
El 15 de mayo, más de 700 artistas, gestores y agentes culturales firmaron una carta dirigida al presidente colombiano, Gustavo Petro, en la que le piden al mandatario priorizar al sector con una agenda que responda a sus necesidades y que establezca la apuesta cultural del gobierno que desde el 27 de febrero tiene a Ignacio Zorro como ministro encargado. La interinidad del cargo aumenta la zozobra y la percepción de que el gobierno ha relegado a la cultura de su gestión, una de sus principales banderas de campaña.
Recientemente, en una comunicación dirigida al presidente, la exministra Patricia Ariza, le comunicaba su preocupación por la falta de claridad respecto al direccionamiento y la toma de decisiones en el sector, al respecto mencionó que “no se puede abandonar la cultura porque el cambio social es un cambio cultural. No se puede pensar que la cultura es una suma de eventos, de proyectos y de fotografías. Este país requiere con urgencia una profunda Reforma Cultural que permita que la paz se vuelva a colocar en el Relato de Nación y en el corazón de la gente. Una paz que no se cante, que no se pinte, que no se relate, que no se represente, se puede morir de tristeza.”
Por su parte, en la carta colectiva, artistas y gestores culturales solicitaron que se escuchen sus demandas y que se determine con claridad el rumbo del Ministerio de Cultura: “lo que hoy sucede en esta cartera no representa una visión progresista de las artes y la cultura. La interinidad dificulta la construcción de una política y no entiende los retos que las agendas del siglo XXI demandan de la cultura, ni soporta la legitimidad técnica y sectorial que muchos demandamos. Merecemos un mejor destino para nuestro sector.”
Estuvimos conversando sobre la situación actual del sector con Catalina Ceballos, antropóloga con más de 20 años de experiencia en el diseño estratégico de proyectos culturales y mediáticos y quien ha sido directora de estrategia, desarrollo y emprendimiento del Ministerio de Cultura, Subgerente de Radio de RTVC y Gerente de Canal Trece.
V: Con el más reciente revolcón del gabinete ministerial del gobierno, creo que esperábamos que hubiera un nombramiento en propiedad del ministro o la ministra de Cultura.
Es sorprendente que no haya sucedido y que continuemos, casi tres meses después, con un ministro encargado. Pareciera que los llamados del sector no han sido escuchados, ¿Cuál es tu perspectiva y por qué, aunque las razones parecieran estar muy claras, siempre la cultura queda relegada cuando fue una de las agendas que el Gobierno priorizó en su propuesta de proyecto político?
C.C: Sí, hay dos cosas por mencionar sobre lo que me acabas de decir. Uno, es el sector que tanto lo apoyó. Yo creería que ese es uno de los temas más delicados para el presidente Petro porque sin duda, y yo también lo dije en mi columna, la cultura y las artes siempre se han pensado desde un lugar mucho más socialdemócrata, liberal, progresista, por supuesto de izquierda, desde ahí varias figuras y sectores lo apoyaron abiertamente para mover masas.
Hay líderes culturales y sociales, tanto en Bogotá como en el resto del país, que llevan trabajando y jalando mucho tiempo y que le metieron la ficha. Esas mismas personas se preguntan por qué si lo apoyaron tanto, ahorita los ignora. Sigue siendo un cuestionamiento que queda en el aire y que desafortunadamente no hemos podido resolver.
Sumado a eso, en el Plan Nacional de Desarrollo, la palabra ‘cultura’ aparece en todos las páginas. Todos los planteamientos que se hacen en el Plan Nacional de Desarrollo hablan de cambios culturales. Es decir, para el presidente Petro no es una novedad que la cultura sea un eje transformador de cualquier política y que sea un trabajo intersectorial, en particular ante un proyecto que lo que más está buscando es la paz.
Por supuesto, la paz requiere de unos cambios culturales. Entonces, uno creería que realmente es un tema que sí es de interés del presidente.
Ahora, yo creo que el tema queda relegado por varias razones. Una, debo decirlo, es que esto no significa un interés para la agenda mediática, es decir, no está en la agenda nacional. Es muy preocupante que los medios de comunicación no estén reflexionando con la misma preocupación con la que reflexionan, por ejemplo, sobre el Ministerio de Minas. Tal vez porque es un ministerio con muy pocos recursos o porque esto aparentemente no tendría por qué tener escándalos de partidos, de líderes políticos y de concesiones.
