
El 12 de noviembre, legisladores demócratas de Estados Unidos publicaron tres correos electrónicos provenientes del archivo privado de Jeffrey Epstein en los que aparece mencionado Donald Trump. Los nuevos documentos confirmarían cuánto sabía Trump del entramado de explotación sexual de mujeres y niñas que Epstein y su cómplice, Ghislaine Maxwell, dirigieron durante décadas.
Estos emails forman parte de un conjunto de documentos que la Comisión de Supervisión de la Cámara viene exigiendo desde hace meses y fueron entregados por los abogados del patrimonio de Epstein; constituyen material nuevo que, hasta ahora, no había sido divulgado públicamente. No son los mismos documentos que formaron parte del caso criminal contra Ghislaine Maxwell –públicos desde 2021–, en el que fue declarada culpable y sentenciada a 20 años de prisión en junio de 2022.
Esto ocurre mientras avanza en el Congreso de los Estados Unidos un proyecto de ley bipartidista llamado Epstein Files Transparency Act, que obligaría al Departamento de Justicia y al FBI a publicar todos los registros no clasificados relacionados con Epstein y Maxwell. El proyecto había sido una promesa de campaña del segundo mandato de Trump, pero durante su presidencia nunca sucedió.
El caso Epstein
Jeffrey Epstein fue un financiero estadounidense con conexiones en las élites políticas, empresariales y académicas de Estados Unidos y Europa. Durante décadas, operó una red de explotación sexual de niñas y mujeres jóvenes junto con Ghislaine Maxwell, quien las reclutaba.
En 2005, después de que una madre denunciara que había abusado sexualmente de su hija de 14 años, la policía de Palm Beach, Florida, empezó a investigarlo. Se identificaron a 36 menores de edad, algunas de 14 años, como víctimas de abuso sexual. Las denuncias apuntan a que Epstein, además de abusar, facilitaba el abuso de las víctimas por parte de otros hombres poderosos. Epstein se declaró culpable y, en 2008, fue condenado por captación de menores para la prostitución. Sin embargo, un acuerdo judicial extremadamente indulgente (solo 13 meses de “cárcel” con salidas diarias) lo libró de cargos federales; se cree que por el poder que tenían sus contactos, que incluían nombres como el príncipe Andrés, el expresidente estadounidense Bill Clinton, los magnates Elon Musk y Bill Gates, el expresidente colombiano Andrés Pastana y, por supuesto, el actual presidente de los Estados Unidos, que se encuentra nuevamente en el ojo de este huracán, Donald Trump. En julio de 2019, Epstein volvió a prisión, por tráfico sexual de menores, y murió un mes después en su celda, en lo que se presentó como un suicidio. Varios testimonios de sobrevivientes han sido ampliamente divulgados en el documental de Netflix Jeffrey Epstein: Filthy Rich.
Su cómplice y expareja sentimental, Ghislaine Maxwell , encargada de reclutar a las víctimas, fue condenada en 2021 por los cargos federales de tráfico sexual y conspiración por ayudar a Epstein a captar niñas, incluida una de 14 años, para abuso y explotación sexual infantil .
Las menciones de Epstein sobre Trump
Los documentos divulgados recientemente incluyen tres correos electrónicos en los que Jeffrey Epstein hace referencia directa a Donald Trump. Estos mensajes, enviados entre 2011 y 2019, describen el nivel de conocimiento que —según Epstein— tenía Trump sobre los abusos a menores:
1. “El perro que no ha ladrado es Trump” (2011)
En un correo dirigido a Ghislaine Maxwell, Epstein advierte: “Quiero que te des cuenta de que el perro que no ha ladrado es Trump”. En ese mismo mensaje menciona a una joven identificada como “víctima” y afirma que “pasó horas en mi casa con él”.
2. “Por supuesto que Trump sabía de las chicas” (2019)
Ocho años más tarde, Epstein contactó al periodista Michael Wolff —autor de varias obras sobre Trump— para asegurarle que el expresidente estaba al tanto de lo que sucedía: “Por supuesto que Trump sabía de las chicas, porque le pidió a Ghislaine que parara”, escribió.
3. “Trump lo sabía y vino a mi casa muchas veces” (2019)
Al día siguiente, en un correo que aparentemente se envió a sí mismo, Epstein redobló esa afirmación: “Trump lo sabía y vino a mi casa muchas veces”.
La reacción de Trump y MAGA
El mismo 12 de noviembre, tras la publicación de los correos, Trump reaccionó desde su propia red social Truth Social, asegurando que los demócratas usan el caso Epstein para “desviar la atención”: “Los demócratas están tratando de sacar a relucir de nuevo el engaño de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del Gobierno”.
La estrategia de defensa del Presidente de los Estados Unidos sigue siendo la misma que mantiene desde hace años. En 2019 declaró: “No tenía idea de lo que pasaba dentro de la casa de Epstein”. Este 14 de noviembre, durante una ronda de preguntas a bordo del Air Force One, Trump fue consultado sobre los correos electrónicos. Respondió: “No sé nada de eso; si fuera cierto, lo habrían dicho hace mucho tiempo”. En ese momento, una reportera intentó contra preguntarle, pero Trump la interrumpió con un insultó, diciéndole: “Silencio, silencio, cerdita”. El video se viralizó.
Otro de los correos expuestos incluye un mensaje de Mark Epstein a su hermano Jeffrey, donde dice que “Putin tiene fotos de Trump teniendo sexo con Bubba”. “Bubba” es un apodo de Bill Clinton, y eso bastó para que empezara a circular el rumor de una posible relación entre ambos, lo que, al parecer, indignó más a los sectores del universo MAGA (“Make America Great Again”) —la base más leal a Trump— que la pedofilia. Mark Epstein aclaró después que el comentario era “humor privado” y que “Bubba” no se refería a Clinton.
Las víctimas alzan la voz
El 17 de noviembre, varias víctimas de Epstein publicaron un video en el que muestran fotografías de ellas mismas cuando eran menores de edad y fueron víctimas de Jeffrey Epstein. La campaña busca visibilizar la magnitud de los crímenes y exigir la publicación de todos los archivos relacionados con el caso. La acción se enmarca además en el 19 de noviembre, Día Internacional para la Prevención del Abuso Sexual Infantil y Adolescente, recordando la deuda de la sociedad y los estados de proteger a las y los menores de edad, y garantizar justicia para las víctimas.
La defensa de Trump y el control del relato no pueden pesar más que la gravedad de los crímenes de Epstein, y que la discusión sobre justicia y abuso sexual infantil, que queda muchas veces desplazada por la disputa narrativa.