Viviana Vargas Vives es barranquillera, abogada, feminista, defensora de derechos humanos y sobreviviente de violencia sexual. Esta es su primera vez participando de la política electoral, es candidata al senado por el partido Nuevo Liberalismo, pero lleva más de 10 años haciendo activismo por el derecho a una vida libre de violencias de las mujeres y los niñxs.
Volcánicas: ¿qué entiendes por feminismo?
Viviana Vargas Vives: Para mí el feminismo empieza con la conciencia del rol de opresión, de discriminación y desigualdad que hemos ocupado las mujeres en la sociedad. Un momento donde se genera una conciencia de la estructura patriarcal que para muchas mujeres sigue estando en pie. Además, para mí ese es el primer momento del feminismo, porque esa generación de conciencia y ese reconocerse a uno dentro de esa cadena de opresión, esa es la palabra, para mí es fundamental.
Yo trabajo con víctimas y trabajo con todo tipo de poblaciones: víctimas de violencia de género, víctimas de violencia sexual. Trabajo con mujeres de todos los estratos, de todo tipo de formación, y yo he identificado en ellas el feminismo, incluso las mujeres que no tienen ni idea sobre ese concepto, tienen esa conciencia y han reconocido el rol que se les ha impuesto. Y dentro de sus procesos individuales buscan reivindicar esa igualdad de derechos desde distintas aristas y escenarios.
Para mí el feminismo está tanto en la labor individual, como en la colectiva. Está en la academia como en la calle. Desde el activismo político, también desde la mujer que hace activismo social, del que yo vengo haciendo, alrededor del tema de la justicia y los derechos de las mujeres.
También existe otro momento en el feminismo que es la acción afirmativa, ese paso más firme, más contundente, ese grito que es simbólico pero que requiere más fuerza. ¿Por qué? Porque la igualdad no es una conquista fácil y requiere de unos esfuerzos y liderazgos. A veces parecieran imposibles, pero ahí está el feminismo.
Volcánicas: ¿te consideras una mujer feminista?
V.V: Me reconozco como feminista. Nosotras no somos minoría poblacional, sufrimos la discriminación y yo creo que de ahí nace la conciencia. Esa misma lucha por la reivindicación de derechos en condiciones de igualdad se tiene que trasladar hacia el trabajo con poblaciones diversas que sufren la discriminación, opresión y marginalidad. Entonces para mí el feminismo está en esa juntanza, esa palabra me encanta, está en esa inclusión. Está en un lenguaje que rompe con el paradigma del patriarcado. Para mí el patriarcado tiene un lenguaje natural de violencia. No podemos desde el feminismo replicar ese lenguaje.
Volcánicas: Usted, de manera muy valiente, denunció públicamente su caso de abuso sexual y se entiende como una sobreviviente. ¿Cómo ha impactado su experiencia personal su forma de hacer política?
V.V: Aquí es cuando el dolor de lo personal es político. Para mí reconocerme como víctima fue el primer paso de liberación. Romper el silencio, porque si hay una consecuencia brutal del abuso sobre las mujeres es la culpa, el miedo, la vergüenza y esto lleva a la revictimización.
Cuando uno se reconoce como víctima y reconoce que lo que ha vivido no fue una violencia buscada, como como suelen decirnos nuestros agresores, sino que fue una violencia ejercida en contra nuestra, ahí está para mí el primer acto de mi liberación y eso ha sido fundamental en mi proceso político porque ahí es donde yo veo a la denuncia como un acto de liberación, de emancipación, de reivindicación. Y no me refiero a la denuncia frente a la institucionalidad, porque si hay un agresor violento en este país con las mujeres son las instituciones.
La denuncia para mí ha sido fundamental, porque lastimosamente en Colombia estamos todavía en pañales. Frente a conversaciones que generan mucha incomodidad institucional, mucha incomodidad política, cuando se habla de la violencia sexual hacia niños, niñas, adolescentes y mujeres, hay todavía tanto tabú, hay resistencia, creencias y misoginia, además de estereotipos. La Corte, hace unos meses, reconoció el derecho de las víctimas de violencia sexual a denunciar públicamente a sus agresores por sus redes, con un megáfono, donde se les de la gana, básicamente porque han reconocido que las instituciones le han fallado a las víctimas, que están permeadas de violencias de género, que no funcionan, que no buscan la verdad, que victimizan, que ahuyentan a las víctimas. Se siente más dolorosa la violencia que se ejerce en las instituciones después de la denuncia, que la que se ejerció sobre el cuerpo de uno.
