
El 8 de noviembre se cumplió un año de la desaparición de Julia Chuñil Catricura, la defensora mapuche que dedicó su vida a proteger los bosques templados lluviosos de la selva valdiviana, uno de los ecosistemas más biodiversos de Chile. Tenía 73 años al momento de su desaparición.
El 8 de noviembre de 2024, Julia salió de su cabaña en medio del bosque junto a su perro Cholito a buscar unos animales extraviados en el predio “Reserva Cora Número uno-A”. Desde entonces se desconoce su paradero. El 10 de noviembre fueron hallados un bastón y un cojín en una mediagua (una construcción rústica/refugio) como indicios. El 11 de noviembre, la familia de Julia presentó la denuncia de desaparición o “posible desgracia”. Durante los días siguientes, empezaron las búsquedas con apoyo de Carabineros, Policía de Investigaciones (PDI) y el Ministerio Público. En diciembre de 2024, la familia, junto con la organización Escazú Ahora, presentó una querella criminal, exigiendo que se investigue a todos los posibles responsables.
El martes 30 de septiembre de 2025, Karina Riquelme, abogada de la familia de Julia, reveló la existencia de un audio del empresario Juan Carlos Morstadt Anwandter en el que este le habría informado a su padre que a Julia la habían quemado. El audio transcrito fue conocido por la abogada mediante una filtración en la página del Ministerio Público. Morstadt era dueño del predio donde Julia desapareció y con quien existía un conflicto por estas tierras ancestrales. En varias ocasiones, Julia había denunciado las amenazas de Morstadt.
Para la abogada y familia de Julia, esta información refuerza la hipótesis de un crimen ligado al conflicto territorial. Por ello exigen que el caso se investigue como desaparición forzada / femicidio de una defensora ambiental mapuche. Actualmente, Morstadt figura como imputado en la causa, pero, según la información disponible hasta octubre de 2025, no ha sido formalizado por la desaparición de Julia. Hasta el momento, Julia sigue desaparecida; no se ha encontrado su cuerpo ni restos que confirmen pericialmente que fue quemada.
La familia de Julia ha sostenido que no fue una desaparición accidental. “La hipótesis de que se perdió para nosotros no existe. A mi mamá de acá la sacaron. En este sector había huellas de camioneta”, afirma su hijo Pablo. Desde el primer día, tanto la familia como la comunidad denunciaron que no se trataba de una desaparición accidental, sino de un crimen político y de género, vinculado a su rol como defensora del territorio, pues Julia se oponía a la expansión de proyectos forestales en tierras ancestrales.
En julio de 2025, la familia de Julia llevó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunciando graves irregularidades en la investigación y la falta de respuesta de las autoridades chilenas. La CIDH solicitó al Estado adoptar medidas urgentes de protección para los familiares de Julia.
Una vida en defensa de la tierra
Por más de una década, Julia, presidenta de la comunidad indígena Putreguel de Máfil, en la región chilena de Los Ríos, reclamó los derechos ancestrales del pueblo mapuche sobre el territorio de la Reserva Cora, de más de 900 hectáreas, en disputa desde hace 15 años. Entre 2011 y 2015, la comunidad mapuche Huiñoco intentó comprar un terreno en la comuna de Río Bueno, propiedad del empresario forestal y ganadero Juan Carlos Morstadt Anwandter, con apoyo de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI). Sin embargo, por asuntos burocráticos y administrativos, el predio volvió a manos del empresario. La decisión se tomó sin que la comunidad ni Julia Chuñil fueran notificadas, lo que dejó a las familias en una situación de indefensión y profundizó el conflicto territorial. Desde entonces, la defensora se instaló en el predio y dedicó su vida a su protección ambiental y cultural.
