
El pasado martes 1 de julio, Keila Nicole Duarte, una niña de 13 años, fue reportada como desaparecida tras salir de su casa en San Quintín, Baja California, a verse con una amiga. De acuerdo con la policía estatal, Keila salió de su casa el martes, alrededor de las 3 de la tarde, y nunca llegó a su destino. Al no regresar a casa, sus padres comenzaron a buscarla por su cuenta y avisaron a las autoridades la mañana siguiente.
El 3 de julio, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Baja California, confirmó que sus restos fueron encontrados el 2 de julio en un camino vecinal entre los cerros de El Rosario. La manera en que se encontraron sus restos y los resultados de los análisis forenses revelaron la sevicia con que fue asesinada Keila. El cuerpo presentaba decapitación, mutilaciones y signos de agresión con arma blanca.
La amiga de Keila contó a las autoridades que la noche de su desaparición recibió un mensaje de Keila, avisándole que se vería con Cristian Iván “N”, un joven de 16 años que sería su compañero de clase, quien aparentemente citó a Keila en el lugar. La Fiscalía confirmó su detención y la de otra persona, que ya se encuentran en manos del Ministerio Público Especializado en Adolescentes. Además, tres policías se encuentran bajo investigación interna por posibles omisiones en la atención del caso.
Organizaciones civiles, como la Red de Mujeres Unidas por Baja California y las Madres Buscadoras, denunciaron la falta de alertas y protocolos locales, solicitando unidades especializadas que atiendan directamente en la región. Y es que la cifra de feminicidios de menores en México sigue en aumento. Entre enero y abril de 2025, el SESNSP registró 80 feminicidios de personas de 0 a 17 años y Baja California ocupa el tercer lugar entre los estados con más casos de feminicidios en todo el país.
El caso de Keila Nicole deja en evidencia, una vez más, la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de protección y respuesta ante desapariciones, violencia de género y violencia infantil. La familia, amigas y comunidad reclaman justicia inmediata, procesos efectivos y políticas preventivas que garanticen seguridad y respeto a la infancia. ¡JUSTICIA PARA KEILA NICOLE!
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