mayo 12, 2021

LAS DENUNCIANTES RESPONDEN

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Les preguntamos a algunas de las denunciantes qué las motivó a hacer sus denuncias públicas y qué sienten ante el fallo de la la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá. Estas son sus respuestas:

Adriana

Caso Bogotá

Volcánicas: ¿Qué te motivó a hacer esta denuncia periodística?

Adriana: Yo no sabía muy bien qué hacer después de lo que pasó. Estaba muy impactada. Hablé con un abogado que me dio muchas seguridades, pero yo no estaba lista para un proceso tan largo y desgastante como un proceso penal. Lo pensé un montón, pero Colombia es un país demasiado machista y no quería exponer mi vida en un juicio. No quise poner en riesgo mi salud mental y que mi vida se volviera esto. Además, estaba el tema de la plata para el abogado, plata que no tengo. Dudé mucho antes de hacer la denuncia con el artículo, pero me parecía injusto que ese man estuviera por ahí abusando de su poder. Me pareció que hacerlo era lo correcto.

Volcánicas: ¿Qué opinas y cómo te sientes con respecto al nuevo fallo de la tutela que obliga a las periodistas a ampliar la información del reportaje? 

Yo pensé que ya estaba superando esto, pero lo que pasó con el fallo me mostró que no. Han sido días demasiado duros, me he sentido como fuera de mi cuerpo, me

cuesta mucho concentrarme en el trabajo y he pensado hasta en matarme. Volví a

sentir el abuso de poder otra vez. Cuando salió el artículo, todo fue un circo. Toda la gente opina, pero no entiende lo que le está pasando a uno. Para ellos es pasajero, pero para uno no. No quiero que mi vida se vuelva comidilla de conversaciones. Si eso pasa con un artículo, ¿cómo sería con una demanda legal? El fallo de la tutela es una prueba de que era mejor proteger nuestra identidad. Con lo que está pasando afuera con el #MeToo, yo pensé que iba a ser diferente, pero pareciera que este país no está listo para esta discusión.

Beatriz

Caso Nueva York

Volcánicas: ¿Qué te motivó a hacer esta denuncia periodística?

Beatriz: Siempre tuve miedo de salir a hablar públicamente. Las razones sobran y desde que este reportaje salió, no he hecho sino comprobar que todos mis miedos estaban más que fundados. Decidí contarle a mis amigos más cercanos y poco a poco fui encontrándome con la sorpresa de que yo no era la única. Recuerdo una persona que me dijo: “Ciro es así”, justificando su comportamiento. 

El miedo se hizo pequeño cuando un día una amiga me contó que el señor Ciro había invitado a una amiga suya a tomarse un café, los dos, solos. Su amiga no tendría más de 24 años y estaba empezando en esta industria. Entonces lo único que pude sentir fue pánico y un profundo sentimiento de angustia; si esto no se hacía público, ¿cuántas mujeres más tendrían que verse acosadas sexualmente por este señor? ¿Y si él seguía utilizando su estatus de “director Colombiano nominado a los Oscar” para acosar mujeres y ganarse su confianza? Imaginé mil veces cómo se repetía lo que me pasó esa noche, la sensación de culpabilidad, de vergüenza absurda que se queda en uno por quedarse callado. 

Y entonces tomé la decisión: decidí salir en este reportaje, porque me dije a mí misma: “Al menos la próxima vez que este señor Ciro le pregunte a una mujer que está sola, si puede dejarle de camino en el Uber-taxi- automóvil, esa mujer sabrá con quién está lidiando y no lo dejará entrar al automóvil con ella. Si este señor Ciro invita a una mujer a su casa a tomarse un café para hablar de la industria, esta mujer sabrá a la casa de quién se está metiendo. Lo hice porque la culpa no me dejaba quedarme callada, porque quería que todas las mujeres de esta industria, de cualquier parte del mundo, supieran a lo que se atenían si se quedaban solas con este personaje, lo vulnerables que quedarían. Lo hice porque me cansé de que una mujer siempre tenga que tener miedo de hacerse respetar, me cansé de que muchos hombres de esta industria crean que pueden abusar de su posición, de su poder para amedrentar. Y me cansé de ver cómo otras mujeres también usan su posición para, en lugar de proteger, cuidar y alzar la voz,  justificar estos comportamientos entre sus colegas.

Volcánicas: ¿Qué opinas y cómo te sientes con respecto al nuevo fallo de la tutela que obliga a las periodistas a ampliar la información del reportaje? 