Es muy raro porque el líder cultural del país sí o sí es el gobierno central, es desde allí de donde salen las políticas públicas culturales más relevantes. De ahí pueden salir políticas culturales regionales, políticas culturales locales, políticas culturales sectoriales y políticas culturales internacionales. Es decir, medios o ciudadanía en general, ¡dense cuenta de que, en efecto, la cultura es importante!
Cuando nosotros hablamos de políticas culturales nacionales, hablamos de nuestra identidad cultural nacional, de la institucionalidad, del Estado, del bienestar del ciudadano, de la democratización de la cultura, de los organismos autónomos y consultivos, de las grandes infraestructuras culturales, del servicio público, de la cultura, de la democracia cultural, de la descentralización de la cultura.
Yo creo que en lo que hemos fallado en este momento también es que pareciera que la agenda del Ministerio es el proyecto musical. Y no solo se trata del proyecto musical.
Entendiendo que la agenda del Ministerio no puede volcarse hacia un solo un proyecto, qué se sabe sobre el nuevo Plan Nacional de Arte, Cultura y Patrimonio, que fue una de esas banderas de campaña de gobierno, y en la que muchos sectores culturales confiaron?, ¿cómo ves que en este momento haya quedado este tema en pausa?
Cuando la ministra Patricia entra, y entendería que esa es la dinámica, se priorizan tanto proyectos como agenda legislativa. Dentro de los proyectos de agenda legislativa de la ministra Patricia estaba el proyecto de cambio de nombre, el estatuto laboral para el artista, un proyecto legislativo de un tema de patrimonio. Luego el ministro Zorro creo que su agenda legislativa le dio predominancia al tema de las corridas de toros.
Por otro lado, sé que se está trabajando, porque días previos a que yo saliera llegó a todas las direcciones un correo electrónico para hacer observaciones a la Ley de Cultura, que sería la prioridad para poder hacer también cambios a los planes nacionales de arte de danza y música.
Es una ley que no se está discutiendo o si se está discutiendo no se está discutiendo con el sector. O al menos de las 700 personas que firmamos la carta, ninguna de ellas ha hecho parte de ese trabajo. Es muy difícil saber si esto se está haciendo o no.
También ha sido raro como toda la comunicación se ha ido en contra del proyecto de Música del Ministro Zorro, si bien uno no puede estar de acuerdo, no creo que ese sea el problema. Creo que el problema es que el Ministerio tiene muchas más acciones, proyectos y planes que son importantes y que no se están contando de pronto porque no hay gestión.
El ministro Zorro tiene un proyecto y ese proyecto es importante para el Gobierno, pero una de las preguntas que han surgido entre los expertos y los artistas y gestores cercanos al sector es por qué todavía tenemos un ministro encargado y no nombrado en propiedad
Incluso si fuera el maestro Zorro, de quien tenemos algunas quejas sobre su agenda y sobre sus planteamientos, sería mejor para el sector saber que es él. Él en la entrevista de María Jimena Duzán dijo “yo tengo el poder que me dio el Presidente”. Sin duda lo tiene, pero estamos hablando también justamente de la comunicación, de la semántica y de las formas. Independientemente de que sea Jorge Zorro o que sea cualquiera, el encargo de manda un mensaje de inestabilidad, por más que el presidente Petro le haya otorgado al maestro Zorro todo el poder. De tal manera que, no se trata de que sea o no sea Zorro. Solo se trata de que haya un nombramiento definitivo.
Porque eso significa que el sector sabe quién es su líder, que sabe cuáles son las líneas de trabajo, que entiende cuáles son sus prioridades. La integridad es de carácter semántico. ¿Cuál es el mensaje que se está mandando con eso? Eso es lo que me preocupa. ¿Por qué no lo han hecho? No sabemos.
Catalina, con esta decisión se rompe la paridad en el gabinete. No es un secreto que es un sector que está altamente feminizado y en el que hay mujeres que han tenido una larga trayectoria en cargos directivos, como gestoras, como creadoras, como agentes culturales ¿Cómo ver este momento desde una perspectiva de género?
La maestra Patricia Ariza conformó un grupo de mujeres feministas formadas en el tema para que trabajaran con cada una de las direcciones. A lo que nos invitaban todo el tiempo era a darle un énfasis a la agenda feminista. Y ese era un trabajo que estaba promoviendo mucho la maestra Patricia Araiza, porque como sabemos es una mujer feminista.
