La noche de la conmemoración del 8M de 2024 en Bogotá terminó entre gritos de manifestantes que corrieron por todo el centro de la capital escapando de la represión policial que acompañó la marcha entera. Y, en Medellín, un día después de la marcha, la Alcaldía, en conjunto con la Policía, publicaron un cartel estigmatizante contra las manifestantes.
Desde el inicio, la presencia de la Policía, más puntualmente de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO, o antiguo ESMAD), no mantuvo los protocolos establecidos para su funcionamiento. De acuerdo con una compilación hecha por el Esquema Feminista de Derechos Humanos de la colectiva Somos un rostro colectivo, fueron muchas las fallas y abusos cometidos por la Unidad durante esta marcha.
En video quedó registrado cómo los agentes de la UNDMO en Bogotá hacían gestos obscenos a las manifestantes, además de no respetar la distancia que deberían mantener sus intervenciones. También, en otro video, quedó registrado cómo un agente apunta un taser diréctamente hacia una defensora del esquema de derechos humanos y, en otro, se puede ver cómo un grupo de agentes ataca a las manifestantes con aturdidoras sin que existiera ningún tipo de provocación.
Sin embargo, cuando se cumplen ya dos meses de estos hechos, ni la Policía, ni las Alcaldías han dado ningún tipo de respuesta por los abusos de aquel día. Por ello, las organizaciones de la sociedad civil quisieron acudir a una herramienta implementada desde 2022 que promete permitir el seguimiento de: “toda la operación e intervenciones de la UNDMO en detalle y a nivel nacional”. Al menos, así lo explicaron desde la nueva UNDMO a la Fundación Karisma.
Pero, de acuerdo con las respuestas dadas tanto a Fundación Karisma, como a Temblores, y a las que Volcánicas tuvo acceso, este sistema en realidad no registra los abusos policiales porque: “las actuaciones de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden se encuentran enmarcadas en la primacía del diálogo, el respeto por los Derechos Humanos, la normatividad vigente internacional, la Constitución Política de Colombia, el ordenamiento jurídico interno y la reglamentación institucional”.
Aún así, lo que sí parece estar registrando el nuevo sistema es a los manifestantes. Y, ante las muchas interrogantes que rodean el SIDMO, no existe claridad plena de la información recolectada. Por eso, como señalan Lina Palacios, investigadora, y Pilar Sáenz Coordinadora de la línea de participación cívica de Fundación Karisma: “No sabemos quienes acceden a la información ni cómo se usa. Si, eventualmente, los videos que se alojan en el Visor Nacional de Vídeos, que es un sistema integrado al SIDMO (según lo informado por la UNDMO), se entregan a otras dependencias que tengan facultades de investigación, la información del sistema podría aportarse como material probatorio en juicio, es decir, que serviría para judicializar personas por hechos cometidos en el marco de la protesta social”.
¿Cómo funciona el SIDMO?
El Sistema de Información de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden es una plataforma que hace recolección, almacenamiento y procesamiento de la información de orden y despliegue de los agentes de la Unidad. Es decir que es un lugar en el que se deposita cuál agente sale, en qué zona, a qué hora, qué armamento utilizó, cuántas municiones utilizó y por qué las utilizó. También, detalla qué tipo de movilización acompañó y cuál fue la población que participó en ella. Y, sobre todo, si ocurrieron hechos de alteración al orden público y cómo influyó esto en la actuación de los agentes.
Todo esto termina quedando depositado en una base de datos que lleva un registro a través de bitácoras que deberían describir minuto a minuto cada acción para, así, poder ser consultadas posteriormente y contrastar qué ocurrió en los casos en los que se denuncia acoso, abuso o violencia desmedida por parte de alguno de los actores involucrados.
