En este reportaje analizamos 9 testimonios de mujeres, entre oyentes y colaboradoras de RTVC, que involucran a algunos productores, coordinadores y locutores del sistema de medios públicos que han utilizado este escenario como un espacio de poder para acosar y acercarse de manera inapropiada a mujeres.
La falta de medidas y protocolos para atender las violencias basadas en género en el sistema de medios públicos tiene consecuencias como la revictimización, impunidad y afectación de la salud mental y emocional de las mujeres que han atravesado por estas situaciones.
El 20 de octubre publicamos una denuncia de la locutora y productora de podcast colombiana, Laura Ubaté. En su texto presentaba un caso de acoso del que fue víctima en 2018, presuntamente por parte de Juan Felipe Reyes, para entonces compañero suyo en la Subgerencia de Radio de RTVC. Laura manifestó que, aunque denunció y solicitó el apoyo de las directivas para tomar medidas, lo que recibió fue un manejo interno errático y revictimizante que impactó en su salud mental y que, en parte, fue determinante en su decisión de abandonar su carrera en la radio pública.
Para la publicación de esa denuncia, desde Volcánicas entrevistamos a Juan Felipe Reyes, a Dora Brausin, subgerente de Radio de RTVC, y a Álvaro González Villamarín, ‘El profe,’ director de la emisora Radiónica, con el fin de que presentaran su versión. Estas entrevistas constataron lo que Laura denunciaba en su texto: ninguna de las partes involucradas recibió asesoría legal o atención psicosocial con enfoque de género; tanto Juan Felipe Reyes como la Subgerencia de Radio de RTVC reconocen que Laura presentó una queja formal; respecto a la atención, Laura y Juan Felipe insisten en que se anunciaron medidas como talleres y protocolos, ambos coinciden en que no llegaron a verlos, salvo por algunas sesiones orientadas por el director de la emisora Radiónica en las que él insistía en que “eran una familia”. La Subgerencia, por su parte, afirma que la institución tiene un protocolo “para formalizar los procesos de denuncia y hacer el seguimiento correspondiente”.
Como suele suceder cuando estas denuncias se hacen públicas, llegaron mensajes de respaldo al testimonio de Laura y también nuevos casos. Decidimos iniciar una investigación periodística para profundizar en las características de otras experiencias de violencias machistas relacionadas con RTVC y algunos de sus colaboradores.
Desarrollamos este reportaje a partir de 9 testimonios de mujeres, entre oyentes y colaboradoras de RTVC, que pidieron proteger su identidad y que involucran a algunos productores, coordinadores y locutores del sistema de medios públicos que han utilizado este escenario como un espacio de poder para acosar y acercarse de manera inapropiada a mujeres.
La falta de medidas y protocolos para atender las violencias basadas en género en el sistema de medios públicos tiene consecuencias como la revicitimización, impunidad y afectación de la salud mental y emocional de las mujeres que han atravesado por estas situaciones.
Los testimonios presentados en este reportaje son el resultado de entrevistas directas que cuentan con grabaciones y fechas precisas, demostrables a través de metadata, además de chats de soporte fechados. Estos documentos están protegidos por el secreto profesional y han sido periodísticamente editados para garantizar su legibilidad. Adicionalmente, los nombres de las personas que ofrecieron su relato fueron cambiados para respetar su privacidad y evitar represalias en su contra. Sus identidades están protegidas por el secreto profesional, consagrado en el artículo 74 de la Constitución colombiana.
Por solicitud de las fuentes, las evidencias que respaldan sus testimonios se mantienen bajo la protección de Volcánicas.
¿Salva tu mundo?
En el 2005 nace Radiónica como parte del Sistema de Medios Públicos colombiano, RTVC; su apuesta consiste en apoyar el mercado musical de la escena local independiente y se plantea como una alternativa a la radio comercial, apuntándole a una audiencia jóven, ávida de una propuesta fresca y de alta calidad. Desde la emisora, han creado una imagen pública que les hace no solo atractivos sino confiables, reforzando esa ilusión que transmite su eslogan: Salva tu mundo, usa Radiónica.
En los principios de RTVC se puede leer, “somos gente que trabaja con ética profesional y pasión”, no obstante, los testimonios de este reportaje señalan a cuatro trabajadores del sistema de medios públicos que presuntamente abusaron de su posición de poder para intentar acceder por medio de comportamientos abusivos y/o inapropiados a oyentes y colegas en diferentes momentos entre 2016 y 2019: Juan Felipe Reyes (ex productor de la subgerencia de radio de RTVC), Jairo Acuña (Graficador conceptual de RTVC en la subgerencia de televisión), Juan Carlos Bernal (Periodista de Economía de RTVC) y Álvaro González ‘El profe’ (Director de Radiónica). ¿Cómo se sostiene una imagen pública cuando quienes la encarnan amenazan con sus comportamientos a su equipo de trabajo y a quienes les escuchan?
Lo que encontramos en los testimonios es una disonancia entre la imagen pública de RTVC y las prácticas internas de quienes detentan algún tipo de poder, bien sea por jerarquía o social (popularidad, reputación, etc.). Mariana, una de nuestras entrevistadas dice respecto a Juan Felipe Reyes: “cuando Laura estaba en el programa, alguna vez le dije que le parara bolas a ese man porque era un atrevido. Y lo seguí diciendo a otras compañeras. Entre nosotras se convirtió en una conversación”; por su parte, Viviana afirma: “leí la denuncia de Laura y antes de ver el nombre sabía inmediatamente quién era el tipo porque yo lo vi en su forma de actuar, aunque tal vez en el momento no lo reconocí o lo pasé por alto”. Otra de nuestras entrevistadas, Ángela, señala, “a mí también me hizo lo mismo”, aún cuando ella no trabajaba directamente con él y su contacto no pasaba del saludo en las instalaciones de RTVC, cuando se encontraban, le “daba abrazos apretados y besos “cerca de la boca”.
