septiembre 20, 2022

¿Y si la rabia me ayuda a sanar?

Somos víctimas milenarias. Reprimidas de nuestro derecho a la indignación y a la rabia. La digna, dignísima rabia, de haber sido explotadas, esclavizadas, negadas en todo nuestro poder. Confinadas a la complacencia y a la contemplación. Obligadas a transitar la vida con miedo, a normalizar lo salvaje, lo innombrable, lo indigno. Apresuradas a perdonar sin haber sido siquiera reparadas, reconocidas, nombradas.