enero 8, 2024

La era del placer: de por qué el gozo es un llamado decolonial

El placer hace parte de las resistencias decoloniales. Así lo celebra la cantante Janelle Monae.

COMPARTIR ARTÍCULO
Compartir en Facebook Tweet Enviar por WhatsApp Enviar por WhatsApp Enviar por email

En realidad, lo erótico ofrece un manantial de fuerza inagotable y provocadora.

Audre Lorde. 

Sin lugar a dudas hablar de placer puede llevarnos a lugares incómodos, puede incluso hacernos sentir culpa o sentir que es un lugar inapropiado, poco importante. No obstante, estas nociones que nos llevan a asociar el placer con algo sucio o secundario tienen unas profundas raíces coloniales y un arraigo en la modernidad capitalista. Pensar en el placer como un derecho o como un espacio que se puede habitar porque sí, es algo que nos ha sabido quitar el sistema. Pensamos que el placer es algo a lo que tenemos que llegar, algo que no se da sin mérito, sin que primero debamos ganarlo. Pensamos en comer, dormir, tener sexo, cocinar, charlar, hacer ejercicio como tareas, como deberes; se pueden hasta transformar en verdaderos dolores de cabeza. Cualquiera de las actividades mencionadas previamente debe tener un resultado determinado o no sirve: no comemos por gozo, no dormimos por gusto, no tiramos por indulgencia, no cocinamos por miedo a equivocarnos; dejamos atrás el placer de hacer las cosas porque sí. 

Hoy por hoy entendemos que muchas comunidades no blancas han puesto el placer en el centro de sus filosofías y conversaciones como un llamado a la hermandad, la resistencia y la decolonialidad. Tal llamado ha sido acogido por Janelle Monae que lanzó su nuevo álbum Age Of Pleasure (La era del placer) el pasado nueve de junio. La artista negra y no binarie (quien usa pronombres ella/elle) nos increpa desde su música y sus vídeos a ver el placer como un estilo de vida que no podemos obviar si queremos vidas contestatarias y plenas, en especial como personas negras de la diáspora africana. 

Monae retrata en sus videos fiestas bajo un lente utópico, amoroso y seguro donde las personas negras maricas pueden ser y estar.

Al igual que la artista afroestadounidense, otras personas negras se han cuestionado el rol que tiene el placer en la construcción de ópticas antirracistas. En su texto Erotismo y feminismo: porque la revolución es sexy, la escritora afrocolombiana Valeria Angola asegura algo que no podemos perder de vista en este análisis: “Mi sensualidad es ancestralidad. Mi cuerpo es resistencia y su movimiento es revolucionario. Lo erótico es poder, según Audre Lorde. Para Assata Shakur, la revolución es sexy. El gozo y el placer serán las armas más potentes”.  Y así también lo busca decir la artista no binarie, pues al hablar con Zach Campell sobre la producción visual de Lipstick lover  nos explica que es muy importante que fuera de las situaciones con las que tenemos que lidiar las personas negras y maricas, tengamos también lugares donde podamos simplemente ser y sentirnos a salvo. 

Lipstick lover se centra mucho en la experiencia de personas fem que aman o se sienten atraídas por otras personas fem, pero lo hace con una mirada que no busca la hipersexualización de quienes participan de dicho deseo; sino que busca exaltar la libertad que deberíamos tener sobre nuestros cuerpos y anhelos. Podemos ver que es el caso con el mostrar pezones sin censura (algo que igual Youtube no permite). Monae ha expresado en numerosas ocasiones su disgusto por la censura y aboga de manera constante por abolirla. Deberíamos tener libertad a la hora de vivir en nuestros cuerpos, sin cargar con el peso de los prejuicios de otras personas sobre la desnudez, la sexualidad o el gozo. 

La artista también hace referencia a generaciones anteriores y le cuenta a Campell lo siguiente: “Recuerdo que lloré justo cuando grabamos esa escena con ella (imagen inferior), porque en todo lo que podía pensar eran mis ancestres y todo lo que tuvieron que padecer solo para sobrevivir”.