Estos comportamientos inapropiados de Juan Felipe Reyes con sus compañeras de trabajo, según Andrea, otra de nuestras fuentes, se remontan a 2016, “Un día estaba trabajando en mi computador, escribiendo algo, y él me habló por detrás y cuando volteé a verlo me dio un beso en la boca. Fue horrible. No me gusta hablar de eso porque fue feo”. Como varias de ellas manifestaron, por ser practicantes o estar iniciando sus carreras profesionales, no se sentían con el poder de contar su experiencia.
Diana confirma que esto siguió ocurriendo, contó que Reyes tenía ciertas estrategias para acercarse a las trabajadoras en los pasillos. En una ocasión, en el 2018, la saludó metiéndole la mano por debajo de la camisa y la acercó a su cuerpo con fuerza: “fue un momento súper incómodo y lo confronté. Él me dijo que me relajara y me enojé, no le volví a hablar. Se lo notifiqué a mi supervisor pero no pasó nada”.
Juan Felipe Reyes no es la única persona señalada de acoso en la Subgerencia de Radio de RTVC. Después de la denuncia de Laura Ubaté en la que se expone la falta de atención a su caso por parte del director de Radiónica, Álvaro González Villamarín, ‘El profe’, tres jóvenes afirman haber sido abordadas por él que, se aprovechaba de su prestigio para construir una relación de confianza en la que después les hacía solicitudes inapropiadas. Ninguna de ellas se conoce entre sí, pero sus testimonios y perfiles son similares: fanáticas de Radiónica que seguían e interactuaban con las historias de Instagram del equipo de la radio y que un día recibieron la notificación de que Álvaro González las seguía. Ellas se sintieron especiales por haber llamado la atención de alguien a quien admiraban, pero se decepcionaron cuando el sujeto que les doblaba la edad, presuntamente les pedía fotos desnudas o les preguntaba si podía enviarles una de él.
Julia cuenta que Álvaro González la contactó por instagram y empezó a hablarle por mensajes directos elogiando sus fotos. En medio de la conversación le habló de unos retratos que le habían tomado unas amigas suyas: “me ofreció ver esas fotos suyas, sin saber quién era yo, ni mi edad. Rechacé verlas y después me propuso vernos en la ciudad donde yo vivía (no sé cómo supo dónde vivía porque nunca se lo dije), como queriendo un encuentro o algo así. Yo no le respondí a eso y él borró la conversación y me dejó de seguir. Yo dije que no, pero ¿a cuántas niñas les habrá escrito? Porque tiene acceso a cuánta gente que lo ve como una celebridad”, en su cuenta de Instagram, por lo menos a 15 mil seguidores.
Eso también le ocurrió a Juana, que tenía 17 años cuando presuntamente comenzó a recibir textos de ‘El profe’ en sus mensajes directos de Instagram en el 2019, según el relato de Juana, ella cumplió la mayoría de edad en el transcurso de esta conversación que mantuvieron por cerca de un año. De acuerdo con este testimonio, si bien nunca accedió a ir a la casa de ‘El profe’, varias veces la invitó, también le pedía con un lenguaje empalagoso y halagador fotos explícitas y le preguntaba si quería fotos de él. Juana cuenta que dentro de la conversación, Álvaro González le pidió una foto de su cédula para comprobar su edad.
En este caso hay un evidente desequilibrio de poder, si bien no se trata de una relación laboral, la diferencia de edad también implica una relación desequilibrada pues, la persona que es mayor tiene más experiencia y capital social y cultural que puede utilizar para manipular a una persona de menor edad con el fin de obtener su confianza y consentimiento. En este caso, se sabe que González comenzó su carrera en radio en La Súper Estación 88.9 en 1995, y Juana nació en el año 2002.
Laura Ubaté dice en su artículo que se dio cuenta de las consecuencias psicológicas que le provocó el acoso de Juan Felipe Reyes en octubre de 2019, durante el Concierto Radiónica. En ese concierto, Álvaro González y otra de nuestras fuentes se conocieron en persona. Mientras tanto, Ubaté, lidiaba con las consecuencias de la inacción de Álvaro González por el acoso en su lugar de trabajo.
Volcánicas tiene las capturas de estas conversaciones que refiere Juana. En las conversaciones se puede ver que ella le responde algunas veces pero sus mensajes dejan ver la incomodidad y el rechazo hacia las proposiciones del locutor.
“Yo le decía que no me pidiera más fotos, pero después de unas semanas volvía a preguntarme con palabras románticas. Lo veo en retrospectiva y me parece grave que una persona de más de 40 años haya querido acceder a una joven que acababa de cumplir 18. Nunca le mandé algo en lo que se viera mi cara ni fui a su casa porque me daba miedo, pero lo llegué a considerar” explicó Juana.
Incluso aquellas que se negaron a enviarle fotos, dudaron de sí mismas: “Pensé: ‘¿Será que la embarré al decirle que no?’”, contó Natalia, otra de las entrevistadas. Después de recibir sus negativas, él las dejó de seguir.
En el caso de Natalia, el patrón fue el mismo: “siempre fui súper fanática de Radiónica y la escuchaba siempre y trataba de ir a todos los conciertos, de ganarme las boletas. Y uno empieza a ver a estas personas de la radio como celebridades.”
“A mí me parecía que ‘El profe’ era súper pilo, entonces yo a todos los empecé a seguir por Instagram y reaccionaba a todas sus historias porque hablaban de la escena local, nacional y grupos que a mí me gustaban. Él leía mucho. Era un tipo interesante.
Un día me siguió por Instagram. Yo lo acepté, él me empezó a seguir y empezó a darle, ‘me gusta’ a mis fotos. Reaccionaba a mis estados y yo decía, ¡guau! Y un sábado el tipo me escribe y yo no lo podía creer. O sea, este tipo me está escribiendo a mí. Empezamos a hablar y ni siquiera sabía qué decirle, empezó a agilizar ese tema de la intro.
