
Dos meses después de hacer la denuncia, en el 2019, en un municipio cercano a Bogotá, la abordaron dos hombres en una moto, la llevaron a un potrero y uno de ellos le metió un arma en la boca. Le apuntaron por detrás, la hicieron pasar por un alambrado y le pidieron que se arrodillara. Luego le pidieron que empezara a cavar un hueco, la empujaron y le metieron la cara en el hueco. “Nunca me quitaron el celular, ni me esculcaron la maleta, solo me dijeron que eso me pasaba si seguía hablando de Hollman, que me quedara callada. Que callada era mucho mejor para mí, mi mamá y mi hermana”, cuenta Natalia, una de las denunciantes de Hollman Morris, cuyo nombre ha sido modificado para su protección.
Cerca de 4 años después de haberse hecho públicas las primeras denuncias en su contra, Hollman Morris se posesionó en julio de 2023 como el nuevo subgerente de televisión de RTVC, con el apoyo del Presidente Gustavo Petro, con quien tiene cercanía. A finales de ese mismo año e inicios del 2024, salen a la luz una nueva serie de denuncias en su contra. Estos nuevos señalamientos se suman al largo historial de denuncias, formales e informales en su contra, por presunto acoso laboral, acoso sexual, maltrato y violencia intrafamiliar y económica, que se conocen desde el 2019 y, lejos de haber sido debidamente atendidas, han provocado rechazos, amenazas y hostigamientos contra las denunciantes.
Volcánicas habló con algunas denunciantes de Hollman Morris sobre las amenazas, los riesgos y el peso que han tenido que soportar después de denunciar a uno de los protegidos del presidente Gustavo Petro. Los testimonios presentados en este reportaje son el resultado de entrevistas directas que cuentan con grabaciones y fechas precisas, además de chats de soporte fechados. Estos documentos están protegidos por el secreto profesional y han sido periodísticamente editados para garantizar su legibilidad. Adicionalmente, los nombres de las personas que ofrecieron su relato fueron cambiados para respetar su privacidad y evitar represalias en su contra. Sus identidades están protegidas por el artículo 74 de la Constitución colombiana.
Amenazas y hostigamientos: lo que ha ocurrido después de denunciar
“Cuando salgo a hacer la denuncia pública empieza la oleada de amenazas. Pusimos denuncias porque ocurrieron tres hechos de amenazas graves. El primero fue el de las redes. Llamaban a mi número, me trataban súper mal y me decían que me callara, que si no, me iban a matar”, relata Natalia.
También recibió panfletos con sangre que le decían que se callara. Natalia se mudó en 2019 y a su nuevo trabajo llegó una mujer que la extorsionó bajo la amenaza de contar dónde estaba si no le daba dinero. “Varias veces llegó a donde yo estaba viviendo, me tiraba piedras, me dejaba mensajes debajo de la puerta. Llegaba a mi lugar de trabajo y pedía cosas y cuando iba a pagar, decía ‘ella lo va a pagar’ y se iba”, agrega Natalia. Esto, después de que los dos hombres la sacaran de la ciudad y la amenazaran con una pistola.
Frente a las amenazas, la Policía le dio un radio para reportarse todos los días a las 6 de la mañana y 6 de la tarde. Natalia también reportó las amenazas ante la Unidad Nacional de Protección, pero, asegura, nunca hubo respuesta. La mayoría de sus familiares se han ido del país y, ella ha tenido que ocultarse y abstenerse de participar en cualquier escenario público donde sea reconocible.
Las consecuencias de denunciar también han afectado su salud mental. Esto mismo lo asegura otra mujer que denunció a Morris: Carolina Valencia. Ella asegura que después de contar lo que vivió como secretaria de Morris a medios de comunicación de amplio alcance, tuvo un intento de suicidio. Las presuntas violencias que vivió la llevaron a ser diagnosticada con depresión y, hasta el día de hoy, continúa en terapia psicológica, psiquiátrica y bajo medicación.