Beatriz: El año pasado fue un año duro y difícil, y a eso le tenemos que sumar este nuevo fallo. Verse completamente expuesta, de nuevo, en todos los medios de comunicación del mundo, leer a los que creía que eran mis “amigos” dando declaraciones públicas, haciéndose los que no sabían lo que pasaba, cuando de primera mano supieron de mi incidente, sabían que era yo, su “amiga”, una mujer de carne y hueso. Yo leí todo, cada uno de sus comentarios crueles, leí las historias de todas esas personas de la industria que cuestionaban la gravedad de lo que me pasó, y entendí que Colombia es un país que sufre una terrible enfermedad que les afecta la empatía. Si esto les hubiera pasado a sus hermanas, novias o hijas, ¿sería diferente la historia? ¿Les seguiría pareciendo exagerada?

Los primeros días fueron los peores. No dormía más de 2 horas al día, me levantaba y lo primero que hacía era leer los artículos, las historias, los comentarios que iban saliendo para irme actualizando de lo que pasaba. Cada día era un día de mayor ansiedad. Recuerdo en particular unos artículos de “periodismo” que salieron en unos medios de comunicación cuestionables, donde hablaban precisamente de mi caso, como si fuera cualquier cosa, como si fuera bruta o algo porque lo dejé entrar al Uber, o porque no le pegué una cachetada. 

Mi psicólogo me remitió a un psiquiatra, perdí 11 libras. Lo más absurdo es ver todos sus comentarios diciendo que esto lo hacemos por dinero, déjenme decirles algo del dinero: cada consulta con mi psiquiatra me cuesta 350 dólares. En julio, agosto y septiembre tenía que tener consultas varias veces al mes. Desde julio 7 de 2020 estoy medicada con 3 tipos de medicamentos: Prozac, Clonazepam y Alprazolam. Esto me ha costado también dinero.

Ahora, casi un año después, he pasado un proceso largo de terapia, no solo con la psiquiatra, sino con todo tipo de terapias: reiki, meditación, workshops, terapias alternativas, astrología… y me ha costado mucho finalmente empezar a sentirme bien de nuevo. Me ha costado mucho volver a confiar en las personas a mi alrededor. Ahora, gracias a esta decisión de volver a revictimizarnos, de volver a pasar por el mismo proceso de hace un año, solo puedo sentir de nuevo una profunda ansiedad y temor. Y ¡ojo! Pruebas hay. Las tengo, y muchas. Existen. Así que cumpliremos con el fallo, pero que por favor entiendan el peso que este tipo de decisiones traen en nuestras vidas y en el futuro de los derechos de la mujer. ¿Qué mensaje estamos enviando a todas las otras mujeres que han sufrido de acoso sexual? ¿Qué precedente estamos mostrando con este fallo? ¿No les parece que estamos incitando al miedo a todas aquellas que quieren denunciar?

Y a todos aquellos que dicen y exigen que revelemos nuestra identidad… ¿De verdad esperan que nos podamos sentir seguras de tener una vida normal después de hacerlo? Si tan solo siendo fuentes protegidas el escarnio público ha sido desagradable e indignante. Al ver que en un país como Colombia a algunas personas les duele más perder su prestigio cinematográfico de una persona que la dignidad de sus mujeres, prefiero mantener mi identidad protegida. Porque yo sé quién soy y sé lo que soy, entiendo el tamaño de mi corazón y mi valor como ser humano. Yo sé lo que me paso, y con el tiempo entendí que éramos una sociedad enferma cuando justificamos al agresor y culpamos a la víctima por pensar que un hombre que uno cree conocer lo puede agredir a uno su cuerpo, su integridad. Porque aquí, y en cualquier parte del mundo, NO ES NO. 

A Matilde y Catalina, solo puedo decir que su valentía, su profesionalismo, su enorme corazón y su tremenda empatía son un ejemplo para todas las mujeres y hombres del mundo. Que su amor por la causa me dio las agallas para entender mi valor como mujer, que su papel y lápiz han sido el arma más poderosa para combatir los años de machismo que se apoderaron de mí y que dejaron que me sintiera menos por ser mujer. Ellas me enseñaron con este reportaje que juntas somos más. Finalmente entendí que lo que me pasó esa noche no era una “torpeza de conquista”, como muchos dijeron, sino que fue un acoso sexual. Que me tocaron en contra de mi voluntad en partes de mi cuerpo que no quería que me tocaran, y yo pensé que era normal, porque la sociedad me enseñó que eso era algo normal que los hombres hacían y que era mi culpa por haberlo dejado entrar al Uber o haberme puesto un vestido. Gracias por proteger mi integridad, contra viento y marea, sabiendo todo lo que podría pasar.

Gabriela 

Caso Berlín

Volcánicas: ¿Qué te motivó a hacer esta denuncia periodística?