Cuando ya estábamos cómodos en la conversación me preguntó si estaría dispuesta a que me hiciera unas fotos en el apartamento de él. Como algo sugestivas. Entonces yo de una le dije que no. O sea, de hecho no tengo tanta seguridad en mi cuerpo como para mostrar fotos así en mi Instagram como para irme a la casa de un tipo. Le dije no, yo soy muy tímida para eso. Después de que vio mi negativa me dijo, ah, bueno, listo, chau y me dejó de seguir”.
Después de esta experiencia desagradable, las tres jóvenes coinciden en que dejaron de escuchar Radiónica, una emisora que seguían desde que iban al colegio, pues les parecía que era incongruente lo que decían al aire y en sus redes sociales con el comportamiento de su director.
“Me encantaba Radiónica y lo dejé de escuchar. Se me cayó totalmente la figura que tenía de ‘El profe’, toda la imagen. Empecé a ver que como lo muestran a la luz pública es totalmente diferente de cómo son en privado. O sea, era muy interesante, sabía muchísimo de bandas, de historia, se me hacía muy inteligente. Luego le cogí mucho miedo, pienso en el rating que deben de tener y es muy loco”, dijo Natalia, otra de las oyentes entrevistadas.
RTVC no es “una familia”
Las entrevistadas mencionan que la imagen que tenían de ‘El profe’ y del programa era que “eran una familia”. Tanto la audiencia como las trabajadoras mencionan esa frase. Pero no, no eran una familia, sino un lugar de trabajo que no era seguro para las mujeres.
Jairo Acuña, vinculado a la subgerencia de televisión como graficador conceptual, es otra de las personas señaladas como presunto acosador verbal. De acuerdo con Luisa, Acuña hacía comentarios sexistas dentro de la oficina:
“Por ejemplo, si entraban periodistas o cualquier chica, él empezaba a hablar de sus cuerpos con comentarios groseros como, a tal ‘le vieron el culo’ o ‘le vieron las tetas’. Me decía: ‘Mira el pantalón que trajiste, si me quedo mirándote el culo todo el día, no digas nada’. Llegó a un punto en que yo no sabía cómo vestirme para que no me dijera nada, porque era mi jefe inmediato”.
Además de los comentarios inapropiados en el espacio laboral, le enviaba mensajes y regalos. Cuando ella estableció límites, él comenzó a ser aún más grosero y a gritarle y tratarla de manera violenta con el pretexto de corregir su trabajo.
No son casos aislados
El acoso en el Sistema de medios públicos no es una experiencia aislada, es un patrón. Luisa, además de Jairo Acuña, menciona al periodista Juan Carlos Bernal como otro presunto hostigador: la esperaba a la salida de su turno, afuera del baño, sus compañeras tenían que cerrar la oficina cuando ella se quedaba sola porque tenían miedo de que él entrara. Lo único que Jairo Acuña hizo al respecto fueron bromas. “Jairo le decía a Juan que no hiciera comentarios frente a mí porque yo decía que me acosaba y que ahora ‘todo es acoso’”.
Tanto trabajadoras de la subgerencia de radio de RTVC que estuvieron años en ese espacio, como practicantes cuya estancia fue menor a seis meses, hablan de un círculo de personas “consentidas” o allegadas a la dirección, entre quienes figuraba Juan Felipe Reyes. Lo describen como una persona encantadora, jocosa y amiguera, cuyos abrazos efusivos y sus ofrecimientos de dar un aventón después del trabajo parecían parte de su personalidad carismática, pero pronto se volvía agobiante, insistente e invasivo.
“Siempre fue muy abrazador pero exageradamente. Te abrazo y te toco por acá, siempre agarrando fuerte, siempre besando cerca de la boca. Una vez me besó casi en la boca y le dije que nunca me volviera a saludar en su vida, que no fuera atrevido. Entonces me empezaba a decir cosas como ‘Sos una chimba’, ‘Ya no me querés’” contó, Mariana.
Las conversaciones sobre el tema comenzaron a ser constantes entre las trabajadoras, pues compartían esa incomodidad con él. Decidieron distanciarse precisamente porque Reyes seguía soltando frases morbosas e incómodas como que era “muy rico hacer el amor con él”.
Acoso sexual, acoso laboral sexual, abuso sexual
El acoso sexual, el acoso laboral sexual y el abuso sexual están catalogadas como agresiones sexuales. De acuerdo con la Recomendación General 19 de las Naciones Unidas de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), el acoso sexual incluye conductas de tono sexual, tal como contactos físicos e insinuaciones, observaciones de tipo sexual, exhibición de pornografía y exigencias sexuales, ya sean verbales o de hecho, no consensuadas e incómodas.
En cuanto al acoso laboral sexual, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es una conducta no deseada de naturaleza sexual en el lugar de trabajo, que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada. Este tipo de conducta puede constituir un problema de salud y de seguridad en el lugar de trabajo, además de ser discriminatoria cuando la persona tiene motivos suficientes para creer que su negativa podría causarle algún problema en el trabajo, ya sea en la contratación, el ascenso o inclusive cuando crea un espacio de trabajo hostil.
Por su parte el abuso sexual, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es toda intrusión física cometida, o amenaza de intrusión física, de carácter sexual, ya sea por la fuerza, en condiciones de desigualdad o con coacción. El abuso sexual puede producirse contra la voluntad de una persona o cuando no está en condiciones de dar su consentimiento. Entre los actos que figuran están las agresiones físicas como la violación, la sodomía forzada, el coito oral forzado, la agresión sexual mediante el uso de un objeto, el acceso carnal violento o la imposición de caricias. También incluye la amenaza de agresión física, la coacción emocional y el chantaje emocional.
