December 9, 2022

Lido ¡Pimienta!

En Colombia, y particularmente en el Caribe, se espera que los artistas sean afables en la tarima.

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Foto: Victoria Holguín

Una vez, luego de un concierto de Lido Pimienta alguien me comentó: “¡No entiendo por qué está tan brava!” En Colombia, y particularmente en el Caribe, se espera que los artistas sean afables en la tarima, que digan que les encanta la ciudad en la que están, que el cariño de su gente es especial, y que todo estará bien porque “acá estamos para pasar un buen rato” Pimienta es todo lo contrario, sabe que sobran razones para estar brava, y le habla a la gente de aborto, de racismo, de derechos humanos. Sus canciones remueven emociones incómodas como el dolor, la tristeza, la rabia; y al mismo tiempo, transmiten una profunda sensación de esperanza. 

Lido Pimienta hizo su debut musical en 2010 con el álbum Color, y luego en 2016 con su álbum La Papessa ganó el premio Polaris en Canadá. En 2020, Miss Colombia, un homenaje a los sonidos del Caribe, se convirtió rápidamente en un álbum icónico, que incluye colaboraciones con artistas del Caribe colombiano como Li Saumet, la artista plástica y escenógrafa Orly Anán y la fotógrafa Daniela Murillo, y estuvo nominado a los Premios Grammy 2021 en la categoría Mejor Álbum Rock Alternativo. Ese mismo año, se convirtió en la única colombiana, la primera latinoamericana y la segunda mujer en en componer una pieza musical, y cantarla, con la Orquesta del Ballet de Nueva York, una institución con 73 años de historia. 

La han llamado “la Björk de Barranquilla”, pero tal vez Björk es la Lido de Reikiavik, porque Lido Pimienta no se parece a nadie. Polifacética, sinestésica, disciplinada, con una fe inquebrantable en su propia voz, Pimienta siempre supo que lo tenía todo para convertirse en la estrella que es hoy. En Volcánicas la entrevistamos y hablamos sobre el Caribe, la migración, la nostalgia, y sobre cómo la incomodidad es clave para hacer activismo desde el arte. 

Volcánicas: ¿Cómo influyó el tiempo que pasaste en el Caribe, en tu niñez y adolescencia, en la mujer que eres ahora?

Lido: Siento que todavía no me he ido del Caribe, mi manera de ser está completamente informada por crecer tan cerca al mar, estar cerca al agua y estar muy cerca a la música, –la música tradicional del Caribe colombiano–, y rodeada de una comunidad que se ve como yo, se siente como yo. Siento que la libertad que yo gocé en el Caribe se ha quedado conmigo y esa libertad está en todo el arte que hago. No me puedo desprender de eso aun con tantos años que llevo en este universo. 

Volcánicas: ¿Cómo te mantienes conectada con tus raíces estando tan lejos? En tu música es muy evidente que hay una conexión con el folclor colombiano, una conexión con el cuerpo. Y sin embargo, pasaste muchísimos años fuera del país viniendo esporádicamente. Entonces, ¿cómo es ser migrante, triunfar en el exterior y cómo se mantienen estos vínculos con la tierra?

Lido: Los primeros cinco años, después de que me mudé a Canadá, no podía viajar. Y siento que la única manera que yo podía mantenerme ahí en la jugada con mi cultura, era a través de internet. Con todo y lo problemáticas que son, páginas como Facebook, YouTube eran para mí la única manera de continuar la comunicación con mi cultura, con mi comunidad. Después del quinto año, ya pude volver y ahora voy mínimo una vez al año. 

Al volverme popular en Norteamérica, siempre encontré esos lazos y esos puentes para continuar mi trabajo de investigación personal, que tiene que ver con entender el Caribe como sublime, no como algo exótico.

Cuando me vuelvo madre, es la responsabilidad que se siente, ¡al saber que tú no quieres que tus pelaos sean papitas sin sal! Y eso hizo que yo me motivara aún más y que en mi arte fuese aún más intencional la conexión con el Caribe. Mi voz como persona Caribe. 

El Caribe está en la experiencia vivida. Siento que a mucha gente le gusta romantizar mucho de dónde viene, es un romance con el recuerdo de los recuerdos de los abuelos, de los abuelos, de mis abuelos, pero sin un compromiso para poder estar y ser. Y para poder ser parte del Caribe hay que vivir ahí. 

Yo aparte, no solamente crecí en Barranquilla, en Cartagena y Santa Marta, también en La Guajira, y esa otra capa más de una identidad que se complica, que me complica, y que también me nutre. Es muy diferente tener familia allá, y saber que no toda la familia tiene acceso a dinero, ¡o agua! Que tienen un segundo idioma que no es ni inglés o francés, sino wayuunaiki, ¿eh? Esas son las conexiones que me mantienen auténtica. 

Volcánicas: ¿Cómo navegas ser una artista racializada y las expectativas que vienen con eso, lo que significa en Colombia y lo que significa en Canadá?