Y es que ni el gozo, ni el placer, ni el sexo son solo para cuerpos jóvenes, delgados, hegemónicos y esto lo recalca mucho la cantante con las icónicas escenas de su nuevo disco. Podemos también ver que este espacio afrocentrado se preocupa por retratar la alegría de lo colectivo y el disfrute que hay detrás de poder sentir que un espacio es seguro de habitar. Ella misma señala que en las famosas fiestas que organiza, que han sido inspiración para sus producciones visuales, son espacios donde reina el consetimiento, la libertad y la ternura, espacios especialmente curados para gente negra marica. Monae entiende que crear espacios colectivos hace parte de un estilo de vida revolucionario.

En su vídeo de Waterslide  la apuesta por mostrar corporalidades que no son hegemónicas es más notoria. Muchas personas que hablan de gordofobia nos han enseñado sobre las intersecciones que existen entre el odio por la gente gorda o la gordura y el racismo. Por eso ver vídeos en que las personas negras gordas son sujetos de deseo es un camino para ver que el placer no depende de nuestra apariencia y que cada persona merece ser deseada y desear, cada persona merece de manera radical disfrutar de su existencia sin ningún tipo de asterisco. Celebrar el cuerpo es el lema del que se abandera Monae en esta propuesta. 

También son más evidentes las expresiones de género que no se limitan a los binarios en Waterslide. Y es que el género ligado al sexo es una de las luchas decoloniales que se mantienen hasta hoy. No hay sexo sin racialización, diría Iky Yos Piña y la cantante afroestadounidense, siendo una persona de género cuir (queer), insiste en representar el placer fuera de estamentos cisheteronormados y patriarcales. Quienes seguimos la carrera de Monae sabemos que antes de enunciarse como una persona no binarie sus estéticas preferidas eran andróginas o masculinas; lo cual hace que su presentación leída como fem sea tan rebelde, pues es ella misma quien nos dice: las reglas las pongo yo. 

Pensar en el placer como parte de las acciones decoloniales nos puede llevar a tomar pasos que también acompañen luchas políticas, es más, puede llevarnos a comprender que no hay política sin placer. Podríamos colectivamente entender el poder detrás de las enunciaciones que vemos en los vídeos de Janelle Monae. Si empezamos a dejar de fraccionar o relegar el placer a momentos designados por el sistema como tiempo libre veremos revoluciones cotidianas y contundentes. El placer no debería ser un paréntesis en nuestra vida. Bien lo decía  Lorde: “el puente que conecta lo espiritual y lo político es precisamente lo erótico, lo sensual, aquellas expresiones físicas, emocionales y psicológicas de lo más profundo, poderoso y rico de nuestro interior, aquello que compartimos: la pasión del amor en su sentido más profundo”. 

COMPARTIR ARTÍCULO
Compartir en Facebook Tweet Enviar por WhatsApp Enviar por WhatsApp Enviar por email
  • Me indigna
    (0)
  • Me moviliza
    (13)
  • Me es útil
    (1)
  • Me informa
    (4)
  • Me es indiferente
    (0)
  • Me entretiene
    (0)

Autor

  • Carolina Rodríguez Mayo

    Viajera, profesora y escritora. Literata con opción en Filosofía. Especialista en Comunicación Multimedia. Ha publicado su trabajo en revistas de colombianas como Literariedad, Sombralarga y Sinestesia. Columnista de la revista Iberoamericana Afrofeminas. Fue elegida como parte de una antología de jóvenes poetas, Afloramientos, los puentes de regreso al pasado están rotos publicado por Fallidos Editores. Su poesía ha estado en lugares como la Universidad de Brown y en el podcast Gente que lee cuentos. Produce el podcast Manifesto Cimarrón donde conversa sobre negritudes, diversidad y resistencia.

    Ver todas las entradas

Comentarios

One thought on “La era del placer: de por qué el gozo es un llamado decolonial

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados