January 4, 2023

VPH, duelos de la salud y placer: entrevista con Lexy Alaniz

Lexy Alaniz es activista por la no estigmatización del Virus del Papiloma Humano (VPH) y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

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Lexy Alaniz es una joven mexicana –chilanga– de 26 años, tiene cabello azabache y largo, raya al medio, cejas pobladas y sonrisa tímida. Es bioquímica y activista por la no estigmatización del Virus del Papiloma Humano (VPH) y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Esto último, dice ella, lo empezó a hacer sin darse cuenta. Alaniz –LexyTrix en redes– habla pausado y claro a través de una videollamada, tan claro que así comienza a explicar las inquietudes que algún día la convirtieron en la divulgadora que es hoy: 

“Siempre tuve mucho interés por los virus, los patógenos que afectan a los humanos. En algún momento me empezó a surgir la inquietud de que los virus de transmisión sexual, además de la importancia biológica, tienen un impacto social muy fuerte porque pueden quebrar relaciones. Para otros virus podría ser: “te acompaño en esto que estás viviendo”, pero los de transmisión sexual pasan de ser un patógeno a un elemento con el que rechazar a una persona”.   

La transmisión del VPH entre personas sexualmente activas a nivel mundial es muy común, demasiado común. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 80 y 90 por ciento de la población –sin distinción de género– estará en contacto con el virus en algún momento de su vida. Así y todo, una vez que la joven bioquímica realizó su tesis de grado sobre el VPH y comenzó a compartir datos en redes sociales, se dio cuenta de que había una ausencia de información muy grande sobre el tema. 

Para el 2018, cuando comenzó a buscar información le llamó la atención que lo único que encontraba en internet relacionaba al VPH casi exclusivamente con el cáncer cervicouterino. Y, aunque sí hay relación (según la OMS, la infección por el VPH está asociada a 570.000 casos de cáncer de cuello uterino en 2018, y a más de 300.000 defunciones por dicha enfermedad cada año), Alaniz apunta que no todos los casos van a evolucionar en cáncer (ella dice que del 80 por ciento de personas con VPH, solo el 10 por ciento presenta lesiones cervicales, y de esas, el 1 por ciento presenta cáncer). Ahora, ¿la asociación del VPH con el cáncer cervicouterino es la única información relevante sobre esta ITS?

Pasado un tiempo Alaniz lo vivió en carne propia. Le diagnosticaron VPH y no solo se sintió “fracasada profesionalmente”, sino que en su fuero íntimo sintió una “tristeza muy fuerte”. A este tránsito ella lo denomina “duelo de la salud”. “Cambias de percibir tu salud como siempre la has percibido a verte como una persona demacrada y enferma, aunque las ITS no generen eso, pero se viven con tanto estigma que es la autopercepción con la que te ves”, explica. En el 2019 comenzó a contar su historia en redes; pasó de Twitter, a YouTube, a Instagram y a TikTok. Recibe testimonios de miles de personas que han vivido el diagnóstico de una ITS con estigma por parte de su entorno y del sector médico. También da talleres y hace acompañamiento colectivo a personas que viven con VPH. 

Cuando dice personas se refiere principalmente a mujeres: 

“El 90 por ciento de mi audiencia son mujeres, y claro que el VPH también atraviesa a los hombres, pero la salud está muy feminizada. Se le carga la responsabilidad a las mujeres, especialmente con casos reproductivos y sexuales. Es típico que te digan “si tu querías tendrías que cuidarte”, “cómo te atreviste”; en cambio a los hombres siempre se le ha alentado a tener relaciones sexuales, casi se les galardona, por lo que es normal, “esas cosas pasan”. Ahí vivimos con una carga adicional que pone la balanza en una situación de riesgo. En temas de salud pública que la balanza esté tan inclinada para un lado hace que los cuidados colectivos estén muy demeritados. Si es una enfermedad de mujeres, que las mujeres se ocupen y se preocupen. Cuando en realidad es un tema de salud pública que nos atañe a todas las personas sin importar el género”.  

Para Lexy Alaniz, es bien importante la discusión pública sobre cuidados, sexo, placer, prevención, y duelos de salud. Poner estos temas sobre la mesa, hablarlos abiertamente, es una de las formas de equilibrar la balanza. 

FP: ¿Qué mitos persisten en torno a la transmisión del VPH?

LA: Uno de los mitos es que solo afecta a las mujeres y que los hombres son portadores sanos. Los hombres o personas con pene también pueden ser afectados por progresión del virus, puede que les genere verrugas, lesiones precursoras de cáncer o cáncer en algunos casos. Aunque son menores los porcentajes. No es un tema de que el virus odia a las mujeres, es un tema biológico por el tipo de tejido que tienen las personas con pene y las personas con cérvix. El tipo de tejido que está en el cérvix le permite las condiciones adecuadas al virus; y hay situaciones que pueden favorecer o no, según el tipo de células que tienen nuestros órganos.

Otro mito, muy asociado a lo social, es que cualquier ITS es sinónimo de infidelidad. Si hay VPH en la pareja es que alguno de los dos es infiel, pero no se puede tomar como una garantía de eso. Un virus de VPH podría tardar muchos años en manifestarse, el día que te lo diagnostican te lo puedes haber adquirido cinco años atrás con tu pareja anterior, y ni al caso de que haya una infidelidad sexual. También ver qué consideramos como una infidelidad en cada pareja. Pero no se puede determinar con cuántas parejas sexuales ha estado una persona porque vive con VPH. Otro mito es que si es la primera vez que tienes relaciones sexuales no te va a pasar.