Volcánicas: Como mujer que ha denunciado violencia sexual, ¿qué obstáculos ha encontrado en su lucha por que se haga justicia y cómo pretende impactar esas barreras desde el congreso?
V.V: Es confrontar el desinterés del poder político también desde lo evidente. El silencio que ha sido cómplice. Tampoco lo tengo que ocultar, lo he dicho abiertamente, creo que uno de los espacios donde hay más abuso y maltrato hacia las mujeres es en el Congreso de la República. Y creo que por eso, llegar a denunciar debe ser el primer paso, porque ante el silencio la denuncia atraviesa todo.
Pero como “no se habla de Bruno”, lo primero que hay que hacer es hablar y perder el miedo a hacerlo. Y eso es lo que yo he venido haciendo en esta campaña, con temas que son incómodos y generan resistencia. Y ya es hora de que alguien comience a hacerlo porque no somos cinco víctimas en el marco del conflicto, son treinta y cuatro mil doscientos treinta y dos mujeres, hombres y población LGBTIQ+, que se reconoce como víctima de violencia sexual. Ahora imagínate el subregistro.
Medicina Legal dice que una de cada cuatro niñas ha sido abusada sexualmente antes de cumplir dieciocho años y dos de cada cuatro mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de género o sexual en su vida adulta. Saca las cifras.
No somos una minoría. Pero si hemos sido una minoría en la representación política.
Volcánicas: su primera propuesta dice: una justicia especial para niñxs, adolescentes y mujeres que garantice el acceso real a la justicia.
Dice El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que durante el 2021, esa entidad abrió 9.927 procesos de restablecimientos de derechos por violencia sexual, de los cuales el 85 por ciento corresponden a niñas.
¿Cómo, desde el congreso, va a garantizar que sí haya una justicia especial para niñxs adolescentes y mujeres?
V.V: Después de un trabajo arduo de años trabajando con todas las instituciones: con Bienestar Familiar, Comisarías de familia, Medicina Legal, Fiscalía, rama judicial y el colegio colombiano de psicólogos, hemos encontrado que no dan abasto, que no tienen las herramientas.
La cifra que da el bienestar familiar es impactante. Cada entidad da una cifra diferente, creo que no existe un diagnóstico real de las cifras y uno no sabe ni a quién creerle. Lo único que sí queda claro es que los delitos sexuales contra niños, niñas, adolescentes y mujeres tienen una cifra de impunidad que en los últimos tres años no ha bajado el 97%. No se llegan ni siquiera a la imputación de cargos.
¿Y por qué pensamos que el camino es una justicia especial? Porque la justicia penal ordinaria no da abasto, porque se han identificado los patrones de violencia al interior de estas entidades. Están llenos de expedientes.
Hay peritajes que yo he visto. De hecho, del mío, que me hacen dos peritos que nunca me han visto la cara y que me han evaluado, en donde me diagnosticaron un montón de trastornos sin haberme evaluado. Trastornos que ni siquiera tienen un sustento y rigor científico. Cosas como: “a la mujer le hace falta afecto, necesita reconocimiento, su vida ha sido desgraciada hasta el momento y la denuncia le da visibilidad, le da poder para vengarse de una ex pareja, está despechada”.
Esto está pasando hoy en el aparato judicial, está pasando en las fiscalías. Nuestros peritos están haciendo peritajes de delitos sexuales basándose en estos criterios y con esos criterios archivan las denuncias. En el proceso tiene que haber sensibilidad, capacidad, experticia, enfoque de género, pero sobre todo la erradicación de estas violencias.
¿Cómo podría el Nuevo Liberalismo ser más inclusivo y responsable en los temas de género para garantizar que no haya machismo y sexismo dentro del partido?
V.V: Después de un trabajo arduo de años trabajando con todas las instituciones: con Bienestar Familiar, Comisarías de familia, Medicina Legal, Fiscalía, rama judicial y el colegio colombiano de psicólogos, hemos encontrado que no dan abasto, que no tienen las herramientas. Yo me he comprometido como Viviana Vargas Vives, pero mi lista cerrada también. Ha sido para mí muy importante poder llegar con una agenda como la mía, con un liderazgo como el mío, con mi propuesta de una justicia especial. Reconozco el trabajo que dimos dentro de la agenda del partido, y de la lista y de la bancada, y asumimos un compromiso colectivo.
