Por Cindy Morales
“He parado en la cafetería junto a la oficina. Soy la primera de una larga cola para pagar. El último es un director de arte que trabaja para mí. Ve subiendo, Doug. Ya pago yo. El cajero esboza una amplia sonrisa. Vaya, es usted una de esas buenas secretarias que le compran el café al jefe. Espero que sepa valorar lo que tiene. Un día más en Madison Avenue”.
La cita es de Mad Women, el libro que escribió Jane Maas, la primera mujer que presidió una agencia publicitaria en Estados Unidos, creadora de la famosa campaña I love New York, e inspiración para el famoso personaje Peggy Olson de la serie Mad Men. Su relato resume lo que único que se esperaba de una mujer de la Mad Avenue: que fuera una secretaría.
Su paso por la publicidad, como el de todas las mujeres pioneras, fue una constante pelea con el mundo para echar abajo los miles de techos de cristal que se nos han puesto encima a las mujeres. Más de seis décadas después de su hazaña, miles de mujeres han transitado el camino que ella ayudó a abrir. Entre esas mujeres están Silvana Perdomo, Nathalia Jaramillo y Silvia Camargo, creadoras de SOLA, una colectiva de diseño con enfoque interseccional, que también les mereció ser unas de las ganadoras de la convocatoria #Amigasquetodolopueden.
Su amistad y el descubrimiento del feminismo comenzaron al mismo tiempo, en las oficinas de un estudio de diseño donde las tres trabajaban: “Fueron puras charlas de almuerzo, como oficinistas básicamente. Así empezó a forjarse nuestra amistad y para nosotras era muy lindo estar en el mismo espacio de trabajo, y vernos todos los días, y luego nos veíamos hasta los fines de semana sin cansarnos. Creo que nos encontramos en una etapa más adulta de nuestras vidas, con intereses más definidos, y eso ha hecho que nos unamos más”, explica Silvana.
Al principio hacían trabajos por fuera de su empleo formal, que les permitiera pasar tiempo juntas, y ese camino fue afianzando su amistad con dos ideas muy claras: sí o sí querían acompañarse y definitivamente su marca tenía que hablar de lo que era importante para ellas.
“Muchas veces nos han llegado proyectos que quizás no son parte de nuestras afinidades, pero ha sido inevitable que nosotras le demos esa vuelta para que se incluyan cosas que quizás las marcas no vieron antes. Y eso nos ha permitido dar línea y aprender un montón en el proceso”, afirma Silvia.
“Incluso si no llegan ese tipo de proyectos tenemos claro que queremos seguir apostándole a eso y sacamos el tiempo para tener trabajos que vayan con nuestro discurso, en el que hablemos de lenguaje incluyente, en el que podamos abordar el género. Así hemos trabajado y hasta ahora lo estamos logrando”, añade Nathalia.
SOLA, como el femenino de SOL, se ha convertido en el centro de su trabajo y también, cómo no, en una forma de escapar del mundo heterocéntrico del diseño para mostrar que hay otra forma de hacer las cosas.
Como la misma Peggy dijo en algún episodio de Mad Men: “si no te gusta lo que están diciendo, cambia la conversación”. Nathalia, Silvana y Silvia no solo cambiaron la conversación, sino que empezaron a liderarla:
“A nosotras nos impactó mucho que en nuestros espacios de trabajo anteriores, si bien trabajábamos juntas, en su mayoría los equipos eran liderados por hombres. Al final eso hace que tanto internamente, como con los clientes, haya una dinámica diferente. Ahora, estando las tres solas, nos hemos topado con personas que quizás al principio no nos tomaban en serio, por ser tres mujeres jóvenes, pero al final, cuando presentamos el trabajo, casi todos dicen: “Wow, esto era lo que queríamos”. Así que más que una barrera, esto nos impulsa”, explica Silvana.
Entre sus trabajos prevalece el espíritu sororo: hicieron el diseño y la producción de arte de un café creado por y para mujeres, un podcast sobre mujeres que trabajan por la paz y otro sobre exguerrilleras que vivieron el amor en la selva. También hicieron una intervención para crear memoria en el marco del paro nacional de 2021 y crearon radio SOLA, dedicada a música de mujeres.
En este proceso se han dado el permiso de trabajar duro, pero también de darse su tiempo, y ver el trabajo como una juntanza en donde hay lugar para el equilibrio. Después de años de trabajos de jornadas de ocho horas, son ellas mismas quienes manejan su agenda, su espacio y hasta la ciudad donde quieren vivir. Así fue como un 8 de marzo tomaron carretera, se independizaron de todo y SOLA, “su mayor acto de resistencia”, se instaló en Medellín.
Sus ambiciones son enormes. Todas coinciden en que, desde un principio, SOLA fue creada como algo para impulsar y no para detener. Su primer objetivo, por ahora, es conectar con causas y personas:
“Una de las tantas cosas que queremos es crear redes. Por ejemplo, viendo los proyectos que se presentaron a esta convocatoria de Volcánicas, nos encantaría conocer a estas mujeres y sus iniciativas tan increíbles. Nos parece muy importante empezar por comunicarnos con estas personas y crear una red de apoyo, trabajo y de amistad”, asegura Nathalia.
“Queremos abrir espacio para que SOLA sea una conexión para otras personas, para otras mujeres y puedan entrar en esta red. Nuestro primer paso sería contribuir con un entorno un poco más equitativo en cuanto a los roles y oportunidades de las mujeres”, agrega Silvana.
Esa puede ser la clave de los feminismos: Ayudar a que los tránsitos sean cada vez más amables y sencillos para las mujeres, ir dejando un legado que le facilite la vida a otres, ser escalón para quienes vienen atrás. Nathalia, Silvia y Silvana saben que la cruzada no es fácil y que la tarea no es nada menos que “crear la vida que quieren para hacer lo que sueñan”, como dijeron en su video.
“SOLA es todo lo que nos dijeron que era imposible: Emprender con tus amigas. Tener un estudio de diseño liderado por mujeres. Romper estructuras y crear nuestro propio estilo de vida”, afirman en la grabación, casi como cantando un himno de su historia.
En su horizonte de amistad hay SOLA para rato. Y, sobre el futuro feminista, tienen una lista de deseos: “Me imagino un futuro donde todes tengamos acceso a los mismos derechos, se defienda el territorio y se cuide la tierra”, afirma Silvia.
Para Silvana, la clave es pensar colectivamente: “Sueño con un futuro colectivo, en el que dejemos de pensar en individual. Creo que en eso puede ayudar el feminismo porque es algo tan grande que une muchas luchas. Es como una sombrilla que si se entiende como una herramienta de construcción puede ser muy poderosa”.
Y, para Nathalia, su sueño más grande es que otros puedan habitar una amistad feminista: “Yo desearía que todo el mundo llegara sentir ese tipo de conexiones que ha creado en mi vida el feminismo y que vienen desde la vulnerabilidad. Mis amigas me han hecho crecer y aprender, mis amigas son mi utopía”.
Excelente entrevista!!! Invita a reflexionar y a admirar a estas diseñadoras que abren su futuro con un tributo y reconocimiento a la mujer y a sis talentos!! Apausos Sola!!!