El pasado 21 de junio, mientras Carolina se encontraba en su casa viendo televisión, fue atacada una piedra impactó una de las ventanas de la sala en la que se encontraba. Todavía no hay claridad sobre el responsable de este suceso ni los motivos.
Por su parte, María Antonia García, una de las denunciantes que ha ganado mayor visibilidad en el caso contra Morris, denuncia haber sufrido revictimización proveniente de las autoridades. Tras denunciarlo por acto sexual violento, la Fiscalía la citó a declarar y, dos años después, en 2022, recibió un correo donde le informaron que su caso se había archivado bajo el argumento de que la jurisdicción no correspondía a Colombia, sino a España, donde ocurrieron los hechos denunciados.
María Antonia pidió que desarchivaran la denuncia y en agosto de ese año las autoridades admitieron que sí había jurisdicción para llevar el caso pero en octubre de 2022 volvieron a archivar la denuncia. En abril de 2023 volvió a solicitar que desarchivaran el caso y al día siguiente la Fiscalía se negó a hacerlo e hizo una modificación en el delito pasando de acto sexual violento a injuria por vía de hecho, donde cambian las motivaciones del agresor, según informa María Antonia.
“El acto sexual violento está enfocado hacia el propio placer sexual del agresor, que era claramente lo que buscaba Morris al besarme a la fuerza y manosearme y no dañar mi honra y buen nombre, como lo contempla la injuria”, explicó María Antonia a Volcánicas.
Morris ha reconocido que besó a María Antonia, pero alega que fue una situación consensual donde ambos estaban borrachos. A pesar de que esa noche hubo cuatro personas, cercanas al ex concejal, que vieron lo que sucedió, ninguna ha declarado o testificado a favor ni en contra.
Asimismo, el subdirector de RTVC difundió los chats que sostuvo con María Antonia después del presunto acto sexual violento. “Ha tratado de desprestigiarme a mí para que mi testimonio no sea válido”, explica. Lo mismo sucedió con Natalia a quien negó haber conocido y aseguró que no trabajó en su equipo del Concejo de Bogotá; sin embargo, Volcánicas tuvo acceso a fotografías que demuestran lo contrario pero no se harán públicas para proteger a las denunciantes.
María Antonia agrega que la supuesta denuncia de Morris por injuria y calumnia no existió, según confirmó su abogada. “No solamente representa acoso judicial contra una víctima de violencia sexual, sino que trataba de asustarme”, dice García. En el caso de Natalia, Morris radicó la denuncia por injuria que actualmente sigue en curso a la espera de iniciar la etapa de escrito de acusación.
El pasado 13 de septiembre, la representante a la Cámara, Jennifer Pedraza, se retiró de un foro organizado por el Ministerio de Salud y moderado por Morris, pues no le habían informado que él sería el encargado de conducir la conversación.
“Me voy a retirar de este panel porque es una decepción para mí, que un Gobierno que prometió que el cambio era con las mujeres, ponga a moderar un panel de este estilo en cabeza de Hollman Morris, que es una persona denunciada en muchos espacios por violencias basadas en género”, aseguró la congresista, señalando que el gesto desconoce a las denunciantes, que aún no han sido reconocidas ni reparadas.
Ante la retirada de Pedraza, Morris respondió: “Como estamos en un foro de salud, la salud mental es importante. Muy importante.” En medio de esa intervención fue interrumpido por la congresista Erika Tatiana Sánchez, quien también se retiró tras pedir respeto por su compañera, pues se entendió que el comentario de Morris hacía alusión a su salud mental.
Después del evento, en una entrevista para Blu Radio, Morris aseguró que se refería a la salud mental de él y la de sus familiares como consecuencia de las denuncias en su contra y anunció que tomaría acciones legales en contra de quienes, en sus palabras, “lo habían calumniado”.
