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Hablar de sexualidad es un tabú, sobre todo, cuando se trata de placer y orgasmos, pero hablar de la sexualidad, el placer y los orgasmos de las mujeres con discapacidad es prácticamente imposible.
Se sigue pensando que las mujeres con discapacidad no podemos/debemos tener sexualidad. Que no podemos tener orientación sexual, identidad de género y mucho menos deseos, fantasías, excitación, pareja, vida sexual ni placer, esto, principalmente, gracias a la infantilización de la discapacidad, que es cuando se nos trata igual que a las infancias, aun cuando ya somos adultas y que asume que no podemos tomar decisiones importantes sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestras vidas porque “no somos aptas para ello”, vulnerando por completo nuestros derechos humanos y nuestra autonomía.
Sin embargo, como diría nuestra amada Wendy Guevara, ese es un pensamiento vieeeeejo e inservible, pues las mujeres con discapacidad seguimos siendo mujeres. Personas adultas que deben ser libres de tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo, su vida, su sexualidad y sus deseos.
El problema comienza cuando la sexualidad también se vuelve un tema al que muchas mujeres con discapacidad, por diferentes circunstancias, no pueden acceder.
Desde no tener acceso a la educación e información, no contar con ningún tipo de atención diferencial de salud sexual, no poder socializar para encontrar una pareja, hasta temas mucho más complicados, como el acceso a la masturbación, la autoexploración y el reconocimiento de sus propios cuerpos.
¿Te suena imposible? Pues no lo es. Cuando hablamos de masturbación y placer en las mujeres, nunca nos acordamos de aquellas mujeres con poca o nula movilidad. Esas mujeres a las que sus propios cuerpos les impiden explorar su sexualidad (recordemos que la sexualidad no se reduce a la relación sexual). Mujeres que no pueden autoexplorarse y que en muchas ocasiones ni siquiera pueden mirar su cuerpo desnudo ante un espejo y que, por lo tanto, no pueden explorar ni disfrutar de sus deseos, fantasías y placer; sin embargo, esto no quiere decir que no tengan la capacidad de sentir y disfrutar de un orgasmo.
Para empezar, hay que tener en claro lo que es un orgasmo: es la reacción placentera a la estimulación de zonas erógenas cuando llegan a su punto máximo de excitación, es decir, que no solo existe el orgasmo genital (vulva/vagina/clítoris), sino que se puede obtener un orgasmo al estimular zonas que nos causan placer, como los pezones, el cuello, las orejas o incluso los pies, por eso es muy importante la autoexploración, para conocer nuestras zonas más erógenas.
Posteriormente, debemos continuar con eliminar la idea de que si tienes una discapacidad no puedes disfrutar tus fantasías. Tú entrégate y déjate llevar por tu imaginación y tu deseo. Tener pensamientos sexuales es completamente normal y sano.
Teniendo claro que todas tenemos derecho a la sexualidad, debemos buscar la forma de hacerlo accesible. En la actualidad existen muchos “juguetes sexuales”. Artículos que para las personas normativas sirven para divertirse en pareja o en solitario, sin embargo, para muchas personas con discapacidad se han convertido en una herramienta necesaria para poder acceder a su sexualidad y poder experimentar por primera vez un orgasmo.
Los vibradores a control remoto son una muy buena opción para mujeres con poca o nula movilidad, ya que después de colocarlo, ella podrá controlar con las yemas de sus dedos o incluso con su boca el ritmo, la potencia y el tiempo de las vibraciones, pero ¿Cómo lo podría poner una persona sin movilidad? Esta es una situación incómoda, pero se necesita una persona que lo pueda poner y retirar. Puede ser su pareja, una persona de total confianza o incluso un asistente sexual para personas con discapacidad. Desafortunadamente, al ser el placer sexual un tabú, aquellas mujeres que lo requieren les da vergüenza solicitar este apoyo o servicio. ¡Quítate la pena ,chica!, no hay nada de qué avergonzarse.
Por otro lado, las pantaletas vibradoras son muy útiles para mujeres sin movilidad en las extremidades superiores. Eso y/o una almohada en la que puedas rozar tu pelvis y tendrás un orgasmo seguro.
Para aquellas afortunadas que sí tienen una pareja, los arneses o algunos tipos de amarres de bondage son su mejor opción, ya que estos te ayudarán a mantener ciertas posturas para que tu pareja pueda acceder sin ningún tipo de problema. No olvides revisar cada cierto tiempo que los amarres no estén haciendo daño a tu piel o estén muy ajustados.
Y así, hay muchísimas opciones y formas de que las mujeres con discapacidad podamos acceder al placer sexual. Recordemos que el acceso a la sexualidad también es un derecho y mientras sea sobre tu cuerpo o sea una actividad consensuada y consentida tienes toda la libertad de ejercerla.
Porque absolutamente todas las mujeres, incluidas las mujeres con discapacidad, merecemos experimentar un orgasmo, así que quítate los prejuicios, echa a volar tu imaginación, escucha tus deseos y no permitas que nadie ni nada, ni siquiera la discapacidad, limite tus orgasmos.