Tanto la OIT como la CEDAW reconocen el acoso sexual como una manifestación de la discriminación de género y como una forma específica de violencia contra las mujeres. El acoso sexual laboral es una violación a los derechos fundamentales de las trabajadoras y los trabajadores.
De acuerdo con la OIT, el acoso sexual es una manifestación de relaciones de poder en la que las mujeres están más expuestas, ya que se encuentran en posiciones de menor jerarquía, más vulnerables e inseguras. Además, pueden ser objeto de acoso cuando se les percibe como competidoras por el poder. Es decir, que el acoso sexual afecta a mujeres en todos los niveles jarárquicos y en cualquier tipo de trabajo. Los sujetos de acoso pueden ser propietarios, directivos o empleados con jerarquía, clientes, proveedores y compañeros de trabajo.
Bianca Pérez directora de Sorece, Asociación de Psicólogass Feministas al respecto, señala: “Las relaciones de poder son un tema fundamental, justo en el acoso, porque por eso se da. Una persona que se siente con más poder sobre otra, cree que puede tomar su cuerpo, que puede mirarla de esa manera porque se siente con la autorización moral para hacerlo, lo que piensa el acosador es: ¿Quién me va a decir que no?”
Si bien tanto hombres como mujeres pueden ser objeto de acoso sexual, ONU mujeres revela que la mayoría son mujeres, especialmente mujeres jóvenes, económicamente dependientes, solteras o divorciadas y con estatus de inmigrantes. Bianca Pérez añade que además del acoso sexual que relacionamos comunmente con conductas físicas, puede haber también acoso en relación al género:
“Cuando se acosa a una mujer por estar embarazada en el trabajo, o por tener hijos, o por simplemente ser mujer y estar en un puesto de liderazgo. Puede estar siendo víctima de acoso sexual y también de un acoso en relación al género, de manera que a las mujeres estas violencias nos atraviesan de manera distinta y en muchos sentidos. Y eso desde el feminismo también se ha estudiado como algo importante en el techo de cristal. Es decir, que las mujeres nos limitamos o tenemos menos posibilidad de acceder a un trabajo digno, de estar en un espacio laboral, porque sabemos que en primer lugar vamos a ganar menos dinero y en segundo lugar, que podemos estar más expuestas a acoso sexual.”
La negligencia, el ruido blanco de RTVC
Dos entrevistadas dicen que Laura Ubaté no fue la única que acudió a la subgerente de radio, Dora Brausin. Mariana afirma: “En la subgerencia de radio no hay forma de que si una mujer se siente acosada pueda decírselo a alguien, aunque la subgerente sea una mujer. En más de seis años nunca me dijeron cómo se abordaban los temas de acoso sexual y laboral. No hay respaldo ni garantía para decirle a otra que te están tocando de una forma que no quieres. A mí en lo particular, el hecho de que Dora Brausin siguiera contratando a Alberto Salcedo Ramos Mejía, a pesar de sus denuncias de acoso, me daba a entender que no le creía a las mujeres que denuncian”.
Alberto Salcedo Ramos, es un periodista colombiano imputado en el 2021 por la fiscalía por el delito de acto sexual violento en contra de dos mujeres. El escritor rechazó los cargos y no ha sido condenado penalmente, pero el caso permanece abierto. Aún así, RTVC lo mantiene en su nómina como presentador del programa “Del canto al cuento”.
Por su parte, Luisa denunció su caso ante Juan Pablo Herrera, productor general de la subdirección de televisión de RTVC, quien propuso que hicieran una reunión los tres.
Como señalamos antes, Dora Brausin en entrevista afirmaba que RTVC cuenta con un protocolo para manejar casos de acoso laboral, por eso vía derecho de petición solicitamos que se socializara con Volcánicas. Al recibirlo, encontramos que el “PROTOCOLO PARA EL MANEJO DEL ACOSO SEXUAL Y/O DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DEL SEXO EN RTVC” establece que su objetivo es:
“asegurar que todos los servidores (Empleados Públicos, Trabajadores Oficiales) y demás vinculados a cualquier título (Contratistas de Prestación de Servicios, aprendices SENA, y practicantes en todas sus modalidades), reciban información completa, clara y suficiente de manera que identifiquen las situaciones que puedan constituir casos de acoso sexual o discriminación por razón de sexo, en el desarrollo del trabajo y conozcan cuáles son los mecanismos que la entidad ha implementado como ruta de atención y orientación ante una conducta que pueda ser calificada como acoso y/o discriminación por razón del sexo.”
El documento de 9 páginas y con fecha de junio de 2022 caracteriza el acoso sexual y la discriminación por razones de “sexo”; establece un marco normativo en el que desconoce la sentencia T-140-21, que ordena a empresas y medios de comunicación garantizar ambientes libres de violencia y de discriminación por razones de género a sus periodistas y empleadxs y determina unos principios que incluyen la diligencia y protección a la persona afectada; sin embargo, establece una ruta que no ofrece herramientas con enfoque de género ni garantías para la persona que denuncia. Esta ruta que se enuncia como un “trámite” tampoco establece mecanismos de atención psicosocial y/o jurídica ni herramientas para la atención inmediata o para evitar la revictimización.
Al respecto, la psicóloga Bianca Pérez, afirma que “las empresas deben tener procesos, procedimientos explícitos para que las mujeres puedan denunciar estos acosos de una manera segura y sin el riesgo de perder su empleo.”
En este sentido, la sentencia T–140-21 de la Corte Constitucional colombiana, mencionada anteriormente, establece la debida diligencia y corresponsabilidad, la no tolerancia y la no repetición como obligaciones de las empresas públicas y privadas para atender las violencias basadas en género. Según DeJusticia, “la debida diligencia y corresponsabilidad consiste en atender los casos de violencia y discriminación de género con prontitud. Esto incluye abrir investigaciones disciplinarias contra el denunciado, ofrecer medidas de protección a quien denuncia, evitar que las víctimas se vean obligadas a compartir espacios con su presunto victimario y crear protocolos de atención”. Los protocolos, además, deben contemplar el cuidado inmediato, la atención psicosocial y la asesoría jurídica.