Morris aseguró que interpondría una denuncia por injuria y calumnia contra ella, Ángela María Robledo, Juana Afanador y Sara Tufano por, supuestamente, haberlo llamado asesino. La congresista asegura que no han interpuesto ninguna acción contra ellas y, en cambio, iniciarán un proceso formal por injuria pidiendo a Hollman Morris rectificar estas aseveraciones. “Él va a tener que probar que le hemos dicho asesino”, aseguró.
El historial de denuncias contra Morris
El caso de Natalia*: una denuncia por acoso sexual y laboral
El 28 de enero de 2019, Natalia, que trabajó como voluntaria en el equipo de Morris en 2016 y 2017, cuando este era concejal de Bogotá, lo denunció por acoso sexual y laboral. “Había días muy densos en la oficina en los que Hollman llegaba golpeando todo, decía que no quería hablar con nadie, nos tiraba la puerta en la cara, gritaba a su secretaria, le decía que era una inútil, que por eso no levantaba”, contó a Volcánicas.
A sus 19 años, cuando ella era consejera distrital de Juventud en el Concejo Distrital de Planeación Territorial, conoció a Hollman Morris, quien le ofreció trabajar con él. Al día siguiente empezó a trabajar en su despacho en el Concejo. “Me dice ‘te propongo pagarte 400.000 pesos semanales mientras tú te pones en la tarea de buscar noticias y prensa sobre la crisis de salud pública en Bogotá’”, relata Natalia. Fue un acuerdo de palabra. Ella cuenta que nunca recibió el pago que le fue prometido por Morris por el trabajo que desempeñaba en el Concejo de Bogotá. “Él a mí nunca me dio un peso cuando yo duré casi seis meses en el Concejo (…) A mí me gastaban el almuerzo los asesores”, agrega.
Tras varios meses trabajando en su despacho, inició el acoso con comentarios constantes como: “A mí me gustan las mujeres de piel morena como tú”. Lo confirma el testimonio de Carolina Valencia, exsecretaria de Morris en el Concejo de Bogotá: “Natalia fue acosada por él. Cada vez que ella entraba a su oficina, él me decía: hoy quiero comer negra”. La socióloga Juana Afanador, quien trabajó como asesora de Hollman Morris en 2019 dijo a Volcánicas: “Era evidente el acoso sexual y acoso laboral a otras compañeras de trabajo”.
Natalia recuerda que, en otra ocasión, durante un almuerzo: “me senté al costado izquierdo de Hollman. Él se golpeó las piernas con las palmas de sus manos y me dijo: ‘Siéntate acá negrita, este es tu puesto’ y yo me negué”, relata Natalia. También asegura que Hollman Morris le decía que se fuera en falda a los debates importantes del Concejo para: “distraer a todo el mundo y que votaran negativo”.
La denuncia de María Antonia de la Torre: un caso de acoso sexual
Otro de los casos que se hizo público en el 2019 fue el de la periodista María Antonia García de la Torre, mediante una columna de opinión publicada en el diario El Tiempo, titulada ‘Mujeres ardidas’, donde denunció que Morris presuntamente la acosó sexualmente y la besó a la fuerza en 2011 en un hotel en Madrid, España, cuando ella trabajaba para el diario El Mundo. García se reunió con Hollman Morris, pues estaba interesada en escribir un artículo sobre su documental ‘Impunity’. “Me agarró a la fuerza, me manoseó y me besó en la boca”, afirma María Antonia.
El acoso sexual no habría parado ahí. “Después de violentarme de esa manera, decidí irme de inmediato, tomé mi cartera, pero antes de salir, me cogió a la fuerza otra vez y me besó en una segunda ocasión”, escribió la periodista en la columna. “De pronto caemos los hombres en comportamientos machistas que tenemos que desaprender”, dijo Hollman Morris sobre las acusaciones de María Antonia en una entrevista para W Radio.