Gabriela:  Lastimosamente, esta no es la única situación de acoso que he vivido y cuando vi la oportunidad de hablar no lo dudé. Muchas de nosotras fuimos criadas con la idea de que este tipo de actitudes de parte de los hombres son parte del día a día, y que somos nosotras las que debemos bajar la cabeza, cambiar de forma de vestir, mejorar nuestro tono de voz, ser “más directas”, no quejarnos tanto, saber con quién meterse, no estar solas, tener un hombre que nos cuide, etc. 

Me tomó unos años entender que lo que había pasado no debió pasar. Me tomó unas cuantas conversaciones para entender lo incómoda que me había sentido y me tomó un par de meses, si no todo el 2020, recuperarme del miedo de haber tomado la decisión de denunciar. ¿Por qué soy yo, somos nosotras, las que tenemos que tener miedo a denunciar? ¿Por qué somos nosotras las que tenemos que aprender a convivir con la ansiedad? ¿Por qué somos nosotras las que nos tenemos que avergonzar? ¿Por qué somos nosotras las que tenemos que EXPLICAR? ¡NOSOTRAS! 

Ya es hora de que esto cambie. Si yo hablo hoy y cuento mi historia, seguramente alguien más lo hará y así nos volveremos una bola de nieve imparable. Lo hice porque estoy convencida de que esta es una de las formas de reeducar a todxs lxs que creen que somos nosotras las que debemos callar. Lo hice porque el/la que está leyendo estas líneas debe saber que no está bien el abuso, que eso no es parte del día a día y qué hay formas de evitarlo. 

Hoy hablo para que la vergüenza, la incomodidad y el miedo que sentí en ese momento no hayan sido en vano. Para que mi experiencia les ayude abrir los ojos a los que no quieren ver. Para que las que estén viviendo algo similar sepan que no están solas y sepan que hay otras vías de denuncia. Hoy hablo para que el verdadero culpable explique, se avergüence, se incomode y sienta el miedo que todas sentimos. Hoy hablo para liberarme, para dejar un peso que no es mío y que llevo cargando 7 años.

Volcánicas: ¿Qué opinas y cómo te sientes con respecto al nuevo fallo de la tutela que obliga a las periodistas a ampliar la información del reportaje?

Gabriela: Cuando me enteré de la nueva situación, el miedo de tener que recordar y tener que pensar en cada detalle con cuidado volvió. Ahora, aparte de miedo, siento rabia. Rabia contra la sociedad que no es capaz de creer cuando tantas mujeres diferentes hacemos ocho denuncias de acoso y abuso sexual. Rabia contra Guerra porque ahora debo llevar en mi corazón y en mi memoria la incomodidad de ese día, y repetir cada detalle para convencer a alguién de que lo que viví fue en serio. ¿Acaso no se dan cuenta del problema que hay detrás de la revictimización de las mujeres? Pienso en la falta de protección por parte del Estado a las mujeres víctimas de acoso y abuso sexual. Este fallo me hace pensar que nuestra voz no es suficiente. Que mi experiencia y la de las otras chicas no es suficiente. Que mi miedo y ansiedad no son suficientes. Que los años de silencio no son suficientes. Entonces les pregunto: ¿qué es suficiente? ¿Hasta qué punto debemos llegar para que esto cambie? La denuncia que hicimos es suficiente y creo que este fallo solo aleja a todas esas personas que quieren buscar justicia y hacer oír su voz.

Daniela 

Caso Ciudad de México

Volcánicas: ¿Qué te motivó a hacer esta denuncia periodística?

Daniela: Lo que me motivó a hacer esta denuncia periodística fue el hecho de que no quiero que le vuelva a pasar a ninguna otra mujer una situación en la que tenga que ejercer su fuerza física para quitarse a un hombre de encima, como me pasó a mí. Un “no” debería ser suficiente. Tristemente, este comportamiento es mucho más común de lo que imaginamos en el medio audiovisual, y, peor aún, hemos normalizado que personas con cierto “poder” en la industria tengan el “permiso” de hacerlo. 

Fue alarmante encontrar a algunas mujeres cercanas (con las que uno comenta algo tan íntimo) con historias similares o peores en un círculo social tan estrecho. Esto me hizo hacerme varias preguntas. ¿Cómo es posible que haya pasado tantas otras veces a distintas personas a lo largo del tiempo y que mucha gente sepa y nadie haga nada? ¿Por qué? ¿Porque estamos hablando del “cineasta más grande de Colombia”? ¿Eso le da derecho a abusar física y/o sexualmente de alguien? ¿Su talento basta para que todo un gremio lo defienda ante un abuso? ¿De verdad importa cómo haya ido vestida esa noche? Que me guste bailar, ¿da permiso a que alguien me bese a la fuerza y me toque? Si esto se siente tan mal, ¿por qué estamos tan acostumbrados a ver, escuchar o saber sobre este comportamiento y a aceptarlo dentro de nuestra “normalidad”? 