Existe, además, un segundo componente de este Sistema que es el Visor Nacional de Servicios, que básicamente hace uso de todas las cámaras que tienen a su disposición desde la UNDMO. Los videos que recolectan con este sistema son proyectados en tiempo real en la Sala Estratégica en la sede principal de la UNDMO y, como explican desde Karisma: “Desde el centro de operaciones es posible apagar y prender remotamente las cámaras y, lo más importante, hacer seguimiento y tomar decisiones sobre las intervenciones, incluso dando órdenes en tiempo real como la de cambiar la ubicación de una tanqueta o dar la orden de no disparar un arma. De hecho, según nos informó UNDMO, gracias al sistema, el número de incidentes en los que utilizaron la fuerza se redujo drásticamente pasando de 560 en 2022 a 132 en 2023”.
Toda esta información queda almacenada por un tiempo. Sin embargo, acá inician los interrogantes una vez más. El acceso a esta información lo puede tener únicamente los mismos miembros de la UNDMO y, según lo que ellos contaron a Karisma, el sistema que contiene esta información deja un registro de quién la borró o manipuló, en caso de que alguien intentara hacerlo. Para que personas externas puedan acceder a ella, sólo lo podrán hacer a través de la orden de un juez, pero, hasta donde entendemos, si una persona particular deseara llevar un caso contra la UNDMO por brutalidad policial y quisiera acceder a esta información, no podría hacerlo.
El SIDMO apareció como respuesta a los cambios propuestos en la Mesa para la Reforma Policial que surgió a partir de las miles de denuncias por brutalidad policial durante el Paro Nacional de 2019, las noches del 9 y 10 de septiembre de 2020 en Bogotá y el Estallido Social de 2021.
Pero, las soluciones para el acceso a la información que SIDMO prometió dar continúan siendo, en realidad, un problema. Al solicitar las bitácoras para contrastar lo ocurrido durante la noche del 8M, la institución aseguró que por “seguridad nacional” no podrían entregarlas en el caso de Bogotá. Sin embargo, en el caso de Medellín, no tuvieron problema con entregar todo el material solicitado.
“Que se alegue reserva por motivos de seguridad nacional en unas dependencias y otras no, ante la solicitud de la misma información en distintos contextos, nos genera dudas sobre la unificación institucional de los criterios por los cuales se reserva la información relacionada con las intervenciones de la UNDMO. Además de esto que hayan respuestas con información diferente nos ratifica que el sistema SIDMO está operando sin un protocolo claro respecto al acceso y tratamiento de la información. Creemos que un sistema como SIDMO debe operar con una regulación normativa clara y que el acceso a la información de interés público alojado en este debe ser garantizado”, señalan Lina Palacios y Pilar Sáenz de Karisma.
Por esta misma línea, los investigadores de Temblores temen que, ante la falta de claridad de protocolos con SIDMO, esta herramienta pueda llegar a convertirse en otro impedimento de acceso a la información. Así lo plantea Lina Porras, investigadora de Temblores. Esto dado que, al preguntarle a la institución que compartiera los manuales de funcionamiento del sistema, la respuesta fue que no podrían entregarlos por “derechos de autor sobre los códigos del sistema”: “Desde la sociedad civil no se le puede hacer seguimiento al manejo institucional de la información que allí se almacena. Entendiendo por un lado que esta puede ser fundamental para procesos de investigación de presunto abuso de autoridad, sin embargo, según la respuesta que recibimos desde la Inspección Delegada Especial para la Manifestación Pública (INMAP), ‘no se evidencia que en las investigaciones disciplinarias se haya requerido información o datos recolectados por el sistema SIDMO’. Por otro lado, nos preocupa que no es claro el uso que se le puede dar a la información almacenada debido a que no es clara la existencia de un protocolo de uso de la misma”.
Volcánicas intentó consultar con la UNDMO para entender mejor por qué en algunos casos sí permiten acceder plenamente a la información y en otros no. Sin embargo, el abogado de la Unidad nos aseguró que nos invitarán a conocer cómo funciona el sistema y, por lo demás, no podrían dar mayor respuesta. Mientras tanto, las incertidumbres que rodean a SIDMO dejan profundas preocupaciones alrededor de la libertad para el libre derecho a la protesta.