Esto no es un mito, pero sí me gustaría que se hable más. El condón es excelente para reducir las posibilidades de transmisión, sin embargo, no es absoluto. Los métodos de barrera como el condón están diseñados para cubrir zonas como el pene en erección, sin embargo, cada ITS tiene su vía de trasmisión. Por ejemplo, el VPH se puede transmitir por frotamiento de tejidos y microabrasiones en el tejido. Pero el hepatitis o VIH requieren que haya transmisión de fluidos. Para impedir la transmisión de fluidos las barreras de látex o de poliuretano (condones) funcionan con una tasa altísima porque sí están conteniendo ese líquido. Pero en virus o bacterias que se transmiten por roce de piel o de mucosa, con el condón quedan áreas del cuerpo desprotegidas. Este no es un mito, el condón sí protege, pero hace falta darle su espacio a cada ITS para permitirle a las personas crear sus propias estrategias de prevención. Si siempre se dice que usen condón y ya, te están cegando a poder tomar tus herramientas de prevención. Sería super valioso poder hablar de estrategias preventivas integrales que no sean centradas en el condón, que eso es falocentrista. ¿Qué hay de los contactos sexuales donde no hay un pene o una erección? ¿Por qué reducir las opciones de autocuidado y prevención únicamente a estos?   

FP: ¿Cómo viviste el diagnóstico y cómo percibes que lo viven las mujeres con las que hablas?

LA: Desde mi vivencia, lo enfrenté con mucha soledad. Tenía mucha pena de compartirlo con otras personas. Aunque pienso por qué me juzgarían las personas que me rodean si es algo que te puede pasar, pero igual lo vivía con mucha vergüenza. Mis amigas reaccionaron muy preocupadas. Fue un proceso duro, y yo fui muy dura conmigo misma. Esta historia la veo en muchas otras chicas. Nadie me ha dicho cosas tan crueles como yo misma me las he dicho. Y me cuestiono esto de dónde viene, porque no es que me levanté un día diciendo quiero ser cruel conmigo. Al ser el placer siempre algo tan prohibido para las mujeres, lo que pase relacionado con el placer es que te lo buscaste. Calla con ese secreto, vívelo tú sola. Por eso me gusta hablarlo en redes sociales, desearía que estos temas no se conviertan en una carga para nadie. Si el 80 por ciento de la población sexualmente activa ha estado en contacto con el virus, a lo mejor mucha gente que me rodea lo está viviendo y lo hace en silencio.

FP: ¿Cómo fue reconectar con el (auto)placer luego del diagnóstico? ¿Qué aconsejas a quienes han pasado o están pasando por un “duelo de salud” como este?

LA: Reconectar con el placer sexual fue un camino raro. No sé si sea algo que muchas personas enfrentan, pero estás tan enfocada en tu tratamiento que dices bye, a tu deseo sexual y tu libido. Luego atraviesas las quemaduras de verrugas, las conizaciones, los papanicolaus, las biopsias, procesos que pueden o no ser dolorosos. Cuando quería tener relaciones sexuales con una persona nueva, pensaba en dos escenarios tormentosos. Uno, adquiero otra vez VPH u otra ITS y voy a volver a empezar esta historia que me ha dolido y me ha hecho gastar mucho. Otro escenario es el miedo a transmitírselo a otra persona.

Es muy difícil poder disfrutar de tu placer cuando tienes tanto en mente y con tanta culpa. Algo que me ayudó mucho para recuperar el sentirme merecedora de placer fue explorar prácticas que me hacían sentir más segura. Si yo ya sabía que la penetración era un acto que no estaba disfrutando, que me hacía sentir preocupada por las ITS, me dije “voy a explorar otras prácticas eróticas y no cerrarme a pensar que la penetración es lo único chido de coger”. Empecé a experimentar con otro tipo de contactos como masajes eróticos y respiraciones sincronizadas. Y me di cuenta de que nunca había experimentado este tipo de placer, que no sé si es más chido o no, pero es nuevo. Me empecé a entender como un ser sexual, que mi sexo no solo está en mi vulva, y a sentir que el roce de piel es tan significativo como la penetración. 

Así fue como fui recuperando mi placer, porque en mi mente seguía estando: cuáles son los riesgos, cuáles son las posibilidades. Y fue, ok, si no me puedo sacar eso de la mente, en vez de luchar contra ello, le voy a hacer un espacio y voy a gestionar algo alrededor de esto. Los masajes no me ponen en riesgo ni a mí ni a mi pareja, lo puedo disfrutar en paz y eso me hacía sentir en confianza. Esto me ayudó a reconocer que el placer es un todo y no solo un acto de genitales. Es darle una oportunidad a los cuerpos de ser y de existir.

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Autor

  • Periodista freelance y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de la República. Escribe e investiga sobre derechos humanos y género. Ha reporteado la agenda de violencia contra las mujeres, personas LGBTIQ+, personas de pueblos originarios, migrantes y afrodescendientes en Uruguay y América Latina. Integrante de la primera generación de la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas y una de las miembras fundadoras de la Red UNIDAS. Actualmente colabora de forma habitual con La diaria, Pikara Magazine e Ijnet en Español. También brinda talleres de escritura íntima para mujeres.

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Comentarios

One thought on “VPH, duelos de la salud y placer: entrevista con Lexy Alaniz

  1. Son urgentes éstas narrativas en la educación, clarísima y muy interesante la entrevista, con solidez y la posiblidad de poder hablar de los mitos que circulan sobre dicha temática, qué desinforman.

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