció este 11 de agosto, a sus 39 años, en la Fundación Santa Fe.
Desde el atentado, el hecho ha sido usado con oportunismo por intereses partidistas e individuales de personas en la política. Es alarmante la instrumentalización del miedo y la zozobra, como ya ha ocurrido antes con el discurso de la seguridad democrática. Preocupa que esta tragedia radicalice el contexto de las campañas presidenciales 2026.
El presidente Petro se pronunció y calificó el crimen como una derrota para el país y para la vida. “La vida está por encima de cualquier ideología”.
¿En qué va la investigación?
El mismo día del atentado, el adolescente que le disparó fue detenido en el lugar con un arma 9 mm y se dio inició a la investigación del caso. El Ministerio de Defensa ofreció hasta $3.000 millones por información para esclarecer el crimen. A la fecha, la Fiscalía reporta seis personas judicializadas por su presunta participación en la planeación y ejecución del atentado:
- Sicario menor de edad / autor material: capturado y con medida de internamiento preventivo en un centro especializado para menores. Se fugó recientemente de la custodia del ICBF.
- Carlos Eduardo Mora González, quien habría facilitado vehículo para pasar el arma, fue imputado y se le solicitó medida de aseguramiento privativa de la libertad.
- Katerine Andrea Martínez Martínez, quien habría trasladado y entregado la pistola Glock, tiene medida de aseguramiento en establecimiento carcelario. Está detenida, y no aceptó los cargos.
- William Fernando González Cruz, judicializado por presunta planeación y apoyo a la huida.
- Cristian Camilo González Ardila (presunto apoyo logístico) fue detenido tras entregarse voluntariamente. Le imputaron cargos y se encuentra bajo custodia en el búnker de la Fiscalía a la espera de audiencia.
- Elder José Arteaga Hernández, alias “El Costeño”, señalado por la Fiscalía como coordinador del atentado, fue capturado en Engativá y se encuentra privado de la libertad.
Este crimen constituye una amenaza contra la democracia y nos confronta con las expresiones extremas de una violencia política que sigue latente en nuestro país, reviviendo la historia de magnicidios de los candidatos Jaime Pardo Leal (1987), Luis Carlos Galán (1989), Bernardo Jaramillo (1990) y Carlos Pizarro (1990). También es testimonio de una violencia que persiste más allá del proceso de paz, en donde los jóvenes y adolescentes abandonados por el Estado son vulnerables al reclutamiento.
¿Qué fallas estructurales llevan a un adolescente a convertirse en un sicario? ¿Qué fallas estructurales llevan a un adolescente a convertirse en sicario? ¿Qué podemos hacer desde lo individual y desde lo colectivo para no azuzar discursos y acciones violentas?
Este es un recordatorio de que Colombia aún tiene deudas con el desmantelamiento de la violencia política y la no repetición. Aunque algunas expresiones de esta violencia se han reducido, no ha desaparecido: los asesinatos de líderes sociales, defensores de derechos humanos y firmantes de paz lo confirman.