El protocolo de RTVC también establece un numeral de estrategias de cero tolerancia entre las cuales determina que:
- “Los servidores públicos suscribirán un compromiso de cero tolerancias para evitar conductas de acoso sexual laboral en RTVC o discriminación por razón del sexo, al momento de su vinculación y deberán actualizarlo junto con la presentación de la evaluación del desempeño.
- RTVC preverá una semana al año con actividades encaminadas a generar una cultura de cero tolerancias a conductas de acoso y discriminación por razones de sexo o género.”
Quisimos ahondar en estas medidas; sin embargo, no encontramos relación del protocolo en el informe más reciente de avances del plan estratégico institucional, tampoco en el plan de capacitación y entrenamiento de RTVC (2022) que contempla cuatro ejes, de los cuales ninguno reporta relación con enfoque de género (1. Creación de Valor Público, 2. Probidad y ética de lo público Temas Normativos Temas Funcionales, 3. Gestión del conocimiento y la innovación Contenido Mercadeo/comercial 4. Transformación digital) y tampoco en el plan de trabajo anual de seguridad y salud en el trabajo RTVC que, aunque menciona el protocolo dentro de la normativa, solo desarrolla el protocolo de bioseguridad de la entidad. El plan de bienestar social e incentivos (2022) sí contempla actividades para: la identificación y detección de situaciones asociadas al acoso laboral, sexual, ciberacoso y abuso de poder y la prevención de situaciones asociadas al acoso laboral y sexual y al abuso de poder; no obstante, en el presupuesto de este plan no se contempla un rubro para la implementación de dichas actividades; en cambio, se registra un presupuesto de $13.194.720 (COP) destinado a boletas de cine “como actividad para el día del hombre y de la mujer”.
Respecto a la ausencia de herramientas, Viviana, quien pasó por RTVC como practicante, reclama: “ninguna practicante, ninguna periodista está libre de acoso. Debería haber un manual o alguna instancia que permita reconocer este tipo de violencias porque a veces no es que una no quiera denunciar sino que ni siquiera reconoce las violencias. Que haya un protocolo de género, que se socialice, que escale a otros medios y otros entornos de la sociedad. No tenemos por qué vivir esto. No es justo. Como mujer no es justo no poder sentirse segura básicamente en ninguna parte. No está bien”.
En términos de contratación de expertos y/o expertas en asuntos de género en el derecho de petición se le solicitó a RTVC: relacionar los contratos (duración, fecha de inicio y terminación, objeto y valor) de expertxs en derecho y atención psicosocial con enfoque de género que se hayan vinculado entre 2018 y 2019 a RTVC Sistema de medios públicos. Al respecto, la entidad responde: “se obtiene el contrato 841 del 2018 suscrito con la Caja de Compensación Familiar Compensar, en el cual, tal como se describe dentro de su objeto y las obligaciones específicas a desarrollar por parte del contratista, se consigna la medición de riesgo psicosocial”, la respuesta, en definitiva, no da cuenta de una persona especialista o con experiencia en enfoque de género.
Vale la pena resaltar que del total de 1391 personas contratadas por el Sistema de Medios Públicos, 626 son mujeres y que los esfuerzos deben ser contundentes para prevenir y atender las violencias basadas en género y las violencias sexuales en la entidad. Según una encuesta del Ministerio del Trabajo sobre acoso sexual en el ambiente laboral, la mayoría de las víctimas de este tipo de violencia son mujeres.
La sentencia T-140 exhortó al gobierno colombiano a ratificar el Convenio nº 190 de la OIT; no obstante, a la fecha no ha sido ratificado. Este instrumento es el primer tratado internacional que reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso, establece que la violencia y el acoso por razón de género afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, por lo que adoptar un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género, entre ellos los estereotipos de género, las formas múltiples e interseccionales de discriminación y el abuso de las relaciones de poder por razón de género, es indispensable para acabar con la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
Ante una violencia sistemática reiterada hacia el personal de un espacio laboral ¿qué debería hacer la empresa o institución? La psicologa feminista Bianca Pérez explica que deberían existir sanciones y reparación de daño: “debe haber sanciones, la empresa debe comprometerse, debe generar políticas, espacios de capacitación, espacios para generar una denuncia anónima y de una manera saludable para las víctimas”.
La OIT indica que las políticas y prácticas contra el acoso sexual deberían incluir cuatro elementos principales: una declaración de criterios o principios; un procedimiento de denuncia adaptado al acoso sexual, que respete la cofidencialidad; sanciones disciplinarias progresivas; y una estrategia de formación y comunicación.
El acoso sexual es un problema de salud y seguridad en el trabajo. De acuerdo con la psicóloga, si no se tiene acceso a un trabajo digno, no se tiene calidad de vida, lo que expone a las víctimas a otras violencias como la intrafamiliar, dependencia económica o mantener relaciones de pareja no deseadas. Es necesario que la empresa, con el apoyo del equipo directivo, cree una política expresa contra el acoso sexual e integre la cuestión en todos los niveles jarárquicos y organizativos. Además, las políticas de prevención deben incorporar estrategias para trabajar con hombres la deconstrucción de la masculinidad patriarcal y su relación con ciertas conductas que pueden calificarse como acoso sexual.
Complicidad y represalias, así han actuado las directivas
Frente a la falta de un protocolo o una instancia en RTVC que ofrezca garantías a las víctimas para denunciar cualquier situación de acoso, ellas pueden encontrarse con barreras, temores y creencias que les impiden hablar de lo ocurrido, desde el temor a las críticas de los pares, hasta el miedo a ser revictimizadas, pasando por el desconocimiento de sus derechos o el temor a no encontrar medios probatorios. Encontramos que aún los recursos y soluciones que brinda la institución son insuficientes y no hay un verdadero tratamiento del problema, siendo las mismas víctimas, trabajadoras y colaboradoras las que han tenido que accionar y alzar la voz, pues las directivas actúan de manera errática y favorecen con sus decisiones a los presuntos acosadores.