Cuando la maestra Ariza hablaba de sus ejes transversales, estaba cultura de paz, Colombia en el planeta y en el mundo, cultura de artes y saberes para la vida y siempre decía que en las voces de los territorios, las más importantes eran las voces de las mujeres.
Eso también depende de quiénes son las personas que están a cargo. Otra cosa que hizo Patricia fue nombrar seis mujeres directoras. No es una decisión casual, ella quería que las directoras fuéramos mujeres. En este momento dos encargos son hombres.
Cuando hablamos de los protocolos se convierte en un asunto de un correo de gestión humana, vamos a hacer este protocolo, pero cómo hacemos para que las entidades del Estado se apropien de esto. Tendría que pasar un escándalo como el que pasó en Radiónica para que todo el mundo diga, esto no es así.
Para terminar, ¿cuál es el llamado para el sector, para el gobierno y qué se esperaría de lo que viene en términos del nombramiento y de la agenda del Ministerio de Cultura?
Del sector hay que decir que, como siempre, que gracias a las artes y la cultura hemos podido tener la capacidad de reflexionar, de comprender el pasado, de entender nuestra historia, de la importancia de la memoria, de interpelar de manera permanente. Es un sector que interpela, que está dispuesto al debate de manera permanente, porque es un sector cuya estructura principal es de carácter intelectual. Yo creo que el sector debe debatir, esté o no esté de acuerdo, porque el sector vive gracias a eso.
Cuando el Gobierno central no ha tenido como darles la mano para subsidiar, apoyar o promover en los territorios, la cultura se ha seguido moviendo gracias, precisamente, a la interpelación, al debate, a los liderazgos de las mujeres. El llamado al sector es a seguir interpelando, incluso cuando no esté de acuerdo.
Yo diría que para el Ministerio, no importa quién sea el ministro, pero tengamos un ministro propiedad. Y segundo, una vez esté en propiedad, no puede primar solamente un proyecto dentro de la agenda pública, sino, por ejemplo, qué está pasando con la conformación de las secretarías de Cultura en todo el país, qué está pasando con el proyecto de Cultura de Paz, cómo se va a ejecutar.
A mí todavía me quedan muchas dudas, pero creo sin duda la decisión más importante. Es que tengamos el nombramiento de una Ministra o un Ministro en propiedad.
Crisis en el sector cultura: el sector vuelve a hacer un llamado al gobierno
El 15 de mayo, más de 700 artistas, gestores y agentes culturales firmaron una carta dirigida al presidente colombiano, Gustavo Petro, en la que le piden al mandatario priorizar al sector con una agenda que responda a sus necesidades y que establezca la apuesta cultural del gobierno que desde el 27 de febrero tiene a Ignacio Zorro como ministro encargado. La interinidad del cargo aumenta la zozobra y la percepción de que el gobierno ha relegado a la cultura de su gestión, una de sus principales banderas de campaña.
Recientemente, en una comunicación dirigida al presidente, la exministra Patricia Ariza, le comunicaba su preocupación por la falta de claridad respecto al direccionamiento y la toma de decisiones en el sector, al respecto mencionó que “no se puede abandonar la cultura porque el cambio social es un cambio cultural. No se puede pensar que la cultura es una suma de eventos, de proyectos y de fotografías. Este país requiere con urgencia una profunda Reforma Cultural que permita que la paz se vuelva a colocar en el Relato de Nación y en el corazón de la gente. Una paz que no se cante, que no se pinte, que no se relate, que no se represente, se puede morir de tristeza.”
Por su parte, en la carta colectiva, artistas y gestores culturales solicitaron que se escuchen sus demandas y que se determine con claridad el rumbo del Ministerio de Cultura: “lo que hoy sucede en esta cartera no representa una visión progresista de las artes y la cultura. La interinidad dificulta la construcción de una política y no entiende los retos que las agendas del siglo XXI demandan de la cultura, ni soporta la legitimidad técnica y sectorial que muchos demandamos. Merecemos un mejor destino para nuestro sector.”
Estuvimos conversando sobre la situación actual del sector con Catalina Ceballos, antropóloga con más de 20 años de experiencia en el diseño estratégico de proyectos culturales y mediáticos y quien ha sido directora de estrategia, desarrollo y emprendimiento del Ministerio de Cultura, Subgerente de Radio de RTVC y Gerente de Canal Trece.
V: Con el más reciente revolcón del gabinete ministerial del gobierno, creo que esperábamos que hubiera un nombramiento en propiedad del ministro o la ministra de Cultura.