Lido: Lo que significa en Colombia… ¡Pues, mija!, ¡¿cuántas horas tienes?! Lo que yo he aprendido es que no es mi responsabilidad enseñarle al mundo qué es la justicia y qué es el feminismo, ni cuáles son los derechos de las personas en sus tierras y sus territorios, o sea en Colombia. Pero siempre lo digo: por lo menos en Colombia, ahí me puedo sentar debajo de un palito de mango, y me como un manguito, y ahí se me pasa. Pero eso acá no es una opción. Yo no tengo una opción: no me puedo levantar, quitarme el color de piel y quitarme mi pelo cucú, ni quitarme mi manera de ser. No puedo cambiar la persona que soy y lo que he hecho y lo que he dicho, que ha quedado en Internet para siempre, y para siempre me va a perseguir. Lo que hago es que acepto y amo quien soy y trato de arreglar las cosas que me faltan: con mi confianza, con mi sentido de pertenencia, con mi sentido de respeto por mí misma, ¡para echar pa’ lante! 

Y por ejemplo, en Canadá yo no me la calo, ya me quiero ir de aquí y estoy viendo como hago para irme a Colombia y buscar un lugar en donde esté en la ciudad pero alejada también. Para crear necesito estar en un aislamiento que me permita tener acceso al mundo. Conectarme con lo de afuera pero también aislarme cuando lo necesito. No sé por qué no soy feliz oyendo la música de la radio y comprando zapatos todos los días. Podría vivir muy feliz así. Trabajar con un horario de 9 a 5, con seguridad social y prestaciones y ser una oveja más del rebaño del Señor. Pero, no, me tocó este cerebro y me tocó esta existencia. Y lo que hago es estar siempre echando pa’lante, pa’ sobrevivir y tener la mejor salud mental posible para poder seguir molestando a quien tengo que molestar, para que dejen de joder al mundo.

Volcánicas: ¿Cuéntanos de Lido Tv y de qué se trata esta apuesta, cómo se mezclan en este proyecto el entretenimiento y lo político? 

Lido: Lido Tv es como un concierto de Lido Pimienta, es lo que digo y lo que pasa por mi cabeza en un concierto. Soy una persona muy graciosa, yo soy comediante. Entonces, por ejemplo, en los conciertos, sobre todo cuando estoy cantando los gringos, me toca como contextualizar, porque no me gusta traducir las canciones, sino contextualizarlas. Y ahí empezó Lido Tv, sin yo saberlo. 

Esa vaina que yo digo en los conciertos, que la vida comienza en los testículos y que eyacular afuera del vientre divino es asesinato en masa, son cosas que se me ocurren en el escenario. Entonces dije: bueno, ¿por qué no hacemos como una película con esto o un sketch? Y así llegó Lido Tv. Empecé a escribir guiones. Por ejemplo, sobre qué pasaría si una persona que cree que la tierra es plana va a una cita a ciegas con una persona que niega el holocausto, que niega el calentamiento global, o  es antifeminista. ¿Qué pasaría si se enamoran y se casan y se preñan y dan a luz al anticristo? Son comentarios de cosas que me importan, que son para analizar, pero, quiero hacerlo de una forma que no sea aburrida. Una cosa que yo encuentro en el activismo es que nunca falta el sapo o sapa que que se pone como la brújula que indica la moralidad. Como que los activistas no se equivocan. Y eso no me interesa. Quiero hacer una vaina graciosa, como por ejemplo, cómo sería si en la música relajante o de ASMR, en vez de decir cosas de la nada, te empieza a hablar sobre la minería canadiense y cómo afecta a Colombia. Eso es Lido Tv. Es hablar de las cosas que a mí me interesan desde el punto de vista del humor, que es mi mecanismo de defensa para no entrar en una depresión infinita. 

Volcánicas: Cuando uno dice artista caribeño, la gente se imagina felicidad, maracas, rumba, fiesta. Y sin embargo, tú tienes una música que es más de sentarse a escuchar, y de hacer introspección. Me recuerda mucho a una frase de una artista barranquillera, María Isabel Rueda, que habla del “gótico tropical”. ¿Tú cómo ves eso? 

Lido: Sí, estoy de acuerdo. El humor, y esa idiosincrasia tan ridícula y de telenovela que tenemos de la gente del Caribe, no es más que un mecanismo para soportar tanta oscuridad. Porque la cosa se pone difícil y la realidad del Caribe puede ser muy oscura. Eso aplica un poco a toda Colombia, que es un lugar de opuestos. ¿Cómo puede existir un lugar que tenga tan belleza y una corrupción tan horrible? ¿Unas personas tan cariñosas y generosas, y luego tienes a lo peor de lo peor, gente que te quiere quitar tus derechos y que hace como que no existes y que te trata como un moco ahí en la pared? Eso en general, pero el Caribe en específico representa mucha abundancia en cuanto a recursos de naturaleza, recursos naturales. La Guajira es una región que le da el 70% de energía al resto del país, pero nosotros allá en cualquier momento tenemos desde 24 horas hasta una semana sin electricidad, dos semanas sin agua. Y eso está totalmente naturalizado, esa realidad tan cruel. 