El trabajo no solamente puede ser compartido, ni una candidatura, hay que crear alianzas. Aquí hay que trabajar con una bancada feminista que debe atravesar los partidos políticos y debe trabajar en pro de los derechos de las mujeres, de los niños y niñas. Y yo pretendo desde el Congreso con la banca del Nuevo Liberalismo tener esa retroalimentación.
Sabemos que no ha estado nunca dentro de la agenda pública hablar de violencia contra las mujeres, hablar de la reforma a la justicia. Yo llegué a un partido en donde no se conocía esto y convencí a 30 candidatos al Senado de la importancia de legislar para los niños, niñas y mujeres del país. Les hablé del impacto económico que tiene al presupuesto la violencia y yo creo que el ejercicio tiene que ser desde ahí, desde la palabra, desde la pedagogía, desde el trabajo incansable en distintos escenarios políticos.
Volcánicas: Sabemos que el abolicionismo vs el regulacionismo es uno de los debates más difíciles del feminismo y vimos el comunicado del Nuevo Liberalismo sobre su principio de proteger los derechos de las trabajadoras sexuales. ¿Cómo llegaron a este acuerdo dentro del partido?
V.V: Cuando empezamos a diseñar entre los candidatos de la lista, con la directiva del partido de Juan Manuel, lo que sería nuestro decálogo y nuestra agenda programática, siempre estuvo, porque además esta es una posición del respeto por los derechos y las libertades individuales.
El trabajo sexual ya ha sido reconocido, es decir, no estamos nosotros en el momento ni en un lugar para estar debatiendo el reconocimiento de derechos, además, como sujeto de especial protección constitucional. Necesitamos reconocer a las trabajadoras sexuales, enfatizando que el trabajo sexual debe reconocerse como tal, alejado de todo lo que tiene que ver con trata de personas para fines de explotación sexual comercial.
Yo sé que eso último existe porque yo soy víctima de violencia sexual y he trabajado desmantelando redes de explotación de menores de edad y de menores migrantes en Bogotá y quienes han sido muchas veces nuestras grandes aliadas en identificar estas redes han sido las trabajadoras sexuales.
Desconocer el trabajo sexual como un derecho es desconocer la realidad de muchas mujeres y de muchas mujeres trans de este país, en una postura abiertamente inconstitucional y anti derechos.
Por eso la postura tiene que ser la regularización, pero la regularización desde la concertación con los sectores. Hay que recordar que esta es una cuestión que se tiene que quedar con la gente, con las trabajadoras sexuales. Esto no puede ser una discusión que se da desde el Congreso, ni el de la academia. Tiene que ser con los sectores. Y que sea parte de lo que ya hemos reconocido como modelo que beneficia a los dueños de los negocios, quieres ejercen el monopolio de la industria y que no benefician realmente a los y las trabajadoras sexuales.
Se debe abordar la regularización desde una cantidad de factores que no pueden limitarse a los derechos laborales, estamos hablando de acceso a la educación, a la seguridad social y ya sabemos lo que eso implica. Hay que crear protocolos porque aquí el enfoque no debe ser alrededor del mercantilismo. Tiene que ser entendiendo lo que ha dicho la Corte, que las trabajadoras sexuales son sujetos de especial protección constitucional.
El abolicionismo no tiene cabida en una ideología liberal de verdad. Es una postura que no vamos a asumir de partido y que no vamos a apoyar desde el partido. Entonces ahí está la postura. La postura liberal es consecuente. Los derechos no se debaten ni se discuten a estas alturas.
Volcánicas: La primera propuesta que aparece en la página del precandidato Juan Manuel Galán, dice: “Un país libre de la guerra contra las drogas y el negocio del narcotráfico”. El punto de las drogas ilícitas del acuerdo de paz, en específico en el tema de género, es el que menos avances presenta. Según un análisis de DeJusticia, de 12 iniciativas, solo se han ejecutado cuatro.
¿Cómo se han irrespetado los derechos de las mujeres en ese contexto de la guerra contra las drogas?