Creo que este es un tema del que es necesario que hablemos, que dejemos de justificar a personas por su talento o sus logros, y que si somos testigos de este tipo de comportamientos, que finalmente terminan siendo un abuso de “poder”, seamos capaces de denunciarlo. 

Volcánicas: ¿Qué opinas y cómo te sientes con respecto al nuevo fallo de la tutela que obliga a las periodistas a ampliar la información del reportaje? 

Daniela: Siento mucha impotencia. Hablar de este tipo de situaciones no es fácil, arriesgarse a hacerlo públicamente no es fácil. Es muy doloroso que se ponga en duda tu verdad después de una experiencia así. Si ha sido emocionalmente complejo haber hecho pública mi historia de manera protegida, no quiero imaginarme cómo me estaría sintiendo psicológicamente si en el artículo estuviera mi nombre. Y esto precisamente explica por qué la mayoría de las víctimas de acoso y abuso sexual prefieren guardar su identidad. Nadie quiere vivir con estigmas, etiquetas u opiniones de una sociedad machista y patriarcal. Por eso siento que es desconcertante el fallo de la tutela, creo que va en contra del periodismo de nuestro país, de los cambios necesarios para que el gremio audiovisual sea un espacio laboral sano y justo.

Eliana

Caso Bogotá

Volcánicas: ¿Qué te motivó a hacer esta denuncia periodística?

Eliana: Cuando decidí hacer la denuncia a través de un artículo de prensa, lo hicimos porque sabíamos que si lo hacíamos independientemente y con las herramientas legales, lo más probable es que no pasara nada, como ocurre en la mayoría de los casos en Colombia. Buscar hacerlo público fue nuestra manera de parar a Ciro, porque sabíamos que seguía buscando mujeres, muchas actrices, para hacerles lo que nos hizo a nosotras. El afán era que ellas supieran que tenían que tener cuidado y que no aceptaran esa cita, esa salida a bailar o esa invitación a su casa, sin saber a qué se exponían. 

Volcánicas: ¿Qué opinas y cómo te sientes con respecto al nuevo fallo de la tutela que obliga a las periodistas a ampliar la información del reportaje? 

Eliana: Sabemos que hay más víctimas, conocemos a algunas de ellas, sabemos de gente que conoce otras con historias similares a las nuestras. El problema es que el miedo sigue pesando más que las ganas de denunciar. Pero a mí, personalmente, no me cabe duda de que al final Ciro va a terminar en la cárcel. Ojalá. Después de él vienen muchos otros abusadores que espero que también caigan. De todas maneras, creo que ya es mucho lo que a las actrices y mujeres de la grabación nos ha beneficiado esta denuncia, siento en el set mucho más respeto y cuidado para con todas nosotras, así sea por miedo a ser denunciados. Yo me siento más segura. 

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5 thoughts on “LAS DENUNCIANTES RESPONDEN

  1. ¿A qué se refiere con una sociedad machista?, ¿a una sociedad que por regla no le cree a la mujer?, ¿a una sociedad que no parte de la premisa: “la mujer no miente, el hombre sí”? ¿Tan moralmente superiores a nosotros se sienten, señoras feministas?

  2. Gracias por su profesionalismo. Por su SOLIDARIDAD ANTE ESTOS LAMENTABLES “PRESUNTOS” CASOS DE ACOSO Y “PRESUNTA” VIOLENCIA SEXUAL a estas mujeres por parte de ese “señor”. Conocí todo esto tan maluco en Zona Franca hoy ¡GRACIAS VOLCÁNICAS! Por seguir en la lucha de la equidad, el respeto y la dinificación de la mujer.
    DIOS LAS BENDIGA Y SUS VIDAS Y TALENTOS SEAN PA’ RATOOO

  3. ¡Grandes! Les creo a todas ellas y a todas las mujeres que denuncian, porque hacerlo no es fácil y tampoco es invento que esto pasa. Me da rabia que esto les haya pasado y que las cuestionen, pero estamos juntas en esto.
    Muchas fuerza para todas las periodistas de Volcánicas y para las denunciantes.

  4. muchas gracias porque con su valor como mujeres y como ciudadanas hacen público el acoso sexual y contribuyen a crear una pedagogía que coloca en el centro la dignidad y la integridad de las víctimas.

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