En el Caribe escogemos: o deprimirnos o hacer bulla y burlarnos de nuestra situación. Es un mecanismo de defensa que tenemos para no caer en esa depresión, porque es fuerte, es muy fuerte. Yo hago esta música y canto la bandera que tengo, porque tengo un anhelo y tengo un inconformismo y tengo una tristeza y tengo una nostalgia, que viene no solamente de ser migrante, sino también por sentirme removida por esta realidad. Porque en el Caribe se sufre, y son experiencias que no se olvidan. Y ese trauma se va contigo, yo siempre lo tengo presente. Podría olvidarme de eso, pero no sería auténtica, y no puedo, para mí es muy difícil ser falsa.

Volcánicas: ¿Cómo describirías la obra visual de Lido Pimienta, de dónde salen los colores, que referentes visuales tienes, de dónde sale la carita redonda que se ha convertido en un elemento recurrente de tu obra visual? 

Lido: Siento que mi carrera es una reflexión y expresión de mi experiencia , crecí en un ambiente guajiro en donde las caritas son redondas, en donde los colores son vivos, y traigo eso dentro de mí. La música que escucho, que me ha influenciado es la música negra. Entonces, si la gente observa lo que yo hago: pues son felices, narices grandes, con bocas grandes con las que me identifico y donde yo me veo. Yo me crié en un chinchorro, por ejemplo, el acto de estar meciéndose dentro de un chinchorro y el reflejo de la luz, y cómo la luz del sol penetra las hebras y los hilos cuando una está ahí metida como si fuera un capullo… De ahí viene. Lo que yo trato de hacer con mi arte es eso, es como una especie de mecer, y me siento como sanando. Con mi obra quiero transmitir ese sentido de seguridad.

Volcánicas: ¿Cómo se traduce esa estética a otros medios como el audiovisual o la puesta en escena de las presentaciones en vivo?

Incluso con la música, yo pinto. Con las notas, estoy pintando. No fui a la escuela para estudiar música, toda mi educación ha sido empírica y con tutoriales de YouTube. La manera en que yo siento la música es como si fuese un círculo cromático. Y en ese círculo cromático voy escogiendo las notas. Depende de su color, y de ahí se forma la canción. Así como en mi obra visual y mi show en vivo, pues las visuales tienen que ver con mi memoria de la ciudad de Barranquilla, de Palenque y de mis cosas, de mis sentires. Es como una amalgama de toda mi experiencia, que se expresa un día en cerámica, el otro día en una canción, el otro día es un tejido. Es una fuente constante de arte abundante. Por eso siempre hablo de la abundancia. 

Volcánicas: ¿Cómo fue esta colaboración con Nike? ¿Qué significa la reinvención que hace Lido Pimienta del Air Force One, cómo se traduce toda esa estética musical y visual de tu trabajo a estos zapatos clásicos?

Lido: Pues yo traje a Lido Pimienta, la verdad. Afortunadamente el equipo de Nike, un equipo en donde todas son mujeres, me dio completa libertad y confianza. Entonces, simplemente continúo con los patrones, los colores, las líneas y con lo que representa mi persona en mi arte. Me divertí mucho, me gustó explorar y reinventar el logo, y me parece que sería chévere, de pronto en un futuro hacer más colaboraciones. En sí, en la pintura y el diseño de los accesorios para el zapato, la idea era simplemente una continuación de lo que me hace auténtica y siento que es una marca que para mí representa eso: ¿quién eres tú?, ¿a dónde vas?, ¿por dónde quieres ir? Entonces, aproveché para expresarme libremente. No tenía un plan, me dediqué a experimentar, y la experimentación es muy importante para mí. Fue chévere trabajar con alguien que reconoce que soy una muy buena artista y que pueden confiar en mí porque le voy a dar el resultado más auténtico, más bonito. 

Volcánicas: En la audiencia de Volcánicas, muches son jóvenes caribeñes, migrantes, latinoamericanes, con conciencia social y por supuesto, muchas de ellas y elles te admiran y siguen tu trabajo. ¿Qué les dirías? 
Lido: Les diría que continúen en la incomodidad. Qué bonito que se sientan incómodas. Todo es incomodidad y para mí tenemos que estar conscientes de esa inconformidad. Así que sigan esa voz que no les hace sentir completamente en paz, porque ahí comienza el camino para descubrirse y encontrarse. Cuando nos encontramos, encontramos también un camino y somos más difíciles de manipular. Nos dijeron desde pequeñas, desde el nacimiento, que solo tenemos que estar calladitas y todo va a estar bien, así que si ves algo, no digas nada. Por eso siento que es muy importante la plataforma que ofrece Volcánicas porque promueve el inconformismo. Así que alegrémonos de no estar cómodas que eso es lo peor que nos puede pasar. Entre más conocimiento, más poder. Y entre más inconformismo, más capacidad para cambiar esa incomodidad.

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