Después de 15 años de la violación, 6 desde la primera denuncia formal, una causa judicial con muchos reveses que pasó por tres países (Nicaragua, Argentina y Brasil), luego de ciento de pericias, informes, testimonios en sedes judiciales y extrajudiciales y otras dos historias de acoso sexual que tienen al mismo actor como protagonista; Juan Darthés fue condenado a 6 años de prisión por “estrupro” contra Thelma Fardín. El Tribunal Regional Federal de San Pablo revocó, este 10 de junio, el fallo de primera instancia que lo había absuelto. No irá preso de inmediato porque la decisión judicial todavía no está firme y, de seguro, su abogado apelará. De confirmarse la condena, el actor podrá trabajar pero deberá volver a dormir a la cárcel todas las noches.
Justicia no es sinónimo de condena ni de cárcel, pero este fallo es una respuesta excepcional, una isla en un continente de impunidad. En Argentina, según datos de la UFEM, Fiscalía especializada en violencia contra las mujeres, sólo el 15,5% de denuncias por delitos contra la integridad sexual llega a sentencias condenatorias. La tasa de condena por violación en Brasil apenas alcanza el 1%, de acuerdo a números de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). Los fallos judiciales pueden ser mensajes sociales poderosos, que marcan precedentes, y esta decisión de la justicia brasileña es histórica para toda América Latina y el Caribe, por la trascendencia regional que tuvo este caso y cómo se involucraron tres poderes judiciales.
“Quiero que este sea un mensaje de esperanza para todas las personas que están sufriendo abusos por más poderosas que sean las personas o malvado que puede ser el sistema. Que esta sea una luz para que lo cuenten”, dijo la actriz en una conferencia de prensa urgente a la que convocó Amnistía Internacional. Cada vez que Thelma Fardín habla lo hace con una entereza, empatía y lucidez que conmueve.
Ella tiene plena conciencia de lo que su historia representa: del otro lado, escuchando o viéndola están quienes conviven con la violencia y el abuso todos los días. Su testimonio fue un hito en 2018: la noche que se hizo público su relato y los días que siguieron, las denuncias y pedidos de ayuda en situaciones de abuso o maltrato aumentaron un 1200%. «¿A dónde van a llamar esas personas hoy con la Línea 144 desmantelada?”, se preguntó ante el vaciamiento que atraviesan las políticas de género y la reciente eliminación definitiva del ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad en el gobierno de Javier Milei.
Thelma hoy tiene 31 años. Tenía 16 años cuando Juan Darthés, que casi la triplicaba en edad, entró a su cuarto de hotel en un país que ni la adolescente ni él vivían; la besó a pesar de que ella le dijo que no; le corrió el short que llevaba puesto, le practicó sexo oral, mientras ella decía que no; la penetró con dos dedos de su mano y con su miembro, mientras ella repetía: no. El hombre sólo frenó cuando golpearon la puerta.
Thelma Fardín estaba en los inicios de su carrera como actriz. Era parte de una tira televisiva juvenil que se había convertido en un éxito, “Patito feo”, y por eso estaban de gira por Nicaragua con un show teatral. Él ya era un actor consagrado: galán de telenovelas y cantante de tangos, para sumarle más al prototipo de morocho argentino. Él, además, era uno de los pocos adultos responsables a cargo de un elenco de niños, niñas y adolescentes. En el proceso judicial el actor se defendió culpandola: dijo que fue ella la que se metió en su habitación, que le pidió tener relaciones, que él quiso frenarla diciéndole que tenía dos hijos de su edad. ¿Cómo un hombre de 44 años no pudo frenar a una adolescente de 16?
«Nunca busqué venganza ni represalias. Lo que siempre quise fue rescatar a esa nena de 16 años y darle una reparación», dijo la actriz ayer, acompañada por Carla Junqueira, su abogada ante la justicia brasileña, Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina; y Martín Arias Duval, abogado ante la justicia argentina. Thelma estaba sonriente, por momentos la sonrisa le ocupaba la cara. Aunque siempre transmitió paz en sus intervenciones públicas, ayer le sumó una chispa de alegría inédita, inesperada.
Un camino de insistencia
La primera denuncia de Thelma Fardín contra Juan Darthés fue en 2018. La actriz presentó su historia al sistema judicial de Nicaragua, donde ocurrieron los hechos. La causa comenzó como “abuso sexual agravado”. El actor se refugió en Brasil, de donde es oriundo, para no ser extraditado. Por eso el expediente se trasladó de Nicaragua a la Argentina y luego a Brasil. Esto significó esfuerzos conjuntos de los sistemas de administración de justicia de cada país, viajes a cada país para Thelma Fardín y un equipo de abogados para cada una de estas naciones. Este esfuerzo sólo fue posible gracias a las organizaciones feministas y de derechos humanos que la acompañaron como Amnistía Internacional.
El juicio comenzó el 30 de noviembre de 2021. En mayo de 2023 el Séptimo Juzgado Penal Federal de San Pablo lo absolvió en primera instancia, por el beneficio de la duda. En junio de ese año, fue ratificada la absolución. Pero la abogada de Thelma Fardin apeló y el actor terminó condenado en segunda instancia a 6 años de prisión, que es la pena mínima estipulada en Brasil para el delito de violación.
Ahora el actor tiene un plazo de 10 días para recurrir esta sentencia. Puede pedir la ampliación del Tribunal y así se sumarían otros tres jueces a los tres que ya dieron su voto. Estos jueces pueden volver a escuchar a las partes en una audiencia y ahí resolver. Si siguen las apelaciones por parte del equipo que defiende al actor, el caso podría llegar al Superior Tribunal de Justicia de Brasil.
La decisión de la justicia brasileña demuestra que en los casos de violencia sexual aunque no haya otros testigos, se puede llegar a una condena y así evitar que el hecho quede impune. Mariela Labozzetta, titular de la UFEM, que acompañó a la actriz en búsqueda de justicia dijo en la red social X: “el valor probatorio que tiene la coherencia entre el testimonio de Thelma y los otros testigos, además de los peritajes que acreditaron el estrés postraumático”. Es un fallo que rompe prejuicios: se desecha “el preconcepto de que la única prueba puede ser otro testigo ocular”.
«Recibí muchísimos ataques, pero eso no me hizo claudicar», dijo la artista. El derrotero judicial que tuvo que atravesar Thelma Fardín también estuvo minado por agresiones, campañas de desprestigio, información falsa, hostigamiento y amenazas directas a ellas y todas las personas que la rodearon en este camino. Las periodistas feministas fuimos blanco de esos ataques.
Luciana Peker, estuvo desde el comienzo con la actriz, la primera en contar su historia y también en tejer redes de acompañamiento para que ella pudiera transitar la ruta judicial. Todavía tramita una causa en la que se investigan amenazas hacia ella. ¿Por qué hay un enjambre de amenazas, noticias falsas y hostigamiento que se sostiene de 2018 contra Thelma y las personas que la rodean? La respuesta es lo que viene y esto va más allá de Juan Darthés. De confirmarse esta condena, seguramente habrá más personas, empresas, productoras audiovisuales que tendrán que dar cuenta por lo sucedido hace 15 años cuando un grupo de niños, niñas y adolescentes que eran un éxito estaban a cargo de un hombre hoy condenado por violación. Este fallo es esperanza y abre el camino de la reparación. La palabra de Thelma Fardín le ganó la pulseada a la impunidad.