V.V: Justo estábamos acompañando a Sandra Borda en una en un debate que se hizo sobre este tema. Dentro del negocio del narcotráfico y del microtráfico están siendo criminalizadas las mujeres en mayor proporción frente a los hombres. El país tiene que avanzar no sólo hacia la legalización, sino también hacia la regularización. Esta le quita espacios de poder a los actores armados, a la delincuencia común, a todos los actores que alrededor de la lucha contra las drogas se han estado lucrando históricamente.
Yo espero avanzar hacia la aprobación de la marihuana para usos recreativos. Precisamente el modelo está en avanzar para que desde esa regularización se erradique esa violencia, que además recae preponderantemente sobre las mujeres en cabeza de esos actores y desde el Estado. Debemos romper en dos la lucha contra las drogas que viene adelantando el país durante décadas, que no ha servido y que es casi inoperante.
Muchas mujeres están en condiciones de pobreza, de vulnerabilidad, buscando un sustento de vida digna, teniendo muchas de ellas la responsabilidad de la crianza, del sustento diario de sus hogares. No puede ser que sobre las mujeres que ya dentro del conflicto han sido objeto de múltiples violencias, recaiga una violencia adicional. Ninguna está ahí por voluntad. Y precisamente ese desconocimiento es lo que lleva a que las cárceles estén llenas, estén en estado de hacinamiento.
Tiene que haber unas penas distintas. Tiene que haber garantías para que las mujeres tengan otras oportunidades. Se tiene que implementar el enfoque de género, que no se implementa ni en la justicia transicional, ni tampoco la estamos viendo en la justicia penal ordinaria, y no recaen sanciones sobre los funcionarios por no implementar. Este enfoque de género debe traducirse a la realidad de las mujeres y eso hace parte del trabajo que estoy tratando de adelantar y quiero llevar al Congreso.
Volcánicas: ¿desde que es candidata ha sido víctima de algún tipo de discriminación?
V.V: La sociedad en general discrimina. Me pasa con los medios de comunicación, me dicen que ni siquiera me reconocen como candidata porque no lo parezco. Recuerdo dos periodistas que me hicieron levantar de la silla para “mirarme bien”.
Yo creo que nos toca a todas la violencia, el acoso en redes que es inimaginable. Me han tildado de pecadora y de promiscua. Personas han dicho ¿cómo se atreve esta mujer llegar a ser elegida senadora? Yo creo que las que tenemos unas causas como la mía estamos un poquito más expuestas. En muchos lugares de la costa me minimizan.
Siento que las mujeres estamos ahí llevando un liderazgo muy importante y desde nuestro liderazgo estamos concientizando a nuestros compañeros y colegas. Hay unos compromisos fuertes con el feminismo y con la deconstrucción de esos machismos, que muchos de los que han estado en política ya los tienen superados apropiados, pero hay que aprender y hay que transitar y hay que desaprender.
Eso para mí ha sido maravilloso. De momento, ninguno se ha atrevido porque todas somos muy potentes ahí. La violencia viene de afuera, viene casi siempre de los hombres, de grupos religiosos, sobre todo a mí me han tocado los grupos religiosos y hombres en general.
Volcánicas: ¿qué hará desde el Congreso para garantizar el cumplimiento del fallo de la Corte Constitucional sobre la despenalización del aborto hasta la semana 24?
V.V: Mientras que esa discusión se quede en la Corte y en la jurisprudencia no hay cómo garantizar su implementación. Aquí no podemos quedarnos con la sentencia. Un fallo importantísimo, pero desde ahí estamos viendo la necesidad de que lleguemos al Congreso a reglamentar, exactamente lo mismo que hay que hacer con los derechos de las trabajadoras sexuales. Es desde el Legislativo. Es nuestra función.
La Constitución abre una puerta, nosotras trazamos el camino legislativo. Esa es nuestra obligación democrática y tiene que ser desde ahí el compromiso. Porque fíjate que con todas las causales que ya estaban aprobadas desde 2006, la dificultad de la implementación era enorme. ¿En esto se ha avanzado?
Lo que nos demuestra que aquí hay que bajar la discusión desde reconocimiento de derechos hacia el ordenamiento jurídico y la reglamentación. Y ese es un compromiso que tenemos, pues como te digo, somos un partido de pensamiento y de ideología liberal en el que priman los derechos. Que las entidades prestadoras de salud, que todos los sectores que tienen que estar involucrados en la prestación del servicio realmente se acojan, porque hoy la objeción de conciencia está siendo una barrera. Si el cuerpo médico no se vincula, no asume responsabilidades seguirá siendo muy complejo. Es un servicio que se da desde la revictimización y no en la garantía.