El 4 de febrero, Morris anunció que iba a denunciar a Natalia y a María Antonia García por injuria, calumnia y falsa denuncia. El 11 de septiembre de 2019, García radicó ante la Fiscalía la denuncia formal contra Morris por acto sexual violento.
El caso de Carolina Valencia: acoso laboral y maltrato laboral y psicológico
Casi dos años después de las denuncias del 2019, el 11 de diciembre de 2021, Carolina Valencia denunció a Hollman Morris por acoso laboral y maltrato laboral y psicológico ante el Comité de Convivencia Laboral del Concejo de Bogotá. En entrevista para Volcánicas, Valencia aseguró que recibió muy malos tratos por parte del exconcejal.
“Para mí tú no eres una mujer porque tú ya eres grande. Yo te puedo tratar como trato a los perros (dos miembros de su equipo)”, asegura ella que Morris le dijo en una ocasión. En otra oportunidad, según cuenta Valencia, la gritó, le dijo que no sabía hacer su trabajo, que era “bruta” y tenía “memoria de pez”. Sufría de sobrecarga de trabajo de funciones que no le correspondían, incluyendo favores de índole personal como pagar recibos de la casa de Morris, mediar sus conflictos con Patricia Casas -ex esposa de Morris-, y dar respuesta a los llamados de los colegios de sus hijos.
Tras un accidente que condujo a una incapacidad médica de tres meses, Morris la llamaba para seguirle asignando trabajo. “Yo contaba las horas para salir de ese infierno de oficina todos los días”, dice Carolina, quien asegura haber visto afectada su salud por las exigencias laborales de Morris.
Valencia también fue testigo de las violencias que han denunciado otras mujeres sobre el exconcejal. “Solía escuchar comentarios muy salidos de tono sobre mujeres de la oficina o periodistas mientras no estaban presentes, por parte de él y de sus escoltas”, añade.
Patricia Casas, la exesposa que denunció violencia intrafamiliar y económica
En enero de 2019, Patricia Casas, exesposa de Morris y madre de sus dos hijos, denunció al periodista y político por violencia intrafamiliar y económica. Casas aseguró en ese momento que durante 20 años se hizo cargo de las labores del cuidado del hogar y de sus hijos y que él era el proveedor económico. Sin embargo, tras divorciarse en 2018, Morris se desentendió del acuerdo inicial que tenían y empezó a aportar una cuota que no contemplaba integralmente la manutención de su familia, razón por la que Casas y sus hijos se enfrentaron a “cortes de luz, falta de alimento, grandes deudas y cobros jurídicos”.
Casas también narró una situación violenta que sufrió en una ocasión, cuando fue a buscarlo después de que le habían indicado que estaba con otra persona: “Ese es un episodio que no es menor, cuando estoy ahí en frente del carro, toma la decisión de lanzarme el carro, me caigo, me lastimo y lo sorprendente de todo es que nadie se baja del carro, el carro sigue”. Sumado, según lo establece su denuncia, a repetidas infidelidades y problemas con alcohol y drogas.
Tras hacerse pública la denuncia, Morris se defendió asegurando que aportaba a sus hijos más de lo que establecía la ley y que detrás de la denuncia había una“persecución política” . Para ese momento ya era oficial su candidatura a la Alcaldía de Bogotá, de la cual el presidente Gustavo Petro le pidió desistir por el proceso que se adelantaba en su contra.
En abril del 2023 este caso volvió a ser mediático tras hacerse público un video de Patricia Casas felicitando a Morris por su nombramiento como gerente de RTVC (aunque ese nombramiento no se hizo efectivo y fue en julio que se confirmó que sería el nuevo subgerente de televisión) y refiriéndose a la importancia del perdón en la sociedad. Con este mensaje dio a entender que su relación con Morris está en otro momento y según lo que se conoce, la denuncia fue archivada y ella decidió desistir; sin embargo, la denuncia de 2019 fue definitiva para que se conocieran nuevos casos.