Es sorprendente que no haya sucedido y que continuemos, casi tres meses después, con un ministro encargado. Pareciera que los llamados del sector no han sido escuchados, ¿Cuál es tu perspectiva y por qué, aunque las razones parecieran estar muy claras, siempre la cultura queda relegada cuando fue una de las agendas que el Gobierno priorizó en su propuesta de proyecto político?
C.C: Sí, hay dos cosas por mencionar sobre lo que me acabas de decir. Uno, es el sector que tanto lo apoyó. Yo creería que ese es uno de los temas más delicados para el presidente Petro porque sin duda, y yo también lo dije en mi columna, la cultura y las artes siempre se han pensado desde un lugar mucho más socialdemócrata, liberal, progresista, por supuesto de izquierda, desde ahí varias figuras y sectores lo apoyaron abiertamente para mover masas.
Hay líderes culturales y sociales, tanto en Bogotá como en el resto del país, que llevan trabajando y jalando mucho tiempo y que le metieron la ficha. Esas mismas personas se preguntan por qué si lo apoyaron tanto, ahorita los ignora. Sigue siendo un cuestionamiento que queda en el aire y que desafortunadamente no hemos podido resolver.
Sumado a eso, en el Plan Nacional de Desarrollo, la palabra ‘cultura’ aparece en todos las páginas. Todos los planteamientos que se hacen en el Plan Nacional de Desarrollo hablan de cambios culturales. Es decir, para el presidente Pedro no es una novedad que la cultura sea un eje transformador de cualquier política y que sea un trabajo intersectorial, en particular ante un proyecto que lo que más está buscando es la paz.
Por supuesto, la paz requiere de unos cambios culturales. Entonces, uno creería que realmente es un tema que sí es de interés del presidente.
Ahora, yo creo que el tema queda relegado por varias razones. Una, debo decirlo, es que esto no significa un interés para la agenda mediática, es decir, no está en la agenda nacional. Es muy preocupante que los medios de comunicación no estén reflexionando con la misma preocupación con la que reflexionan, por ejemplo, sobre el Ministerio de Minas. Tal vez porque es un ministerio con muy pocos recursos o porque esto aparentemente no tendría por qué tener escándalos de partidos, de líderes políticos y de concesiones.
Es muy raro porque el líder cultural del país sí o sí es el gobierno central, es desde allí de donde salen las políticas públicas culturales más relevantes. De ahí pueden salir políticas culturales regionales, políticas culturales locales, políticas culturales sectoriales y políticas culturales internacionales. Es decir, medios o ciudadanía en general, ¡dense cuenta de que, en efecto, la cultura es importante!
Cuando nosotros hablamos de políticas culturales nacionales, hablamos de nuestra identidad cultural nacional, de la institucionalidad, del Estado, del bienestar del ciudadano, de la democratización de la cultura, de los organismos autónomos y consultivos, de las grandes infraestructuras culturales, del servicio público, de la cultura, de la democracia cultural, de la descentralización de la cultura.
Yo creo que en lo que hemos fallado en este momento también es que pareciera que la agenda del Ministerio es el proyecto musical. Y no solo se trata del proyecto musical.
Entendiendo que la agenda del Ministerio no puede volcarse hacia un solo un proyecto, qué se sabe sobre el nuevo Plan Nacional de Arte, Cultura y Patrimonio, que fue una de esas banderas de campaña de gobierno, y en la que muchos sectores culturales confiaron?, ¿cómo ves que en este momento haya quedado este tema en pausa?
Cuando la ministra Patricia entra, y entendería que esa es la dinámica, se priorizan tanto proyectos como agenda legislativa. Dentro de los proyectos de agenda legislativa de la ministra Patricia estaba el proyecto de cambio de nombre, el estatuto laboral para el artista, un proyecto legislativo de un tema de patrimonio. Luego el ministro Zorro creo que su agenda legislativa le dio predominancia al tema de las corridas de toros.
Por otro lado, sé que se está trabajando, porque días previos a que yo saliera llegó a todas las direcciones un correo electrónico para hacer observaciones a la Ley de Cultura, que sería la prioridad para poder hacer también cambios a los planes nacionales de arte de danza y música.
Es una ley que no se está discutiendo o si se está discutiendo no se está discutiendo con el sector. O al menos de las 700 personas que firmamos la carta, ninguna de ellas ha hecho parte de ese trabajo. Es muy difícil saber si esto se está haciendo o no.