En el Encuentro de Defensoras Territoriales Abya Yala / Sur, realizado en agosto del 2025, en Chiloé, Lissette Sánchez, la nieta de Julia, recordó a su abuela: “Mi abuela tenía cinco hijos y diez nietos. Nos crió respetando la naturaleza y los animales. Vivía sin luz, usaba agua de vertiente, a veces con un frío tremendo. Tenía muchos animales: caballos, perros, y los defendía hasta lo último. Ella hablaba con los animales, y aunque creíamos que estaba loca, los animales le entendían. El 8 de noviembre subió al cerro a buscar unos vacunos que se habían perdido, pero nunca más bajó. Avisamos enseguida a bomberos y a la Policía de Investigación. Le habíamos contado que estaba recibiendo amenazas de un empresario forestal que le ofrecía millones para irse. Ella siempre decía que no, que su misión era proteger el bosque. Nunca se vendió. Y antes de desaparecer nos dijo: Si algo me pasa, ya saben quién fue”.
Señalamientos a sus hijos
A lo largo de la investigación, los hijos e hija de Julia, Pablo, Javier y Jeanette, han sido señalados en medios de comunicación como posibles sospechosos en la desaparición. Ellos, por su parte, han rechazado públicamente este tratamiento y advierten un posible montaje: “Trataron de echarle la culpa a mi hermana. Nosotros como hijos queríamos mucho a nuestra madre. ¿A quién le molestaba nuestra madre? A este empresario. Fueron 5 o 6 veces a investigar a nuestra casa, a colocar pruebas falsas. Es mentira que encontraron sangre en la casa de mi hermana. A lo mejor mañana voy a ser yo o mi otro hermano, porque lo que quieren hacer es culpar a la familia”, aseguró Pablo San Martín Chuñil hace un mes. “A nosotros nos están haciendo un montaje. Ya pasó mi hermana por un montaje, ahora venimos nosotros por otro”, dijo Javier. A la fecha el único imputado es Morstadt
Memoria, justicia y verdad
Este 8 de noviembre, al cumplirse un año de la desaparición de Julia Chuñil, comunidades mapuche, organizaciones feministas y movimientos socioambientales realizaron marchas y encuentros en distintas ciudades del país para exigir verdad, justicia y el fin de la impunidad estatal. Las manifestaciones estuvieron marcadas por el reclamo de la familia, que denuncia irregularidades en la investigación y el cambio de cuatro fiscales en menos de un año.
La abogada de la familia, Marcela Riquelme, sostiene que la desaparición debe leerse dentro de un entramado de racismo estructural e institucional: “Hay un racismo muy fuerte en Chile respecto al pueblo mapuche. La criminalización tiene una doble mirada: se persigue al pueblo mapuche, pero se lo abandona cuando es víctima. Ese es el caso de la familia Chuñil”, explicó.
Un año después, la justicia chilena sigue en deuda con Julia Chuñil y con todas las defensoras del territorio que enfrentan amenazas, hostigamiento y silencio institucional. Su caso expone la impunidad estructural que atraviesa a las mujeres indígenas en Chile y América Latina. ¡Verdad y justicia para Julia Chuñil!
Ser defensora en América Latina
América Latina sigue siendo la región más peligrosa del mundo para quienes defienden la tierra y el territorio. En 2024, el 82 % de los asesinatos globales de personas defensoras ocurrieron en esta región, según el informe Raíces de resistencia: documentar las luchas de las personas que defienden los derechos ambientales y del territorio, de Global Witness. Ese mismo reporte registró 146 personas asesinadas o desaparecidas en todo el mundo durante 2024. Colombia lidera por tercer año consecutivo con 48 homicidios, seguida por Guatemala, que quintuplicó sus cifras al pasar de 4 asesinatos en 2023 a 20 en 2024. “Detrás de estas cifras hay un patrón de impunidad y violencia estructural, alimentado por la expansión extractivista, la criminalización de comunidades indígenas y la falta de protección estatal”, advierte el informe.
El pasado 8 de octubre, el Congreso chileno aprobó una iniciativa legislativa para establecer un marco de protección a las personas defensoras de los derechos humanos en asuntos ambientales y de la naturaleza. La medida, que recibió 70 votos a favor, 35 en contra y 14 abstenciones, fue celebrada como un avance, aunque llega tarde para Julia y muchas otras. Durante el debate, Julia fue nombrada en la Cámara como símbolo de la desprotección que enfrentan las defensoras del territorio.