Luisa recuerda que una subdirectora de noticias la alentó a denunciar. “Me dijo ‘yo sé que seguramente no te van a dar contrato, he visto lo que está pasando, y te creo’, ella se dio cuenta cómo era este personaje (Jairo Acuña), que era un personaje de verdad nefasto, grosero, súper machista, acosador. Me dijo, ‘denúncialo, porque a ti te van a sacar, entonces, antes de que te saquen, deja todos los precedentes’”.
Agrega, “en el Departamento de Recursos Humanos comenté el caso, me enviaron con control interno, cuando llegué allá comenté todo lo que estaba pasando y lo primero que me dicen es que todo va a estar bien, que iban a grabar, la chica me graba y me dicen que les parece terrible, que no es la primera denuncia, que me apoyan y bla bla bla pero pues al final fueron solo palabras.”
Al final, como en el caso de Laura Ubaté, ni en el caso de Luisa ni en el de Diana, se tomaron medidas. En palabras de Luisa, “cuando me fui, supe que control interno, supuestamente, había hecho un llamado de atención. Eso fue lo máximo. Pero de todo el equipo de trabajo, nadie intervino nunca.”
Lo que indican las expertas es que, para prevenir el acoso, las empresas y organizaciones deben mapear todas las experiencias que han tenido sus trabajadoras a través de intervenciones grupales. Después, establecer políticas específicas con un reglamento o manual para identificar cuándo es acoso y definir los pasos a seguir, sanciones y medidas de reparación.
El protocolo tiene que incluir sensibilización a todo el personal para reconocer el acoso, cuáles son sus modalidades y sus consecuencias. Estas capacitaciones tendrían que ser diferenciadas para las personas que tienen un rol superior o liderazgos, para que sepan cómo reaccionar ante una denuncia o reconocer situaciones de alerta.
Además, deben trazarse rutas, consecuencias y espacios de sensibilización de forma estructurada y accesible para el equipo. Puede ser por pasos: primero abordar el tema del acoso y después ampliarlo en relación a analizar todo con perspectiva de género.
Sobre las medidas de reparación del daño, la psicóloga feminista Bianca Pérez, explicó que el agresor debe hacerse responsable de cubrir económicamente todo el proceso terapéutico de las víctimas, que puede ser hasta de dos años: “Si se da en una empresa, también la empresa debe responsabilizarse de crear estas políticas para que no vuelva a ocurrir. Hay dos tipos de reparación del daño: reparación a la víctima y el criterio de no repetición. No es solo ayudar a la víctima desde lo económico y psicológico, sino que la institución se comprometa a tomar acciones concretas para que esto no vuelva a ocurrir”.
En el caso de los medios, además, hablamos de la responsabilidad que tienen respecto al lugar social que ocupan. ‘El profe’ como ya hemos mencionado antes, goza de la reputación y del reconocimiento que ha ganado gracias a la radio. En palabras de Juana, una de las fuentes de Volcánicas, “él se muestra como una persona muy empática con las causas feministas, que se preocupa por los temas de género y pues está haciendo esas cosas a espaldas de su entorno. Me decía que me podía invitar a conciertos, que quería que yo ocupara un lugar importante en su vida. Por ejemplo, hacía comentarios al aire acerca de cosas que habíamos hablado, realmente usaba esa posición para hablarme a mí. Con todo lo que salió del caso de Laura me parece sumamente grave que en las manos de él esté la situación, porque evidentemente a él no le interesa hacer algo al respecto.”
La OIT considera que el acoso sexual tiene un impacto directo en la salud, con repercusiones psíquicas, reacciones relacionadas con el estrés como traumas emocionales, ansiedad, depresión, estados de nerviosismo o sentimientos de baja autoestima y repercusiones físicas como trastornos del sueño, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales o hipertensión.
Al respecto, Mariana apunta, “claro que genera ansiedad. La sensación de pensar ¿a qué horas este tipo me va a saludar? Me sentía con una frustración frente a alguien que es manilargo. Le decía a un amigo que trabajaba conmigo ahí: ‘Marica, es que es super pesado y atrevido, y cree tener derecho’”.
Estas agresiones también pueden provocar: sufrimientos psicológicos como humillación, disminución de la motivación y pérdida de autoestima; cambios de comportamiento como aislamiento y deterioro de las relaciones sociales; y enfermedades físicas y mentales producidas por el estrés, que pueden llegar a inlcuir el suicidio.
Luisa señala: “me sentí muy disminuida. Yo intentaba dar mi máximo, pero yo ya sentía que no quería trabajar, porque si tenía que soportar ese tipo de tratos, ya no me quería dedicar a eso, me sentía corporalmente súper extraña, me preguntaba, ¿será que es que yo soy una persona mostrona será que es que de verdad provoco a los hombres?, llegué al punto de sentir que, de pronto, yo tenía la culpa por cómo me vestía o por las cosas que decía, o por ser tan buena gente”.
De acuerdo con el informe de Womens in Media sobre el Acoso Sexual en los Medios de Comunicación, el 41% de mujeres periodistas han experimentado alguna forma de acoso sexual en su trabajo, y de ellas solo el 20% informó sobre la situación.