También ha sido raro como toda la comunicación se ha ido en contra del proyecto de Música del Ministro Zooro, si bien uno no puede estar de acuerdo, no creo que ese sea el problema. Creo que el problema es que el Ministerio tiene muchas más acciones, proyectos y planes que son importantes y que no se están contando de pronto porque no hay gestión.
El ministro Zorro tiene un proyecto y ese proyecto es importante para el Gobierno, pero una de las preguntas que han surgido entre los expertos y los artistas y gestores cercanos al sector es por qué todavía tenemos un ministro encargado y no nombrado en propiedad
Incluso si fuera el maestro Zorro, de quien tenemos algunas quejas sobre su agenda y sobre sus planteamientos, sería mejor para el sector saber que es él. Él en la entrevista de María Jimena Duzán dijo “yo tengo el poder que me dio el Presidente”. Sin duda lo tiene, pero estamos hablando también justamente de la comunicación, de la semántica y de las formas. Independientemente de que sea Jorge Zorro o que sea cualquiera, el encargo de manda un mensaje de inestabilidad, por más que el presidente Petro le haya otorgado al maestro Zorro todo el poder. De tal manera que, no se trata de que sea o no sea Zorro. Solo se trata de que haya un nombramiento definitivo.
Porque eso significa que el sector sabe quién es su líder, que sabe cuáles son las líneas de trabajo, que entiende cuáles son sus prioridades. La integridad es de carácter semántico. ¿Cuál es el mensaje que se está mandando con eso? Eso es lo que me preocupa. ¿Por qué no lo han hecho? No sabemos.
Catalina, con esta decisión se rompe la paridad en el gabinete. No es un secreto que es un sector que está altamente feminizado y en el que hay mujeres que han tenido una larga trayectoria en cargos directivos, como gestoras, como creadoras, como agentes culturales ¿Cómo ver este momento desde una perspectiva de género?
La maestra Patricia Ariza conformó un grupo de mujeres feministas formadas en el tema para que trabajaran con cada una de las direcciones. A lo que nos invitaban todo el tiempo era a darle un énfasis a la agenda feminista. Y ese era un trabajo que estaba promoviendo mucho la maestra Patricia Araiza, porque como sabemos es una mujer feminista.
Cuando la maestra Ariza hablaba de sus ejes transversales, estaba cultura de paz, Colombia en el planeta y en el mundo, cultura de artes y saberes para la vida y siempre decía que en las voces de los territorios, las más importantes eran las voces de las mujeres.
Eso también depende de quiénes son las personas que están a cargo. Otra cosa que hizo Patricia fue nombrar seis mujeres directoras. No es una decisión casual, ella quería que las directoras fuéramos mujeres. En este momento dos encargos son hombres.
Cuando hablamos de los protocolos se convierte en un asunto de un correo de gestión humana, vamos a hacer este protocolo, pero cómo hacemos para que las entidades del Estado se apropien de esto. Tendría que pasar un escándalo como el que pasó en Radiónica para que todo el mundo diga, esto no es así.
Para terminar, ¿cuál es el llamado para el sector, para el gobierno y qué se esperaría de lo que viene en términos del nombramiento y de la agenda del Ministerio de Cultura?
Del sector hay que decir que, como siempre, que gracias a las artes y la cultura hemos podido tener la capacidad de reflexionar, de comprender el pasado, de entender nuestra historia, de la importancia de la memoria, de interpelar de manera permanente. Es un sector que interpela, que está dispuesto al debate de manera permanente, porque es un sector cuya estructura principal es de carácter intelectual. Yo creo que el sector debe debatir, esté o no esté de acuerdo, porque el sector vive gracias a eso.
Cuando el Gobierno central no ha tenido como darles la mano para subsidiar, apoyar o promover en los territorios, la cultura se ha seguido moviendo gracias, precisamente, a la interpelación, al debate, a los liderazgos de las mujeres. El llamado al sector es a seguir interpelando, incluso cuando no esté de acuerdo.
Yo diría que para el Ministerio, no importa quién sea el ministro, pero tengamos un ministro propiedad. Y segundo, una vez esté en propiedad, no puede primar solamente un proyecto dentro de la agenda pública, sino, por ejemplo, qué está pasando con la conformación de las secretarías de Cultura en todo el país, qué está pasando con el proyecto de Cultura de Paz, cómo se va a ejecutar.
A mí todavía me quedan muchas dudas, pero creo sin duda la decisión más importante. Es que tengamos el nombramiento de una Ministra o un Ministro en propiedad.