¿Se nace poliamorose o se hace poliamorose? Para Alicia Delicia, psicóloga, educadora sexual, tallerista experta en el placer, amor y sexualidad y DJ ubicada en Bacalar, Quintana Roo, en México, son dos caminos que de todos modos llevan al mismo lugar. Cuando a los 11 años comenzó a nombrarse desde la bisexualidad, le parecía muy triste la idea de tener que escoger solamente a una persona basándose en una corporalidad, en ese entonces, cisgénero femenina o masculina, y dejar de lado el otro deseo que tenía.
Para conocer más sobre las no monogamias, los prejuicios que existen alrededor y los diversos modelos relacionales que existen conversamos con Alicia, quien además utiliza sus redes sociales para hablar de educación sexual, corporalidades diversas y sus propias experiencias en torno a relaciones no monógamas.
“A los 15 años yo estaba en una relación con muchos patrones violentos y tóxicos de la adolescencia, tenía un novio con quien andaba y cortaba, andaba y cortaba. Y en una de las que cortamos, yo me enamoré de mi mejor amiga y ella de mí”, cuenta Alicia. El ex novio regresa y le dice que quiere volver a la relación. Cuando Alicia le dice que ya está con alguien más, él le contesta: no me importa. Alicia le cuenta a su novia y ella también le responde: no me importa. Así comienza una relación con ambes. Todo era consensuado y comunicado, “fui la más feliz en esa época, no sabía que el término era poliamor”.
Lenguaje nuevo para realidades nuevas
A la monogamia también se le nombra como mono norma, un sistema en el que crecemos y que nos enseña que la única manera válida y reconocida de amar es desde la exclusividad sexual y romántica. Explicado de forma sencilla, “en la no monogamia no hay exclusividad sexual o romántica o ambas”, explica Alicia. La no monogamia por sí sola no es un modelo relacional, sino un término paraguas que incluye distintos modelos relacionales. Algunos de ellos:
Swingers: intercambio de parejas. Distintas parejas interactúan entre ellas sexualmente, pero hay exclusividad romántica, y siempre con el consentimiento y permiso de la pareja.
Relación abierta: hay exclusividad romántica. Es decir, hay una pareja central que se ama y una jerarquía, pero se hacen acuerdos que permiten que cada une tenga actividad sexual con otras personas sin la presencia de su pareja.
Poliamor: puedes tener múltiples relaciones románticas y/o sexuales. Se enfoca en que puedas construir relaciones con otras personas y que explores si te enamoras o no y así mismo, que determines la actividad sexual que quieras tener o no. Dentro del poliamor hay distintos tipos. Algunos de ellos:
- Poliamor jerárquico: puedes tener varias parejas sexoafectivas, pero hay una relación principal que puede distinguirse por tener más privilegios.
- Poliamor no jerárquico: no hay relaciones prioritarias, todas las parejas gozan de los mismos privilegios y prioridades, y todas son igual de valiosas.
Anarquía relacional: más que ser un modelo relacional es una filosofía y perspectiva de vida que no se guía desde las jerarquías. Señala que todas las relaciones, no solo sexoafectivas, sino también de amistades y familia, son igual de importantes y prioritarias.
Dentro de las no monogamias existen también términos para nombrar sus propias realidades. Un ejemplo de cómo el lenguaje se transforma en el poliamor es el término metamor, que hace referencia a la relación que hay entre el vínculo de tu vínculo y tú, es decir, lo que les une es el amor que le tienen a alguien en común. “Si yo cambiara eso en la narrativa monógama, sería la otra o la competencia. Es importante ir haciendo un lenguaje nuevo para realidades nuevas, porque si nos seguimos viendo desde las monogamias la pasamos mal”, explica Alicia. Estas categorías solo sirven si son útiles para nombrar, no para encasillar. Cada relación es única.
“Eso no es amor”
Como todo lo que se sale de la norma, existen prejuicios alrededor de la no monogamia. Por un lado, decir que eso no es amor de verdad, y por el otro, que es miedo al compromiso.
“Creo que una muestra de amor dentro de las no monogamias es el compromiso”, dice Alicia, “nadie nos dio una guía preestablecida de qué se tenía que hacer o no en el poliamor. Un montón de aspectos de la relación se deben poner sobre la mesa y negociar, hacer acuerdos y sostener esos acuerdos. Para mí hay muchísimo compromiso en eso. Hay mucho amor en sentarte y poder comunicar qué es lo que quieren en la relación. Y ante las dificultades, tener la predisposición para encontrar puntos de encuentro y resolverlas”.
Un estudio del Journal of Sex and Marital Therapy expone que uno de cada cinco adultes ha practicado la no monogamia en algún momento de su vida. Y aunque cada vez se hable más del tema, todavía hay una gran preferencia por la relación de pareja “tradicional”. Ni en la escuela, ni en la familia, por lo menos en la gran mayoría, nos enseñan que existen otras formas de relacionarnos. No hay un solo camino para desprenderse de los prejuicios que socialmente hemos aprendido, pero podemos comenzar por cuestionar la norma y sus bases.
La mono norma no es circunstancial, tradicionalmente está ligada al acto social del matrimonio que, en sus conceptos básicos, está ligado al capitalismo y patriarcado, algo que Gayle Rubin nombra en su trabajo, “El tráfico de mujeres”, como el sistema sexo/género, un “conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana” y controla la actividad sexual, sobre todo de los cuerpos con capacidad de gestar.
Con el paso del tiempo, llegó el mito del amor romántico y el matrimonio como realización y todo lo demás no importa o es secundario. “A mí me dijeron que tenías que buscar novio con ciertas características y que eventualmente la manera en la cual se muestra el compromiso es casándonos ante una institución gubernamental, una institución religiosa, la familia y la sociedad” cuenta Alicia, “y el pedo es que es super violento pensar que todes tenemos que caer en esta estructura”.
La fidelidad a los acuerdos
Se cree que la monogamia es sinónimo de fidelidad, pero más bien se refiere a ser fiel a los acuerdos de exclusividad sexual y romántica. En las no monogamias también existe la fidelidad, la fidelidad a los acuerdos que se hacen para sostener la relación. “No es como estar con quien quieras y hacer lo que quieras”, menciona Alicia, “somos personas y cada quien requiere de cuidados y ahí es donde entran las negociaciones”.
Cuando se habla de la no monogamia se suele hacer énfasis en la No Monogamia Ética (NME), para Alicia Delicia hacer esa acotación le parece innecesario, “como que si se tuviera que explicar que la no monogamia para ser válida tiene que ser ética, ¿por qué no dicen la monogamia ética? es como un apellido que solo lo meten acá, pero todas las relaciones deberían ser éticas”.
En las no monogamias también se habla mucho sobre la gestión de celos, pero la gestión de celos no es exclusiva de las relaciones no monógamas. Sin embargo, en la monogamia muchas veces los celos se resuelven desde el control. Es decir, no tienes que lidiar con los celos porque entre parejas no ven, no besan, no cogen con alguien más, porque ese es el acuerdo monógamo. Aún así, los celos pueden surgir de muchas situaciones y emociones base. En la no monogamia tienes que aprender a gestionar los celos
No hay ningún modelo relacional mejor que otro, todos implican beneficios y responsabilidades. Alicia Delicia cuenta con una serie de talleres enfocados en algunos temas, porque sí, relacionarse desde las no monogamias también implica mucho aprendizaje y responsabilidad.
Sus talleres en el orden en que los recomienda:
Saludo cordial.
Agradezco la publicación de este artículo con un tema que no tiene tanta difusión.
A quienes lo leemos nos muestra otras posibles formas de relaciones.