En la encuesta realizada para el informe se señaló que una de las principales razones por las que no se denuncia es por la falta de comprensión o conciencia sobre las vías para denunciar incidentes y el temor a las repercusiones. Menos del 11% de las encuestadas informaron saber si sus organizaciones o medios tenían una política de acoso sexual. Cuando Andrea, una de nuestras entrevistadas fue víctima de acoso sexual, fueron evidentes las repercusiones que tuvo emocionalmente, sin embargo, en ese momento no sabía que era algo que tenía que hablar, ni sabía a donde recurrir. “En ese momento fue como un golpe, no sé si al orgullo de la personalidad o no sé cómo se diría, pero el tema es que cómo puede llegar uno a preferir hacer como si nada hubiera pasado para conservar un trabajo así? Y tiene uno que seguir ahí y hacer como si nada, sí eso es lo que implica. Yo a esa edad no entendía que yo debí haberme quejado de eso y haber levantado mi voz. Eso implica muchas cosas.”
Como la locutora Laura Ubaté mencionó en su denuncia, mientras en la radio suenan canciones feministas, en la cabina –u oficinas y pasillos– sus trabajadoras no se sienten seguras. Viviana menciona que recordar lo que le había pasado le hizo bajar a Radiónica del pedestal en el que la tenía:
“Durante mi estancia aprendí muchísimas cosas, pero era muy incómodo tener que llegar ahí en la mañana y tener un miedo a pasar por esa puerta, tener que pasar rápido o no estar tranquila en mi lugar de trabajo. Sé que no debió haber sido así. Y recordarlo fue un poco difícil. De hecho, cuando leía lo que escribía Laura fue difícil, tuve que bajar a Radiónica del pedestal donde yo la tenía y logré meterme dentro de mí y reconocer lo que había pasado. Claro que me afectó”.
Ni el acoso sexual, ni la violencia de género son temas ajenos a la agenda de RTVC. En sus diferentes plataformas ha sido un tema que han tratado, incluso respecto al acoso sexual que sufren las mujeres periodistas. En cuanto a Radiónica, en su página web puede encontrarse todo un apartado sobre el tema.
En sus redes sociales recientemente publicaron:
Sin embargo, lo que pareciera una preocupación de RTVC en lo público, en lo privado pasa desapercibido, no solo para sus colaboradoras en términos de protocolos y herramientas para prevenir y atender estas violencias, sino también para su audiencia, pues la falta de acción en las denuncias que han recibido las directivas, ha implicado la revictimización de las colaboradoras de RTVC, al tiempo que ha legitimado la posición de poder de personas que presuntamente han utilizado esa posición, no solo para ejercer violencias en la entidad, sino también hacia afuera.
Los casos de las oyentes que revelamos en este reportaje entran en una zona gris: las mujeres que hablaron con Volcánicas manifiestan que primero se sienten halagadas y luego incómodas. Ante sus negativas, González. ‘El profe’ deja de buscarlas, y ellas se quedan con esa incomodidad. Nos preguntamos: ¿cómo deben relacionarse las personas que están en la radio con las audiencias, cuando no están al aire? si bien los periodistas, tienen derecho a tener una vida privada, también tienen un compromiso ético y es el de no hacer uso del prestigio que les da una plataforma periodística en beneficio propio.
La psicóloga Bianca Pérez dijo que cuando las mujeres comienzan a compartir sus experiencias es más sencillo reconocer el patrón y ayuda a romper el discurso de la vergüenza, la culpa y el miedo al dejar claro quiénes son los responsables de esa violencia. El acoso dentro de RTVC parece que no es un secreto sino una conversación que inició en los pasillos y trascendió a los directivos en varias ocasiones. Sin embargo, estos decidieron no tomar medidas de no repetición y de reparación del daño, siendo, de esta manera, presuntos cómplices de la perpetuación de estas actitudes que generaban ansiedad y estrés entre sus trabajadoras.
La falta de atención a las denuncias y la toma de medidas contundentes y públicas ha puesto en riesgo la seguridad de sus oyentes y la salud mental de sus trabajadoras y de sus practicantes. Como hemos evidenciado en los testimonios recogidos para este reportaje, esto no solo tiene repercusiones emocionales y económicas para quienes sufrieron acoso sistemático, sino que también tiene consecuencias para la emisora. ¿Cuántas mujeres han dejado de escuchar, seguir y confiar en Radiónica después de haber vivido un abuso o por solidarizarse con alguien que lo vivió?
El feminismo no es una agenda de cultura alternativa ni un contenido periódico o una canción en la radio, es un compromiso para romper las estructuras patriarcales. En RTVC esa estructura ha permanecido intacta, a pesar de los señalamientos de sus colaboradoras. Este es un llamado para exigir medidas de reparación y una respuesta pública oficial desde el sistema de medios públicos que se debe a su audiencia, no solo en calidad de oyentes o espectadores, sino como ciudadanas y ciudadanos.
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Volcánicas se comunicó con Álvaro González Villamarín, con Jairo Acuña y con Juan Felipe Reyes con el fin de presentar su versión sobre los testimonios que se presentan en este reportaje. Después de contactar a Jairo Acuña, Óscar Rivera, enlace de comunicación de RTVC se comunicó con Volcánicas para responder a las preguntas, a continuación, se presenta el resumen de las conversaciones (en este link se pueden consultar las entrevistas completas):
Entrevista a Álvaro González Villamarín:
Al preguntarle si tenía alguna relación con casos de presunto acoso a oyentes de Radiónica a través de Instagram, respondió:
“No, señora”.
Al preguntarle si contactó alguna vez a oyentes de la emisora vía redes sociales para pedirles fotos suyas u ofrecerse a tomarles fotos, respondió:
“No, señora”.
Al preguntarle sobre sus interacciones con jóvenes de la audiencia de Radiónica, respondió:
“Más allá de mi vida personal, en la que mis relaciones han tenido el consentimiento, que se hable de menores de edad es gravísimo. Es una situación sorpresiva para mí. Soy una persona que en su vida siempre ha tenido el consentimiento. Como soy funcionario, recomendaría que en este caso pudiésemos hablar con Óscar Rivera que es el enlace de comunicación de RTVC”.
Al final, añadió:
“Como humano te digo que todas mis relaciones en mi vida no tienen ninguna clase de violencia, y tienen el consentimiento de las partes”.
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- Nos comunicamos con Jairo Acuña, sin embargo, no contestó, una hora después, se comunicó Oscar Rivera, enlace de comunicación de RTVC, para responder a las entrevistas, el profesional afirma que él puede responder por ellos por ser trabajadores del sistema de medios públicos y que en esa medida, todo lo que tiene que ver con medios de comunicación se canaliza a través de su vocería: «al ser trabajadores de RTVC, en cualquier modalidad, como funcionarios públicos, contratistas o lo que fuera, todos los temas de comunicaciones y solicitudes de medios de comunicación, etcétera, los canalizamos a través mío. Entonces yo con mucho gusto recibo las preguntas»
- Atendiendo al derecho de réplica, una vez RTVC a través de su enlace de comunicación envíe respuesta a la información solicitada, se actualizará esta publicación.
- Para conocimiento de la opinión pública, estas fueron las preguntas que se les enviaron a partir de los testimonios recibidos:
- Una colaboradora de RTVC denuncia que presuntamente fue víctima de acoso de parte suya
- ¿Hubo algún llamado de atención por conductas de acoso?
- ¿Cómo fue la situación por la cual la presunta víctima presentó una queja?
- ¿Le citaron a alguna reunión para abordar este tema?
- ¿Han hecho sensibilizaciones o acciones para prevenir o atender violencias basadas en género en RTVC? En caso de que sí, ¿cuándo fue, quién coordinó esas acciones y a quiénes estuvieron dirigidas?
Gracias por su trabajo y visibilizar estas denuncias
Leyendo el relato de una de las oyentes, me sentí identificada porque en algún momento hace como 8 años, el Profe también me comenzó a seguir en Twitter y hablabamos, jamás llegamos al punto de que me solicitará fotos pero creo que hubiera podido ser alguna de ellas, si hubieran seguido las conversaciones y de igual forma, me dejo de seguir después de un tiempo.
Pasaron los años, luego un amigo me contó que tenía una amiga que el Profe le habia pedido fotos y también una sesión fotográfica en su casa.
Claramente somos muchas que le teníamos admiración y esto hace que se pierda todo el respeto y el concepto que uno tenía de una persona.
Yo fui víctima también de acoso, después de que llevé el caso a Juan Pablo Herrera, este ni se inmutó, las editoras de el canal también somos mujeres, y este señor José Alejandro Martinez, me saco de mano de Juan Pablo Herrera por hablar de el tema, y después paso a ser un caso más, de acoso laboral, donde si no haces lo que dicen, te amenazan y te quitan el contrato.
apoyo total
No son los únicos casos en el área administrativa de RTVC también se presentan.
Hola. Siempre me ha impresionado la rigurosidad con la que manejan estos temas y construyen los artículos.
Me dolió saber que mientras yo disfrutaba escuchando Radiónica y las recomendaciones literarias de Laura, ella estaba pasando por todo ese dolor. De verdad, se me arruga el corazón. Más, ahora que salen más testimonios de otras mujeres y se ven los patrones.
Expreso mi cariño y admiración a todas las que denuncian ❤️
Muero de rabia , esto pasa a diario y deberían ser presentados los nombres de estos guaches en todos los medios y así se
Logré avergonzarlos , si es que la tienen .
Grave situación ojalá tomen acciones contra los funcionarios incluida Dora Brausin connivente con el acoso pues no hizo nada ante las denuncias
Este personaje Alvaro bajo el velo de un discurso sobre la admiración de la belleza, el arte y la lucha trasgrede completamente la intimidad y autopersepcion de las mujeres acosadas. Y problemente sea un hombre con una pobre autoestima que no le permite interactuar con mujeres en igualdad de condiciones (edad, conocimiento y madurez). Deprimente, grotezco y aborrecible.
El mal llamado Profe ,es una de la
Vacas sagradas de radio nacional y RTVC, es intocable, siempre invitando a su apt en la Macarena a sus víctimas a que vean su colección de vinilos o libros, o contar de sus viajes con recursos públicos.
Algo tan simple como el respeto y la decencia sin importar el género, la edad o la posición social. La denuncia es la única defensa.
Yo fui una de esas oyentes, me aterra que el método del «profe» es exactamente igual. Durante 2017 viví en el barrio La Macarena, en el que también vivía él. Hablamos durante unas semanas y hubo intercambio de fotos. El tipo es hábil para hacerte creer que eres especial, que le interesas por lo que piensas y expresas en tus redes sociales, además establecía un contacto cotidiano, sin embargo, esa insistencia por enviar fotos de su cuerpo desde la primera conversación y no tocar temas diferentes a las fotos y la desnudez (porque el tipo en medio de tanto chat nisiquiera habla de música o literatura) hacía que yo sintiera cierta desconfianza, aunque confieso que me dejé llevar por que me halagaba gustarle a un man tan inteligente, culto y «famoso». Aunque éramos vecinos, el día de la cita me dio un poco de susto o desconfianza y lo evité, después eliminé mi cuenta de IG, por la que hablábamos y también lo eliminé en Twitter. Uno o dos años después, en un concierto radiónica conocí a una chica muy joven que hacía sus prácticas en Javeriana estéreo, quien me contó que también fue acosada por él en un evento… ojalá ella también llegue a dar detalles de su experiencia con este señor.
Es triste darse cuenta de lo peligroso que puede llegar a ser la manipulación del conocimiento y la admiración para llegar a obtener beneficio de esto, todos los días se ve de frente y sin filtro este acoso y mal trato en otras emisoras populares, pero más peligroso aún cuando un/una oyente, compañer@, emplead@, cree en ese lazo de confianza por su cercanía, fama o admiración y no percibe el peligro detrás de cada palabra y acto de estos personajes malignos que creen que ellos mismos no han hecho o hacen nada malo según su doble moral.