Las denunciantes no se rinden
Los hostigamientos por redes nunca pararon y han sido sistemáticos. “He recibido matoneo en redes sociales en todos estos años”, cuenta María Antonia. De igual manera lo ha descrito Natalia: “Me escribían por Instagram, Facebook y Twitter que me iban a matar. Que todos estaban con Hollman”.
También Jennifer Pedraza ha denunciado mensajes violentos en su contra a través de sus redes sociales. “Es un hostigamiento organizado, pues usan los mismos pantallazos, las mismas palabras, lenguaje común al referirse a las denuncias. Crean una narrativa. Como por ejemplo que Morris es inocente y lo replican”, dice Pedraza.
Después de conocerse la candidatura de Hollman a la Alcaldía de Bogotá, en 2019, Juana Afanador pidió garantías a la Colombia Humana, en ese entonces movimiento político que lo representaba a él y que lideraba Gustavo Petro. “Fueron olas de ataques permanentes durante semanas”, cuenta Afanador. Esto llevó, a su vez, a una oleada de violencia política que le costó su participación en la contienda electoral a la Cámara de Representantes por Bogotá. Afanador asegura que ha existido una campaña de desprestigio contra un grupo de feministas, incluida ella, que han hecho visibles las denuncias contra Morris, como Mónica Godoy, Sara Tufano, Ángela María Robledo y Jennifer Pedraza.
“Cada vez que denunciamos algo contra Hollman, cada vez que hacemos más firmes nuestras posiciones, vuelven y se activan estos ataques que son muy organizados, sistemáticos, pero que empiezan en el 2019 y se van intensificando”, explica. Afanador afirma que vio, durante el periodo de concejal de Morris, cómo se daban órdenes para amedrentar personas a través de redes sociales: “Cuando fui asesora de Hollman Morris, por un corto periodo, vi cómo sus asesores, hombres que manejaban las redes, tenían órdenes de atacar a ciertas personas”.
En marzo del 2023, durante una rueda de prensa, este grupo de feministas informó que denunció ante la Fiscalía una serie de amenazas que recibieron a través de publicaciones de una cuenta bajo el seudónimo ‘Dragón Negro’, a quien ellas han logrado identificar como Wilmer Pinzón. “Varias veces el ‘Dragón Negro’ nos recordó que vamos a pagar por todo lo que hemos hecho, según él: arruinarle la vida a hombres con gran trayectoria política y académica”, dijo Mónica Godoy en columna para Volcánicas.
El “Dragón Negro” dice en una de sus publicaciones: “Afilaré mi katana [espada japonesa] para cuando lleguen las hordas de falsas feministas y veremos si tienen el mismo rendimiento que hace cuatro años cuando destruyeron a ese candidato [Hollman Morris] y dejar claro que esto no es ninguna venganza por lo ocurrido, pero sí será un castigo del cual nadie va a poder quitarles, debido a que será una gran marca que dejará cicatriz con el paso de los años y ninguna pomada les podrá curar eso (sic)”.
La denuncia contra Wilmer Pinzón, conocido como ‘Dragón Negro’, se había archivado por falta de documentación pero, a finales del 2023, el 12 de diciembre, la misma Fiscalía reabrió el proceso y lo tipificó como calumnia e injuria. La denuncia se encuentra actualmente activa.
El silencio del movimiento político
Los silencios frente a las denuncias de parte del mismo movimiento político del Presidente son los que más ruido hacen. En un principio, desde la Colombia Humana y actualmente, desde el Pacto Histórico que, en diferentes ocasiones, se ha atribuido luchas feministas.
“Nos han dado la espalda totalmente, nos han revictimizado y se han quedado callados durante muchos años. Nos tiene completamente vetadas”, dice Afanador. En 2019 ellas se acercaron a Petro para hacerle saber que no apoyaban su respaldo a la candidatura a la Alcaldía de Morris. La respuesta del actual Presidente fue que no había más opción. María Antonia también lo interpeló vía Twitter (X), cuando hizo pública su denuncia. Le contó lo que sucedió, pero no obtuvo respuesta. Por el contrario, este año, tras hacerse público el archivo de su denuncia, Petro celebró la decisión y aseguró que Morris había sido declarado inocente, una afirmación imprecisa y tendenciosa, pues el archivo de una denuncia no equivale a una declaratoria de inocencia.