Volcánicas: ¿qué opina de que la mayoría de candidatos sigan siendo hombres en la consulta centro esperanza?
V.V: Eso me martiriza, me martiriza realmente, ha sido una discusión que hemos tenido. Es que definitivamente no hay espacios para las mujeres. A las que queremos llegar al Congreso nos toca pelear muchos espacios, pero para las que quieren llegar a la presidencia es aún más difícil.
Ahí sí que el machismo es tajante. La verdad es que nosotros quisiéramos que haya más mujeres dentro de estas de coaliciones, si quisiéramos, sobre todo teniendo una agenda de género tan fuerte como la tenemos en nuestra lista el Senado, que eso se vea reflejado. Es una falla muy grande, una debilidad. Eso tiene un costo político, aunque no lo han querido ver.
No solo estamos ganando espacio en el Congreso, estamos ganando espacio dentro de nuestros partidos. Aquí estamos creando partido desde una visión de la importancia de la participación femenina en la discusión política y eso se hace abriendo espacios, construyendo partido.
Yo creo que ahí tenemos un as bajo la manga, el sentido que tenemos la posibilidad de construir. Estamos en construcción y eso nos permite sentar unas bases sólidas a futuro para que este partido pueda reflejar en su integridad.
Estamos reflejando paridad, pero esa paridad se debe dar desde la representatividad y que vincule una agenda de género importante, ahí está el trabajo político.
Yo espero que haya más coaliciones con mujeres. Ya no puedo más con tantas discusiones tan masculinas.
Volcánicas: ¿cuáles son los costos que tiene para las mujeres hacer política?
V.V: En esta lista cerrada es una dinámica muy distinta. Pero aún sigue siendo una dinámica donde se siente que para las mujeres acceder a las mismas oportunidades frente a la financiación de las campañas es más difícil. Todas las campañas cuestan, por más que uno haga tres volantes y cuatro camisetas. Todo tiene un costo. Cuando uno usa una lista abierta es aún más desigual esa contienda, porque como el poder político ha estado muy enfocado hacia los liderazgos masculinos, el caudal electoral que traen ellos es un legado político muy grande.
Es difícil que las mujeres de las listas abiertas desafíen esas estructuras y esas maquinarias que vienen en esos años de ejercicio de liderazgo político de las mayorías políticas. Yo lo he discutido con otras candidatas de otros partidos. La desigualdad, sobre todo en listas abiertas, es tremenda. Es horrible.
Por eso uno ve que en las listas abiertas de los partidos siempre llegan más hombres que mujeres. Me ha parecido lindo que mi primer ejercicio político sea en una lista cerrada porque se siente como una excursión de colegio. Se distribuye entre los candidatos, no le llega a Viviana, le llega al partido y el partido lo distribuye.
Volcánicas: ¿qué mensaje le enviaría a las mujeres jóvenes para que se animen a ejercer su derecho al voto?
V.V: Siempre ha sido importante la participación política de los y las jóvenes, de los hombres, de las mujeres. Pero yo creo que esa, esa indignación y ese desprestigio, esa desconfianza en los partidos, en la figura del político en general, debe transformarse en la elección de candidaturas nuevas y valiosas que existen hoy en la contienda electoral.
Lo que hay son candidaturas de gente joven que lleva ideas jóvenes dentro de sus agendas, que le apuesta a los liderazgos de la juventud, de las mujeres, de personas LGBTIQ+. Yo creo que el llamado es a transformar esa indignación y esa desconfianza en una acción que lleve a una verdadera transformación. La indignación tiene que tener un resultado. Cuando traduces la indignación colectiva en una acción, esa indignación es imparable.
Yo diría que más que otras generaciones, las juventudes están muy conectadas con las discusiones del país y las necesidades del país tienen que tener un rol protagónico el 13 de marzo. Así que debemos indignarnos, que sea para transformar y transformar es votando, informándose, leyendo, conociendo a los y las candidatas.
Como dice Yolanda Perea: “sino es ahora, entonces cuándo”. Además, es importante que las voces de las víctimas estén en el Congreso. Porque es de la violencia que se vive que se conoce el sistema, se conocen las dinámicas y se conoce además como transformarlas.