De acuerdo con María Antonia, la respuesta del Presidente ha sido una bofetada para todas las víctimas de violencia machista que han denunciado a sus agresores. Siente que es una forma de revictimización. “Archivar un caso no es sinónimo de inocencia”, afirma María Antonia.
“El presidente ha decidido adoptar una posición en contra de las víctimas y las denunciantes para crear un ambiente hostil para la denuncia. En sus redes sociales uno evidencia una decisión de proteger a las personas denuncias que son parte de su colectividad. A nosotras nunca nos llamaron de Colombia Humana para escuchar nuestra versión de las denuncias. Nunca”, agrega Pedraza.
En total, Hollman Morris ha sido denunciado, formalmente, por cuatro mujeres: Patricia Casas, Carolina Valencia, Natalia y María Antonia García. Las acusaciones incluyen los delitos de acto sexual violento, violencia intrafamiliar y económica, acoso sexual y laboral, y maltrato laboral y psicológico. Actualmente, se encuentran activas las denuncias de Natalia y de María Antonia García, que apelará la decisión de la Fiscalía de archivar el caso.
La Casa de la Mujer, organización feminista que defiende los derechos de las mujeres desde 1982, ha acompañado cuatro casos de mujeres presuntamente acosadas por Morris, según confirmó a Volcánicas Olga Amparo Sánchez, coordinadora de esta organización. Estas denuncias no se han hecho públicas por temor de las víctimas a sufrir represalias.
Y aunque no se ha probado que exista una relación causal entre Hollman Morris y los hostigamientos a sus denunciantes, sí ha sido evidente un patrón en la persecución a las víctimas. Lo primero, es un ataque sistemático y organizado a través de redes sociales desde perfiles encargados de generar estos discursos de odio e invalidar los testimonios de las denunciantes. Asimismo, el desprestigio de las denuncias a través de la negación de las mismas o la tergiversación de los testimonios y los procesos legales acompañado de la amenaza de Hollman Morris con denuncias por injuria y calumnia, que en un caso terminó por concretarse en una denuncia que Morris sí interpuso ante la Fiscalía. Finalmente, presuntas amenazas directas, incluso físicas, a la vida y carrera profesional de las mujeres que lo denuncian.
El caso de Hollman Morris es muestra de las barreras que tienen las denunciantes para acceder a justicia y credibilidad ante hombres poderosos acusados de violencias basadas en género. “No es fácil denunciar al mejor amigo del Presidente”, dijo una de ellas. Situación que también tiene un impacto en otras mujeres que han sufrido violencias por parte de grandes políticos que abusan, de forma constante, de su posición de poder. “Hay una concentración de poder político en las personas denunciadas. Lo que esto muestra es que las denuncias son irrelevantes a la hora de repartir poder político, cargos o presupuesto”, explica Jennifer Pedraza.
El que abusadores y acosadores permanezcan en espacios de poder aún después de ser denunciados desincentiva la denuncia de quienes sufren violencias. Además, dificulta el acceso a protocolos en las instituciones para tratar violencias basadas en género y revictimiza a quienes las sufren ante los cuestionamientos y señalamientos sobre lo denunciado. Por último, abre el espacio para la desconfianza frente al Gobierno pues, a pesar de las denuncias, los denunciados son premiados con nombramientos en importantes escenarios. Se les da el lugar y el beneficio de la duda a ellos, pero no a las denunciantes.
Volcánicas intentó contactarse con Hollman Morris para conocer su posición frente a lo aquí señalado. Hasta el momento no obtuvimos respuesta.